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John Barton: "No se sabe con rigor qué es lo que dijo Cristo, son siglos de traducciones"
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John Barton: "No se sabe con rigor qué es lo que dijo Cristo, son siglos de traducciones"

Hablamos con el experto historiador sobre los libros sagrados, sus interpretaciones a lo largo del tiempo y sus distintas traducciones

Foto: Antiguo icono ortodoxo ruso. Profetas Moisés y David, siglo XVI. (iStock)
Antiguo icono ortodoxo ruso. Profetas Moisés y David, siglo XVI. (iStock)

La historia más grande jamás contada es la que comienza con "Al principio creó Dios el cielo y la tierra. La tierra era soledad y caos y las tinieblas cubrían el abismo" y que miles de páginas después termina con esa especie de viaje lisérgico en forma de profecía que está entre el sueño y la pesadilla del Apocalipsis de San Juan: "Vi un gran trono blanco y al que estaba sentado sobre él. El cielo y la tierra huyeron de su presencia sin que se encontrase su lugar".

No es un solo libro, ni siquiera los 66 canónicos escritos durante un periodo de 1.600 años que podría decirse que dieron para mucho, como congregar la historia del pueblo oprimido de Israel en el Antiguo Testamento y la de la llegada del Mesías y su resurrección en el segundo, conocido como el Nuevo Testamento, entre historias, leyes, profecías, poesía, proverbios, canciones y cartas y que tampoco sería correcto porque hay muchas Biblias en una sola aunque en nuestra tradición pensemos en la católica con su interpretación y recolección canónica.

Por ejemplo, entre los libros que no los son, pero que forman también la Biblia están otros evangelios que cuentan la vida de Jesucristo de forma un poco diferente: "Hay uno en el que se considera que Jesús cuando era niño podía matar a la gente que le caía mal" explica a El Confidencial vía zoom el experto historiador sobre los libros sagrados John Barton, "bueno, estos no entraron en el canon. Al final, el criterio de cuándo es un evangelio canónico, qué es un libro canónico y qué no es, depende del momento en el que se incorporó al canon".

La historia de su creación y divulgación es tan apasionante como el contenido en sí hasta el punto de poder constituir su propio género, la palabra de Dios y que tendría también sus problemas si tenemos en cuenta las sucesivas copias añadidos y tachados más interpretaciones de traducciones que han llegado hasta nuestros días: la palabra de Dios la habría alterado el hombre.

PREGUNTA. ¿Cuál es el valor literario de la Biblia? Y me refiero al valor literario en la cultura occidental, desde los griegos y los romanos.

RESPUESTA. Bueno, creo que el valor literario de la Biblia es muy interesante. El Antiguo Testamento, o la Biblia Hebrea, tiene pasajes, uno piensa en el libro de Isaías o en los salmos, que son literatura mundial, que realmente, desde un punto de vista literario puro, dejando de lado cuestiones de la fe, es una literatura maravillosa y muy bien escrita. El Nuevo Testamento es diferente porque se escribe en el griego más o menos cotidiano de la época. Hay algunos libros que sí que tienen un estilo más depurado, más literario, como por ejemplo, el Evangelio según San Lucas y algunos libros de los Apóstoles. Luego, por ejemplo, está el Evangelio según San Marcos, que sí que está escrito en un griego más rudo, seguramente por alguien que claramente no era griego nativo. Pero sí, tiene un gran mérito como puro valor literario. Por otra parte, ha sido, como comentas, muy influyente en la cultura de la literatura occidental. Ya tuvo traducciones en griego y en latín antes del nacimiento de Cristo. Y sigue siendo influyente tanto mediante citas como en giros del lenguaje. Por ejemplo, en la lengua inglesa tenemos la traducción, por así decirlo, canónica de la Biblia, la Biblia del King James, la Biblia del Rey Jacobo, creo que es, que es en torno al siglo XVII. Y esta es como la Biblia canónica, cuando la gente cita de la Biblia suele pensar en esta Biblia en mente. Pero bueno, por ejemplo, Shakespeare escribe antes de que esté esta Biblia compuesta en inglés y, bueno, pues cita de otras Biblias anteriores. Y hay mucha gente que a lo mejor confunde, no sabe muy bien cuando escuchan citas de Shakespeare que proceden de la Biblia, no sabe muy bien si están citando a Shakespeare o si están citando a la Biblia a través de Shakespeare. Entonces se da esta situación.

"El libro de Isaías o en los salmos son literatura mundial desde un punto de vista literario puro, dejando cuestiones de fe"

P. ¿Qué es exactamente el Antiguo Testamento? Una serie de historias orales, escritas finalmente en varios libros, sobre un pueblo mítico, que es el pueblo mítico de Israel, que curiosamente también coincide después en muchos de sus escritos con lo que luego va a ser el Corán…

R. Mi conocimiento sobre el Islam y el Corán es limitado y por eso en mi libro me concentro sobre todo en lo que es el judaísmo y el cristianismo, pero sí que está muy claro que el Antiguo Testamento influyó considerablemente en el Corán. Lo que tienen también claro los musulmanes es que las enseñanzas que transmiten el Corán y el Antiguo Testamento, aunque en cierto sentido son paralelas, las del Corán transmiten toda su pureza, mientras que el Antiguo Testamento se nos transmitió una versión distorsionada. Eso es lo que piensan los musulmanes sobre la relación entre los dos libros. Pero sí, la mayoría de los estudiosos del Islam tienen muy clara esta relación entre el Antiguo Testamento y el Corán.

