:format(png)/f.elconfidencial.com%2Fjournalist%2Fd91%2F47a%2Fca0%2Fd9147aca0222f3c5a299fc0e25157c67.png)
Por
Me llamo López y exijo que me pidas perdón, imperialista español
Siempre que viene a exigirle disculpas a un español contemporáneo un señor que se apellida López, gobierna México y tiene el ADN como gotelé de extremeño, siento pena, porque parece que odie el hecho de haber nacido
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fba0%2Ff68%2Fd68%2Fba0f68d68d76685f01e7b430218d9296.jpg)
Es una desgracia para Felipe VI no estar casado con Pedro Sánchez, pero en eso salen ganando las relaciones diplomáticas hispanomexicanas. De ser Felipe VI la primera dama, el desplante al Rey por parte de la élite del DF hubiera provocado una crisis consular grave, como cuando Milei mentó a Begoña Gómez. Malo para los negocios, bueno para el amor: es lo de siempre.
Pero, dado que esta vez no hay amor apasionado, sino mera institución, el Gobierno ha estado correcto: firme sin hipérboles. "¿No invitáis al Rey, hermanos? Entonces el presidente tampoco se presenta". Es algo que me gustaría oír más, pero si Moncloa diera esta respuesta cada vez que sus socios parlamentarios se ciscan en el jefe de Estado, ya no habría Gobierno.
Total: que Claudia Sheinbaum Pardo se va a privar de tener cerca al que, ahora que me he regenerado, veo como el presidente más guapo y que mejor habla inglés en el mundo, y Sánchez se quedará sin conocer, por ahora, a la primera presidenta de la historia de México, que, además de mujer, biológicamente hablando, es una tlaxcalteca a la que la sangre indígena le sale por los poros como indica su nombre.
La postura de la élite extractiva mexicana merece poca reflexión. El país glorioso de Juan Rulfo y Octavio Paz tiene hoy ciertos problemillas que su Gobierno no subsana o hasta empeora: me refiero a minucias como el narco ultramilitarizado, el asesinato impune, la desigualdad y la corrupción. Quizás remontarse al siglo XIV es buena idea porque, cuando se quiere resolver un gran problema, hay que empezar por alguna parte.
Dado que esta vez no hay amor apasionado, sino mera institución, el Gobierno ha estado correcto: firme sin hipérboles
De todas formas, siempre que viene a exigirle disculpas a un español contemporáneo un señor que se apellida López, gobierna México y tiene el ADN como gotelé de extremeño, siento pena, porque parece que odie el hecho de haber nacido. Y, aunque yo regalaría a México los huesos de los Habsburgo para que se hagan pipas (hasta ese punto me importan las reliquias y los símbolos), pienso que lo que necesita alguien con ese problema es un psicoanalista.
¡Quiérase un poco más, Obrador! Acepte a sus abuelos y bisabuelos, los que durante los últimos doscientos años, desde la independencia, han hecho a su país y sus nativos más daño del que lograron perpetrar los soldados y virreyes españoles más sanguinarios e insensibles a las Leyes Nuevas de Indias.
Los conquistadores, en todo caso, tendrían que pedirnos perdón a nosotros, los españoles: por su culpa y la de aquel imperio remoto en que el virreinato era opulento y la Meseta española miserable, tenemos nosotros que aguantar cinco siglos más tarde, no solo a López Obrador, sino a la izquierda quechua española. ¡Eso sí que es un dolor evitable perpetrado por el imperio español!
Los conquistadores, en todo caso, tendrían que pedirnos perdón a nosotros, los españoles
Decíamos que no va el Rey ni Sánchez, pero sí la izquierda quechua: Ada Colau e Irene Montero, partidos como Sumar y Bildu, los alumbrados que un día se calzan ropa Decathlon en cota cero, al día siguiente acampan para protestar frente al ministerio en el que trabajan y siempre, en todo momento, sostienen una lucha épica contra el Imperio de Carlos V, pero en la España autonómica.
De todas las plagas que los conquistadores esparcieron involuntariamente por América, la peor es la que cinco siglos más tarde apareció en España, dando por culo con los bongos y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Es gente que leyó a Galeano y escuchó a Ska-P por encima de sus posibilidades, y dicen Sáhara Libre, Palestina del Río al Mar y Viva el Subcomandante Marcos, porque todo les parece lo mismo.
Es gente que leyó a Galeano y escuchó a Ska-P por encima de sus posibilidades, y dicen Sáhara Libre porque todo les parece lo mismo
Son, en suma, los garantes de la pureza de la democracia, y por eso se unen al populismo mexicano en el insulto al Rey de España y se sentarán, en la toma de posesión de la indígena Sheinbaum Pardo, junto al ruso elegido democráticamente, Putin; el venezolano elegido democráticamente, Maduro; y el cubano elegido democráticamente, Díaz Canel: amigos de los derechos humanos y nada imperialistas.
Ya se sabe que es norma orgánica de la izquierda quechua española que la democracia resplandece cuando el tirano es de la misma cuerda que uno.
*Si no ves correctamente el módulo de suscripción, haz clic aquí
Yo creo que en esa fiesta solo falta Carles Puigdemont, y es una pena. El libertador catalán no solo está a la altura de Bolívar, sino que podría mantener con la élite mexicana largas y ricas conversaciones sobre Historia. Unos y otros se parecen en que han esquilmado a su propia población mientras fingían lloros y reclamaban compensaciones al Rey Felipe VI por 1492 o 1714.
En defensa de los catalanes, habrá que decir que, a diferencia de los antiguos guerreros mexicas, fueron aplastados por los Borbones. Y no sé si hay algo más humillante que la humillación perpetrada por un Borbón.
Es una desgracia para Felipe VI no estar casado con Pedro Sánchez, pero en eso salen ganando las relaciones diplomáticas hispanomexicanas. De ser Felipe VI la primera dama, el desplante al Rey por parte de la élite del DF hubiera provocado una crisis consular grave, como cuando Milei mentó a Begoña Gómez. Malo para los negocios, bueno para el amor: es lo de siempre.