La española trans en la quiniela de los Oscar: "Si este papel fuera de Al Pacino, hablaríamos de él"
Charlamos con la actriz principal de 'Emilia Pérez', de Jacques Audiard, que arrasó en Cannes y promete hacerlo también en los Premios del Cine Europeo y los Oscar, donde representa a Francia
Emilia Pérez es una película inclasificable, una extraña experiencia que te hace plantearte qué estás viendo realmente mientras te acomodas en tu butaca durante las dos horas y diez minutos que dura. ¿Es un musical? Sí. ¿Es un retrato de un país, una crítica social y un profundo análisis sociológico? Sí. ¿Es un culebrón? Un poco también. Lo único claro es que tanto sí la amas o como sí la odias (indiferente no deja), sospechas que estás ante una genialidad absoluta y una astracanada por partes iguales, que ha conseguido convencer a la crítica mundial (en Cannes se alzó con el Premio de Jurado y el de Mejor Actriz) y todo apunta a que arrasará de igual manera en los próximos Premios del Cine Europeo e incluso en los Oscar.
Emilia Pérez funciona a modo de película musical y thriller muy punk y cuenta la historia de Rita (una maravillosa Zoe Saldaña), abogada mexicana de gran potencial, que trabaja en un bufete de dudosa moralidad y se encuentra, en general, bastante harta de su situación y la corrupción de su país. Su vida cambia cuando Juan Manitas del Monte, jefe de un cártel, le propone una suma millonaria a cambio de ayudarle a cambiar su identidad. Pero Manitas no pretende cambiar su DNI, sino que su sueño frustrado es convertirse en una mujer. Y a ver quién le dice que no. Será entonces cuando Rita tenga que ayudarle a convertirse en una persona nueva —o la persona que fue siempre— e intentar borrar su pasado sin dejar ninguna huella. Manitas será Emilia Pérez, Emilia Pérez es Zoe Saldaña y Selena Gómez, pero sobre todo Emilia Pérez es Karla Sofía Gascón.
Gascón pasa rápidamente de la broma a la seriedad, es cercana y directa, confiesa que no se piensa lo que va a decir y que a veces eso le pasa factura. "Te juro que he estado a punto de venir en chándal porque no recordaba que me iban a fotografiar", asegura riéndose mientras Alex Saint la maquilla. "Llevo fatal esto de ir de un lado para otro continuamente, tengo jet lag permanente y me despierto siempre a las tres de la mañana, que debe ser la hora bruja". Aunque nació en Madrid —vive en Alcobendas y ya ha tenido que oír varias veces la comparación con Penélope Cruz por lo de los Oscar— buena parte de su carrera la ha desarrollado en México. Es un país que conoce de sobra.
"Dentro de 100 años se hablará de 'Emilia Pérez', es una obra maestra, todavía no somos del todo conscientes de su importancia"
"De hecho el acento mexicano ha sido uno de los mayores retos de la película", cuenta la actriz a este periódico. "He vivido ahí, pero lograr un acento mexicano que pareciera auténtico y que no resultara exagerado fue bastante difícil, porque para mí era esencial que ningún mexicano pudiera ponerle un "pero" a la actuación. Cuando los mexicanos nos imitan suena bastante forzado y yo no quería que pasara eso. La parte musical también ha sido un reto, por supuesto, no soy Shakira y tampoco pretendía competir con ella pero es verdad que la música tiene un peso especial en la historia. No canto bien ni sé leer partituras, pero la música es para mí algo intuitivo, tengo buen oído y confié en ello para preparar las canciones de la película. Cuando era pequeña le daba el coñazo a mi familia sacando canciones de oído al piano".
Ella no lo dice, pero lo más complicado de su papel en Emilia Pérez es, en realidad, que no es un papel sino dos. Gascón interpreta tanto a Manitas como a Emilia Pérez, aunque confiesa que muchas personas al salir del cine buscan el nombre de algún actor en el póster de la película para adivinar quién hace del jefe del cártel. "Al principio, Jacques —Audiard, director de la película— quería que el papel de Manitas lo interpretase otro actor, porque quería que esa dualidad, esa luz y oscuridad de ambos personajes, fuera más marcada. Pero yo le convencí de que quería hacer ambos papeles aunque fuera por una cuestión de ego, algo personal, no quería compartir el personaje con otro actor. Fue un trabajo muy largo y detallado y Manitas fue cambiando físicamente mientras lo preparábamos, al principio era mucho más guapo (se parecía a Edgar Ramírez), luego tuvo una fase Jared Leto... hasta la fase final que, por supuesto, es la menos atractiva de todas. Me lo imaginaba de Jacques, pero es que él buscaba una versión oscura y más compleja, que se percibiera su carga emocional...".
