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En la España de hace 4.000 años ya había postureo y artículos de lujo de imitación
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En la España de hace 4.000 años ya había postureo y artículos de lujo de imitación

Un equipo de la Universidad de Sevilla descubre que durante la Edad de Cobre proliferaron en la Península Ibérica las falsificaciones de objetos de ámbar, un material asociado a la opulencia

Foto: Uno de los collares analizados por los investigadores de la Universidad de Sevilla y que ha resultado ser imitación de ámbar. (Universidad de Sevilla)
Uno de los collares analizados por los investigadores de la Universidad de Sevilla y que ha resultado ser imitación de ámbar. (Universidad de Sevilla)

¿Pensaba que el postureo y las imitaciones de bolsos de Christian Dior y relojes de Giorgio Armani eran cosas del mundo actual? Pues no, se equivoca. Se trata de comportamientos casi tan viejos como la propia humanidad. En la Prehistoria ya había gente en la Península Ibérica que se tiraba el pisto y se daba aires de grandeza, gente que adquiría imitaciones de objetos preciosos para tratar de mostrar su alto estatus. Esa es la conclusión a la que ha llegado una fascinante investigación de realizada por Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla.

El concepto de lujo nació hace unos 4.000 años durante la Edad de Cobre, cuando las sociedades dejaron de ser igualitarias y transversales empezaron a surgir jefes y un liderazgo institucionalizado. Esos dirigentes comenzaron entonces a acumular (y a ostentar) riqueza y elementos de prestigio: huevos de avestruz, jade de los Alpes, marfiles de África y de Asia, ámbar procedente de Sicilia y del Báltico… Y, al morir y para dejar muy claro su elevada posición social, se hacían enterrar en tumbas monumentales y junto al alguno de esos objetos lujosos, sobre todo piezas de ámbar.

El equipo del Departamento de Prehistoria de la Universidad de Sevilla estaba investigando uno de esos enterramientos, concretamente el de la Cova del Gegant en Barcelona, cuando descubrió que las piezas de ámbar que se encontraban en algunas de esas tumbas eran falsas. “A simple vista nos engañó a todos. Parecía ámbar, pero era en realidad una mezcla de resina de pino mezclada con cera de abeja y un caroteno, un colorante vegetal que probablemente fuera aceite de linaza, pegada toda esa amalgama a una concha con un adhesivo realizado con hueso”, nos cuenta Carlos P. Odriozola, catedrático de Prehistoria de la Universidad de Sevilla y la persona que ha dirigido esta investigación.

placeholder Algunas de las piezas supuestamente de ámbar estudiadas por el Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla. (EFE/Universidad de Sevilla)
Algunas de las piezas supuestamente de ámbar estudiadas por el Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla. (EFE/Universidad de Sevilla)

A partir de ahí, el objetivo fue tratar de averiguar si esa falsificación era algo puntual o si se trataba de algo extendido. “Nuestras investigaciones se centraron en España y en Portugal, hemos estudiado numerosas piezas de ámbar procedentes de 15 yacimientos en total. Y hemos descubierto unas 2.000 piezas eran falsificadas, lo que indica que la tecnología para realizarlas, una tecnología desconocida hasta entonces, era importante”, asegura Odriozola a El Confidencial.

El postureo tenía mucho con ver con esas falsificaciones. Traer a la Península Ibérica ámbar auténtico de Sicilia -y, a partir del año 2000 a.C. también de la zona del Báltico- era una empresa arriesgada y compleja. “No llegaba suficiente ámbar para toda la demanda del mismo que había, se trataba de un bien escaso”, explica Carlos Odriozola. Pero los nuevos ricos de la época, las personas con relevancia social, estaban empeñadas en dejar constancia en sus tumbas de elevado status, así que recurrían a esas falsificaciones de ámbar.

Además, esa mezcla de resina de pino, cera de abeja y aceite de linaza sería el composite más antiguo que se conoce, el primer material creado por la mezcla de otros materiales del que se tiene constancia.

¿Pensaba que el postureo y las imitaciones de bolsos de Christian Dior y relojes de Giorgio Armani eran cosas del mundo actual? Pues no, se equivoca. Se trata de comportamientos casi tan viejos como la propia humanidad. En la Prehistoria ya había gente en la Península Ibérica que se tiraba el pisto y se daba aires de grandeza, gente que adquiría imitaciones de objetos preciosos para tratar de mostrar su alto estatus. Esa es la conclusión a la que ha llegado una fascinante investigación de realizada por Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla.

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