Gestación subrogada: no demos lecciones de moralidad a nadie

Lo que aquí escribo quisiera que no tuviera ningún tono dogmático. Lo que opino está sometido a cualquier argumento que fuera superior. En caso contrario caería en una especie de fundamentalismo cuasirreligioso que presume de una verdad absoluta y sabemos que ese fundamentalismo se nutre de la ignorancia. Hablo, además, fuera de todo mandato de jefes, grupos o partidos y desearía dirigirme a quien se apoye en sí mismo y no obedezca a eslóganes, mantras o consignas. Es obvio que todos tenemos una ideología o visión del mundo pero esta, como decía María Zambrano no debe oprimir nuestras cabezas. Y adelanto que escribo desde un laicismo que conjugue respeto y máxima libertad para todos.

Acciones inmorales e imprudentes

En un paso más me sorprende que la polémica sobre los vientres de alquiler haya saltado como un caso aislado ya que, sin embargo, es análogo a situaciones semejantes. Por ejemplo, no se plantea si es una instrumentalización traer a este mundo a alguien a quien no se le pide permiso, con la frívola razón de que acompañe a otro hermano o sirva de ayuda en la vejez. Por no hablar de engendrar a quienes no se les pudiera mantener o educar. Igualmente no se cuestiona la pareja o matrimonio en donde se trata de dar sexo para obtener otros favores. Podríamos hablar de más semejanzas, pero baste lo dicho.

Enfocado el asunto desde un punto de vista ético y qué es lo que fundaría su legalidad política habría que distinguir entre acciones intrínsecamente inmorales e imprudentes. Lo que es intrínsecamente inmoral, como es torturar, habría que prohibirlo bajo cualquier circunstancia. No sucede lo mismo con lo imprudente. Conducir por la izquierda es imprudente en España pero no lo es en Gran Bretaña. Clonar humanos se considera hoy, en general, imprudente en casi todo el mundo, dadas las todavía imprecisas técnicas que se poseen u otras consecuencias indeseables, pero no parece que sea malo sin más. Por mi parte pienso que la reproducción por subrogación tal vez sea una imprudencia hoy, pero no veo que deba imponerse nadie, en principio, a la autonomía que decida subrogar de esta manera. Es lo que voy a razonar a continuación.

Yo soy mi cuerpo y mi cuerpo me pertenece. Soy su titular y, si quiero, dono parte de él, muero por otro o por mí mismo, suicidándome. Para impedírmelo tendrían que darse muy poderosas razones, estudiar detalladamente el caso y que las normas en cuestión procedan de quienes saben, son competentes, lo explican, lo votan y no se inmiscuyen en mi yo. Hay quien cree que somos criaturas de Dios o que existen deberes para con uno mismo que imposibilitan que nos relacionemos con tanta autonomía o libertad. Por supuesto que hay que tener en cuenta estas opiniones o creencias, pero en una sociedad laica las verdades son con minúscula y los individuos se bastan a sí mismos. Se da también un puritanismo que quiere velar por nosotros o que considera que hay cuerpos sagrados, pero tal puritanismo es sectario y en una sociedad profana lo sagrado valdrá para quien así piense, pero no para los que nos movemos democrática y modestamente.

A lo expuesto se suele objetar con un argumento tan usado como poco probatorio. El supuesto argumento señala al hecho de que este tipo de acciones están en manos de la mafia, se apoderan con dinero del cuerpo de una mujer envuelta en necesidades y destruyen o corrompen nuestros cuerpos. Al razonamiento del negocio mafioso se puede contraargumentar de la siguiente manera.

Si se es coherente y se defiende el derecho al aborto, a la eutanasia y al cambio de sexo, es absurdo prohibir la reproducción subrogada

En primer lugar habría que distinguir entre condicionamientos externos e internos. Desde un punto de vista externo, es obvio que existe una mafia que se aprovecha de estas situaciones, pero hablamos de la voluntad libre de cada uno y esta permanece firme. En segundo lugar, y siendo esto así, habría que obligar a los gobiernos correspondientes a que persigan a las mafias. En tercer lugar, habría que pedir que ningún empresario explote la fuerza de trabajo de ninguna persona, esforzamos con igual ahínco en evitar esta y tantas otras explotaciones. En cuarto lugar, si se es coherente y se defiende el derecho al aborto, a la eutanasia y al cambio de sexo, es absurdo prohibir la reproducción subrogada y en la que se miden dos autonomías. Y recuérdese que detrás de todas estas materias hay mafias.

He abordado algunos de los problemas que entraña el alquiler del útero. Y lo he hecho desde la duda, que es constitutiva de la inteligencia. Decía un filósofo actual que estaba contra la Inteligencia Artificial porque era antisocrática, al dar solo respuestas. Buena idea.

Preguntemos con claras definiciones y no demos lecciones de moralidad a nadie.