Un 'nuevo' Zurbarán tras una pelea internacional por la autoría

Figura indispensable del Barroco español, maestro del Siglo de Oro y uno de los artistas más representativos de la pintura religiosa española, Francisco de Zurbarán (1598-1664) cuenta hoy con un cuadro más en su producción. O, mejor dicho, vuelve a contar. Porque un grupo de investigadores del Centre d'Art d'Época Moderna (CAEM) de la Universitat de Lleida acaba de confirmar "la indiscutible autoría" del cuadro conocido como Santa Inés al pintor pacense, refutando a la mayor experta en Zurbarán, la francesa Odile Delenda, que en 2010 atribuyó la obra a un artista anónimo conocido como Maestro de San Hermenegildo. Después de más de dos años y medio de investigación y análisis de la obra, el grupo de historiadores del arte encabezado por los investigadores Jésica Martí y Ximo Company determina que este óleo al lienzo de 1635 pertenece al Caravaggio español.

"La obra apareció en 1900 por primera vez", propiedad del duque de Béjar, "en una exposición nacional del Museo del Prado, como obra de Francisco de Zurbarán", explica Martí a El Confidencial. "En su momento, hubo varios historiadores que la vieron en directo y no tuvieron duda". Desde que Santa Inés emergiese a principios del siglo pasado, el cuadro pasó por las manos de varios coleccionistas, entre ellos las de los Thyssen. "Pero llegamos a 2010 y la experta en Zurbarán Odile Delenda publica los dos volúmenes de Francisco de Zurbarán, 1598-1664. Catálogo razonado y crítico, en los que separa, por un lado, las obras atribuidas a Francisco de Zurbarán —y que se cree que siguen siéndolo— y las que no se cree que sean de Francisco de Zurbarán. Esta Santa Inés ilustraba la portada del segundo tomo, el de las obras que se creen que no son de Francisco de Zurbarán".

Pero ¿qué hizo que Delenda dudase de la autoría de la obra? "Fue porque la mujer representada como una Santa Inés tiene el rostro similar al de otras santas de las que también se tienen dudas que sean del maestro: hay una similitud con un rostro que aparece en un retablo de una iglesia de Sevilla, realizado por un autor anónimo al que se conoce como Maestro de San Hermenegildo por el título de su obra", explica Martí. El problema es que, según Martí, Delenda nunca ha visto la obra de Santa Inés en directo, sino que su análisis se ha basado en fotografías en baja resolución. "Ella no sabía ni siquiera dónde estaba la pieza, con lo que no pudo pedir a los propietarios una imagen de calidad. Delenda no es que plantease dudas sobre la autoría, es que, directamente, la descatalogó".

Dos años después de la publicación del catálogo, la obra reapareció en el mercado, en una subasta de Christie's en la que se vendió el 6 de junio de 2012 por 203.000 euros —según la propia página de la casa de subastas— y con la atribución a Maestro de San Hermenegildo, "porque la máxima experta en Zurbarán la había bajado de categoría". "La adquirió una coleccionista con mucha tradición [de la que Martí no ha querido revelar el nombre] y que enseguida vio que la obra tiene más calidad que el maestro-de-no-sé-quién. Al cabo de unos años de tenerla, en 2020, la trajo aquí al CAEM para que hiciésemos el estudio". "Cuando la vimos en persona por primera vez, enseguida supimos que era una obra de un maestro de primera categoría del Barroco español. Nosotros siempre barajamos la posibilidad de que fuese de Velázquez, Alonso Cano o Zurbarán. Pero nunca nadie de un nivel inferior", reconoce la historiadora del arte.

