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Guía musical de 2024: los mejores discos nacionales e internacionales del año que se va
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DE THE CURE A ALCALÁ NORTE

Guía musical de 2024: los mejores discos nacionales e internacionales del año que se va

Repasamos todo lo que nos han dejado a nivel musical estos 12 últimos meses, marcados por el regreso de viejos iconos y la consagración de una nueva escena de guitarras en nuestro país

Foto: Ocho portadas de los 20 mejores discos de 2024. (EC)
Ocho portadas de los 20 mejores discos de 2024. (EC)

El año 2024 pasará a la historia de la música como el regreso triunfal de leyendas vivas y, a la par, el ascenso a lo más alto de proyectos relativamente nuevos. Estamos hablando, obviamente, de tótems sagrados que revolucionaron todo hace ya más de cuarenta años como The Cure y que, tras más de una década de silencio, han vuelto con una colección de canciones en la que demuestran que no han perdido un ápice de esa esencia dark que antaño les encumbrara como una de las bandas más influyentes de la historia. Los de Robert Smith ceden el testigo a conjuntos como Fontaines D.C. que, sin renunciar a la nostalgia noventera, están llamados a llenar los estadios del futuro.

Por otro lado, si todavía no sabes qué ponerte en Nochevieja y quieres sorprender a tus allegados con un outfit de lo más top, una buena opción podría ser un traje o vestido verde brat en honor a Charlie XCX, la diva musical del año. Podría ser álbum del año, ya que une a varias generaciones con una feminidad hyperpop irresistible, si no fuera por otros trabajos discográficos exquisitos que, de forma menos notoria —y sin tanto TikTok de por medio—, se alejan de esa superficialidad para adentrarse en lo profundo del alma humana. Hablamos de artistas como Cindy Lee o Phil Evelrum, quienes han facturado discos únicos que seguro serán de culto de ahora en adelante. Este año también será recordado por el fallecimiento de Steve Albini, uno de los productores más prestigiosos de la escena alternativa, y su último álbum, To All Trains con su banda Shellac.

Pero basta de mirar fuera de nuestras fronteras. En nuestro país, 2024 se recordará como el año del renacimiento y apogeo del formato de banda de rock de toda la vida gracias a los lanzamientos discográficos de Alcalá Norte, Carolina Durante, Hinds o Camellos. Ellos forman parte de una nueva escena que ha revitalizado la música de guitarras cuando la inteligencia artificial, el autotune y la tradición fusionada con vanguardia parecían llevarse todo por delante. Podríamos decir que hay dos Españas ahora mismo: la de Sonido Muchacho y la de Humo Internacional, los dos grandes sellos de la temporada.

Una nueva escena que ha revitalizado la música de guitarras frente a la IA, el autotune y la tradición fusionada con vanguardia

Por ello, hemos dividido la lista en dos apartados para diez discos internacionales y nacionales que se salgan de fórmulas ya establecidas o que signifiquen una continuación de proyectos ya consagrados. Pensamos en Magdalena Bay, Father John Misty o Billie Eilish. A la par, hemos intentado ser eclécticos sin renunciar a la necesidad de abrir nuevos horizontes sonoros al oyente que se salgan de lo convencional. A continuación, veinte álbumes que sintetizan lo mejor de este 2024.

Los 10 mejores discos internacionales de 2024

1. Night Palace, Mount Eerie

Muchos no conocerán el nombre de Phil Elverum, pero en los entornos alternativos es toda una eminencia del lo-fi más ruidista, experimental y a la vez folkie, debido a su intachable discografía bajo los alias de Mount Eerie o The Microphones. Superado ya el duelo de la trágica pérdida de su esposa, la también artista Geneviève Castrée, que el artista sublimó en un disco inolvidable (A Crow Looked At Me, 2017), Elverum vuelve a sumergirnos en ese estado de ánimo otoñal y letárgico, tan característico de toda su obra con reminiscencias al disco de culto The Glow pt.2 (2001).

En estas 26 canciones, a veces irrumpe un sintetizador con un drone largo que se estira dejándonos sin aliento, otras sorprende con ritmos de rock americano a lo Lou Reed o Neil Young y, la mayoría de las veces, tan solo es un chico como otro cualquiera que coge la guitarra acústica para llorar sus penas. Todo ello aderezado con estallidos de ruido ininteligible, grabaciones acústicas de cassette en esa cabaña imaginaria que todos tenemos en la cabeza y en la que están todas las personas que echamos de menos. Heredero máximo de la cultura do it yourself, este artesano del sonido hará tus noches de invierno más hermosas si ya estás cansado de recurrir a los crooners del pasado, de Simon & Garfunkel, a Leonard Cohen o a Nick Drake.