P. El Antiguo Testamento es una historia, al final, de un pueblo y su relación con Dios, que es la historia de Israel. ¿Con qué objetivo se escribió? ¿En qué momento se escriben y se trasladan a unos libros? Porque es muy diferente el Deuteronomio del libro del Génesis.

R. Sí, es difícil decir en qué momento. Es verdad que la Biblia, en cierto modo, cuenta la historia del pueblo de Israel, lo que luego fueron los judíos, pero también es verdad que, sobre todo en el Antiguo Testamento, hay libros en los que no se habla propiamente de la historia de Israel, sino que se habla de otras cosas, de elecciones de vida, de cómo vivir adecuadamente. Entonces, esta decisión de ver la Biblia o el Antiguo Testamento como una historia del pueblo de Israel, es algo que no es algo que resulte evidente por la lectura del Antiguo Testamento, es una cuestión interpretativa que está ahí, se puede ver así, pero no es autoevidente. Se puede leer como un conjunto de reglas de vida, o por lo menos buena parte del material del Antiguo Testamento. También yo creo que a lo mejor partimos de la visión cristiana, que la visión cristiana ve el conjunto de la Biblia como una historia con un principio y un final, un principio en el Génesis y un final en el Apocalipsis. Pero claro, esto no es el sentido que tiene la historia de la Biblia desde el punto de vista judío, porque en el judaísmo el último libro de la Biblia judía es el segundo de las crónicas, cuando se permite a los judíos retornar a Israel. Entonces, digamos que la Biblia judía y la Biblia cristiana tienen diferentes clímax. La cuestión clave es que cuando se quiere leer la Biblia como conjunto, al final se tiene que encontrar una clave interpretativa. Y desde el cristianismo la clave que se ha encontrado es la de leer la Biblia como una historia con un principio y un final, pero es solo una de las múltiples interpretaciones que tiene, no es la única.

P. ¿Cuáles son las grandes diferencias de interpretación del Antiguo Testamento desde el punto de vista cristiano y desde el punto de vista del judaísmo?

R. Sí, la principal diferencia es que los cristianos, por un lado, han interpretado la Biblia, el Antiguo Testamento, como la narración de una historia continua. Por lo tanto, hay libros, como por ejemplo de los Proverbios, que no cuentan una historia, que intentan más o menos incorporar a esta línea narrativa, pero no es su fin original. Mientras que para los judíos, los judíos consideran el Antiguo Testamento como Torá. Es lo que los cristianos traducen como ley, pero un judío te dirá que la traducción de Torá como ley no es muy adecuada. Torá se puede traducir más bien como regla de vida, es decir, este conjunto de reglas, también legales, pero no solo legales, para llevar una buena vida. Entonces, los judíos han tendido a interpretar tradicionalmente el Antiguo Testamento como un conjunto de reglas, de ejemplos morales para llevar una buena vida. Por ejemplo, las historias de Moisés son ejemplos de personas, de judíos, que hay que imitar. Por supuesto, los cristianos también han buscado ejemplos morales en la Biblia, pero la interpretación cristiana de la Biblia va más bien porque la Biblia cuenta una larga historia con un principio y un final que acaba en el clímax de la resurrección de Cristo.

placeholder Una fotografía de John Barton. (Cedida)
Una fotografía de John Barton. (Cedida)

P. Lo que ocurre con el Nuevo Testamentos es que hay una relación de hechos sobre Jesús, que puede ser la nueva religión, y ahí existe más de una versión. Hay muchas versiones, para los católicos directamente hay cuatro evangelios que son los que consideran la Iglesia católica, pero hay muchos más.

R. Bueno, en el Antiguo Testamento hay una serie de libros que, por ejemplo, los católicos consideran que son canónicos, y los protestantes consideran que no. Por ejemplo, el libro de Tobías o la Sabiduría de Salomón son libros que se escriben más o menos bastante tardíos, a lo mejor uno o dos siglos antes del nacimiento de Cristo, y por este motivo también los judíos tampoco los consideran parte del Antiguo Testamento.Como digo, son libros del Antiguo Testamento que los católicos sí consideraban, y siguen considerando como parte del canon, pero que cuando llega la Reforma, pues se eliminan de lo que es el canon protestante. Se consideran o no canónicos o semicanónicos. Entonces, como que se eliminan parcial o totalmente de este canon. Luego está la Iglesia anglicana, a la que yo pertenezco, que nos gusta siempre entre dos aguas entre los católicos y los protestantes en este sentido y son libros que sí que consideramos parte de nuestro canon. Se leen en la misa, por ejemplo. Esto es lo que respecta al Antiguo Testamento. Con lo referente al Nuevo Testamento, hay un montón de pseudo-evangelios, de cartas, de escritos que se componen antes de que se fije el canon, muchos a lo mejor tardíos en torno al siglo II o III de Cristo, y en algunos casos tienen bastante importancia la forma en la que vemos a Cristo y su vida. Por ejemplo, cuando pensamos que José era un hombre ya más o menos mayor, que había tenido hijos antes, esto no sale en la Biblia. Esto aparece en el protoevangelio de Santiago, que es un evangelio apócrifo, pero es algo que influye en nuestra visión de lo que es el cristianismo. Luego también hay otros evangelios espurios, por ejemplo el de María Magdalena, y hay otros que tienen unas visiones bastante inquietantes de Jesús.

