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2025, el Año Santo en el que te pueden ser perdonados todos tus pecados
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2025, el Año Santo en el que te pueden ser perdonados todos tus pecados

El pasado martes, día de Nochebuena, el papa Francisco inauguró el Jubileo 2025, que se espera atraiga a Roma a 32 millones de personas. Una tradición que se remonta a más de siete siglos y tiene raíces judías

Foto: El papa Francisco, sentado en su silla de ruedas y llamando con el puño a la Puerta Santa de la basílica de San Pedro en la inauguración del Jubileo 2025. (EFE /Mario Tomassetti)
El papa Francisco, sentado en su silla de ruedas y llamando con el puño a la Puerta Santa de la basílica de San Pedro en la inauguración del Jubileo 2025. (EFE /Mario Tomassetti)

El pasado martes, día de Nochebuena, hacía frío en Roma, pero aun así en el Vaticano se congregaban, entre imponentes medidas de seguridad, más de 20.000 personas. Por fin, a sus 88 años y en su silla de ruedas, el papa Francisco llegaba a las 19.00 horas ante la entrada principal de la Basílica de San Pedro y, como marca la tradición, llamaba a la puerta. El gigantesco portón se abrió y el pontífice atravesó entonces el umbral del templo.

Quedaba así solemnemente inaugurado el 28º Jubileo Ordinario de la historia de la Iglesia católica. Jorge Bergoglio se convertía de ese modo en el primer peregrino de un Año Santo que se prolongará hasta el 6 de enero de 2026 y que estará dedicado a la esperanza. Durante ese tiempo, aquellos que viajen a Roma y que cumplan con determinados requisitos religiosos verán recompensados sus esfuerzos con el perdón de todos sus pecados. Se espera que 32 millones de fieles se desplacen a la Ciudad Eterna en busca de la indulgencia plenaria que concederá el Papa con motivo del Jubileo 2025. Para obtenerla es necesario arrepentirse de los pecados cometidos, confesar los mismos, asistir a misa, realizar actos de caridad y penitencia, peregrinar a una de las Basílicas del Jubileo o de las iglesias designadas, abstenerse de fumar y de beber alcohol durante al menos un día y donar a los pobres una suma de dinero proporcional a los bienes que se posean.

La Iglesia católica lleva más de siete siglos celebrando jubileos. En total ha habido 27 jubileos ordinarios (el que acaba de inaugurar el papa Francisco hace el número 28) y, aunque en un principio se celebraban cada 100 años, la cadencia fue bajando progresivamente hasta situarse en los 25 años actuales. Además, a lo largo de la historia ha habido 95 jubileos extraordinarios, aquellos que se celebran en ocasiones especiales.

Todo empezó el 22 de febrero del año 1300. Ese día, el papa Bonifacio VIII emitió la bula Antiquorum habet fida relatio, que fijaba la celebración de un Año Santo con inicio desde el 25 marzo de ese mismo 1300. La bula prometía indulgencia plenaria, la plena absolución de todos los pecados, a todos aquellos fieles que durante todo ese año visitaran al menos 15 veces (30 si eran romanos) las basílicas de San Pedro y de San Pablo Extramuros. Miles de personas respondieron a la llamada y acudieron en peregrinación a Roma en ese primer Año Santo buscando que el perdón de sus culpas y ansiando que su alma volviera a ser pura e inmaculada. Entre los peregrinos ilustres de ese primer jubileo de la historia se encontraban por ejemplo Dante, Cimabue y Giotto.

placeholder Retrato del papa Bonifacio VIII de Cristofano dell'Altissimo. (Wikipedia)
Retrato del papa Bonifacio VIII de Cristofano dell'Altissimo. (Wikipedia)

La Iglesia católica retomaba así una antigua tradición judía que se celebraba cada 50 años y en nombre de la cual se condonaban las deudas, se dejaba reposar la tierra, se liberaba a los esclavos y se restituía a sus antiguos dueños aquellos terrenos que les habían sido confiscados. Todo, con el objetivo de restablecer una correcta relación con Dios, con el resto de seres humanos y con toda la creación. El inicio de dicha festividad se anunciaba haciendo sonar un cuerno de carnero, llamado jobel en lengua judía y de donde se supone que deriva la palabra jubileo.

En realidad, y más allá de intentar cumplir con el muy cristiano precepto de tratar de reducir las desigualdades entre ricos y pobres, fueron motivos estratégicos y políticos los que llevaron a Bonifacio VIII a proclamar ese primer jubileo de la historia. El Papa buscaba con esa jugada reafirmar la centralidad de Roma y convertir la ciudad en una nueva Jerusalén a la que viajaran ingentes masas de fieles para reafirmarse en su fe (y llenar de dinero las arcas de la Iglesia). Y funcionó. Aquel primer jubileo fue un éxito que atrajo a Roma, cuya población rondaba entonces las 20.000 personas, a más de dos millones de peregrinos. Dante Alighieri describió en La divina comedia el terrible desorden de gente que acompañó a ese primer Año Santo de la historia, situándolo en el infierno.

Bonifacio VIII estableció que los jubileos se celebrarían cada 100 años. Sin embargo, los romanos suplicaron a su sucesor, el papa Clemente VI, que acortara el periodo de espera. El pontífice atendió a su petición y redujo a 50 años el intervalo entre un Año Santo y otro. De ese modo, en el 1350 hubo un nuevo jubileo que, de nuevo, atrajo a miles y miles de peregrinos a Roma, a pesar de la plaga de peste negra que asolaba a toda Europa y del violento terremoto que la ciudad había sufrido apenas un año antes.

