Las autoras que escribieron un superventas LGTBI, se prohibió y tuvieron que huir de Rusia
Hablamos con Katerina Silvanova y Elena Malisova, artífices de 'Un verano en el campamento', novela de temática gay que vendió 500.000 ejemplares y que ahora solo puede conseguirse de manera ilegal en su país
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Se desarrolla en el verano de 1986, con la URSS todavía en juego, en un campamento de verano en el que coinciden dos chavales (Yura, ucraniano y Volodia, ruso) y comienzan a notar que esa atracción que sienten el uno por el otro, los celos o la forma en que se miran quizá tenga más que ver con el primer amor que con una amistad inquebrantable. Una novela adolescente, bien escrita, aunque sencilla y sin grandes pretensiones, como un amor de verano. Tan inofensiva que cuesta creer toda la polémica detrás del fenómeno y la censura en Rusia. Por eso mismo hablamos con sus artífices, para que nos cuenten un poco la situación detrás de la novela.
Elena Malisova nació en la todavía Unión Soviética en los 80 y estudió en Moscú a principios de los 2000, mientras que Katerina Silvanova nació en Járkiv, Ucrania, y después se mudó a Rusia a estudiar. Se conocieron y comenzaron a escribir juntas. Según cuenta la solapa de la novela, tras la publicación de Un verano en el campamento tuvieron que huir de Rusia.
"Ahora mismo, yo vivo en Alemania", cuenta Elena a este periódico. "Cuando empezó el acoso, Alemania sacó unos visados especiales humanitarios para las personalidades relacionadas con el mundo de la cultura. Entonces, mi familia y yo lo obtuvimos, lo que quiere decir que ahora estoy empezando mi vida desde cero, sin saber el idioma e intentando integrarme en la vida de aquí". Como Katerina es ucraniana, volvió a un país asediado por la guerra: "A pesar de la guerra y la persecución, de que la vida aquí es muy difícil, para mí lo más importante era estar con mis personas queridas. Por eso decidí regresar", cuenta.
"Si escribes una novela de temática homosexual los editores te piden que cambies el sexo de uno de los personajes o tachan párrafos enteros"
Aunque ahora separadas, Elena y Katerina son amigas desde hace años, lo que hizo el proceso creativo a la hora de plantear el libro a cuatro manos fuera más sencillo. "Escribimos lo que queríamos leer", cuenta Elena. "En 2015 me apetecía leer una historia de relaciones homosexuales entre dos chicos jóvenes en un campamento de verano, fue así de sencillo. Como en aquel tiempo ya éramos amigas y admirábamos el trabajo la una de la otra, le dije a Katia: me gustaría mucho leer algo así, escribe algo. Ella me dijo lo mismo. Como las dos teníamos mucho trabajo por aquella época empezamos a trabajar entre las dos. Hay autores que conozco que dicen que en su vida dejarían que otra persona se metiera en su argumento y que quieren escribir solos, pero Katerina y yo pensamos lo contrario. Cuando hay dos personas en el proceso de creación, las cosas se hacen mejor, ya tienes un primer lector que no eres tú mismo y también una segunda opinión. Es mejor aún si se tienen tanta confianza como nosotras".
El libro se convirtió en best seller al superar los 500.000 ejemplares y, entonces, fue censurado y retirado de las librerías. "Ahora mismo están censurados todos los libros que tienen temática LGTBI en Rusia", explica Elena. "Incluso se eliminan los fragmentos que hablan de ello en libros clásicos. El nuestro está terminantemente prohibido y no puede encontrarse en ningún lado, pero ya sabemos cómo son estas cosas. Ahora que existe internet es muy difícil prohibir algo por completo. Por ejemplo, en TikTok o en canales de Telegram privado se comparten enlaces a Amazon en los que hay lotes secretos donde dicen que venden un juego de bolígrafos y en realidad venden el libro". (Como aclaración, las autoras no reciben royalties por esto al no ser copias legales del libro).
"También hay librerías de viejo, con libros usados, donde puedes llegar, hablar en voz baja con el librero y decirle que necesitas un libro del que no se puede hablar. Después el vendedor va a la trastienda y lo trae, todo como si fuera una red clandestina de venta ilegal de droga", señala Katerina con absoluta seriedad. "Ahora mismo en Rusia lo que las editoriales suelen hacer con los libros que llegan de temática LGTBI es proponer al autor que cambie el sexo de alguno de los personajes y convertir a la pareja homosexual en heterosexual. Es como tergiversar todo el sentido de la historia. O bien tachan en negro todos los fragmentos que tienen relación con eso (con los de temática feminista también pasa), incluso en la televisión se cortan los fragmentos que tienen que ver con este tema, se censura hasta la imagen del arcoíris".
"Si alguien de la comunidad LGTBI sufre una agresión en Rusia no puede denunciar porque se le considera miembro de organización terrorista"
Cuentan también que nadie puede manifestarse ni apoyar a la comunidad LGTBI: "De hecho ahora mismo hay una nueva ley que prohíbe hablar de las personas LGTBI, describir personajes en la literatura, música, cultura... al menos en términos positivos. En términos negativos no lo sé, quizá tampoco", sigue Elena. "Si ahora mismo un miembro de la comunidad LGTBI sufre una agresión, discriminación o maltrato de cualquier índole no puede buscar ayuda porque la policía le va a decir que representa a un miembro de una organización terrorista extremista, entonces te tachan de eso y en consecuencia no te pueden ayudar. Conocemos a una chica que llevaba unos pendientes con el arcoíris y la detuvieron cinco días".
Como Katerina nació en Ucrania, vivió en Rusia y tuvo que volver a su ciudad de origen, es interesante conocer su opinión sobre el conflicto actual, marcada por la visión de ambos países. "Creo que tanto yo como Elena podemos darte la visión de esta guerra porque solo hay una visión: se está produciendo una guerra agresiva de Rusia contra Ucrania que debe pararse cuanto antes. Hay que ayudar a Ucrania y todo lo que está sucediendo es terrible", explica.
"Como rusa, yo lo único que puedo explicar es el punto de vista ruso, aunque no lo comparto", señala Elena. "La situación me recuerda un poco a los tiempos de la Guerra Fría, cuando en Estados Unidos la gente vivía con miedo constante pensando que el mundo estaba lleno de enemigos y que en cualquier momento empezaría la guerra nuclear. El gobierno ha creado artificialmente este ambiente de miedo y la gente se está creyendo esta mentira porque no tienen fuentes de información alternativa y, por miedo, apoyan a su gobierno". Un verano en el campamento ya está en librerías.
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