2. Brat, Charlie XCX

Llorar está bien. Y qué es el pop, más allá de un conjunto de estribillos fáciles, bailar hasta que te duelan los pies en fiestas glamurosas llenas de purpurina, cantarle al amor o aspirar a ser eternamente joven... El pop es una retahíla de llantos. Hace tres años que la artista alemana SOPHIE, icono del movimiento PC Music, nos dejó. Ella fue pionera a la hora de vislumbrar cómo sería ese pop del futuro, si es que acaso podíamos resucitar del sueño de inicios de los 2000. Charlie XCX asume la misión que ella no pudo completar, facturando un disco brillante que echa la mirada al pasado y a la par marca el camino del futuro. Si todavía no te has rendido a este monolito color manzana, ya estás tardando.

3. The Collective, Kim Gordon

La chica del grupo habla: “I’m a Man”. Nada más poderoso que ver a un icono femenino del rock a sus 71 años facturando un conjunto de canciones agresivas, lacerantes y con letras críticas repletas de metáforas y dobles sentidos como las que hay en The Collective. Ya en No Home Record (2019), su anterior trabajo, se notaba que buena parte del lado más experimental y a cara perro de Sonic Youth descansaba en Kim Gordon. Este nuevo disco solo lo ha hecho más que confirmar. Temas como “Psychedelic Orgasm”, “The Believers” o “Tree House” son en sí mismos piezas de arte conceptual fabricadas a partir de residuos sonoros de alto voltaje, bien para castigar al oyente, bien para llevarlo a la frontera más última en lo que a música experimental se refiere. No suena a nada parecido o ya existente. Si quieres darte un paseo por el lado salvaje de la vida, siente cada beat como un golpe en el pecho, cada distorsión como una caída en picado hacia la parte más vergonzosa y lacerada de ti mismo. Puro vértigo.

4. Diamond Jubilee, Cindy Lee

Existen muy pocos álbumes de rock americano como Diamond Jubilee y, curiosamente, todos suenan a él. De alguna forma, si en la Antigüedad todos los caminos llevaban a Roma, la Roma del rock anglosajón podría ser este artefacto sonoro de más de dos horas de duración. Se trata de una odisea de canciones que puedes empezar y acabar por cualquiera de sus partes, un “Rayuela” musical que condensa los ritmos y melodías de antaño, que resuena a Jefferson Airplane, The Beatles, The Velvet Underground, The Ronettes, Elvis… la lista de artistas sería interminable. El grano lo-fi de cassete añejo, de vinilo lleno de polvo, convierten a este disco en una especie de espectro de esas viejas glorias de antaño, que solo un artista de los márgenes como Cindy Lee podría componer. Es como si una inteligencia artificial hubiera deglutido toda la música que sonaba en la América de los 50, los 60 y los 70 y nos hubiera devuelto esta larga travesía por los fantasmas del pasado. Pero no; hay cosas que las máquinas nunca podrán hacer.

5. Romance, Fontaines D.C.

Este año también hemos asistido a la reconciliación de los hermanos Gallagher. Pero quién puede dejarse seducir por la nostalgia del brit-pop de los 90 y sus cuentos de casa de la pradera, teniendo a un grupo como Fontaines D.C. en activo. Se trata de un conjunto destinado a mover grandes masas de público de todas las edades y países, al haber ido de lo más pequeño a lo más grande con cada lanzamiento discográfico. Y Romance, en este sentido, bien podría ser lo mejor de toda su carrera. A veces, para seguir adelante no tienes por qué innovar, tan solo facturar hits que si colocásemos en alguna de las selectas discografías de cualquier ídolo del rock o grupo de estadio (véase U2 o Nirvana), bien podrían haber figurado como lo mejor de todo su legado. Es fácil sentir el rugido desquiciado de Kurt Cobain en la voz de Grian Chatten en temas como “Here’s The Thing” o las melodías apasionadas de The Smiths en “Favourite”. Si todavía no los conoces, va a ser tu grupo favorito de inmediato.

