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'El rey morirá, la nación caerá': descifrados unos vaticinios babilónicos de hace 4.000 años
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en unas tablillas del museo británico

'El rey morirá, la nación caerá': descifrados unos vaticinios babilónicos de hace 4.000 años

Redactados en escritura cuneiforme, los textos revelan cómo en la antigua Mesopotamia los eclipses de Luna eran considerados malos presagios de plagas y otras graves catástrofes

Foto: Detalle de una de las tablillas con escritura cuneiforme del Museo Británico cuyo texto ha sido descrifrado. (Museo Británico)
Detalle de una de las tablillas con escritura cuneiforme del Museo Británico cuyo texto ha sido descrifrado. (Museo Británico)

Desde hace décadas, el Museo Británico custodia cuatro tablillas babilónicas de hace unos 4.000 años repletas de caracteres cuneiformes. Llevan a gala ser los textos babilónicos más antiguos que se conservan en un museo en todo el mundo. Pero desde que esas tablillas fueron halladas hace alrededor de un siglo, nunca nadie había conseguido descifrar sus escritos.

Hasta ahora. El mensaje de esas inscripciones por fin ha sido desvelado.

Las tablillas en cuestión describen unos eclipses lunares y los augurios terribles de muerte, destrucción y plagas que se asociaban a ellos. Se trata de los ejemplos más antiguos conocidos de presagios de eclipses lunares, según el artículo que han publicado en la revista Journal of Cuneiform Studies Andrew George, profesor emérito de la Universidad de Londres, y la investigadora independiente Junko Taniguchi, los dos expertos que han conseguido decodificar el mensaje de las tablillas.

Un eclipse lunar es un fenómeno astronómico que se produce cuando la Tierra, la Luna y el Sol están perfectamente alineados, de manera que la Tierra se interpone entre el Sol y la Luna, generando un cono de sombra que oscurece a esta última. Los antiguos babilonios creían que la Luna y las estrellas reflejaban la voluntad y los deseos de los dioses y que en el cielo se podía leer el futuro. El texto de las tablillas del Museo Británico refleja que consideraban los eclipses lunares como presagios adversos que podían predecir graves catástrofes, como por ejemplo la muerte de un rey. Para estar al tanto de esos oscuros vaticinios, incluso desarrollaron su propio método para predecir cuándo iban a tener lugar los eclipses, conocido como 'ciclo saros', un periodo que abarca 223 meses lunares.

placeholder Imagen del primer eclipse de Luna de 2024. (Pexels/Brett Sayles)
Imagen del primer eclipse de Luna de 2024. (Pexels/Brett Sayles)

Utilizando las horas, los movimientos de las sombras y la fecha y duración de los eclipses, los babilonios buscaban predecir el futuro. Uno de los presagios que, por ejemplo, incluyen las tablillas del Museo Británico dice así: "El eclipse se cubre desde el centro inmediatamente [y] todo se aclara de golpe: el rey morirá y Elam será destruido". Elam era una región de Mesopotamia, actualmente situada en Irán, un territorio que según los expertos acogió a la mayor civilización oriental que ha conocido el mundo antiguo.

Otro presagio dice que si el "eclipse comienza en el sur y de repente se vuelve más brillante: [ocurrirá] la caída de Subartu y Akkad". Subartu y Akkad eran también regiones de Mesopotamia, Subartu fue un reino de la Alta Mesopotamia y Akkad, uno de la Baja Mesopotamia. Otro de los vaticinios que incluyen las tablillas afirma: "Eclipse durante la tarde: significa plaga".

"El origen de algunos de los presagios puede haber estado en la experiencia real: la observación de un presagio seguido de una catástrofe", asegura Andrew George en declaraciones a la revista científica Live Science. Sin embargo, su sospecha es la mayoría de los presagios probablemente se determinaban a través de un sistema teórico que vinculaba ciertas características del eclipse con unos vaticinios en particular.

placeholder Una de las cuatro tablillas babilónicas de hace 4.000 años. (Museo Británico)
Una de las cuatro tablillas babilónicas de hace 4.000 años. (Museo Británico)

En Babilonia y otras partes de Mesopotamia se creía que los acontecimientos que se producían en el cielo podían predecir el futuro. Los gobernantes recurrían de hecho al consejo de los astrólogos, que vigilaban el cielo nocturno y comparaban sus observaciones con los textos sobre augurios. Si la predicción era nefasta, como por ejemplo "el rey morirá", se realizaban rituales adicionales, como la adivinación a través de las entrañas de los animales, para asegurarse de que si el monarca estuviera realmente en peligro se podría intervenir.

Si los resultados de la adivinación indicaban que existía un grave riesgo, se echaba mano de ciertos rituales que se creía que anulaban el mal presagio y contrarrestaban las fuerzas del mal. Es decir: aunque un augurio revelara un terrible suceso que iba a acontecer, ese futuro podía ser modificado recurriendo a los rituales adecuados.

Desde hace décadas, el Museo Británico custodia cuatro tablillas babilónicas de hace unos 4.000 años repletas de caracteres cuneiformes. Llevan a gala ser los textos babilónicos más antiguos que se conservan en un museo en todo el mundo. Pero desde que esas tablillas fueron halladas hace alrededor de un siglo, nunca nadie había conseguido descifrar sus escritos.

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