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Cartarescu, el gran autor rumano actual: "Vamos a vivir una trumpización del mundo"
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Entrevista

Cartarescu, el gran autor rumano actual: "Vamos a vivir una trumpización del mundo"

Acaba de publicar 'Theodoros', que es una enorme novela que retrata a un dictador y que bebe mucho de la literatura de dictadores de América Latina. Hablamos con él en el día en el que quizá todo cambió

Foto: El escritor rumano Mircea Cartarescu. (Cedida por la editorial)
El escritor rumano Mircea Cartarescu. (Cedida por la editorial)
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Mircea Cartarescu (Bucarest, 1956) ha escrito el mejor libro que se podría escribir ahora. Y lo publica en la fecha más acertada. Theodoros (Impedimenta) es el poderoso retrato de un dictador, de un déspota y de un tirano. Y es pura literatura, imaginación y exuberancia abrumadora de datos pseudohistóricos que abarcan desde la época de Salomón hasta la reina Victoria de Inglaterra. Ya lo dicen los numerosos fans que tiene por el mundo, puesto que está considerado el mejor escritor rumano de la actualidad gracias a novelas como Solenoide o el tríptico Cegador. Si te pierdes a Cartarescu te estás perdiendo algo muy bueno (se puede empezar por el relato El ruletista, que es prodigioso).

Está este miércoles en Madrid y hemos charlado con él en el Instituto Rumano de Cultura de Theodoros, de libros y literatura y de este mundo que precisamente ha comenzado esta noche. Le preocupa.

PREGUNTA: ¿Cómo empezó a escribir esta barbaridad de novela?

RESPUESTA: Hace cuarenta años que tengo la idea de escribir este libro pero nunca encontraba el momento adecuado para empezar. Por una parte no tenía la suficiente experiencia para semejante novela, y por otra, tenía proyectos que tenían más que ver con mi vida interior, muy diferentes de esta novela pseudohistórica. El tema lo encontré en una carta de un autor rumano del siglo XIX, y cuando lo hallé me pareció el mejor tema del mundo. Como una especie de novela que está esperando a la persona que la narre. Tras la pandemia encontré los dos años que necesitaba para escribir este libro y ha sido la escritura con la que más he estado satisfecho de escribirla de todas mis novelas. Si el lector recibe un cuarto de la emoción y el placer que he tenido yo al escribirla, estoy plenamente contento.

placeholder 'Theodoros', de Mircea Cartarescu.
'Theodoros', de Mircea Cartarescu.

P: Le aseguro que se nota el entusiasmo y se transmite. ¿Y cómo lo escribió? Se levanta temprano y escribe… ¿Cómo lo hace?

R: Escribo solo por la mañana, muy poco, una página o página y media. Pero soy constante y cuando escribo un libro, escribo casi todos los días. Comienzo sin ningún plan y escribo sin tachones y sin borrar nada. Nunca he arrancado una página, nunca he tachado párrafos, lo máximo ha sido borrar una palabra después de cuatro o cinco páginas. Me baso mucho en la inspiración. Este libro, como es una novela histórica, parece muy bien documentada, pero la parte de documentación es mínima. No escribo así, sino usando mi propia mente y sin consultar enciclopedias, no voy a Internet… Todo está en mí y en las lecturas que hice a lo largo de los años. La escritura de este libro ha sido muy ligera, pero poniendo mucha atención en los detalles y en la construcción general.

P: Me ha parecido una exuberancia de imaginación. Y estoy echando en falta en la literatura actual más imaginación, más ficción. Ahora son todo hechos reales y la vida de la gente con sus padres, sus hijos (tener un hijo es como algo impresionante), sus parejas, lo que le pasó en el cole de pequeño… y cada vez resultan todos los libros iguales. ¿Lo piensa usted también?

R: La literatura está dominada por la autoficción, sí. Pero en mi opinión, un escritor serio se tiene que oponer a la corriente. Yo siempre he escogido el camino más difícil, el menos andado, porque corresponde a cómo soy yo. No escribo para contar hechos, lo hago, pero no es lo más importante. Para mí lo más importante es el mundo interior, los sueños, la imaginación, la fantasía y, sobre todo, la inspiración. Creo mucho en la inspiración en el sentido clásico de la palabra, en el sentido en el que hablaba Cervantes. Intento hacer libros en los que no importe si la escritura es clásica o moderna. Así es Theodoros.

