¿Cómo se sobrevive al suicidio de un ser amado? "Es una cicatriz que te acompaña siempre"
El escritor italiano Matteo B. Bianchi tardó más de 20 años en lograr narrar el suicidio de su pareja en 'La vida que nos queda', una joyita que ha sido superventas en Italia
Hacía ya tres meses que no vivían juntos, pero S. aún conservaba un juego de llaves y de vez en cuando acudía a la vivienda que ambos habían compartido para llevarse ropa y alguna que otra de sus cosas. "De todas formas, no te preocupes, cuando vuelvas ya no estaré", le dijo a su ex pareja cuando, desde el teléfono de la casa, le llamó a su trabajo para hacerle saber que había pasado a recoger algunos de sus enseres.
Fueron las últimas palabras que Matteo B. Bianchi escuchó de S. Unas horas después, al regresar a casa, encontró en el suelo el cadáver de quien durante siete años había sido su compañero.
¿Cómo se sobrevive al suicidio de un ser querido? Matteo Bianchi tuvo que aprender él solo. "A mí aquello me ocurrió en 1998, hace 25 años. En Italia entonces no había nada: ninguna asociación, ningún centro de prevención del suicidio, no se hablaba ni una palabra de suicidio… Había un vacío total y ni siquiera existía Google para poder buscar información, así que sentí un aislamiento enorme, gigantesco, nadie entendía por lo que estaba pasando y la complicada mezcla de sentimientos que experimentaba: culpa, arrepentimiento, rabia, todo junto", nos cuenta.
Pasó por la consulta de psiquiatras, visitó a videntes, probó con una pranoterapeuta conocida por aliviar dolores mediante la imposición de sus manos, trató de buscar consuelo en los libros, intentó encontrar alivio en la música… Pero nada de eso funcionó. "Este es un dolor que no se supera jamás, simplemente se aprende a vivir con él. Al principio es un dolor que anula todo lo demás, solo puedes pensar en el dolor, un dolor que te aplasta completamente. Pero después ese dolor entra a formar parte de tu vida y llegas a tener una relación serena con él, se convierte en una cicatriz que te acompaña siempre, pero a la que te acostumbras".
Nadie, excepto quien también ha pasado por ello, alcanza a entender el intenso sufrimiento de quien ha visto a un ser querido quitarse la vida. Matteo Bianchi necesitó más de 20 años para asumirlo y ser capaz de escribir
"Entonces me habría ayudado mucho leer un libro como este, sobre los supervivientes del suicidio de un ser querido, sobre la vida de los que se quedan. Por eso sentí que debía escribirlo, porque yo, como superviviente, no encontré en su momento ninguna literatura sobre los supervivientes. Del suicidio se habla poquísimo, de los supervivientes no se habla jamás", explica Matteo Bianchi a El Confidencial.
La prueba de lo necesario que era su libro es que en Italia se convirtió en un superventas en cuanto salió al mercado: a los dos días ya se había agotado la primera edición y se sacó rápidamente una segunda que también se vendió en tiempo récord. La vida que nos queda ya va en Italia por la séptima edición, solo en ese país ha vendido hasta el momento más de 25.000 ejemplares y fue propuesto al Premio Strega 2023, el más importante galardón literario italiano, por el escritor Paolo Cognetti. "Se trata de una novela autobiográfica sobre la pérdida —por suicidio— de una persona amada, sobre el dolor, el sentimiento de culpa y la soledad que derivan, está entre los más intensos y nítidos que haya leído", decía en su motivación.
El suicidio es la tercera causa de muerte en el mundo de personas adultas, mueren más personas quitándose la vida que en guerras. Es por eso por lo que La vida que nos queda es un libro universal, como lo demuestra el que ya se haya traducido a 10 lenguas (incluido el japonés, el coreano y el inglés) y que ahora salga en castellano y en catalán. "Yo creo que el éxito del libro se explica porque llena un vacío. Desde el mismo día de su publicación hasta hoy he recibido decenas y decenas de mensajes, toda una avalancha de mensajes de personas que sentían su dolor reflejado en mi libro, que me decían que habían pasado exactamente por lo mismo al suicidarse su mujer, su hijo, su hermano, su amigo…".
Si Bianchi ha necesitado más de dos décadas para escribirlo, asegura que ha sido para poder alcanzar la distancia emocional precisa. "En los primeros tiempos no habría sido capaz de escribirlo, estaba demasiado mal y no tenía la perspectiva suficiente. Además, no quería que el libro fuese un desahogo, quería que el libro contase el recorrido de una persona que ha sobrevivido al suicidio de un ser querido, pero también que fuese comprensible para los que no han pasado por algo así. No encontraba el modo de hacerlo, aunque pensaba mucho en ello e hice varios tentativos", señala. Hasta que un día dio con la fórmula: escribir el libro a través de fragmentos muy breves, sobrios, sin apenas descripciones y huyendo absolutamente de lo morboso y de los detalles excesivamente íntimos. Fragmentos que transmiten a la perfección los mil pedazos en los que él mismo quedó reducido tras el suicidio de S. y que avanzan adelante y retroceden atrás en el tiempo, componiendo una especie de gran mosaico desestructurado.
"Otro de los motivos por los que he esperado más de 20 años para escribir este libro es porque quería que fuera un libro narrativo, un libro de escritor y no solo el de una persona que ha pasado por esa experiencia. Y para eso necesitaba alcanzar también madurez literaria y narrativa".
"Cuando encuentras a una persona que ha pasado por lo mismo sientes que habla tu misma lengua"
La vida que nos queda tiene también momentos hilarantes: como cuando Matteo Bianchi se convierte en la persona más popular de su trabajo a causa del suicidio de S. o cuando un amigo le regala sin darse cuenta un libro en el que hay un personaje que se quita la vida. "Me salió así, soy una persona bastante irónica. Y me gusta haber incluido en el libro esos fogonazos de humor. ¿Sabes qué? Al principio pensaba titular el libro El dolor que nos queda, ese es el título que tenía en mi ordenador. Pero después, al acabar de escribirlo y cuando ya iba a mandarlo a los editores, en el último momento cambié de idea y decidí titularlo La vida que nos queda. Es verdad que se comienza con el dolor, pero quería que la vida estuviera presente en el título y quería mandar también un mensaje positivo".
¿Cómo se sobrevive al suicidio de un ser amado? Matteo Bianchi lo tiene claro: "El contacto con otros supervivientes es fundamental, la clave de todo. Por supuesto que un psicólogo puede ayudar, los amigos, las personas cercanas… Pero la experiencia del superviviente del suicidio de un ser amado es tan única que cuando encuentras a una persona que ha pasado por lo mismo, sientes que habla tu misma lengua, una lengua que los demás no hablan. Ante otro superviviente tienes a alguien al que no debes de explicarle nada por qué siente lo mismo que tú, porque es un igual. Por eso es fundamental".
Hacía ya tres meses que no vivían juntos, pero S. aún conservaba un juego de llaves y de vez en cuando acudía a la vivienda que ambos habían compartido para llevarse ropa y alguna que otra de sus cosas. "De todas formas, no te preocupes, cuando vuelvas ya no estaré", le dijo a su ex pareja cuando, desde el teléfono de la casa, le llamó a su trabajo para hacerle saber que había pasado a recoger algunos de sus enseres.