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De dónde viene la expresión 'no dar un palo al agua': este es su origen y significado
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VINCULADO AL MAR

De dónde viene la expresión 'no dar un palo al agua': este es su origen y significado

La hemos escuchado miles de veces. La expresión 'no dar un palo al agua' tiene un origen tan claro como antiguo y está relacionado con el mundo de los esclavos que surcaban los mares en época del Imperio romano

Foto: Charlton Heston, remando en una galera en la película 'Ben Hui' (Metro Goldwyn Mayer)
Charlton Heston, remando en una galera en la película 'Ben Hui' (Metro Goldwyn Mayer)

La lengua española está repleta de expresiones que han perdurado a lo largo de los siglos, adaptándose y evolucionando hasta llegar a nuestros días. Una de las más curiosas y utilizadas es ‘no dar un palo al agua’, una frase que se emplea para describir a alguien que no trabaja o no colabora en una tarea común.

A pesar de las diferencias en las versiones del origen, que veremos a continuación, lo que es innegable es que la expresión se ha perpetuado en el tiempo, adaptándose a diferentes situaciones de la vida cotidiana. Ya sea en el ámbito laboral, académico o en cualquier actividad que requiera esfuerzo colectivo, la frase sigue siendo una forma eficaz de señalar la falta de implicación de alguien.

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El impacto de la frase en la cultura popular es tal que, hoy en día, sigue siendo común en muchos países hispanohablantes. Además, su vigencia demuestra cómo el lenguaje puede preservar fragmentos de la historia y la cultura, encapsulando en una simple frase toda una narrativa de esfuerzo y cooperación (o la falta de ella).

¿De dónde proviene esta expresión?

El origen de ‘no dar un palo al agua’ está profundamente vinculado al mundo marino, un ámbito que ha aportado numerosas expresiones al idioma español. Esta particular frase se remonta a los tiempos en los que las galeras, embarcaciones impulsadas por remos, eran una parte esencial de las flotas militares.

Los remeros, muchos de ellos prisioneros condenados a remar como castigo, debían trabajar al unísono para mover el barco. Sin embargo, no todos se esforzaban de igual manera: algunos simulaban remar sin que el remo (o "palo") tocara el agua, dejando el trabajo duro para sus compañeros. De esta manera, se empezó a asociar esta falta de esfuerzo con la expresión ‘no dar un palo al agua’.

La expresión 'no dar un palo al agua' está vinculada a los remeros de las antiguas galeras

Aunque esta versión del origen es la más aceptada, no es la única. Algunos historiadores sugieren que la frase pudo haberse originado en un contexto más reciente, relacionado con las competiciones deportivas de remo. En estas competencias, todos los remeros deben sincronizar sus movimientos para que la embarcación avance rápidamente. Si uno de ellos no remaba con la misma fuerza o ritmo, el bote se ralentizaba, afectando negativamente al equipo. Así, ‘no dar un palo al agua’ también reflejaría la falta de esfuerzo en un contexto de trabajo en equipo y supervivencia en alta mar.

La lengua española está repleta de expresiones que han perdurado a lo largo de los siglos, adaptándose y evolucionando hasta llegar a nuestros días. Una de las más curiosas y utilizadas es ‘no dar un palo al agua’, una frase que se emplea para describir a alguien que no trabaja o no colabora en una tarea común.

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