P: ¿Esta inspiración viene sola o hay que trabajársela?

R: Diría que yo estoy trabajado por mi inspiración. La inspiración es el principal escritor de mis libros. Cuando escribo es como si tocara el piano a cuatro manos. Siempre siento que alguien toca a mi lado. La mayoría de las veces tampoco soy consciente del sentido de mis escrituras, pero tengo mucha confianza en mi mente, que es más lista que yo y la dejo libre para que cuente lo que quiera.

"Estamos ante una resurrección de los chicos malos en todo el mundo. 'Theodoros' es una novela adecuada para nuestra época"

P: ¿Por qué esta falta de imaginación? Hay quien dice que cuando falla la imaginación es un síntoma de un fallo en la democracia. Necesitamos las ficciones para que no triunfe el autoritarismo. ¿Está de acuerdo?

R: Es verdad, creo lo mismo. La imaginación y la democracia están conectadas, porque la falta de imaginación es la robotización. Y sobre todo ahora que hay un peligro muy grande por parte de la Inteligencia Artificial, de las redes sociales, de los mundos virtuales… Yo prefiero el lado más exótico e imaginativo del ser humano.

P: Vamos a entrar en 'Theodoros'. Es un personaje que atrapa desde el primer párrafo. Es un tirano, sanguinario, déspota… Vive en el siglo XIX, pero vaya, qué cercano a nuestros tiempos… ¿Es un tiempo de líderes autoritarios?

R: Si tenemos en cuenta lo que pasó esta noche, [se refiere a la victoria de Trump en EEUU] desde luego. Estamos ante una resurrección de los chicos malos en todo el mundo. Theodorus es una novela adecuada para nuestra época porque es el retrato de un dictador que bebe mucho de la literatura latinoamericana de dictadores. La cultura europea también ha tenido muchos dictadores. La vida rumana fue cambiada de manera trágica por nuestro dictador Ceaucescu, sobre el que escribí en otro libro. Pero el dictador es un arquetipo, ha existido siempre y lamentablemente también hoy.

P: Y sigue siendo atractivo. Los chicos malos siempre fascinan y ahora es como si no hubiera herramientas para pararlos.

R: El mal siempre es interesante. Los personajes negativos de las novelas siempre son más interesantes que los positivos. Pero yo intenté hacer de Theodoros algo más que un dictador. Es un personaje complejo, no se puede reducir a una sola característica. Tiene historias de amor que te fascinan, tiene cartas hacia su madre en las que muestra su talento literario… Tiene un lado humano que se pone en balanza con su ambición demente.

P: Quizá ese sea el error, ver a estos líderes como solo de una pieza y no ahondar en su lado humano, en qué es lo que les lleva a ser así. Con un trazo caricaturesco no se hace nada.

R: Yo aprendí esto de García Márquez: a un dictador no se le tiene que mirar con odio, sino con pena. Es lo que él hace en El otoño del patriarca. Mi Theodoros tampoco es un personaje digno de odio completamente. Cada dictador ha tenido un lado humano, porque cada uno pertenece a la especie humana y de alguna manera nos vemos en él. Pero son monstruos que lo que nos tienen que causar es una pena infinita.

P: ¿Qué responsabilidad hay todos los que rodean a estos personajes? Estoy pensando en otro personaje del libro, el emperador Norton de EEUU, que es otro déspota grimoso. Sale mucho en los periódicos, que no le critican sino que les sirve para vender todavía más. Cuantas más payasadas, más venden.

R: Estamos entrando en una época en la que los valores humanos se empiezan a despreciar, en la que la solidaridad humana desaparece y son reemplazados por relaciones de poder en las que las personas más ricas son las que más influyen. El periodismo de calidad debe estar en contra de esta evolución y tiene que llevar a cabo esta acción heróica de parar el mal. Yo respeto mucho a los periodistas. Fui periodista de política y entendí lo peligroso que es todo esto, lo sentí en mi propia piel.

placeholder El escritor Mircea Cartarescu. (EFE)
El escritor Mircea Cartarescu. (EFE)

P: ¿El emperador Norton es Trump?