El primer jubileo fue un éxito que atrajo a Roma, cuya población rondaba entonces las 20.000 personas, a más de dos millones de peregrinos

Fue el papa Urbano VI quien decidió reducir el tiempo de espera entre un jubileo y otro de 50 a 33 años, por ser esa la edad en la que murió Cristo, y convocó un Año Santo para 1390. Sin embargo, su sucesor ya incumplió esa norma y proclamó un nuevo Jubileo para 1400, apenas diez años después del anterior.

Tampoco el papa Martín V fue capaz de esperar los preceptivos 33 años para celebrar un nuevo jubileo, sino que celebró el siguiente en 1425, al finalizar el Cisma de Occidente. Y tampoco aguardó los 33 años de rigor Nicolás V, quien anunció un jubileo para 1450. Dados los continuos incumplimientos, Pablo II decidió emitir en 1470 una bula que establecía en 25 años el periodo entre un jubileo y otro, el tiempo que rige hoy en día.

De ese modo, en 1475 y bajo el pontificado de Sixto IV se celebró un nuevo Año Santo que dejó en Roma importantes obras de arte, entre las que se cuenta la Capilla Sixtina, el Puente Sixto sobre el río Tíber y pinturas de grandes artistas como Verrocchio, Signorelli, Ghirlandaio, Botticelli, Perugino o Pinturicchio. Y un cuarto de siglo después, en 1500, hubo un nuevo jubileo, esta vez con el español Rodrigo Borgia como papa con el nombre de Alejandro VI. Fue él quien añadió una cuarta basílica (la de Santa María la Mayor) a visitar durante el jubileo para obtener el perdón de los pecados y quien instauró el rito de la Puerta Santa. Las cuatro basílicas romanas estaban entonces cerradas en el exterior por un muro, no por una puerta, y en el momento de su apertura con motivo del Año Santo lo que se hacía era derribar ese tabique, El Papa golpeaba tres veces con un martillo el muro, y luego unos albañiles completaban la demolición. Con el paso del tiempo, la tradición fue cambiando y el martillo acabó adoptando un valor puramente simbólico. Desde 1975 los pontífices tan solo empujan las puertas de las basílicas con las dos manos para abrirlas.

placeholder Imagen de la capilla Sixtina. (EFE)
Imagen de la capilla Sixtina. (EFE)

El jubileo de 1525, fue bastante tormentoso. Poco antes, en 1521, Martín Lutero había clavado unos pergaminos con sus famosas 95 tesis en las puertas de la Iglesia del Castillo de Wittenberg oponiéndose a la venta de indulgencias por parte de la Iglesia católica y dando el pistoletazo de salida a la reforma protestante. Fue precisamente por eso por lo que en ese jubileo de 1525 el papa Clemente VII decidió eximir a los participantes en el mismo de la obligación de dar limosna a la Iglesia.

Siguieron celebrándose jubileos cada 25 años. Sin embargo, las tropas de Napoleón impidieron a Pío VII convocar el jubileo de 1800. De hecho, en todo el siglo XIX solo se celebró un único jubileo: el de 1825, con León XII como pontífice. Pío IX no pudo convocar el jubileo de 1850, ya que los Estados Pontificios se encontraban seriamente amenazados por la unificación de los territorios italianos que estaba llevando a cabo el reino de Piamonte con el rey Víctor Manuel II de Saboya al frente. El pontífice logró convocar el jubileo de 1875, pero tuvo que renunciar a la ceremonia de apertura del mismo, ya que el ejército piamontés había entrado en 1870 en Roma, poniendo fin a más de mil años de soberanía de los papas. En 1900 hubo de nuevo jubileo, el primer jubileo italiano: de hecho, su celebración fue anunciada por el Rey Humberto I.

En todo el siglo XIX solo se celebró un único jubileo: el de 1825, con León XII como pontífice

El Jubileo de 1925, celebrado bajo el pontificado del papa Pío XI, fue llamado "Jubileo de la Paz", por ser el primero que tenía lugar después de la Primera Guerra Mundial. El de 1950 recibió como título "El del gran retorno y el gran perdón" por celebrarse tras a los horrores de la Segunda Guerra Mundial.

El último jubileo ordinario tuvo lugar en el año 2000. Fue anunciado por Juan Pablo II con la bula Incarnationis Mysterium, se celebró dos mil años después del nacimiento de Cristo y atrajo a Roma a 23 millones de peregrinos.

El Papa Francisco, con motivo del 50° aniversario de la clausura del Concilio Vaticano II, convocó el Jubileo Extraordinario de la Misericordia, que dio inicio el 29 de noviembre de 2015. Y ahora, el pontífice argentino celebra el Jubileo 2025, que se calcula que llevará a Roma a 32 millones de personas en busca del perdón de sus pecados.

El pasado martes, día de Nochebuena, hacía frío en Roma, pero aun así en el Vaticano se congregaban, entre imponentes medidas de seguridad, más de 20.000 personas. Por fin, a sus 88 años y en su silla de ruedas, el papa Francisco llegaba a las 19.00 horas ante la entrada principal de la Basílica de San Pedro y, como marca la tradición, llamaba a la puerta. El gigantesco portón se abrió y el pontífice atravesó entonces el umbral del templo.

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