Los cazadores de autógrafos que regalan bragas (y hacen negocio con los libros firmados)
La idolatría literaria desata largas colas para conseguir un libro firmado por un escritor, aunque también hay espabilados que buscan hacer negocio: un título de García Márquez firmado por el autor se vende por 500 euros
Dos horas. Dos horas aguantó de pie la señora a sus sesenta y pico años, aguardando ansiosa ante una de las casetas de la Feria del Libro del Madrid, cambiando el peso del cuerpo de un pie a otro, sin quejarse ni una sola vez, viendo como sobre su cabeza el cielo se oscurecía cada vez más hasta acabar descargando un fuerte chaparrón. Todo para poder tener frente a ella durante unos minutos al periodista y escritor Pedro Simón y conseguir que este le firmara un ejemplar de su última novela,
"Cuando llegué a la caseta, la mujer ya estaba allí, esperando. Me dijo que mi libro le había cambiado la vida y que me quería conocer", asegura Simón sin ocultar cierto rubor.
Bienvenidos al mundo de los mitómanos, de los cazadores de autógrafos. La literatura es lo que tiene: en ocasiones, consigue establecer un vínculo mágico entre lector y escritor, una conexión profunda, la sensación de que determinado libro interpela específicamente a uno. Con todo lo que eso conlleva…
"Nosotros hemos visto de todo. Incluidas declaraciones de amor a escritores y casi hasta propuestas de matrimonio", cuenta Jorge, de la veterana librería madrileña Visor. Como aquella profesora de un instituto de Fuengirola que, delante de todos sus alumnos, le soltó a Pedro Simón sin cortarse: "¡Ay, qué pena que estés casado!".
"Hay situaciones absolutamente increíbles: hay mujeres que le entregan bragas a su admirado escritor; hay lectores que no se despegan de la caseta en la que está firmando ejemplares una autora y, cuando esta termina y se va, la persiguen por todo el Parque del Retiro hasta que ella logra meterse en un taxi y huir", afirma Álvaro Palau, de la editorial Arpa. "Hay quien después de conseguir que su admirado autor o autora le plante un beso en la mejilla, amenaza con no lavarse la cara en varios días", añade.
"El otro día, en Burgos, una mujer me tocaba y me tocaba sin parar. Decía que quería comprobar que era de carne y hueso"
No faltan por supuesto los momentos de subidón emocional, esos en los que algunos lectores se echan a llorar al verse por fin ante ese autor que tanto les fascina. Y también abundan los que tratan de buscar algún nexo tangible, repasando obsesivamente el árbol genealógico de un escritor en busca de algún pariente lejano en común que explique la afinidad que sienten por él o ella.
"El otro día, en Burgos, una mujer me tocaba y me tocaba sin parar. Decía que quería comprobar que era de carne y hueso", relata Pedro Simón.
Todo ese éxtasis anímico suele tener como broche final la firma por parte del autor de uno de sus libros, una reliquia que el mitómano guardará con devoción. "Los lectores tienen la sensación de que, además de llevarse el libro, si este está firmado se llevan también un pedacito del autor, un unicum", subraya Javier Sierra, uno de los escritores españoles más vendidos y ganador en 2017 del Premio Planeta con
Aunque aún son bastante minoritarios, los cazadores de autógrafos que buscan hacer negocio también llevan varios años creciendo en España. "Cualquier libro firmado duplica directamente su valor", sentencia Sierra. Y más si el autor fallece o es galardonado con el Nobel.
Ahí está por ejemplo Crónica de una muerte anunciada, con autógrafo de su autor, Gabriel García Márquez: se ofrece en estos momentos en Wallapop por 900 euros. Algo más asequible es un ejemplar de Noticia de un secuestro firmado por el colombiano: se puede adquirir por 600 euros. Relato de un náufrago con la rúbrica del Premio Nobel de Literatura de 1982 sale por 500 euros, lo mismo que un volumen autografiado de El coronel no tiene quien le escriba.
Camilo José Cela también se cotiza: hay que desembolsar 400 euros para hacerse con un ejemplar de Noticias de algunos amigos firmado por el escritor gallego. Un ejemplar de Corazón tan blanco con una firma de su puño y letra de Javier Marías sale por 119 euros. Tiempos recios, con autógrafo de Mario Vargas Llosa, se oferta también por 199 euros.
En el mundo anglosajón existe una larga tradición de coleccionar libros firmados, con reglas muy estrictas al respecto: el escritor debe plasmar su autógrafo en la página en la que figura su nombre, el título del libro y la editorial. Y mejor si no hay dedicatoria. Incluso existen librerías especializadas en vender libros autografiados.
"Yo he llegado a recibir cartas de lectores que se molestan en desencuadernar uno de mis libros, mandarme la página en cuestión y pedirme que se la devuelva firmada, adjuntando en la carta un billete de cinco dólares para los gastos postales", sostiene Sierra, quien conoce muy bien el mercado anglosajón: es el único escritor español que ha conseguido colarse en el top ten de la lista de libros más vendidos de Estados Unidos elaborada por The New York Times (lo logró en abril de 2006 con
Novelas sobre cazadores de autógrafos
Hay varias novelas que dan cuenta de ese peculiar fenómeno de coleccionar (y rentabilizar) firmas de escritores.
Tal es la fiebre en Estados Unidos por los libros con autógrafos que Javier Sierra recuerda muy bien cómo una vez le llevaron a una enorme nave industrial a las afueras de un aeropuerto para que estampara su rúbrica, de una tacada, en 500 ejemplares de una de sus novelas. "En España estamos lejos de esa locura, pero en los últimos cinco o seis años los cazadores de autógrafos han crecido", explica.
Y todo apunta a que seguirán aumentando.
Dos horas. Dos horas aguantó de pie la señora a sus sesenta y pico años, aguardando ansiosa ante una de las casetas de la Feria del Libro del Madrid, cambiando el peso del cuerpo de un pie a otro, sin quejarse ni una sola vez, viendo como sobre su cabeza el cielo se oscurecía cada vez más hasta acabar descargando un fuerte chaparrón. Todo para poder tener frente a ella durante unos minutos al periodista y escritor Pedro Simón y conseguir que este le firmara un ejemplar de su última novela,
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