R: Los EEUU producen este tipo de personajes. Pero no, el arquetipo más fuerte fue el payaso asesino como el que aparece en la novela de Stephen King o el Joker, como ese asesino en serie que también era un payaso. La gran ironía es que las grandes bromas se asocian con los grandes crímenes. Por eso veo muy sombría la evolución que está teniendo EEUU.

P: ¿Sombría hacia dónde? ¿Hacia una colisión? ¿Y cómo nos va a afectar?

R: Tendrá un impacto en todo el mundo, y este impacto irá hacia la disminución del poder de la democracia en el mundo y el crecimiento del populismo y la extrema derecha. Vamos a vivir una trumpización del mundo.

"Aprendí esto de García Márquez: a un dictador no se le tiene que mirar con odio sino con pena"

P: La historiadora Mary Beard me decía hace un tiempo que la población aguanta las autocracias porque mientras les den pan y circo o les hagan sentir que viven bien no pasa nada. Es lo que ocurría en el Imperio romano con mucho emperador deleznable. ¿Lo comparte? ¿Somos así?

R: Los pueblos los creamos nosotros. Y si la educación es mala, si faltan los valores morales… las personas a las que les falta cultura van a ser dominadas. Son los más manipulables, los que caen en los agujeros negros de las teorías conspirativas y son una masa para manipular desde todas las idelogías.

P: Sí, pero yo también veo a personas cultas e ilustradas que defienden posturas populistas y antipolíticas.

R: Porque existe una fascinación por el poder. Las figuras negativas de la historia siempre han fascinado. Y gran parte de los intelectuales han estado de parte de los criminales, justo por esta fascinación. Hitler tenía un cierto carisma, Stalin supo tener entre las manos un gran pueblo… Todos son arquetipos, como faros que dirigen los pueblos, pero en una dirección errónea.

"Parte de los intelectuales han estado de parte de los criminales por esta fascinación que causan"

P: ¿Existe cura para esto? Por ejemplo, Rumanía sufrió durante años a Ceaucescu, en España tuvimos lo nuestro. ¿Estaríamos vacunados?

R: No, yo creo que las personas no aprenden lo suficiente de la Historia porque las generaciones cambian continuamente. Los jóvenes de hoy ya no han vivido el comunismo rumano y los españoles no han vivido la Guerra Civil. Por tanto, para esta generación estas cosas parecen antiguas, que ya han pasado y sin ninguna consecuencia. Y siempre caemos en las mismas trampas. Solo la memoria histórica nos puede salvar, más o menos, de estos males.

P: Una pregunta desde el idealismo: ¿Novelas como la suya tienen impacto en este sentido? ¿La literatura tiene impacto para remover conciencias, para hacer pensar, para algo?

R: Creo que todos los buenos libros tienen un impacto. Yo solamente divido a los escritores y a los libros en dos categorías: los buenos y los malos. Los libros buenos siempre influyen en la vida de las personas y da igual el tema. Los Sonetos de Shakespeare cambiaron a los hombres aunque no eran políticos ni sociales, eran solo historias de amor. Pero nos enseñaron a pensar diferente. Creo que cualquier libro escrito de manera honesta es importante para la gente.

P: Usted empezó a escribir en el año 1987 y publicó en 1990… Era un profesor de instituto que escribía cuando tenía tiempo, era otro país… ¿Cómo ve a ese joven escritor ahora?

R: Ya no me acuerdo muy bien de esa época, es como si viviese otra vida. Estaba casado con otra persona… vivía en otro clima… En mi juventud escribía sobre todo poesía y vivía en la poesía. Es lo que a mí y a mis compañeros de generación nos ayudó a sobrevivir en una época muy áspera y muy dura. Pero sentíamos que hacíamos una cosa muy importante y que mediante nuestra escritura logramos mantener una sociedad civil.

