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"Sed leales al Rey como lo habéis sido conmigo": el testamento político de Franco... quizá no lo escribió Franco
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"Sed leales al Rey como lo habéis sido conmigo": el testamento político de Franco... quizá no lo escribió Franco

Un hombre de 49 años, para facilitar la Transición, tuvo un pronto por la noche —según cuenta su esposa e hijo— en el que se da cuenta de que Franco se va a morir sin haber dejado nada escrito y se pone a redactar

Foto: Imagen de la comitiva en el funeral de Franco. (EFE)
Imagen de la comitiva en el funeral de Franco. (EFE)

"Fui testigo de su última jornada de trabajo cuando ya la muerte había hecho presa en su corazón, y puedo aseguraros que, para vosotros y para toda España, fue su último pensamiento…". El presidente del Gobierno, Carlos Arias Navarro, se dirigía así a la nación tras la muerte del general Francisco Franco, el 20 de noviembre de 1975. Lo que iba a leer a continuación era el texto de su testamento político. Ahora suena como a chino, porque casi nadie se acuerda —ni reproduce— la emisión de RTVE más allá del minuto en el que el compungido presidente pronunciaba: "Españoles, Franco-ha-muerto". La imagen es imborrable, pero la realidad es que la verdadera noticia estaba más en lo que seguía después, ese "último pensamiento", según Arias, que venía a ser el testamento político del dictador, cuyo tercer párrafo fue crucial para la historia de España: "Quiero agradecer a cuantos han colaborado con entusiasmo, entrega y abnegación en la gran empresa de hacer una España unida, grande y libre. Por el amor que siento por nuestra Patria, os pido que perseveréis en la unidad y en la paz, y que rodeéis al futuro Rey de España, don Juan Carlos de Borbón, del mismo afecto y lealtad que a mí me habéis brindado y le prestéis en todo momento el mismo apoyo de colaboración que de vosotros he tenido".

Pues bien, el texto escrito de puño y letra por un moribundo Francisco Franco, que yacía en la cama el 20 de octubre, un mes antes del desenlace final, no habría sido suyo. Según cuenta Guillermo Gortázar en El secreto de Franco. La transición revisitada (Renacimiento), es un fake porque el texto, de apenas 300 palabras, lo habría redactado en realidad un arquitecto de primerísima fila, Javier Carvajal, catedrático y admirado en su ámbito, pero que era un político de tercera, metido a duras penas en la Unión del Pueblo Español —UPDE— de Adolfo Suárez. ¿Cómo es posible que el texto más importante de los últimos 50 años fuera redactado por alguien que no era tan cercano a Franco, ni mucho menos asesor?

Una de las revelaciones de Gortázar es que, en esa operación del engaño, estuviera implicado Girón de Velasco

Guillermo Gortázar ha charlado con El Confidencial y lo explica, al igual que Jaime Alonso de la Fundación Francisco Franco, que conocía a Carvajal y considera que es un disparate. También lo ha señalado Utrera Molina en Twitter. Lo increíble es que la tesis de Gortázar, sin embargo, refuerza precisamente el reformismo que habría abanderado Franco en sus últimos años: no redactó el mítico texto, pero lo copió casi a pies juntillas porque compartía todo lo que allí se decía. Está cercano a la línea de lo expuesto recientemente por Javier Villacañas en La revolución pasiva de Franco: la Transición no es que la impulsaran los franquistas, sino que, en realidad, estaba ya en la mente del dictador.

Una de las revelaciones sorprendentes de Gortázar en su nueva obra es que, en esa operación del engaño de la autoría de Franco con ese testamento de corte reformista, estuviera implicado Girón de Velasco, uno de los pocos falangistas que quedaban en el Gobierno y que estaba asociado claramente al inmovilismo, al famoso búnker. Se empieza a entender lo del harakiri de las Cortes franquistas, máxime cuando quien presidía el Parlamento era Torcuato Fernández-Miranda, que había sido nombrado por el mismo Franco unos días antes de haber sido ingresado. Fernández Miranda era del agrado de Juan Carlos para su operación de transición democrática.

