A subasta un cuadro de Goya por medio millón de euros: ¿qué pasa si lo quieren comprar fuera?
El BOE ha anunciado la salida a subasta de un cuadro del aragonés para saldar una deuda. Cultura quiere verificar si se trata de un Goya, ya que si es un BIC tiene derecho al tanteo y puede parar su posible exportación
Sorpresa mayúscula en el Boletín Oficial del Estado (BOE). Esta misma semana ha salido a subasta un cuadro de Francisco José de Goya y Lucientes valorado en 552.000 euros, según la perito María Jesús Valseca. Un óleo sobre lienzo titulado Retrato de caballero, cuyas medidas son 82x68 centímetros. El cuadro no será subastado, como es habitual, en una gran casa de subastas como pueden ser Sotheby’s o Christie’s, sino que todo el proceso se desarrollará en el portal de subastas electrónicas del BOE, que suele ser testigo de subastas de lo más variopintas. Desde edificios, solares, pasando por vehículos de alta gama, joyas, acciones o mobiliario de hoteles. Sin embargo, pocas veces el activo objeto de subasta ha despertado tanto interés como este cuadro de Goya, que probablemente tenga más de 200 años de historia, si tenemos en cuenta que el famoso pintor murió en 1828.
La apertura de la subasta debería producirse en breve, ya que, según la Ley de Enjuiciamiento Civil (LEC), que rige este tipo de procedimientos, la subasta debe abrirse a partir de las veinticuatro horas siguientes al momento en que se haya publicado su anuncio en el BOE, lo que sucedió el pasado lunes 27 de febrero. El proceso durará 20 días naturales desde su apertura y no se cerrará hasta transcurrida una hora desde la realización de la última postura, siempre que esta fuera superior a la mejor realizada hasta ese momento.
Una empresa de servicios de arquitectura reclama 200.000 euros a una promotora que quiere paliar la deuda con este lienzo
La subasta de este curioso y valioso activo ha sido convocada por el Juzgado de Primera Instancia número 5 de Madrid a instancia de Cerro de Arquitectos y Asociados, una empresa burgalesa creada en 2007 que reclama 204.845 euros a Inversión y Explotación de Activos, una compañía dedicada a la promoción inmobiliaria actualmente en liquidación y cuyo objeto social, según consta en el registro, fue la adquisición del Hotel Quo, en el polígono quitapesares, en el municipio madrileño de Villaviciosa de Odón, hace 10 años. Con esta subasta, la empresa ejecutante, dedicada a prestar servicios de arquitectura, espera poder cubrir la deuda con la venta de este cuadro.
Exportar no es fácil
La aparición de este Goya en una subasta suscita algunos interrogantes. ¿Qué ocurriría, por ejemplo, si es comprado y sale fuera de España? Porque exportar un Goya, un Picasso o cualquier otra obra de arte que supere los cien años de antigüedad y que esté considerado un Bien de Interés Cultural no es nada fácil en España. Es más, es un delito si no se tienen los permisos necesarios.
Lo sabe bien Carmen Thyssen con el famoso Mata mua, que pretendía vender fuera del territorio español y que le valió también para una golosa negociación con el Ministerio de Cultura (aunque en su caso tenía autorización). Lo sabe bien Jaime Botín, expresidente de Bankinter, a quien le incautaron un Picasso en el puerto de Calvi en Córcega y le condenaron a 18 meses de cárcel y una multa de 52,4 millones por un delito de contrabando, ya que carecía de permisos (Botín acabó pagando 9,7 millones de euros, evitó la cárcel por enfermedad y el lienzo cuelga hoy en el Reina Sofía). Y lo sabe bien la familia Sorolla, que quiso vender Fin de jornada y Cultura dictaminó que no acabando el caso en el TSJM y Tribunal Supremo. En España, las obras de los grandes pintores se quedan en España y, en ocasiones, en manos del Estado. Aunque sean, en un principio, propiedad de un particular.
