Depeche Mode: un diamante en bruto en el lodazal del Primavera Sound Madrid

Pocas bandas tienen la capacidad de conectar con sus fans a lo largo de más de cuatro décadas al nivel de Depeche Mode, que en cada visita a nuestro país levantan una enorme expectación de miles de seguidores que acuden a verles. En esta ocasión han llegado en el marco del festival Primavera Sound: hace una semana lo hicieron en la edición de Barcelona, y esta noche lo han vuelto a hacer en la de Madrid. Tras la dolorosa cancelación de la jornada de ayer, contar con un cabeza de cartel de la talla de Depeche Mode podría haber sido la mejor cura para remontar el festival y que los asistentes empezasen a sentirse más satisfechos.

Sin embargo, muchos fans ni siquiera han podido llegar a la Ciudad del Rock de Arganda del Rey debido a que el plan de movilidad ha saltado por los aires, y a medida que avanzó la tarde los atascos se fueron intensificando, lo cual hizo que los "35 minutos aproximadamente" de trayecto de los que hablaba la organización para conectar el Estadio Cívitas Metropolitano con el recinto se quedasen en un espejismo. No fueron capaces de prever que la carretera quedaría colapsada, y que pronto los viajes se prolongarían hasta la hora y media o dos horas. A partir de cierta hora, ni siquiera era posible acceder a autobús alguno y las colas se acumulaban, no solo en el Metropolitano, sino también en Arganda del Rey. No parecía haber rastro de esos cien buses de los que habló la organización. Si la gente estaba ya muy enfadada por la cancelación de la jornada de jueves, en este viernes muchos de ellos ni siquiera consiguieron llegar a tiempo para ver al principal cabeza de cartel, debido a una gestión de movilidad absolutamente desastrosa. Eso sí, los que emprendieron su camino antes pudieron disfrutar de un extraordinario concierto de una gran banda como es Depeche Mode, que pese a todo brilló por todo lo alto.

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Roberto Ruiz Anderson

Depeche Mode comenzó su exitosa y prolongada aventura en 1980, después de que sus miembros hubiesen empezado a curtirse en otros proyectos. De los cuatro miembros originales, quedan dos en la formación: Martin Gore, cerebro y principal compositor de la banda; y Dave Gahan, el carismático cantante. El teclista Andy Fletcher falleció el año pasado por una disección aórtica, y Vince Clarke abandonó el proyecto en sus inicios, aunque su huella fue muy profunda: Clarke, que más tarde fue también conocido por sus otras bandas Erasure y Yazoo, era el líder creativo en la época del primer disco, Speak & Spell (1981), que tenía un enfoque musical de synth pop más ligero y digerible.

Cuando Gore tomó las riendas compositivas, lo hizo con su propio estilo, que con el paso de los años se fue volviendo más oscuro y con letras más profundas, e incorporando elementos de estilos como el darkwave, el pospunk o el rock. Es por esto por lo que las canciones más antiguas de Depeche Mode suenan tan diferentes y mucho más poperas que las que hicieron después, aunque un temazo tan divertido como Just Can't Get Enough (compuesta por el líder original Clarke) sigue siendo muy apropiado para un festival como Primavera Sound, y funcionó muy bien ante el público tanto en Barcelona como esta noche en Madrid. Para terminar de hablar de los miembros oficiales que ha tenido la banda, hay que decir que también fue muy importante la presencia de Alan Wilder entre 1982 y 1995, pues fue determinante para definir el sonido tan particular y reconocible que tiene la banda.

Memento Mori, un nuevo renacer artístico

Aunque Depeche Mode ha tenido una carrera consistente durante todo este tiempo, sus anteriores álbumes no habían sido recibidos de forma tan entusiasta por parte de fans y crítica. Esto ha cambiado con el nuevo Memento Mori, lanzado el pasado mes de marzo, que se ha convertido de manera inmediata en su obra más apreciada en casi veinte años. Los críticos señalan que es un regreso al tipo de música y temáticas que mejor caracterizan a la banda, llevadas a cabo con un buen gusto y brillantez que no se veían desde Playing the Angel (2005).

