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No estás teniendo un 'brat summer', solo has empezado a vestir de verde lima
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Tatiana Abellán

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No estás teniendo un 'brat summer', solo has empezado a vestir de verde lima

Brat, en sentido estricto, significa niñato/a o malcriado/a, sin embargo, cuando la cantante Charlie XCX publicó en X "Kamala IS brat" le dio el mayor impulso posible a la campaña de Harris

Foto: Seguirdores de Kamala Harris, durante un mitin. (Alamy/ZUMA/David Becker).
Seguirdores de Kamala Harris, durante un mitin. (Alamy/ZUMA/David Becker).
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¿Cuándo va a aprender la gente? La democracia no funciona. ¡En esta casa obedecemos las leyes de la termodinámica! La gente se inventa estadísticas con tal de demostrar algo, esto lo sabe el 14% de la gente. Hijos, os habéis esforzado. Y, ¿para qué? Para hacer el ridículo. La moraleja es: no os esforcéis. ¿Acaso no reconoces la dignidad cuando la ves? ¡Por el alcohol, causa y solución de todos los problemas de la vida! ¿Es que nadie va a pensar en los niños? El problema es la comunicación: demasiada comunicación. ¿Por qué lloras? No tienes ningún dolor físico, el único dolor que un hombre puede entender. Excelente… La docencia dejó de tener sentido cuando descubrí que mis estudiantes no entendían ninguna referencia de Los Simpsons. Supe que la distancia generacional empezaba a pronunciarse y que, en muchos sentidos, hablábamos idiomas distintos. Yo me tenía por alguien medianamente al tanto de las cosas —mi tiempo invertido en TikTok me cuesta— pero la sentencia final de mi desactualización me llegó cuando uno de ellos me deseó un feliz brat summer. Más concretamente, un brat hot girl summer. ¿Perdona?

Por si no lo saben el de este año ha sido el brat summer, un verano supuestamente consagrado a Charli XCX y su álbum de hyperpop Brat, aunque a estas alturas yo sigo sin tener muy claro qué quiere decir exactamente este término que sirve para definir tanto una estética como una actitud. Brat, en sentido estricto, significa niñato/a o malcriado/a, sin embargo, cuando la cantante publicó en X "Kamala IS brat" le dio el mayor impulso posible a la campaña de Harris. Como tantas otras etiquetas despectivas en origen —queer, nerd, bitch, perra, bollera, maricón— el término brat ha sufrido una transubstanciación o resignificación por la que ahora designa lo más maravilloso que pueda existir: lo auténtico, disruptivo, honesto, despreocupado, ultra-actual, liberador y empoderante. Ah, pero no es tan fácil, porque también puede encarnarse como exceso, vulnerabilidad, crudeza o vulgaridad; "so luxury as trashy", en palabras de la propia Charli, que resume su espíritu en "un paquete de pitillos, un encendedor Bic y un top blanco sin sujetador". A nivel estético mira, desde la nostalgia de lo que no se vivió, al flow two thousand y ravero pero tiñéndolo todo de verde flúor. El primer corte del álbum, 360 —Paquita Salas, fuiste una visionaria—, es un posicionamiento: ella se presenta como el referente definitivo, la auténtica influencia —con permiso de Julia Fox—. Y la verdad es que ha conseguido que la veamos en todas partes —incluyendo la playlist de Obama—.

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Es obvio que cada comunidad, subcultura o tribu urbana tienen su propia jerga además de sus códigos; los matices ahora puede que estén en la velocidad de creación, la hegemonía de los anglicismos y la facilidad para acceder a ellos desde fuera de ese grupo. El caso es que llevamos un tiempo familiarizados con expresiones como "tener un beef", "funar", "dar cringe", "estar basado", "delulu", POV, NPC o FOMO. Mi resquemor a este respecto es que en ocasiones tengo la sensación de que se producen movimientos ilegítimos para alterar intencionadamente la comunicación. Me refiero a que hay muchos términos que no responden a un uso real entre los hablantes, sino que se lanzan como consignas para forzar su posterior introducción —pienso en Inés Hernand y su glosario—. Quizá lo peor está por llegar. Este verano mis sobrinos, que pertenecen a la generación Alfa y viven en EEUU, me han ilustrado sobre el significado de gyat (interjección usada al ver un culazo), rizz (atractivo), sigma (macho alfa deconstruido), skibidi (tan raro como una cabeza con forma de váter) o Fanum tax (comida que se roba entre amigos). De nada. Aunque si quieren sentirse de otro planeta, también pueden hacer el test de Art in America "Are You a Gen Z Artist?".