6. Songs from a lost world, The Cure

Como hablábamos al principio del artículo, este año será recordado en lo musical por millones de personas en el mundo debido al regreso de una de las bandas más grandes e influyentes de todos los tiempos. Y más aún porque, de alguna forma, esta nueva entrega se siente en su discografía como algo nuevo a la par que nos retrotrae a los álbumes más oscuros de su discografía. La espera ha merecido la pena. Canciones como “Warsong”, “I Can Never Say Goodbye” o la obra mayúscula de cierre, “Endsong”, figuran entre lo mejor de su carrera. Algo que para un grupo con tantos éxitos a sus espaldas y que reúne a tantos millones de fans en el mundo, es realmente difícil.

7. GNX, Kendrick Lamar

El hip hop estadounidense sigue sin perder fuelle en lo que a influencia global se refiere y a pesar del envite de la música latina. Su emisario más ilustre, Kendrick Lamar, no quería quedarse callado este 2024, y el lanzamiento de GNX pilló a todos por sorpresa. La ocasión no podía ser más oportuna, con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca pocos días antes. Se trata de uno de los álbumes más accesibles del de California, lejano a la vanguardia barroca de To Pimp a Butterfly y más cerca de la sencillez estilística con remaches de R&B de DAMN.

8. Endlessness, Nala Sinephro

Con un río de armonías construidas alrededor de un solo arpegio, este disco “sin final” de Nala Sinephro, la artista belga de 28 años que deslumbró al mundo del jazz con su Space 1.8 el año pasado, regresa pocos meses después con una entrega de diez canciones para escuchar de principio a fin. Había que incluir una pieza de jazz en esta lista, que nos perdone el gran Kamashi Washington, pero es que la delicadeza con la que se desenvuelve el álbum de Sinephro, su riqueza tímbrica que reúne instrumentos electrónicos y acústicos, hacen de esta pieza un deleite musical afianzando la fusión del jazz más de sesión con el ambiente más paisajístico que tanto éxito tiene hoy dentro del género.

9. The Sunset Violent, Mount Kimbie

Se trata de uno de los álbumes que más han pasado desapercibidos en todas las listas de lo mejor del año, quizá porque llegó recién comenzado 2024. Pero, sin duda, The Sunset Violent, del conjunto de electrónica Mount Kimbie resulta una auténtica renovación de la música alternativa de principio a fin. Aquí hay temas muy adictivos, como “Dumb Guitar”, “Shipwreck” o “Fishbrain”, capitaneados por las voces de King Krule y Andrea Balency-Béarn que nos retrotraen a mañanas de sol y hastío, cobijados bajo el sueño adolescente de intuir que algo grande está por llegar. Cuando no entra un sintetizador, emerge un riff de guitarra que nos reclama toda nuestra atención. Música perfecta para emprender un viaje en coche en pleno verano. Para desear, sea lo que sea. Para acompañar en esa clase de experiencias en las que crees que estás descubriendo algo nuevo y no sabes muy bien qué.

10. No depression in heaven, Midwife

Para terminar este recorrido por lo mejor de 2024, qué mejor que una gran balada de strato en sonido limpio acompañada de un pedal steel. Midwife, el proyecto bajo el que se esconde el nombre de Madeline Johston y que ella misma define bajo el género de ‘heaven metal’, es el mejor reposo musical en el que detenerse después de un año vertiginoso. A decir verdad, no tiene nada de especial, más allá de la profundidad emocional de las canciones, ideales para ambientar una cena íntima con velas o sobreponerse al duelo de una pérdida dejándose vencer por la tristeza. Impresionante la adaptación lánguida de una canción tan marchosa y de fiesta como “Better Off Alone”, del grupo de música electrónica Alice DeeJay. Perteneciente al sello norteamericano The Flenser, sus compañeros Chat Pile y su Cool World podrían haber ocupado su lugar en esta lista, aunque finalmente nos hemos decantado por la delicadeza y suavidad en vez de por la crudeza y el salvajismo de estos últimos.

Los mejores discos nacionales de 2024

1. Solo postres, Ramper (Humo Internacional)

A veces, la música te deja sin palabras. Sí, resulta un cliché, pero la extrañeza que genera es aún mayor cuando te enfrentas a una obra que no sabes encajar muy bien en un inicio, para después quedar atrapado y obsesionado con ella, hasta no poder soltarla. Eso mismo sucede con Solo postres, el nuevo álbum del cuarteto granaíno Ramper. A veces solo silencios mitigados por un murmullo de sintetizador, otras veces un estruendo de fuzz, cuando no una saeta imponente de Semana Santa que emerge entre las pistas como un huracán sinfónico arrollando todo a su paso. Una mezcla de timbres vertebrada por una voz cálida y tenue, que susurra y se quiebra emocionalmente hasta colapsar.

