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La persona "más desafortunada de Pompeya" no murió como se creía: un estudio resuelve el misterio 2.000 años después
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REVELACIONES

La persona "más desafortunada de Pompeya" no murió como se creía: un estudio resuelve el misterio 2.000 años después

Un nuevo estudio desmiente algunos mitos en torno a los restos encontrados en la ciudad romana que fue arrasada por el Vesubio en el año 79 d.C.

Foto: Muerte y mala suerte. (EFE)
Muerte y mala suerte. (EFE)

La erupción del Vesubio en el año 79 d.C. arrasó con todo, destruyendo ciudades y acabando con la vida de miles de personas. Los cuerpos de algunas víctimas fueron cubiertos por lava y se solidificaron, dando lugar a algunas terribles imágenes de personas que parecen petrificadas que han perdurado hasta nuestros días.

Bajo el pretexto de ahondar en el modo de vida de los habitantes de esta ciudad de la antigua Roma, estos restos, encontrados en excavaciones llevadas a cabo muchos siglos posteriores, han sido una fuente inagotable de hipótesis. Sin embargo, nuevos estudios arrojan algo de luz a las interpretaciones tradicionales que siempre se tuvieron sobre algunas de estas estampas grotescas.

Foto: Alejandro Paniagua explicando el recorrido por Itálica a un grupo de turistas. (Alejandro Herrera Sánchez)

Así lo confirma un estudio publicado recientemente en Current Biology, en donde se pone de manifiesto que las muestras de ADN extraídas del material esquelético de 14 restos mortales no coinciden con las suposiciones que se habían hecho durante tanto tiempo.

Algo que corrobora David Reich, de la Universidad de Harvard: “un ejemplo notable es el descubrimiento de que una persona adulta que llevaba un brazalete de oro y sostenía a un niño, tradicionalmente se interpretó como madre e hijo, pero resultó ser el cadáver de un hombre adulto y un niño. Y no formaban parte de la misma familia”.

Un hombre desafortunado

Dentro de esas interpretaciones erróneas existe una que tiene el dudoso honor de ser la víctima “más desafortunada de Pompeya”, cuya muerte se ha atribuido de manera recurrente a la caída de un bloque de piedra, que le aplastó la cabeza en el momento preciso en que parecía haber conseguido escapar de la catástrofe. La noticia, que parecía encabezar una lista de muertes estúpidas, corrió como la pólvora, y la imagen del hombre con la cabeza sepultada bajo el enorme bloque alcanzó cierta notoriedad.

Foto: Mosaico de la ciudad de Baia, en la costa de Nápoles (Subaia.com)

Un efecto óptico

Lejos de reforzar esta interpretación, las nuevas investigaciones han revelado que la cabeza del hombre permanecía intacta bajo la roca, siendo la imagen un mero efecto óptico. Así, un equipo de arqueólogos habrían descubierto que, bajo el cuerpo, había en realidad un túnel que colapsó e hizo que el suelo se desplazara, lo que no tuvo nada que ver con la muerte del hombre, que falleció como consecuencia de respirar flujo piroclástico, resultado de la combinación de material volcánico y gases.

Más allá de la anécdota, estos nuevos hallazgos suponen un tremendo avance para una mejor comprensión de sociedades antiguas y ponen de manifiesto “la importancia de integrar los datos genéticos con la información arqueológica e histórica para evitar interpretaciones erróneas basadas en suposiciones modernas”, tal y como concluye Alissa Mittnik, coautora del estudio.

La erupción del Vesubio en el año 79 d.C. arrasó con todo, destruyendo ciudades y acabando con la vida de miles de personas. Los cuerpos de algunas víctimas fueron cubiertos por lava y se solidificaron, dando lugar a algunas terribles imágenes de personas que parecen petrificadas que han perdurado hasta nuestros días.

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