Hay uno en el que se considera que Jesús, cuando era niño, podía matar a la gente que le caía mal. Bueno, pues estos no entraron en el canon. Al final, el criterio de cuándo es un evangelio canónico, qué es un libro canónico y qué no lo es, depende del momento en el que se incorporó al canon. Se incorporan al canon en torno al siglo IV después de Cristo, en diversos concilios, pero en estos concilios no es que se esté imponiendo desde arriba qué libros son canónicos, sino que hay una tradición previa, preexistente, que estos concilios vienen a reconocer y dicen: ‘vale, este libro es canónico’. La mayoría de los libros que forman parte del canon son libros que antes de entrar en el canon ya eran canónicos, por así decirlo, en la mayoría de los casos. Sí que es verdad que, por ejemplo, hay libros que con el pasar del tiempo se han salido del canon o no llegaron a ser parte de este canon final establecido al principio del cristianismo, por ejemplo, cuando se ve el Códex Sinaítico, que la mayor parte está en Londres, pues hay elementos de este libro, por ejemplo, el libro del Pastor, que no forman parte de nuestra Biblia canónica y que sí que están en esta Biblia canónica que recoge el Códex Sinaítio. Este es un ejemplo muy concreto, pero la mayoría de los libros que se consideran canónicos en el principio del cristianismo siguen siéndolos hoy en día.

P. ¿Cómo influyeron las traducciones en la propia concepción del libro sagrado?

R. Bueno, ha sido muy importante porque la primera traducción de los Escritos Hebreos fue al griego, realizada probablemente en el tercer siglo antes de Cristo, y eso ya cambia el significado del texto que está siendo traducido. Por ejemplo, el primer salmo dice que los malvados no podrán levantarse en la presencia de los justos, lo que en hebreo significa que si vienen a la justicia y se encuentran en la justicia para un juicio, no ganarán porque son malvados. Se traduce algo así como que el condenado no podrá ponerse en pie en presencia del justo. Lo que se dice en hebreo es esto, no ponerse en pie, porque se está hablando de un contexto en un tribunal, ya que no podrá ponerse en pie, porque está condenado y porque el justo le va a fulminar, por así decirlo, porque es justo y él no tiene razón.

"La primera traducción de los Escritos Hebreos fue al griego realizada probablemente en el tercer siglo antes de Cristo"

Sin embargo, cuando se traduce al griego se utiliza la palabra levantarse, pero es una palabra griega que también trae este significado de resurrección. Entonces, claro, en este sentido se incorpora este significado de resurrección a este salmo, que también esta traducción, este sentido, está en muchas de las Biblias modernas. Entonces, al final, cuando se traduce, se van incorporando significados. Esta traducción en concreto es una traducción judía, no cristiana, pero, claro, cuando llega el cristianismo y esta idea de la resurrección a través de las diferentes traducciones, ya está en el aire. Sin embargo, seguramente en el momento en el que se compuso este Salmo I, esta idea de la resurrección no se le había ocurrido a nadie, pero son elementos que van incorporándose a la Biblia. Yo también he escrito un libro que se llama La palabra, The Word, que habla de la forma en la que se ha traducido la Biblia, porque, al final, una cosa que tenemos que tener en cuenta es que casi todo el mundo lee la Biblia a partir de traducciones. Salvo algunos judíos que leen hebreo y algunos griegos, que su lengua materna es una lengua muy distinta del griego de hace milenios, el resto de las personas lo leen en traducciones. Esto es algo que tiene mucha importancia y que no nos damos cuenta habitualmente. Y es un punto importante, por ejemplo, cuando viene un fundamentalista y dice, bueno, pues Cristo dijo esto. Bueno, pues Cristo realmente no sabe lo que dijo, porque lo que estás leyendo de la Biblia es la traducción inglesa, francesa, lo que sea, de una Biblia griega que traduce unas palabras que seguramente casi con total totalidad Cristo dijo en arameo.

La historia más grande jamás contada es la que comienza con "Al principio creó Dios el cielo y la tierra. La tierra era soledad y caos y las tinieblas cubrían el abismo" y que miles de páginas después termina con esa especie de viaje lisérgico en forma de profecía que está entre el sueño y la pesadilla del Apocalipsis de San Juan: "Vi un gran trono blanco y al que estaba sentado sobre él. El cielo y la tierra huyeron de su presencia sin que se encontrase su lugar".

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