Exposiciones

Cuando las vanguardias revolucionaron las portadas de los libros españoles

Por Irene Hdez. Velasco

Una exposición en la sede en Toledo de la Colección Polo muestra cómo los movimientos artísticos de principios del siglo XX tuvieron una fuerte repercusión en el diseño editorial.

Cubismo, futurismo, dadaísmo, constructivismo, surrealismo, suprematismo… Las vanguardias de principios del siglo XX pusieron el mundo del arte patas arriba. Pero la influencia de esos movimientos artísticos no sólo se dejó sentir en cuadros y esculturas, también empapó al universo del diseño y de la tipografía. En España, el aspecto de los libros cambió profundamente, al abrazar el diseño editorial muchos de los postulados de esas nuevas corrientes.

Una exposición en Toledo rinde ahora homenaje a los libros españoles de la época de las vanguardias artísticas. Son libros que jugaron un papel fundamental a la hora de transmitir al público los fundamentos visuales de esos nuevos movimientos, hasta el punto de que muchos de ellos son auténticas joyas, pequeñas obras de arte en sí mismas que reflejan en sus portadas las vanguardias que sacudían aquella época.

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La muestra lleva por título Libros con Arte. Las vanguardias artísticas en las cubiertas españolas 1910-1938, se puede contemplar en la sede en Toledo de la Colección Roberto Polo, Centro de Arte Moderno y Contemporáneo de Castilla La Mancha (CORPO) y se nutre de la magnífica colección de libros reunida por la bibliotecaria Alicia García Medina.

Doctora en Arte Contemporáneo y jefa del Servicio de Audiovisuales de la Biblioteca Nacional desde 2007 hasta abril pasado, García Medina se propuso restablecer la biblioteca de su familia, recuperando preciados libros perdidos y añadiendo nuevos ejemplares. El resultado de todos esos esfuerzos es una colección de 543 libros que recientemente ha donado a Castilla-La Mancha y que ha sido depositada en CORPO para ser custodiada, conservada y difundida.

Son 126 libros de esa colección los que ahora se exhiben en la sede de CORPO de Toledo, aunque en los próximos meses irán rotando hasta mostrarse la colección completa. Libros punteros para la época, con diseños gráficos y tipografías rompedoras, que dejan claro cómo las vanguardias artísticas tuvieron una fuerte repercusión en España en el sector editorial.

“La exposición demuestra que, en el terreno de la edición, España no estuvo al margen de los movimientos internacionales de vanguardia de las primeras décadas del siglo XX; que artistas y editores se confabularon en la búsqueda de bellos, originales y rompedores diseños para incitar a la lectura”, en palabras de Rafael Sierra, director de CORPO.

Josep Renau, Ramón Puyol, Francisco Bores, Manuel Benet, Rafael de Penagos, Santiago Pelegrín, Luis Bagaría, Salvador Bartolozzi, Francisco Rivero Gil, Alfonso Ponce de León, Francisco Mateos y Carlos Maside, entre muchos otros, son algunos de los diseñadores españoles presentes en la exposición a través de sus portadas para libros. Sin olvidar al escultor Alberto Sánchez, autor de la escultura de la entrada del pabellón español en la Exposición Universal de París de 1937, de quien se exhiben en CORPO dos portadas. Pero también hay libros diseñados por creadores de otras nacionalidades, como John Heartfield, Mauricio Amster, Mariano Rawicz o László Moholy-Nagy.

Hay también cubiertas de autoría desconocida. Y, por supuesto, no faltan las portadas realizadas por mujeres, aunque las mismas son muy pocas. Apenas son cuatro las diseñadoras con libros en esta exposición: Manuela Ballester, María Gallastegui, Ángeles Torner Cervera y Maggy Monier. Pero esas cuatro mujeres dejaron su huella en el panorama español de la ilustración de cubiertas.

Manuela Ballester, por ejemplo, firmaba como Manolita y ganó un concurso, convocado en 1930 por la editorial Cenit, para ilustrar la cubierta de Babbit, obra del escritor nortemericano Harry Sinclair Lewis, Premio Nobel de Literatura en 1930. María Gallastegui (que utilizó el nombre de María hasta después de la Guerra Civil, decantándose posteriormente por Pilar o María Pilar), provenía de una familia de grabadores cuya tradición continuó. Ángeles Torner Cervera destacó principalmente como ilustradora de revistas femeninas y Maggy Monier, pintora e ilustradora francesa, realizó obras de estilo Art Decó y expuso en el Salón de los Independientes en 1927.