Los CSI del arte

A lo largo de estos dos años, el grupo de investigadores del CAEM ha sometido a Santa Inés a una serie de pruebas y análisis propios de CSI. "Primero, hemos analizado los materiales de la obra y el proceso de envejecimiento para poder cerciorarnos de que es coherente con la antigüedad de la obra, porque es una pieza que tiene más de 300 años y utiliza unos materiales concretos", desgrana Martí. "Hemos hecho varios análisis químicos a través del cMDX, que son pequeñas extracciones de muestras de varios pigmentos directamente de la tela y de la capa de preparación. Hemos utilizado análisis multibanda con luz ultravioleta para poder diferenciar los repintes y los añadidos de la pintura original y también fotografía infrarroja para poder ver el dibujo subyacente y determinar otros materiales de la obra, porque no puedes analizar químicamente todo, porque destrozaríamos la pieza. Y también una radiografía. Hemos visto que los materiales coinciden con la época y con la paleta de Zurbarán".

"El proceso creativo, que se ve muy bien con los infrarrojos y los rayos X, coincide con el de dos santas que hay en el Museo de Bellas Artes de Bilbao, que son similares a la nuestra y que también están consideradas como las más bellas de Zurbarán", prosigue Martí. "Normalmente, son un poquito más feas o más planas de color. Eso es porque Zurbarán tenía una gran producción en masa en el taller y muchas de las obras las hacía gente del taller. Pero, en el caso de Santa Inés, se ve por los detalles que es una obra pintada cien por cien por el maestro".

Delenda recula..., pero no del todo

¿Queda entonces confirmada sin lugar a la mínima duda la autoría del maestro pacense? "De una obra que no está documentada nunca se puede decir cien por cien quién es su autor", reconoce la historiadora del arte. "Pero sí podemos decir que, hasta donde nos lleva la tecnología y la historia del arte hoy, estamos convencidos de que es un Zurbarán. Eso no quiere decir que mañana aparezca un dato nuevo que nos haga dar un paso al lado. Aun así, no hemos logrado convencer a Odile Delenda. Ella ahora no piensa que la obra ya no sea del Maestro de San Hermenegildo, pero considera a través de nuestro estudio que la obra es de mayor calidad de lo que ella pensaba. Pero no piensa que sea de Zurbarán".

¿Se acuerdan del Salvator Mundi, aquel cuadro que apareció en 1958 en una casa en Baton Rouge (Luisiana), que se vendió por lo que hoy equivalen a unos 52 euros y que, después de que fuese atribuido a Leonardo Da Vinci, alcanzó el astronómico precio de 379 millones de euros en una subasta de Christie's en 2017? ¿Podría ocurrir lo mismo —en la proporción de Zurbarán, cuyo arte no está tan cotizado como el de Da Vinci— con Santa Inés? "Dependerá de quién la quiera vender y quién la quiera comprar. Las casas de subastas consultan normalmente a Odile Delenda, pero nosotros hemos demostrado que ella se ha equivocado. Nosotros, entonces, no sabemos cómo va a reaccionar el mercado del arte. Nosotros simplemente hemos demostrado que esa obra no es del Maestro de San Hermenegildo".

En la investigación, además, han participado trabajadores de las universidades de Lleida, Ginebra, Santiago de Compostela, de la Jaume I de Castellón, Zaragoza, Sevilla y Valencia. El equipo está formado por historiadores del arte, restauradoras y un químico. "Nosotros estamos ahora seguros, pero Odile Delenda también estaba segura cuando lo publicó. Para nosotros es violento contradecir a una grande como Delenda", admite. "Pero, en este caso, si se ha equivocado, nuestro compromiso con la verdad nos obliga a publicar. Al final sí que es verdad que, a pesar de que pertenecemos a la universidad, trabajamos por encargo, pero nos debemos a la verdad. De cada 100 piezas que nos llegan, una sale con una gran autoría. Es muy grande el número de rechazados. Lo que publicamos, eso sí, es lo bueno".

En el mundo tan volátil y especulativo del arte, todos quieren encontrar su propio Salvator Mundi. "Muy a la larga ocurren estas cosas. Pero lo que no sabe la gente, y lo que es lo triste, es que detrás de cada obra que se ha revalorizado así hay miles de personas que se han intentado dedicar a la especulación del arte invirtiendo su dinero y sus esfuerzos en encontrar ese tesoro perdido y lo único que han hecho es perder dinero".