Por otra parte, Carvajal, según cuenta a El Confidencial Alonso, no estaba en el círculo del caudillo, luego no hubiera podido haber influido hasta ese punto, pero reconoce que sí lo estaba en el de Juan Carlos. A Guillermo le costó encontrar editorial —a pesar de su trayectoria—, según él porque es un libro que, con la nueva Ley de Memoria Democrática, podría ser objeto de una multa, justamente lo contrario de lo que piensan en la Fundación Francisco Franco, a quienes le ha sentado muy mal que se acuse al caudillo de haber copiado su propio testamento. La verdad es que la historia es tan sorprendente que El Confidencial ha preguntado al último ministro con vida de Franco, Fernando Suárez, que declinó hacer declaraciones. Lo mismo me dice Gortázar sobre su libro, con el agravante de que es su íntimo amigo. Le preguntamos a Guillermo Gortázar.

PREGUNTA. ¿De dónde sale toda esta historia, por qué no se había contado antes?

RESPUESTA. A mí me llega por Miguel Ángel Cifuentes, amigo mío, que es el primero que me lo contó. Es un ingeniero de minas y energía, que está jubilado en Trujillo, y, en una tertulia que tuvimos, me lo soltó como sin darle excesiva importancia. Después de eso, lo corroboraron también José Guillermo García Valdecasas, que fue durante 30 años director del Colegio Español de Bolonia; su hermana, que es la esposa de Javier Carvajal; Blanca García Valdecasas, que es una novelista y licenciada en Filología, y el cuarto es Eduardo Meijide, un político del PP que fue gobernador civil de Guipúzcoa y de Navarra en los años de Plomo con ETA.

P. La historia es muy sorprendente porque casi parece una broma, después de tantos años controlándolo todo, Carvajal, que aunque es un arquitecto famoso y no es exactamente de su círculo íntimo, se desvela por la noche —como cuentas en tu libro— y, en pocos minutos, imitando un poco lo que podría ser el estilo de Franco, se lo presenta, y este, junto a su hija y Girón de Velasco, deciden hacerlo pasar por suyo…

R. Bueno, la idea de falsear la autoría es suya o de su hija. Pero lo que es evidente es que a Franco le gustó el texto de Carvajal hasta el punto de copiarlo textualmente, prácticamente al 100%, y luego quiso reforzar su contenido, haciendo creer que él era el autor, que no era un documento que lo había presentado un desconocido o un secretario y que le había puesto una firma temblorosa ya de enfermo. Y esto es un poco la cuestión sobre por qué eso ha tardado tanto en salir a la luz. Es un poco lo que nos explica Meijide: en el momento en que se certificó la autoría de Franco, en aquel año 75, cualquiera se atrevía a filtrar lo contrario, sobre todo cuando la hija de Franco lo había demostrado con el manuscrito, ¿no? Y todos pensaron que ganaba eficacia. Y consideraron que era mejor dejarlo como estaba. Pero es realmente sorprendente que 10 personas, ni siquiera los servicios de información del régimen, llegaron a tener conocimiento del tema.

P. Lo que trasluce en parte tu libro con estas y otras cuestiones es que, por encima de la autoría o no del testamento político, lo que hay es una clara intención de reformismo que avala el propio Franco, antes de la UCD y demás…

R. Sí, Franco hace un régimen personal, muy institucional y muy bien trabado en términos jurídicos e internos, y toma la decisión de que, después de él, vendría una monarquía, pero él sabía que habría sido muy difícil que pudiera continuar siendo un Estado sin reformas. De hecho, le dijo al Rey en repetidas ocasiones que las reformas las tendría que hacer él. Franco no podía reformar su propio régimen, que era autoritario, producto de una guerra civil. Pero lo que sí es cierto es que, al final, Franco, en mi opinión, tomó la decisión de favorecer en lo posible la posición política de Juan Carlos, porque pensaba que era la mejor solución posible para el futuro. Mucho mejor que un continuismo sin futuro, y mucho mejor que una ruptura al estilo de 1931, que cambiara por completo el régimen de una manera radical.

