Exposiciones

Obras de arte, joyas y el Codex de da Vinci: el jeque Al Thani exhibe su poderío en París

Por PAULA CORROTO. PARÍS

© The Al Thani Collection. Foto: Joe Short

El Hôtel de la Marine acoge la muestra El gusto por el Renacimiento. Un diálogo entre colecciones con más de 130 piezas reunidas por el qatarí y otros coleccionistas del Victoria & Albert de Londres.

S iete joyas de los siglos XV y XVI abren la nueva exposición de la Al Thani Collection del jeque Hamad bin Abdullah Al Thani, primo del actual emir de Qatar, en el Hôtel de la Marine, en París. Zafiros, rubíes, esmeraldas y diamantes que dejan al visitante con los ojos abiertos mientras le rodean diversos motivos rococós a modo de decoración de la galería. Todos ellas han sido compradas por él y se muestran ahora dentro de El gusto por el Renacimiento. Un diálogo entre colecciones, un recorrido por la sofisticación de los orfebres de esta era artística con más de 130 piezas conservadas por distintos coleccionistas -muchas de ellas también proceden del Victoria & Albert de Londres, ya que es en colaboración con este museo- y que ponen de relieve todo el poderío del qatarí. Puro lujo de hace cinco siglos y de ahora, y que se podrá ver hasta el próximo 30 de junio.

El propio Hôtel de la Marine, en plena plaza de la Concordia, tiene una historia interesantísima. Fue construido en el XVIII como el guarda muebles del rey Luis XV. Y su función la desvela la misma palabra: una especie de almacén para guardar el mobiliario real. Eso sí, un almacén cubierto de oro y con todo ese lujo desmesurado que llevó a los reyes de Francia a la guillotina. Precisamente, tras la Revolución se convirtió en el Ministerio de la Marina, labor que cumplió durante 226 años, hasta que en 2015 fue abocado a una rehabilitación y pasó a ser un museo gestionado por el Centro de Monumentos Nacionales.

En 2021 este organismo público llegó a un acuerdo con la Al Thani Collection para usar en préstamo 400 metros cuadrados durante 20 años y dispusiera allí de una galería para montar exposiciones con todas las piezas que posee (más de 5.000 compradas en las últimas décadas y de todas las épocas de la Historia). Los medios franceses publicaron que la familia también pagó parte de los 135 millones de euros que costó la rehabilitación, aunque esta información ha sido negada desde la Al Thani Collection, que sí ha colaborado con patrocinios (sin hacer públicas las cantidades).

Al Thani, nuevo Rothschild

Y aquí entramos en esta exposición que hace bastante homenaje a grandes coleccionistas como el propio jeque Al Thani en la actualidad, y hace unos siglos los Walpole, William Beckford o los Rothschild. También se recoge la labor de John Forster, quien fuera uno de los grandes donantes del V&A, el museo londinense creado en 1852 y que se nutrió de las grandes subastas y donaciones celebradas en el XIX (Forster legó, por ejemplo, al museo los manuscritos de la mayoría de las novelas de Dickens, ya que eran grandes amigos).

La Revolución francesa movió el tablero y los cambios políticos sucedidos a partir de entonces llevaron a muchos coleccionistas a vender…, y a los museos como el V&A, a comprar (al príncipe Albert le fascinaba la época del Renacimiento). Y todo eso es lo que podemos ver hoy.

Si la entrada en la primera sala ofrece ese deslumbrante despliegue de joyas -algunas tan llamativas como una arandela en la que incluso se han diseñado los signos del zodiaco y que es de 1540 u otra que toma como referencia el sacrificio de Isaac-, en la sala dos vamos a ver la exaltación del cristal -con todo el trabajo sobre todo de artistas milaneses- a través de copas, jarras, cofres o platos. En esta segunda estancia se exploran los materiales y motivos que se utilizaban en esa época. Muchas de las piezas emulan con su sofisticación y detallismo a las piezas clásicas de Grecia y Roma que se descubrían en las distintas excavaciones realizadas. Uno de los objetos más relevantes es un plato de bronce de Donatello de 1450.

© The Al Thani Collection. Foto: Joe Short
© The Al Thani Collection. Foto: Joe Short
© The Al Thani Collection. Foto: Joe Short
© The Al Thani Collection. Foto: Joe Short

La tercera sala es la dedicada a los coleccionistas y curadores de museos. Podemos ver esculturas, vasos y miniaturas de los reyes de Inglaterra, los Tudor, de aquellos siglos del Renacimiento. Retratos de Enrique VIII y de Isabel I. Muchos de ellos pertenecieron en su día, por ejemplo, al magnate JP Morgan, los Rothschild, o fueron legadas por Foster para el V&A. La de Morgan es la joya de Heneage, que tiene gemas y detalles grabados alrededor de una miniatura de Isabel I. Foster, por su parte, donó en 1876 el Codex Forster III, un pequeño cuaderno utilizado por Leonardo da Vinci en el que apuntó sus reflexiones sobre una variedad de temas, desde la perspectiva, la luz y las sombras, la figura humana, la arquitectura o la anatomía.

La cuarta y última sala recoge cómo este arte renacentista se extendió por Europa y parte del mundo -gracias a los viajes a Asia de los portugueses y la recién descubierta América por los españoles- y también cómo Europa se llenó de materiales desconocidos hasta entonces como la porcelana china, que todavía era muy rara de ver en el XVI, gracias a la apertura de la ruta de la Seda. Las piezas señalan cómo los artistas se movían por el continente, muchos venecianos, por ejemplo, acudían a talleres londinenses. También había ebullición artística en España. De hecho, entre las piezas que ha comprado el jeque Al Thani se pueden encontrar una escultura del apóstol Santiago de Compostela, de entre 1400 y 1450, y una ornamentación catalana de entre 1460 y 1480. Otras piezas de gran valor son diferentes obsequios que los gobernantes de Kotte en la actual Sri Lanka entregaron a los reyes de Portugal hacia 1557.

Con esta exposición, Hamad bin Abdullah Al Thani muestra una vez más su fortaleza en el mundo del arte. Después de dos décadas invirtiendo poseen muebles, joyas, lienzos, libros… de todas las épocas. Esta es una oportunidad para ver, aunque sea casi un pellizco, parte de su colección.