Felipe IV acuñó este doblón para aplacar a los navarros: se subasta por 400.000 euros
Numismatica Genevensis también venderá al mejor postor un áureo de oro de Bruto, uno de los participantes en el asesinato de Julio César, que podría alcanzar el millón de euros
Una moneda española de ocho escudos acuñada en 1652, en tiempos de Felipe IV (y con una rocambolesca historia detrás), se venderá al mejor postor en la subasta que la firma Numismatica Genevensis llevará a cabo el lunes 9 y el martes 10 de este mes de diciembre. La moneda en cuestión, un ejemplar único considerado un auténtico tesoro por parte de los coleccionistas, se estima que podría venderse por al menos 400.000 francos suizos, el equivalente a unos 430.000 euros. "Es un trofeo, la reina de cualquier colección", en palabras del experto Ignacio Gutiérrez Delgado.
La historia que encierra esa moneda justifica su valor. Los monarcas acostumbraban a acuñar monedas en Navarra, pero la producción de las mismas en ese territorio se interrumpió en un momento dado y no volvió a retomarse hasta el reinado de Felipe IV(Felipe VI de Navarra). Fue solo después de que en 1649 estallará el escándalo del Potosí —que se desencadenó al descubrirse que la ceca de esa localidad, perteneciente entonces al virreinato de Perú, producía monedas devaluadas cuyo valor en plata era menor del debido— cuando Felipe IV decidió volver a poner en marcha la producción de monedas en Navarra. Pero cometió un terrible e imperdonable error…
Las primeras monedas acuñadas de nuevo en Navarra llevaban la leyenda Philippus Dei Gratia Castelle et Navarre Rex, es decir, Felipe Rey de Castilla y Navarra por la Gracia de Dios. Sin embargo, ya cuando Felipe III acuñó monedas con esa misma leyenda se había liado parda: los navarros se sintieron profundamente ofendidos y se quejaron de que esa denominación infringía sus fueros, según los cuales las monedas acuñadas en Navarra solo podían exhibir el escudo de Navarra y el título de rey de Navarra. Para apaciguar los ánimos, Felipe III resolvió que a partir de ese momento las monedas que se acuñaran en Navarra efectivamente solo mostrarían el escudo de armas de Navarra y el título navarro del monarca (que, en el caso de Felipe III, era Felipe IV de Navarra).
Pero fue su sucesor, Felipe IV, el que 40 años después infringió esa norma al acuñar en Navarra monedas en las que figuraba como monarca de Castilla y Navarra. Para compensar su error, el monarca decidió lanzar una edición extraordinaria y muy limitada en oro de las más importantes monedas del reino, los doblones de ocho y cuatro escudos, en los que únicamente aparecía su título de rey de Navarra: Philippus Sextus Dei Gratia Navarre Rex. Las monedas en cuestión habrían sido presentadas ante la corte navarra a fin de apaciguar las aguas y que la Corona recuperase ante los navarros su prestigio perdido.
Tan solo uno de esos doblones de ocho escudos tan especiales ha sobrevivido hasta nuestros días, y es el que Numismatica Genevensis venderá al mejor postor en la subasta que celebrará los días 9 y 10 de este mismo mes de diciembre. El precio de salida de la pieza: unos 430.000 euros.
"Esta moneda es la pieza de ocho escudos más rara de la historia española, un tesoro único acuñado en 1652 en Pamplona. Es la única moneda de este tipo que existe, así que es la única representación de un escándalo que sacudió a la corte española de aquel entonces", nos cuenta Alain Baron, fundador de Numismatica Genevensis y experto en numismática.
La moneda de ocho escudos que ahora se venderá a golpe de martillo pasó posteriormente a formar parte de la colección Huntington, la más importante colección de monedas españolas reunida nunca. El troquel que se utilizó para estampar el anverso de la moneda se conserva en la actualidad en el museo de Pamplona.
Pero, sin duda, la gran estrella de la próxima subasta de Numismatica Genevensis es un áureo de oro de Bruto, considerada una de las monedas más emblemáticas y significativas de toda la historia romana. La moneda se acuñó después de que Bruto participara en el asesinato de su padre adoptivo, Julio César, y antes de la famosa Batalla de Filipos en el año 42 a. C. contra Marco Antonio y Octavio, en la que Bruto salió derrotado, lo que provocó que se suicidara.
La moneda muestra un sorprendente retrato de Bruto junto con una coraza, un casco, un escudo y lanzas. Ese retrato enfatiza su papel como un líder militar poderoso y estratégico, en un esfuerzo por ganar soldados y apoyos para su causa. Mientras que la mayoría de los legionarios de este período exigían un salario diario de solo un denario, Bruto pagó a cada uno de sus soldados antes de esta batalla la inmensa cifra de 1.500 denarios. Se trataba de suma gigantesca, lo que supuso una importante tarea logística para los asesores de Bruto a la hora de acuñar y distribuir monedas de plata a 80.000 legionarios en tan breve espacio de tiempo.
Más allá de eso, Bruto emitió un número muy limitado de monedas de oro con su retrato para uso personal de los más altos dignatarios de la época, de las cuales en la actualidad solo se conocen 17 ejemplares. El precio inicial de la moneda de Bruto que se subasta en Numismatica Genevensis es de 750.000 francos suizos (unos 806.000 euros), y se espera que se acabe adjudicando por más de un millón de francos suizos (más de 1,07 millones de euros).
Una moneda española de ocho escudos acuñada en 1652, en tiempos de Felipe IV (y con una rocambolesca historia detrás), se venderá al mejor postor en la subasta que la firma Numismatica Genevensis llevará a cabo el lunes 9 y el martes 10 de este mes de diciembre. La moneda en cuestión, un ejemplar único considerado un auténtico tesoro por parte de los coleccionistas, se estima que podría venderse por al menos 400.000 francos suizos, el equivalente a unos 430.000 euros. "Es un trofeo, la reina de cualquier colección", en palabras del experto Ignacio Gutiérrez Delgado.
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