Esto se debe a la Ley de Patrimonio Histórico Español de 1985 que establece en su artículo 29.1 que "pertenecen al Estado los bienes muebles integrantes del Patrimonio Histórico Español que sean exportados sin la autorización requerida por el artículo 5º de esta Ley. Dichos bienes son inalienables e imprescriptibles". Es decir, para exportar un lienzo —o cualquier otro objeto artístico— de una colección privada es necesaria una autorización que otorga la Dirección General de Patrimonio Cultural y Bellas Artes a partir de un informe favorable o no de la Junta de Calificación, Valoración y Exportación de Bienes del Ministerio de Cultura. Cada año se dan entre 13.000 y 14.000 autorizaciones, según datos del ministerio. Las obras de más de cien años, que son la mayoría en estos casos, son las que están obligados a solicitar permiso de exportación temporal si se quieren sacar al extranjero, puntualizan desde Cultura. Es una ley que se hizo para proteger los intereses del patrimonio español, aunque esté en manos privadas.
El 'Ecce Homo', de Caravaggio, estuvo a punto de ser subastado en la casa Ansorena y fue parado por Cultura, que decretó que era inexportable
En este caso, al tratarse de un Goya que obviamente supera los cien años, podrían darse una serie de circunstancias como las que acabaron provocando una enorme controversia con el Ecce Homo, de Caravaggio, que estuvo a punto de ser subastado en la casa Ansorena de Madrid, pero que fue parado porque Cultura decretó que era “inexportable” y la Comunidad de Madrid le dio el título de Bien de Interés Cultural (BIC) hace ahora dos años.
Para evitar que todo esto suceda, de momento el Ministerio de Cultura, alertado por este periódico, va a verificar si se trata verdaderamente de un Goya. También tiene que saber si está inventariado como BIC (bien de interés cultural), ya que, si esto es así, la Administración tiene su derecho al tanteo en la subasta. En el caso de no ser BIC siempre se puede vender, pero no se puede sacar fuera de España sin la autorización que otorga la Dirección General de Patrimonio a partir del informe de la Junta de Calificación, Valoración y Exportación de Bienes del Ministerio de Cultura.
En resumen: si yo poseo un Goya y este es un BIC —lo que tiene todas las papeletas—, el Estado también puede comprarlo (y debe estar avisado de la subasta); siempre se puede vender si ese Goya se queda dentro del territorio español, pero si sale fuera necesitará una autorización de la Dirección General de Patrimonio que dictamine que es exportable (lo cual es casi imposible con las obras de más de 100 años para la venta definitiva).
Cómo se puede pujar
Para tomar parte en la subasta, como recoge la Ley de Enjuiciamiento Civil, los licitadores deberán "identificarse de forma suficiente", "declarar que conocen las condiciones generales y particulares de la subasta", y "estar en posesión de la correspondiente acreditación", para lo que es necesario haber depositado el 5% del valor del bien subastado, en este caso, 27.600 euros. Asimismo, deben estar dados de alta como usuarios del sistema, mientras que los tramos entre puja y puja serán de 11.040 euros.
Al igual que en otras subastas judiciales —ya sean bienes muebles o inmuebles—, el ejecutante, en este caso Cerro de Arquitectos y Asociados, puede participar en la subasta siempre y cuando existan otros licitadores.
Para poder pujar, hay que depositar una fianza del 5% del valor del bien subastado: 27.600 euros
Una vez cerrada la subasta, el portal de subastas electrónicas del BOE remitirá al letrado de la Administración de justicia información certificada de la postura telemática que hubiera resultado vencedora y una vez aprobado el remate y consignado, se dictará decreto de adjudicación del bien.
A ver qué ocurre con este Goya, si finalmente es un Goya.
Sorpresa mayúscula en el Boletín Oficial del Estado (BOE). Esta misma semana ha salido a subasta un cuadro de Francisco José de Goya y Lucientes valorado en 552.000 euros, según la perito María Jesús Valseca. Un óleo sobre lienzo titulado Retrato de caballero, cuyas medidas son 82x68 centímetros. El cuadro no será subastado, como es habitual, en una gran casa de subastas como pueden ser Sotheby’s o Christie’s, sino que todo el proceso se desarrollará en el portal de subastas electrónicas del BOE, que suele ser testigo de subastas de lo más variopintas. Desde edificios, solares, pasando por vehículos de alta gama, joyas, acciones o mobiliario de hoteles. Sin embargo, pocas veces el activo objeto de subasta ha despertado tanto interés como este cuadro de Goya, que probablemente tenga más de 200 años de historia, si tenemos en cuenta que el famoso pintor murió en 1828.