Foto: De izquierda a derecha: Joserto, Álvaro, Antonio y Ángel.

Si la infancia es la única patria que existe, como decía Rilke, este álbum representa los fantasmas de ese paraíso perdido en los ojos de los demás o en una sombra a medianoche que solo podemos atisbar de reojo. Poético, espectral y repleto de matices, Solo postres significa un punto de ruptura con las derivas musicales actuales, pensadas para enganchar en la primera escucha y captar la mermada atención de un público cuyos gustos se moldean a partir del algoritmo. Este nuevo lanzamiento es una rara avis dentro de la música alternativa de nuestro país, un acontecimiento musical que ocurre una vez cada mucho tiempo y que, por eso mismo, solo podemos celebrar y disfrutar.

2. Alcalá Norte, Alcalá Norte (Balaunka)

Sin duda, es el grupo revelación del año. Si todavía queda alguien en España que no tenga ni idea qué significa vivir “la vida cañón”, eso es que ha pasado por 2024 sin pena ni gloria. Los de Ciudad Lineal han gustado a mayores y pequeños, a modernos y puretas, a heavys y punkies, a pijos y barriobajeros. No es para menos; su mensaje, a caballo entre lo prosaico y lo mesiánico, es justo lo que necesitábamos para revivir la música de guitarras en plena era de algoritmos, música electrónica y autotune. Esto es el rock en su más pura esencia, sin cortar. Por fin regresó.

3. Joven Predicador, Somos La Herencia (Humo Internacional)

No hay nadie que suene en España como Somos La Herencia. Nadie, a excepción de bandas más de nicho como Esplendor Geométrico o 713avo Amor. Pasajes industriales de puro ruido claustrofóbico, guitarras descontroladas, baterías arrítmicas, letras surrealistas y una voz a medio camino entre el hip hop y el post-punk experimental de Pere Ubu, se dan cita en un festín que se ingiere de pie e incita a romperse la cabeza contra la pared. Se trata de uno de los álbumes más radicales, tanto en forma como en contenido, de los últimos años. Aquellos que ya les seguían desde Dolo (2020), seguro que se han sorprendido con este giro. Otra referencia imprescindible de esta nueva etapa del sello Humo Internacional, que en apenas unos meses, han revolucionado la escena con estas apuestas discográficas a contracorriente.

4. Elige tu propia aventura, Carolina Durante (Sonido Muchacho)

A estos cuatro chavales no les hace falta presentación, al ser una de las bandas de guitarras más consolidadas de nuestro país. Con este nuevo álbum, dan una vuelta de tuerca más a su sonido, apostando por cuerdas al más puro estilo Belle & Sebastian o The Divine Comedy, pero también siguen en su esencia canallesca con canciones rápidas cargadas de mala leche y distorsión. Los madrileños escupen verdades como puños, despreciando a Sísifo, cuyo mito sirve para representar el hastío de la juventud española. En Elige tu propia aventura hay dos caras: la del hedonismo, el desenfreno y el postureo, y la de la honestidad, la contención y la disculpa. Parece que ponen letra a todos los sentimientos, pero sobre todo, y eso seguro, funcionan como la banda sonora perfecta para una generación de la que son su espejo reflectante.

5. Toda la verdad sobre Dame Área, Dame Área (Humo Internacional)

“Cuando Suicide tocaba en clubs llenos de pis en los años 70, lo hacían temiendo por sus vidas”. Con esta sardónica frase arranca la reseña de Pitchfork, la revista musical más prestigiosa de Estados Unidos, del nuevo álbum del dúo formado por Silvia Konstance y Viktor Lux Crux, tan misterioso como para titular al propio álbum “Toda la verdad sobre…” ellos mismos. Es uno de los proyectos musicales con más éxito fuera de nuestras fronteras, prueba de ello es el colosal concierto que dieron en el canal de radio KEXP en el que sacaron todos sus cachivaches para hacer un show de puro ruido incendiario. Si te gustan los ritmos tribales, la electrónica más abrasiva y el concepto ritualístico, van a ser tu banda favorita.