Lenguaje, identidad de grupo y moda están estrechamente relacionados, pero seguir la moda y ser moderno no es lo mismo. Ir a la moda implica estar actualizado, conocer y seguir las tendencias y actitudes consideradas más novedosas en el contexto sociocultural del momento presente. El moderno, además, tiene que ser consciente y aplicarlo a todas las facetas de su vida, en lo personal, cultural o tecnológico —es más cansado, vaya—. No obstante, a mí me gusta pensar en el moderno como lo describió Baudelaire en El pintor de la vida moderna. Si la modernidad debía entenderse como lo transitorio o lo contingente en contraposición a lo eterno y lo inmutable, el artista moderno tenía que capturar lo que era característico de su tiempo y aplicarlo en nuevas formas de expresión, siempre sin quitar el foco de lo universal —lo que no pasa de moda—. El moderno tiene que observar, cuestionarlo todo y ser crítico, no se puede limitar a replicar sin más. En realidad el moderno va a contracorriente, se resiste a los avances de su tiempo.

Foto: Puigdemont, en su breve aparición pública en Barcelona. (Reuters/Nacho Doce)

Escribió Stefan Zweig que "Ningún artista es durante las veinticuatro horas de su jornada diaria ininterrumpidamente artista". Bien, salvo que cuál dandi conviertas tu propia vida en una obra de arte y seas proveedor de tendencias, moda, opinión y salseo 24/7. Rosalía, que celebraba hace unos días su bratificación en un directo de Instagram, es un buen ejemplo de ese desarrollo de proyectos transmedia en los que, bajo la apariencia de despreocupación y naturalidad, el marketing es homérico. El fenómeno del brat summer —sin restarle valor a un disco maravilloso— ha evidenciado una vez más el potencial de las redes sociales para implantar códigos en todos los ámbitos de manera viral, en los que lo visual es determinante. Pero en la era de la hiperproductividad y el aceleracionismo el scroll infinito se impone, y las adhesiones son, como las modas, cada vez más volubles y caducas. Es imposible estar siempre actualizado; los memes expiran a los días de generarse. Es imposible porque no solo requiere recursos materiales, sino mucho tiempo. Como la propia Charli XCX ha deslizado en alguna de sus publicaciones post-irónicas, el brat summer is over. Estar puntualmente a la moda es tan difícil como conceptualizar el presente, que se convierte en pasado inmediatamente.

Veo en TikTok a un moderno delator: "no estás teniendo un brat summer, solo estás en el paro y has empezado a vestir de verde lima". Aún así yo me he comprado una camiseta de tirantes verde flúor para llevarla sin sujetador. Marge Simpson —que lleva décadas vistiendo el verde brat— lo entendió bastante bien cuando le pregunta a Bart y Lisa si es moderna. Tras el tajante no de sus hijos les replica: "Bien, me alegro, y es lo que me hace moderna, que no me importa, ¿verdad?". A lo que no se puede renunciar por simples modas es a los verdaderos referentes —veremos si el fenómeno brat sobrevive al otoño—. Así que nada, al loro, que mi brat summer se fue tan pronto como llegó, y yo le digo que hasta luego, carahuevo, anda y que te ondulen. Yo voy a mi bola, no necesito plastas con pintas que me digan cómo molar y estar en la onda.

¿Cuándo va a aprender la gente? La democracia no funciona. ¡En esta casa obedecemos las leyes de la termodinámica! La gente se inventa estadísticas con tal de demostrar algo, esto lo sabe el 14% de la gente. Hijos, os habéis esforzado. Y, ¿para qué? Para hacer el ridículo. La moraleja es: no os esforcéis. ¿Acaso no reconoces la dignidad cuando la ves? ¡Por el alcohol, causa y solución de todos los problemas de la vida! ¿Es que nadie va a pensar en los niños? El problema es la comunicación: demasiada comunicación. ¿Por qué lloras? No tienes ningún dolor físico, el único dolor que un hombre puede entender. Excelente… La docencia dejó de tener sentido cuando descubrí que mis estudiantes no entendían ninguna referencia de Los Simpsons. Supe que la distancia generacional empezaba a pronunciarse y que, en muchos sentidos, hablábamos idiomas distintos. Yo me tenía por alguien medianamente al tanto de las cosas —mi tiempo invertido en TikTok me cuesta— pero la sentencia final de mi desactualización me llegó cuando uno de ellos me deseó un feliz brat summer. Más concretamente, un brat hot girl summer. ¿Perdona?

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