Probablemente, la tragedia a la que han tenido que enfrentarse con la muerte de Andy Fletcher haya influido mucho al resultado del disco, aunque Gore y sus colaboradores habían empezado a construir las canciones ya antes de su triste fallecimiento, y la pandemia también afectó de manera decisiva al tono de la música y las letras. A veces, los momentos más oscuros y difíciles son los que acaban gestando las obras más valiosas, porque sus autores canalizan sus sentimientos a través del arte y se enfrentan a la pérdida y a las desgracias como mejor saben. Prueba de ello es el sensacional single Ghosts Again, cuya letra hace referencias muy explícitas a la muerte, a la fragilidad de la vida y a la posibilidad de acabar reuniéndose con los seres queridos en forma de fantasmas.

Gahan y Gore han explicado que continuaron con el proceso del álbum y con la actividad de la banda porque están seguros de que Fletcher así lo hubiese querido, aunque lamentan que su compañero no haya podido llegar a escuchar esta obra que está siendo tan valorada en todo el mundo. Aunque por supuesto, el recuerdo y legado del fallecido teclista siguen estando muy presentes en los conciertos de Depeche Mode.

Depeche Mode, ante la adversidad en Madrid

Pese a los imperdonables problemas de movilidad y de un recinto mal diseñado para soportar las adversidades meteorológicas, en el que pese a los esfuerzos aún quedaban grandes charcos de barro, Depeche Mode se ha impuesto a todo para ofrecer un concierto de altísimo nivel. Al menos, en la zona de los escenarios principales no había esos charcos (sí en otras partes del recinto), y hay que decir que el sonido ha sido muy bueno, lo cual ha permitido que quienes llegasen a tiempo pudiesen disfrutar de un auténtico conciertazo.

Había menos gente que en Barcelona, por dos motivos: se vendieron menos entradas, y como decimos muchos ni siquiera pudieron llegar. Hubiese sido más inteligente poner a Depeche Mode en una hora más tardía, para no pillarse los dedos con el flujo de personas, pero empezaron ya a las 21:45 aproximadamente, cuando muchas personas seguían haciendo cola para coger un bus que no aparecía en el Metropolitano o frente a la estación de Arganda. Pese a todo ello, se veía bastante ambiente; el sábado conoceremos las cifras oficiales de asistentes en la rueda de prensa.

El concierto ha sido idéntico al de Barcelona hace una semana, donde ya hicieron gala de su inmensa calidad. Un setlist arrollador, plagado de grandes éxitos como Walking in My Shoes, It's No Good, Everything Counts, Precious, Stripped, Enjoy the Silence, etc. Todo ello ejecutado de manera sublime por un Dave Gahan que sigue cantando y moviéndose con la soltura de una de las mayores estrellas de la música mundial, y que constantemente animó al público a cantar todos esos himnos con él. Por supuesto, Martin Gore también mostró toda su dignidad a la guitarra y cuando tomó la voz, especialmente al coger el protagonismo como cantante solista en la preciosa Home. Un batería y un teclista les respaldaban para tejer un gran engranaje sonoro.

El comentado nuevo disco estuvo representado con tres canciones: las dos primeras, con las que arrancaron los Depeche y que establecieron el tono del show, y más adelante con el temazo de nueva cuña que es Ghosts Again, que pese a ser tan nuevo ya suena como uno más de sus clásicos. Al igual que en Barcelona, durante World in my Eyes aparecieron en pantalla retratos de Andy Fletcher como homenaje, pues era una canción especial para él.

Los bises han sido apoteósicos con la festiva Just Can't Get Enough, la emocionante Never Let Me Down y la inmensa Personal Jesus, que fue la catarsis final en la que todos cantaron aquello de "Reach out, touch faith".

En definitiva: es una lástima que el caos se haya apoderado de este festival en su desembarco en Madrid, pero al menos nos está dejando grandes conciertos como este. Es evidente que se equivocaron al elegir este recinto, o al menos al no ofrecer opción de acampada en una localización como esta, y al pretender sacarse de la manga de la noche a la mañana un festival tan mastodóntico como el de Barcelona. Todo ello, pese a que la programación complementaria de la ciudad de Madrid en las salas (Primavera en la Ciudad) y en el auditorio está funcionando de maravilla. Qué buenos fueron los conciertos de esta mañana/mediodía de Swans y Julia Holter. Pero la Ciudad del Rock de Arganda no ha funcionado para este evento. Ojalá en la última jornada de este sábado los atascos no sean intensos y a ver si no se lía, para ver a la Rosalía.