Franco no podía reformar su propio régimen, que era autoritario, producto de una guerra civil

P. En ese sentido, Girón de Velasco, un candidato máximo al inmovilismo, es uno de los que participa y ayuda según tu teoría con el testamento político. ¿Qué importancia tiene, además, en ese contexto? Porque ahora lo vemos como algo sin mucha historia…

R. Es el líder del inmovilismo, de los continuistas, del famoso búnker. Lo que ocurre es que, cuando él leyó el texto, le gustó tanto que se convirtió en cómplice. Se convirtió en la persona que le hizo llegar a la marquesa de Villaverde la carta despedida. A la marquesa le gustó mucho también, y esa fue la vía. Pero, vamos, obviamente, los que lo hicieron no esperaban que tuviera éxito porque era una operación muy muy difícil. Tenía que gustarle a mucha gente y que Franco lo aceptara, y en los umbrales de la muerte. Respecto a lo segundo, fue muy importante porque asentó la idea de la confianza en el rey Juan Carlos en muchos ámbitos, empezando por los militares franquistas; ese testamento de puño y letra de Franco —aunque estuviera copiado de Carvajal— era muy importante.

P. Es increíble que fuera Carvajal quien acabara redactando ese testamento. Además, hay muchos que lo ponen en duda, como la fundación Francisco Franco, que asegura a El Confidencial que Carvajal no tenía acceso ni influencia con Franco, aunque, en cambio, sí fuera muy amigo del Rey…

R. Era de cuarta fila en la política, sí. Un hombre de 49 años para facilitar la Transición y la reforma, pero tuvo un pronto por la noche, según cuentan su esposa e hijo, en el que se da cuenta de que Franco se va a morir sin haber dejado nada escrito y se pone a redactar. Cinco párrafos que fueron decisivos para facilitar al Rey el nombramiento de Torcuato Fernández Miranda, uno de los hombres más importantes de esa operación a la Transición democrática.

P. Al final, tu libro incide en que la Transición no es que fuera fruto de los franquistas, sino del propio régimen, del propio Franco, que de alguna manera lo tiene preparado para su muerte…

R. La Transición básicamente es un triunfo de los reformistas de dentro y de fuera del régimen que ganan la batalla política o la batalla política interna y externa en términos de la lucha y de la opinión pública. Los reformistas de dentro fueron fundamentales y venían desde los años 60 propugnando cambios, y sabían que con el Rey iban a tener muchas más posibilidades. Pero no solo eso, sino que había que vencer, por un lado, a los continuistas y, por otro lado, había que ganarse a la opinión frente a los rupturistas. Y esto lo consiguen en el referéndum del año 76. Efectivamente, en el fondo del 76, en el que los rupturistas, el PSOE y el PCE propugnan la abstención, pero no se produce porque un 22% es una abstención técnica, con lo cual, el Gobierno demostró que la opinión estaba con ellos, con un 97% de los votos en favor de la Ley de Reforma Política, y que no estaba con el rupturismo.

"Fui testigo de su última jornada de trabajo cuando ya la muerte había hecho presa en su corazón, y puedo aseguraros que, para vosotros y para toda España, fue su último pensamiento…". El presidente del Gobierno, Carlos Arias Navarro, se dirigía así a la nación tras la muerte del general Francisco Franco, el 20 de noviembre de 1975. Lo que iba a leer a continuación era el texto de su testamento político. Ahora suena como a chino, porque casi nadie se acuerda —ni reproduce— la emisión de RTVE más allá del minuto en el que el compungido presidente pronunciaba: "Españoles, Franco-ha-muerto". La imagen es imborrable, pero la realidad es que la verdadera noticia estaba más en lo que seguía después, ese "último pensamiento", según Arias, que venía a ser el testamento político del dictador, cuyo tercer párrafo fue crucial para la historia de España: "Quiero agradecer a cuantos han colaborado con entusiasmo, entrega y abnegación en la gran empresa de hacer una España unida, grande y libre. Por el amor que siento por nuestra Patria, os pido que perseveréis en la unidad y en la paz, y que rodeéis al futuro Rey de España, don Juan Carlos de Borbón, del mismo afecto y lealtad que a mí me habéis brindado y le prestéis en todo momento el mismo apoyo de colaboración que de vosotros he tenido".

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