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Los (polémicos) toros de Albert Serra se llevan la Concha de Oro
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PALMARÉS DEL FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN

Los (polémicos) toros de Albert Serra se llevan la Concha de Oro

‘Tardes de soledad’, el documental en el que el director bañolense persigue al torero Andrés Roca Rey en sus faenas taurinas, ha convencido al jurado en una 72 edición del Festival de San Sebastián de muy alto nivel

Foto: El cineasta Albert Serra recibe junto a su equipo la Concha de Oro a la mejor película. (EFE/Juan Herrero)
El cineasta Albert Serra recibe junto a su equipo la Concha de Oro a la mejor película. (EFE/Juan Herrero)

Albert Serra ya tiene su Concha de Oro. El cineasta más díscolo del cine europeo —por algo su productora se llama Andergraun Films—, el único que en los últimos años, aparte de Almodóvar, puede presumir de haber competido en la Sección Oficial de Cannes, ya tiene su primer gran trofeo entre las manos. Y los que vendrán. Ya desde la tarde del viernes los mentideros donostiarras dividían la Concha de Oro entre los toros de Serra o los trabajos basura de la portuguesa Laura Carreira.

Foto: El torero Andrés Roca Rey en 'Tardes de soledad'. (Andergraun Films)

La primera, Tardes de soledad, el ensayo en el que Serra ha seguido al torero de moda, Andrés Roca Rey, a lo largo de catorce corridas, y catorce viajes en coche, y catorce enfajarse en el traje de luces, y catorce momentos de introspección en los que enfrentarse al porqué de la pulsión de muerte, el porqué del sacrificio. De ese seguimiento ha surgido una película bucle que condensa, como su título indica, la soledad del torero dentro de un ruedo que hace las veces de circo romano. La segunda, On Falling, Carreira producida por Ken Loach, es un retrato generacional de los trabajos precarios de los migrantes —también europeos— en Escocia. Trabajos de mierda que dan para pagar el alquiler, para comer día tras día sándwiches de queso y poco más, trabajos de mierda que alienan la mente y vacían el espíritu, que convierten a las personas en zombis ensimismados. Una ópera prima que apunta a una gran directora en acto y en potencia.

Ante la duda, radiografía del jurado. La presidenta, Jaione Camborda, directora afincada en Galicia, quizás podría mostrar más cercanía con una película como la de Carreira. El austríaco Ulrich Seidl seguramente esté más cerca del cine de Serra, en el que la belleza y la crueldad se aparean. Junto a ellos, la escritora argentina Leila Guerriero, el actor y director estadounidense Franz Katz, el director griego Christos Nikou y la productora francesa Carole Scotta. Quizás el jurado quisiera apuntarse el tanto de descubrir un nuevo talento. O quizás prefiriesen reivindicar a un autor consolidado, pero todavía sin una gran victoria en un palmarés.

placeholder El torero Andrés Roca Rey en 'Tardes de soledad'. (AContracorriente)
El torero Andrés Roca Rey en 'Tardes de soledad'. (AContracorriente)

Tardes de soledad llegó al festival, además, con la mochila de la polémica. El lunes de su alfombra roja, asociaciones animalistas se manifestaron frente al Kursaal, donde tenía lugar la proyección. En la película de Serra, algunos han querido ver una crítica a la tauromaquia. Pero Serra lo dejó muy claro en sus entrevistas: "Un toro no sabe que existe la muerte, así que no tiene ninguna tristeza", le contaba a El Confidencial. Porque a Serra solo le interesa el arte, la capacidad del cine —o de la literatura o la música— para engendrar vida una cualidad cuasimágica, como la del útero de una mujer.

