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El padre que contó la historia de su hijo con parálisis cerebral y ganó todos los premios
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estreno 14 agosto

El padre que contó la historia de su hijo con parálisis cerebral y ganó todos los premios

Hablamos con Pedro Solís y Juan Jesús García Galocha, artífices de 'Buffalo Kids', la película que surgió del galardonado corto 'Cuerdas' y que se inspira en los hijos de uno de los directores

Foto: Un fotograma de 'Buffalo Kids'. (4 Cats Pictures)
Un fotograma de 'Buffalo Kids'. (4 Cats Pictures)

En 2013, el cortometraje Cuerdas, de Pedro Solís, revolucionó el cine de animación español y obtuvo el Premio Goya. La historia apenas duraba diez minutos y contaba la historia de María, una niña que vive en un orfanato y cuyos días cambian cuando aparece un nuevo compañero de juegos que tiene parálisis cerebral. Solís no tuvo que ir muy lejos para inspirarse, pues se basaba en su propia historia: la de sus hijos Alejandra y Nico. Este último nació con parálisis cerebral y falleció en 2021 con 16 años.

Cuerdas se convirtió entonces en uno de los cortos de animación más premiados de la historia. "El más premiado", corrige el propio Pedro Solís en entrevista por Zoom con El Confidencial. Se levanta entonces para coger el título de Récord Guinness que así lo atestigua y poder enseñármelo. "Cuando tienes un hijo, te arriesgas a que nazca con parálisis cerebral, y cuando haces un cortometraje te arriesgas a entrar en el Récord Guinness. A mí me pasaron las dos cosas". La historia de Nico todavía no había terminado de contarse, y por ello ahora llega a los cines el largometraje de animación Buffalo Kids (Atresmedia Cine).

"Nuestro canal de YouTube tiene más de 800.000 seguidores y nos pedían continuamente que hiciéramos un largometraje con estos niños. Barajamos entonces muchas ideas y finalmente nos decidimos por el Oeste americano. Teniendo el sitio y los personajes solo había que tirar del hilo sobre qué cosas podían sucederles", explica Solís. Pues Buffalo Kids vuelve a contar la historia de Alejandra y Nico, pero en esta ocasión se traslada en el tiempo y el espacio para contar la historia de dos niños irlandeses (Tom y Mary) que desembarcan en Nueva York a finales del siglo XIX para reunirse con su tío, pero por cuestiones del destino acabarán en un tren rumbo al Salvaje Oeste donde coincidirán con Nick, un niño que cambiará sus vidas.

"Cuando tienes un hijo, te arriesgas a que nazca con parálisis cerebral, y cuando haces un corto te arriesgas a entrar en el Récord Guinness"

Es curioso, cuando menos, ver una película española ambientada en el Salvaje Oeste. "Cuando tuvimos claro que queríamos hacer el largometraje de Cuerdas decidimos que queríamos hacer un western", explica en la misma entrevista Juan Jesús García Galocha (Galo), el otro director de la película. "Son películas que iban a despertar la nostalgia de padres y abuelos. Por otro lado somos personas de retos, y si ya es complicado a día de hoy gestionar la vida de un niño en silla de ruedas, imagina en el Salvaje Oeste". "Además, descubrimos otra cosa que nos encantó", apuntala Solís. "Los trenes de huérfanos de principios del siglo XX. En esa época a muchos niños que se quedaban huérfanos en Nueva York los llevaban al Oeste americano para que los adoptaran otras familias. Eso nos fascinó y rápidamente imaginamos a los niños, después fueron saliendo las aventuras como cerezas".

Tanto Solís como Galocha han trabajado en algunas de las películas de animación más famosas de los últimos tiempos en nuestro país. Además de Cuerdas, ambos participaron en Momias (2023), y Galocha también estuvo en Tadeo Jones (2017). Reflexionan sobre el cine de animación patrio. "España es exportadora de talento", indica Galo. "¿Qué falta? No tenemos la financiación de las películas americanas, pero cada vez se están haciendo más producciones pequeñas y se va abriendo el mercado". "Nosotros solemos ver el vaso lleno", asegura Solís. "Si das una vuelta al planeta en realidad no estamos tan mal. Somos de los pocos países donde se puede hacer animación de calidad, así que somos muy afortunados".