6. Maestro Espada, Maestro Espada (Sony)

Se suele decir de ellos que son la formación musical destinada a “hacer folklore de la electrónica” en el futuro, y lo cierto es que tras escuchar el que es su álbum debut, uno se queda perplejo. Perfecto en cuanto a concepto, forma y contenido. Más allá de la laboriosa producción, el dúo murciano formado por los hermanos Víctor y Alejandro Hernández funciona por lo sorprendente de su propuesta, y la calidez y fragilidad que transmiten en temas como “Tres gotas de rocío”, acompañados por el erudito Raül Refree, o “Estrellica”. Sin duda, se trata de uno de los proyectos con mayor proyección de nuestro país.

7. VIVA HINDS, Hinds (Lucky Number)

El indie rock nunca murió. Y las Hinds tampoco. Tras cuatro años de silencio y una separación interna que supuso un reseteo, el conjunto formado por Carlotta Cosials y Ana Perrote es otro de los más exitosos fuera de nuestras fronteras, sobre todo dentro del público más anglófono. Prueba de ello son las colaboraciones que tienen cita en el disco, como la de Grian Chatten, de Fontaines DC en “Stranger” o del mismísimo Beck en “Boom Boom Back”. Este nuevo álbum se siente como una celebración de toda su carrera y de su forma de componer sin pretensiones ni complejos, tan solo rock guitarrero que está llamado a ser bailado y coreado en las mejores salas y estadios nacionales e internacionales.

8. Cancionero de los cielos, Viva Belgrado (Fueled By Salmorejo)

Ha pasado mucho tiempo desde que Viva Belgrado se hiciera un hueco a base de mucho esfuerzo en la música alternativa de nuestro país. Si al principio era un músculo arrollador de screamo en una escena de nicho, consiguieron abrirse al gran público con Bellavista (2020), en el que por fin Cándido, su carismático frontman, dejaba atrás los guturales, internándose más en el pop. Cancionero de los cielos es la evolución natural de Viva Belgrado en el que se dan cita esos dos mundos. Los cambios de registro son uno de sus puntos más fuertes, pero también la emotividad general que desprende la interpretación vocal de Cándido al compás de auténticos muros de sonido construidos con guitarra, bajo y batería. Si todavía no los has visto en directo, prepárate para vivir un asalto sónico a cielo abierto de altísima intensidad.

9. Gran Hostal, Camellos (Ernie)

Si antes hablábamos de rock sin complejos, Camellos es el grupo que más se lleva la palma. Los madrileños forman una parte indispensable de la revitalización de la música de guitarras en nuestro país. A pesar del tono humorístico del que hacen gala en la mayoría de sus canciones, los temas que tratan son sumamente serios, sumamente actuales y políticos, como el precio de la vivienda (“1900”) o la ola conspiranoica que impregna la sociedad de nuestros días (“Quién se ríe ahora”). La joya del disco es “Rompiendo España”, cuyo orgullo madricentrista acaba derivando en una carta de amor ácida a todo el país, y que sirve asimismo para volver a concienciarnos de que lo importante en el rock es pasarlo bien tocando con tus amigos o desgañitándote la voz al son de una guitarra sucia. Ello demuestra que Fernando, Frankie, Tommie y Jorge están viviendo el mejor momento de su carrera.

10. Viaje a Roma, Galerna (Subterfuge)

Sin hacer mucho ruido, este año emergió una banda de jóvenes de Bilbao que, como cuentan ellos mismos, solían reunirse por su afición al surf y a la música. Poco a poco, y tras varias noches a la intemperie en las playas de Vizcaya, soñaron con viajar a Roma, y empezaron a imaginar cómo sería esa travesía hasta Italia. ¿El resultado? Una novela cantada a fuego lento, con una instrumentación acústica sumamente cuidada y una interpretación vocal de lo más personal que alguno recordará a Morrissey. Tampoco se puede olvidar la sombra alargada de McEnroe y su folk sentimental a lo largo del disco. Todo ello hace que este viaje a Roma sea una de las experiencias musicales más hermosas del año.

El año 2024 pasará a la historia de la música como el regreso triunfal de leyendas vivas y, a la par, el ascenso a lo más alto de proyectos relativamente nuevos. Estamos hablando, obviamente, de tótems sagrados que revolucionaron todo hace ya más de cuarenta años como The Cure y que, tras más de una década de silencio, han vuelto con una colección de canciones en la que demuestran que no han perdido un ápice de esa esencia dark que antaño les encumbrara como una de las bandas más influyentes de la historia. Los de Robert Smith ceden el testigo a conjuntos como Fontaines D.C. que, sin renunciar a la nostalgia noventera, están llamados a llenar los estadios del futuro.

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