En Tardes de soledad, Serra ha conseguido registrar lo que hasta ahora nadie. Con las lentes tele y el trabajo de sonido, mete al espectador en la cabeza del torero, de Andrés Roca Rey, hasta casi sentir en la nuca el aliento del toro, las astillas del burladero, la arena empapada en sangre. Tardes de soledad es un hito en el cine español. Un antes y un después. Una película que cambia el lenguaje, que consigue captar en imagen y sonido lo que el ojo nunca antes había visto. Y eso en un momento en el que la pupila ya se ha acostumbrado hasta a la barbarie, es mucho decir. La película consigue registrar las conversaciones entre los toreros, siempre esdrújulas, por lo ditirámbicas, lacónicas, atávicas y filosóficas.

El resto de premios

Uno de los grandes momentos de la 72 edición del Festival de San Sebastián fue la llegada de Pamela Anderson, que protagoniza The Last Showgirl, de Gia Coppola. Prácticamente desaparecida en las últimas tres décadas, Anderson ha renacido de la mano de la pequeña de los Coppola y se ha llevado, junto a sus compañeras de reparto —Jamie Lee Curtis, Brenda Song, Kiernan Shipka— el Premio Especial del Jurado, que ha reconocido la interpretación de todas las actrices.

Foto: Pamela Anderson en la 72 edición del Festival internacional de cine de San Sebastián. (Efe/ Juan Herrero)

Anderson se resarce así del encasillamiento como icono sexual noventero y revive en una nueva carrera como actriz de cine independiente. Hay voces que apuestan por la nominación al Oscar, pero, aunque es verdad que Hollywood adora las historias de redención, este año hay una competencia dura con Tilda Swinton (La habitación de al lado, León de Oro), Angelina Jolie (María), Mickey Madison (Anora, Palma de Oro de Cannes), Karla Sofía Gascón (Emilia Pérez) y Demi Moore (La sustancia), que también ha protagonizado su propio comeback.

On Falling de Carreira al final se tuvo que conformar con el Premio a Mejor dirección. Nada desdeñable para una primera obra y para una directora que apuesta por el rigor de la imagen y que ha conseguido encapsular con tal precisión la alienación de los trabajadores precarios. Y lo ha ganado ex aequo con el director vallisoletano Pedro Martín-Calero, autor de El llanto.

placeholder Ester Expósito en 'El llanto', de Pedro Matín-Calero. (Elastica)
Ester Expósito en 'El llanto', de Pedro Matín-Calero. (Elastica)

El llanto es una inusual cinta de terror que rompe con las convenciones de la estructura narrativa y sigue a varias mujeres en distintas épocas y distintos lugares acosadas por una presencia maligna. Protagonizado por Ester Expósito y Mathilde Ollivier, el filme propone una experiencia sugerente y envolvente, una tensión ambiental que se adueña de cada escena y contagia al espectador el desconcierto de lo paranormal.

El Mejor guion ha ido a parar a un clásico del festival, el francés François Ozon, por Cuando cae el otoño, un melodrama familiar con arranques de suspense e, incluso, momentos sobrenaturales. La película pivota alrededor de dos ancianas jubiladas —interpretadas por Josiane Balasko y Hélène Vincent— con un pasado atípico y con unas complejas relaciones maternofiliales que acabarán complicando sus existencias. A pesar de que el gran peso de la película lo sostienen entre las dos actrices, Cuando cae el otoño también se ha llevado el Premio a Mejor interpretación secundaria para Pierre Lottin, el actor que interpreta al hijo de una de las protagonistas.

placeholder Un fotograma de 'Cuando cae el otoño', de François Ozon. (Caramel)
Un fotograma de 'Cuando cae el otoño', de François Ozon. (Caramel)

El Premio a Mejor interpretación protagonista ha recaído en una actriz que se consolida como una de las más brillantes de su generación, Patricia López Arnaiz, por su papel en Los destellos, de Pilar Palomero, un drama intimista y desnudo en torno a los cuidados, el duelo y el reconciliarse con el pasado, la película más depurada y concisa de la directora zaragozana y que será uno de los títulos de los Goya.