En esa transformación de Manitas a Emilia, la protagonista descubre que uno puede intentar borrarse a sí mismo, pero es más complicado borrar el pasado. Tampoco es fácil borrar la violencia intrínseca de un mundo tan brutal como el del cártel, donde solo puedes sobrevivir comiéndote a los demás y, para ello, debes dar siempre el primer bocado. "Para construir a Emilia tuve que pensar en alguien que fingía ser malvado para sobrevivir, alguien que aparenta cometer actos malvados pero en realidad está atrapada en un mundo del que no puede escapar", cuenta Gascón. "Trabajé el personaje para que sus actos violentos fueran un mecanismo de defensa, una fachada, porque si no me costaba mucho creérmelo o entenderlo. El mensaje más importante de Emilia Pérez es ese: que no puedes borrar el pasado pero puedes hacer las cosas mejor desde hoy, no tienes que esperar a mañana. Es como lo de dejar de fumar", añade, riéndose.
"Creo que es una película de la que se seguirá hablando dentro de 100 años, ni siquiera yo soy consciente todavía de lo que va a trascender pero es una obra maestra, un papel de esos que aparecen una sola vez en la vida", cuenta la actriz. "Si lo hubieran interpretado en su época Al Pacino, Robert de Niro o Meryl Streep estaríamos recordándolo y hablando de ello con admiración. Yo sabía que tenía algo especial entre las manos, en parte por eso no he querido volver a ver la película desde Cannes, porque la experiencia fue tan intensa que prefería quedarme con el recuerdo intacto".
Hace unos meses, la actriz norteamericana Hunter Schafer aseguró que no quería hacer solamente papeles 'trans' y que prefería limitarse a hacer papeles de mujer, algo que no sentó bien a todo el mundo. En el caso de Karla Sofía Gascón, también ha mencionado en alguna ocasión estar cansada de que se recalque continuamente que es una actriz trans cuando se habla de Emilia Pérez, aunque parece inevitable hablar de ello por la propia sinopsis de la película y porque es innegable que no hay una gran representación de personas trans en el cine (con algunas excepciones: Una mujer fantástica, película chilena, consiguió llevarse el Oscar en 2017). Le advierto a Gascón que lo que le voy a preguntar (si, en efecto, le molesta la etiqueta 'trans' o cree que es necesaria recalcarla para dar visibilidad al colectivo) lo habrá oído ya mil veces pero ella se ríe: "Puedes preguntarme lo que quieras".
"Yo no tengo que justificar ante nadie quién soy y nadie tiene que imponerme lo que soy"
"Esto lo digo siempre en México y a mucha gente le sienta mal, pero es lo que hay", indica. "Da igual que seas LGTBI o CIS, fontanero, jardinero o astronauta, que si eres tonto eso no te lo quita nadie. A mí lo que me parece absurdo es que la gente no se dé cuenta de todos somos diferentes y que no por formar parte de un grupo tengo que acatar como una oveja todo lo que se me diga, sin pensar por mí misma. No entiendo cuando alguien tiene miedo a lo diferente si cada uno de nosotros somos únicos como seres humanos, no me explico de dónde viene ese temor".
"Lo que quiero decir con todo esto es que yo no tengo que justificar ante nadie quién soy y nadie tiene que imponerme lo que soy. Y a los demás debería importarles poco mi esqueleto, mi ADN o mis genitales, a no ser que quieran acostarse conmigo. E incluso si yo me enamoro de ti debería importarme un pimiento todo eso porque nos enamoramos de las personas por algo más que lo que les cuelga, ¿no? El problema es que hay una confusión tan grande en el ser humano, es todo tan superficial, tan banal y tan estúpido que queremos ver y tratar a todo el mundo como a nosotros nos da la gana. Muchas veces pienso que el meteorito se equivocó con los pobres dinosaurios, que no habían hecho nada, porque subjetivamente nos importa, pero, ¿a quién le importa que objetivamente desaparezcamos?".
Con la esperanza, a pesar de todo, de que el meteorito no caiga antes, Emilia Pérez estará en cines el próximo 5 de diciembre.
Emilia Pérez es una película inclasificable, una extraña experiencia que te hace plantearte qué estás viendo realmente mientras te acomodas en tu butaca durante las dos horas y diez minutos que dura. ¿Es un musical? Sí. ¿Es un retrato de un país, una crítica social y un profundo análisis sociológico? Sí. ¿Es un culebrón? Un poco también. Lo único claro es que tanto sí la amas o como sí la odias (indiferente no deja), sospechas que estás ante una genialidad absoluta y una astracanada por partes iguales, que ha conseguido convencer a la crítica mundial (en Cannes se alzó con el Premio de Jurado y el de Mejor Actriz) y todo apunta a que arrasará de igual manera en los próximos Premios del Cine Europeo e incluso en los Oscar.
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