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Recrean en vídeo cómo se vivió en Pompeya la erupción del Vesubio
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Recrean en vídeo cómo se vivió en Pompeya la erupción del Vesubio

Un vídeo recrea de manera realista y estremecedora la erupción del volcán que redujo a cenizas la ciudad de Pompeya

Foto: Ilustración digital de Pompeya. (Freepik)
Ilustración digital de Pompeya. (Freepik)

El 24 de agosto del año 79 d.C., la ciudad romana de Pompeya fue víctima de una de las catástrofes naturales más escalofriantes que ha conocido nuestra historia reciente, siendo reducida a cenizas por la erupción de un volcán cuyo cono había permanecido tapado durante 700 años. Tuvieron que pasar 1.700 años para que comenzaran las labores de reconstrucción del lugar, que había permanecido reducido a escombros desde el desastre.

Un espectacular vídeo reproduce de forma extremadamente realista la erupción del monte Vesubio la mañana del 24 de agosto –aunque teorías recientes apuntan al 24 de octubre-, que expulsó violentamente por el aire la acumulación de gases y material piroclástico. Desde un mismo ángulo, la recreación nos permite asistir a la destrucción de la ciudad a medida que van pasando las horas, haciendo gala de un rigor que se extiende a los estremecedores gritos de los habitantes, que desconocían lo que estaba pasando.

El vídeo comienza con una vista estática de los tejados de las casas con el monte Vesubio como telón de fondo. El sonido agitado de las aves que huyen en desbandada se convierte en la antesala de lo que está por venir. Son las ocho de la mañana de un soleado día de agosto cuando el suelo comienza a temblar, lo que no debió levantar sospechas entre unos habitantes acostumbrados a la actividad sísmica. Apenas unas horas después, cerca del mediodía, la boca del volcán estalla, lanzando rocas de gran tamaño que comienzan a destruir los tejados.

A medida que transcurre el tiempo, la imagen es cada vez más apocalíptica. Se deja entrever la huida desesperada de muchos de sus habitantes, un gran número de los cuales ya habrían resultado heridos por la caída de algún escombro o sofocados como consecuencia de la inhalación de gases tóxicos. Un gran número de bolas de fuego y lava destruyen todo a su paso, creando una estampa estremecedora. Se estima que el trágico fenómeno se cobró la vida de al menos 2.000 almas aquel funesto día, que en tan solo 12 horas fue testigo de la completa destrucción de la ciudad romana.

Foto: Pompeya recibe cada día a 20.000 turistas. (Alberto Capparelli para Pexels)

No fue este el único cataclismo al que tuvo que hacer frente este enclave maldito, que ya había sido testigo de una erupción volcánica durante la Edad de Bronce, aunque a través de una civilización cuyos restos permanecen enterrados. Años antes de la tragedia que sepultó a Pompeya, tuvieron lugar diferentes avisos en forma de temblores o un terremoto que se produjo en el año 62 a.C., y cuyos efectos requirieron de tareas de reconstrucción.

El 24 de agosto del año 79 d.C., la ciudad romana de Pompeya fue víctima de una de las catástrofes naturales más escalofriantes que ha conocido nuestra historia reciente, siendo reducida a cenizas por la erupción de un volcán cuyo cono había permanecido tapado durante 700 años. Tuvieron que pasar 1.700 años para que comenzaran las labores de reconstrucción del lugar, que había permanecido reducido a escombros desde el desastre.

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