López Arnaiz, con una carrera atípica y tardía, ha encadenado en los últimos años protagónicos en títulos tan distintos como Ane (2020), 20.000 especies de abejas (2023) y Nina (2024), interpretaciones brillantes, poderosas y llenas de matices. Este premio se suma al Goya y el Feroz, entre otros, en una demostración de talento, oficio y humildad.

placeholder Patricia López Arnaiz. (Caramel)
Patricia López Arnaiz. (Caramel)

La Mejor fotografía se la lleva el director de fotografía chino Songri Piao por Bound in Heaven, ópera prima de la directora Xin Huo, un melodrama sirkiano en la que una mujer maltratada y un enfermo terminal comienzan una tormentosa y desesperada relación contada en tres tiempos y en tres ciudades distintas.

El Premio del público ha sido para Por todo lo alto (En Fanfare), de Emmanuel Courcol y el Premio Feroz Zinemaldia que otorga la Asociación Española de Informadores Cinematográficos también ha recaído en Tardes de soledad, de Albert Serra.

Otras secciones

Hay vida más allá de la Sección Oficial. En la categoría que premia a los Nuevos Realizadores, la triunfadora ha sido la suiza Bagger Drama, de Piet Baumgartner, una película sencilla alrededor del duelo de los familiares de una chica ahogada en un río, poniendo el foco en un personaje diferente cada año que pasa. La mención especial del jurado ha recaído en La guitarra flamenca de Yerai Cortés, el bautismo en la dirección de Antón Álvarez Alfaro, más conocido como C Tangana. Un documental lleno de ideas y de juego en el que Álvarez sigue al virtuoso guitarrista alicantino y que demuestra los múltiples talentos del antes músico y ahora cineasta.

En Horizontes Latinos la ganadora ha sido El jockey, del argentino Luis Ortega, responsable de El ángel (2018). Nahuel Pérez Biscayart interpreta a un jockey pasado de vueltas, alcohólico, drogadicto y temerario, al que un accidente de caballo le trastoca la carrera. Junto a él, Úrsula Corberó, magnética y poderosa, en una película que juega con el absurdo y el trampantojo, movida por un ritmo eléctrico y con una fotografía de Timo Salminen —habitual de Aki Kaurismaki— que desafía la monotonía y lo acomodaticio.

placeholder Úrsula Corberó y Nahuel Pérez Biscayart en 'El jockey'. (Caramel)
Úrsula Corberó y Nahuel Pérez Biscayart en 'El jockey'. (Caramel)

Y el Premio Zabaltegi, la sección que acoge el cine más radical y vanguardista, ha reconocido a April, de la georgiana Dea Kulumbegashvili, que en 2020 arrasó en San Sebastián y se llevó la Concha de Oro con su ópera prima, Beginning. Cuatro años después y tras pasar por el Festival de Venecia, Kulumbegashvili incide en su estudio sobre la violencia sistémica con una propuesta al mismo tiempo más cruda y más onírica, aunque parezca un oxímoron, también más fragmentada, a partir de la historia de una ginecóloga que por el día ayuda a traer bebés al mundo y por la noche practica abortos ilegales.

También ganó el premio de la sección Culinary Cinema el documental Mugaritz. Sin pan ni postre, de Paco Plaza, una incursión en las cocinas del celebérrimo restaurante vasco para desentrañar la filosofía del cocinero Andoni Luis Aduriz.

Albert Serra ya tiene su Concha de Oro. El cineasta más díscolo del cine europeo —por algo su productora se llama Andergraun Films—, el único que en los últimos años, aparte de Almodóvar, puede presumir de haber competido en la Sección Oficial de Cannes, ya tiene su primer gran trofeo entre las manos. Y los que vendrán. Ya desde la tarde del viernes los mentideros donostiarras dividían la Concha de Oro entre los toros de Serra o los trabajos basura de la portuguesa Laura Carreira.

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