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Esto lo ha escrito un violador en potencia pero también un millonario en potencia
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Juan Soto Ivars

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Esto lo ha escrito un violador en potencia pero también un millonario en potencia

Ahora un señor puede llamar "lerda" a una feminista en la tele y no arden las redes, ni la cadena prescinde de él tras un bombardeo de titulares que tildan de machista al insultador como si el desplante hubiera caído del cielo

Foto: 200 mujeres participan en un a intervención contra la violencia machista.
200 mujeres participan en un a intervención contra la violencia machista.
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Regreso de las vacaciones al tajo en un país revueltillo por una frase normal y corriente. Se oyó en un programa de Cuatro como antes se había oído mil veces, incluso en sede parlamentaria: "todos los hombres son violadores en potencia", dijo Julia Salander. Lo único que me sorprende de esta polémica es que Antonio Naranjo, uno de los tertulianos presentes, la llamase "lerda" sin que se abrieran los cielos sobre su cabeza.

Esto es lo que ha cambiado: ahora un señor puede llamar "lerda" a una feminista en la tele y no arden las redes, ni la cadena prescinde de él tras un bombardeo de titulares que tildan de machista al insultador como si el desplante hubiera caído del cielo y sin provocación. Este cambio se lo debemos, sin duda, al hartazgo por repetición, porque la idea de que los hombres son violadores en potencia ha sido el motor de una parte sustancial de la conversación pública y legal sobre hombres y mujeres desde la manada y el Me Too.

La idea es estúpida y muy fácil de desmontar en cerebros de izquierdas apelando a la inmigración. Veréis: Sánchez ha acordado traer a 200.000 mauritanos. Mauritania es un país con ablación del clítoris y costumbres tirando a medievales con las mujeres. Allí se produce la agresión sexual en un número que sobraría para cubrir las estadísticas de tres o cuatro países europeos. Alguien podría decir, entonces, que los mauritanos son violadores en potencia. ¿Lo son?

La respuesta es "no". Es más fácil que entre un violador en España si vienen 200.000 personas de un país sin respeto por la mujer que si vienen de Reino Unido, pero eso no convierte a ninguno de los 200.000 individuos mauritanos en "violadores en potencia". Habrá entre ellos hombres que respetan la voluntad sexual de la mujer y otros que no, pero sería muy injusto que el violador manchase a los inocentes.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante un viaje a Mauritania en febrero de 2024. (EFE/Moncloa/Pool/Borja Puig de la Bellacasa) Opinión

Pues lo mismo para los varones españoles. Que haya varones violadores no es culpa del resto de varones. Los actos de uno no manchan el expediente del resto. Repetir la abstracción que la violación es "estructural" en nuestras sociedades supone eludir el curioso hecho de que las violaciones se lleven castigando desde mucho antes del surgimiento del movimiento feminista.

Volviendo a la polémica, y por aquello de la justicia, os diré que Salander no es lerda, o a mí no me lo parece. He trabajado con ella, he escuchado algunos de sus pódcast y sabe matizar, que es más de lo que se puede decir de otros activistas. Sin embargo, lo que dijo sí es una estupidez, y está bien que ella sepa que fuera de la burbuja activista te pueden llamar lerda si lo sueltas.

Pero el axioma no es muy diferente de populares cantos como "el violador eres tú" de las manifestaciones del 8M que la prensa seria y las tertulias celebraban como expresión de empoderamiento, o el "machete al machote" que dejaban escrito luego en paredes y redes sociales.

En los ambientes en los que Salander se mueve, parecidos a los que cristalizaron en el Ministerio de Igualdad de Irene Montero, tienen incluso una frase importada de Estados Unidos para ridiculizar al hombre que reacciona con la queja ante la criminalización colectiva de su sexo: "not all men", "no todos los hombres", que viene a ser la respuesta sarcástica al caballero descontento con que se le llame violador. ¡Qué delicaditos y llorones los señoros, que no quieren que les tilden con el apelativo paradójicamente más grave para la reputación de cualquiera en esta sociedad estructuralmente patriarcal!

Que haya varones violadores no es culpa del resto de varones. Los actos de uno no manchan el expediente del resto

Alguien podría decir, como disculpa, que son cosas de activistas, exageraciones underground. Se equivocaría. Porque el axioma de que todos los hombres somos violadores en potencia es lo que explica que España sea un país que, con el Código Penal, criminaliza al colectivo de los hombres por los actos de una ínfima minoría de ellos (violadores y maltratadores). Si el mismo acto de agresión sexual se penaliza de forma diferente según el sexo, ¿con qué otra lógica que esa se ha llegado a esta situación penal?

El convencimiento de que todos los hombres son violadores en potencia está extendido y es la madre de lo que Guadalupe Sánchez llama "derecho penal de autor". Es esencialmente injusto, de la misma forma que una ley que penalizara de forma más grave la violación de un español musulmán que la de un español cristiano. No hay más que recordar el debate sobre la ley del "sí es sí". "He puesto el consentimiento en el centro", decía Montero, como si el consentimiento nos lo tuviera que explicar ella, como si necesitáramos aprenderlo, es decir: como si fuéramos violadores en potencia.

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Con los años yo he terminado por asumir que la idea de que todos los hombres somos violadores en potencia es válida. Lo somos, qué duda cabe, como también somos policías en potencia, arquitectos en potencia, Arturo Pérez-Reverte en potencia, pobres en potencia, nazis en potencia, comunistas en potencia y millonarios en potencia. Si uno quiere, gracias a la ley, incluso puede convertirse en mujer, de modo que los hombres también somos mujeres en potencia.

Fue esta idea la que me resolvió la ecuación: si todos los hombres somos mujeres en potencia, todas las mujeres son violadores en potencia. Es una forma retorcida, pero válida, de alcanzar la igualdad.

Regreso de las vacaciones al tajo en un país revueltillo por una frase normal y corriente. Se oyó en un programa de Cuatro como antes se había oído mil veces, incluso en sede parlamentaria: "todos los hombres son violadores en potencia", dijo Julia Salander. Lo único que me sorprende de esta polémica es que Antonio Naranjo, uno de los tertulianos presentes, la llamase "lerda" sin que se abrieran los cielos sobre su cabeza.

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