"Sentíamos que hacíamos una cosa muy importante y que mediante nuestra escritura logramos mantener una sociedad civil"

P: Qué importante es la poesía en los momentos más difíciles… Una escritora ucraniana me contaba precisamente que ahora se está escribiendo mucha poesía en Ucrania.

R: La poesía tiene el poder de lo débil. La poesía parece que está alejada del mundo, separada, no es popular, no vende, pocas personas dicen que leen poesía… y por tanto la poesía hoy agoniza, pero lo cierto es que la poesía lleva agonizando desde hace 3000 años, pero es una agonía feliz. Ningún ámbito artístico tiene menos popularidad y más fuerza que la poesía. Su fuerza viene precisamente de la discreción. No vemos el aire que respiramos, pero si no hay aire nos ahogamos en unos minutos. La poesía es igual. No la observamos en el día a día, pero si no existiese sería un momento muy malo para nosotros.

P: Igual en EEUU necesitan un poco de poesía.

R: En EEUU se escribe mucha poesía, pero no es agradecida por la sociedad. Los poetas son despreciados, son vistos como homeless, pocas veces son publicados… Pero existe en Internet, en pódcast… por tanto es una poesía viva que existe en toda la sociedad.

P: Por cierto, hablando de poesía… ¿qué puede hacer esta vieja Europa cultural contra todo lo que se viene encima?

R: Se hace siempre una comparación entre el mundo actual y el antiguo porque EEUU se parece mucho al imperio romano mientras que Europa es más bien una imagen de la democracia ateniense, griega. Y en la época de decadencia del periodo romano la influencia de Grecia fue muy fuerte. De hecho, el emperador Nerón pensaba que era poeta y vivió una temporada en Grecia para aprender a escribir poesía. Europa sigue siendo el guardián de una cultura milenaria y todavía tiene esta ventaja moral en relación con EEUU. Creo que Europa sigue siendo lo mejor de la humanidad. No soy eurocentrista, aprecio las demás culturas, pero en Europa es donde mejor me siento.

"Europa no sobrevivirá si no se federaliza totalmente y si no crea un ejército común. Si no planta cara tanto económicamente como militar"

P: Pero parece que no tenemos mucha influencia, ¿no? Está EEUU, pero también toda la parte asiática con China, Rusia, La India… Sí tenemos el valor moral, pero no tenemos fuerza política ni económica ni militar comparado con todos estos países…

R: Es verdad, y esto es un problema grande y grave. Para que Europa pueda sobrevivir tiene que adoptar una parte de estas culturas agresivas. Cuando luchas contra monstruos te arriesgas a convertirte en uno. Europa no sobrevivirá si no se federaliza totalmente y si no crea un ejército común. Si no planta cara tanto económicamente como militar en relación con el panorama global. Pero mi pregunta es que si hace todo eso seguirá siendo Europa o no.

P: Voy a terminar con una pregunta que tengo que hacerle: ¿cómo lleva la candidatura del Nobel estos últimos años?

Nunca sé qué decir a esta pregunta. Creo que lo más importante es ser considerado digno del Premio Nobel. Muchos grandes escritores no lo han tenido. Borges, Marcel Proust, James Joyce… Y muchos escritores que no han sido dignos del Premio Nobel lo han tenido. Yo estoy muy agradecido a las personas que me consideran dignos de este premio, pero no creo que lo vaya a ganar.

Mircea Cartarescu (Bucarest, 1956) ha escrito el mejor libro que se podría escribir ahora. Y lo publica en la fecha más acertada. Theodoros (Impedimenta) es el poderoso retrato de un dictador, de un déspota y de un tirano. Y es pura literatura, imaginación y exuberancia abrumadora de datos pseudohistóricos que abarcan desde la época de Salomón hasta la reina Victoria de Inglaterra. Ya lo dicen los numerosos fans que tiene por el mundo, puesto que está considerado el mejor escritor rumano de la actualidad gracias a novelas como Solenoide o el tríptico Cegador. Si te pierdes a Cartarescu te estás perdiendo algo muy bueno (se puede empezar por el relato El ruletista, que es prodigioso).

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