Porque, de media, para completar una película como Buffalo Kids se tardan tres años. "Un segundo de animación es muy costoso", explica Galo. "Tenemos que hilar muy fino para que sea aprovechable". Tres años también es lo que ha tardado Buffalo Kids en ver la luz. "Una cosa curiosa de la animación es que una imagen real la ruedas en dos meses, la editas en otro mes y puedes ver el resultado", señala Solís. "Así ves si el guion tiene chispa. Nosotros nos pasamos tres años viendo los mismos planos y acabamos perdiendo un poco la noción de las cosas. Te planteas: ¿Lo que hace tres años me parecía divertido o emotivo me lo seguirá pareciendo ahora? En este caso sí, y al final eso es lo que demuestran que está bien la cosa, pero ese es el gran hándicap de la animación, pasarte tanto tiempo viendo lo mismo".

"No queríamos que fuera una película condescendiente porque el personaje tuviera parálisis cerebral. Tenía que ser uno más"

Solís lo ha contado en muchas ocasiones, la relación de sus hijos es la que más le ha influido a la hora de concebir sus historias. Al principio de Buffalo Kids se remarca esta inspiración. "En cuanto nació Nicolás, mi hija se volcó con él. Lejos de rechazarle por ser el pequeño o necesitar cuidado constante, los médicos decían que ella era su mayor estímulo por cómo le trataba, cómo le cuidaba... de esa relación salió el cortometraje de Cuerdas y también esta película, esa relación de mis hijos en la que le aceptaba y era uno más". No saben si la honestidad de la historia o quizá el hecho de que hable de un tema tan poco frecuente en el cine de animación pueden haber sido la clave del éxito. "Para nosotros lo importante es que no fuera una película condescendiente", cuenta Galo. "Nico es uno más en la película, no queríamos que todo gravitara a su alrededor. Lo que buscábamos era contar que todos tenemos unas limitaciones o unas actitudes, queríamos mostrar que todos podemos ser héroes".

"Nosotros hacemos películas que nos gustaría ver", señala Solís. "Nos gusta que sean algo más que una película que va a encantar a padres e hijos, esperamos que deje un regusto de varios días, que la gente la medite, es lo que pretendemos. Si supiéramos la clave del éxito... tuvimos un jefe de una empresa de videojuegos que decía que si supiera el secreto del éxito siempre tendría éxito. Nosotros tenemos la "desgracia" de que todas las producciones que hemos hecho siempre han sido un éxito pero no sabemos por qué... lo que sabemos es por qué es un fracaso: eso sucede cuando no lo das todo. Pero sucede en cualquier profesión. Hay que darlo todo y luego esperar que pasen cosas, aunque lo más normal es que no pasen".

Ambos directores se encuentran ya trabajando en un próximo proyecto que verá la luz en 2027. "Estamos en la parte inicial todavía", cuenta Solís. "Con diseño de personajes, guion... falta mucho pero luego se pasa muy rápido. Pero no podemos contarte, porque si supieras más tendríamos que eliminarte", bromea. Para evitar que eso suceda, no indago más en el asunto. Lo que sí se puede decir es que Buffalo Kids llegará a los cines el próximo 14 de agosto.

En 2013, el cortometraje Cuerdas, de Pedro Solís, revolucionó el cine de animación español y obtuvo el Premio Goya. La historia apenas duraba diez minutos y contaba la historia de María, una niña que vive en un orfanato y cuyos días cambian cuando aparece un nuevo compañero de juegos que tiene parálisis cerebral. Solís no tuvo que ir muy lejos para inspirarse, pues se basaba en su propia historia: la de sus hijos Alejandra y Nico. Este último nació con parálisis cerebral y falleció en 2021 con 16 años.

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