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Sobre despolitizar Mediaset y el "código anti Jorge Javier"
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'TRINCHERA CULTURAL'

Sobre despolitizar Mediaset y el "código anti Jorge Javier"

Shakira va por la cuarta canción de despecho dedicada al padre de sus dos hijos, el futbolista Gerard Piqué, que también este se ha enamorado de una mujer de veintitantos

Foto: Shakira y Piqué, en una imagen de archivo. (Getty)
Shakira y Piqué, en una imagen de archivo. (Getty)

La ruptura del torero Enrique Ponce y su mujer Paloma Cuevas me entretuvo mucho durante la pandemia. Por si alguno necesita que le ponga al día, les cuento. Él dejó a la que había sido su esposa durante veintitantos años por una mujer también de veintitantos años. La cosa fue escandalosa porque formaban una de esas parejas perfectas, aseadas y formales, católicos practicantes, padres de dos niñas monísimas. Tras la infidelidad, Cuevas optó por el silencio, que es lo que hacen las mujeres educadas en buenas familias. Se refugió en sus amigos, en sus hijas y en sus padres. Como debe ser. Es ideal Paloma. Gente de bien.

Nada más conocerse la noticia, la nueva pareja del torero, que también es de buena familia y se llama Ana Soria, optó por publicar imágenes de su amor en redes sociales porque "quiere que Enrique le dé su sitio". Que es la manera que tiene la prensa del corazón de decir que está deseando pasar por el altar y que escriban que esta vez sí, Enrique hace con ella "el paseíllo de su vida".

La colombiana, sin embargo, hace tres temas que ya peca de cansina y de despechada

Shakira, sin embargo, va por la cuarta canción de despecho dedicada al padre de sus dos hijos, el futbolista Gerard Piqué. También este se ha enamorado de una mujer de veintitantos que, imaginamos, también quiere su sitio porque es de una de las mejores familias de Barcelona. La colombiana, sin embargo, hace tres temas que ya peca de cansina y de despechada. Porque es ordinariote airear lo que te pasa por la cabeza, porque los trapos sucios se lavan en casa. Porque su dolor lo está convirtiendo en dinero. Debería callarse la de Barranquilla, decimos, una vez que ha conseguido lo que quería, irse a Miami con sus dos hijos. Un acto no exento de generosidad por parte del padre, que ha tenido que aguantar durante todo este tiempo el "fuerte carácter" de la diva de la música. Aunque como el carácter de Piqué tiende a chulesco e independentista, un poco merecido sí lo tiene.

El premio Nobel Mario Vargas Llosa ingresa como miembro de la Academia Francesa. A la ceremonia acuden su exmujer, hijos y nietos. No acude, sin embargo, ningún miembro del Gobierno. Estamos ante la enésima muestra de sectarismo político porque si el ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta, no ha aparecido por París es porque "Mario es de derechas". Y nos consta que el Gobierno está formado por una panda de analfabetos incapaces que solo saben dejar a España en ridículo.

Le pilla este reconocimiento en plena ruptura con Isabel Preysler. Una mujer a la que hemos venerado porque ha hecho los mejores finales posibles con sus amores. Porque nadie habló nunca mal de ella cuando decidió cambiar a un señor por otro. Siempre discreta la filipina, perfecta embajadora y madre amantísima, erró esta vez con el escritor hispanoperuano, al que decidió no volver a ver y así contárselo a ¡Hola!, en uno de los mejores textos escritos en la historia de la revista. Porque Isabel, nada acostumbrada a las faltas de respeto, le dijo a Vargas Llosa que ella no aguanta un ataque de celos por muy premio Nobel y muy académico que uno sea.

Foto:  Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa, en una imagen de archivo. (Getty)

Ante semejante falta de discreción, los amigos de Mario andan ciclotímicos perdidos. Porque él sigue siendo un escritor extraordinario con tanta facilidad para la novela como para el enamoramiento. Pero ¿ella? Estamos a un par de tertulias de que la llamen lagarta. Fina, pero lagarta. Porque inculta y frivolona ya se lo han dicho.

Froilán se aburre y "no encuentra su sitio". El cuarto en la línea de sucesión a la corona no hace demasiado caso a las recomendaciones de sus padres, por más intentos de que estudie y se acueste pronto. El hombretón, después de conseguir un título en un sitio carísimo y hacer prácticas en Londres, fue pillado hace poco en un after ilegal en la calle Orense de Madrid. En cuanto entró la policía, decidió irse a otro after en Vallecas porque son sitios donde, como dice mi amiga Paloma, ella ha conocido a gente interesantísima, aunque no se acuerde de ninguna.

Con este asunto no conviene dramatizar en exceso ni sobreactuar. Porque son cosas muy normales que le suceden a la chiquillería en las noches de Madrid, donde ya sabemos que uno de sus encantos son los atascos a las tres de la mañana. Fíjate, sin embargo, en la de Barcelona, mucho más peligrosa.

Foto: Froilán, con agujeros en el jersey, de fiesta en 2016. Discoteca Tartufo. (EC)

Su familia, temerosa de que le pillen en algún que otro desliz propio de personas desubicadas, ha tomado una buenísima decisión. Mandarle a vivir al mismo país donde reside fiscalmente su abuelo, Abu Dabi, donde además trabajará en una empresa petrolífera y ganará su buen dinerito. Es un destino idóneo porque allí "es donde más business hay ahora mismo". Vamos, que si sus hijos no están allí ya están tardando.

No es que tenga yo ganas de repasar algunas de las historias cotillas que más me han interesado en los últimos tiempos. Es una recopilación de algunos de los comentarios vertidos cuando se ha hablado de ellas. En tertulias de la mañana, de la hora de comer y de la tarde en televisión.

Es la constatación de que en ellas y en las otras, que son todas, hay tanta política como los miércoles en la sesión de control al Gobierno, como los días de pleno en los ayuntamientos y en las asambleas.

"Hay mujeres que callan y las hay que cantan y facturan. Hay muchísima tontería también"

Hay modelos de familia, hay machismo y feminismo. Hay odio al contrario, hay conservadurismo y clasismo. Hay república y monarquía, meritocracia y golferío. Hay comparativa entre Madrid y Barcelona. Independentismo y nacionalismo español. Blanqueamiento de lugares siniestros donde los derechos humanos brillan por su ausencia. Hay mujeres que callan y las hay que cantan y facturan. Hay muchísima tontería también. Hay también mil motivos para la risa.

Por eso no tiene mucho sentido parte del código ético que acaba de hacerse en Mediaset. Porque pareciera hecho por alguien que no ve la tele. Al menos, ningún espacio de entretenimiento.

Como es inútil pedirles a algunos que, como diría Belén Esteban, se den un puntito en la boca

Porque yo sí la veo y creo que todo es política, aunque no lo parezca. Como son política muchos de los comentarios en el bar y a la salida del colegio de los niños. Los que escuchan en el gimnasio, en la cola de la pescadería y en el autobús.

Porque parecen querer decirnos que despolitizar las tertulias está muy bien siempre que consista en mantener nuestras ideas y eliminar las del resto.

Porque es tan inútil como imposible. Como es inútil pedirles a algunos que, como diría Belén Esteban, se den un puntito en la boca.

La ruptura del torero Enrique Ponce y su mujer Paloma Cuevas me entretuvo mucho durante la pandemia. Por si alguno necesita que le ponga al día, les cuento. Él dejó a la que había sido su esposa durante veintitantos años por una mujer también de veintitantos años. La cosa fue escandalosa porque formaban una de esas parejas perfectas, aseadas y formales, católicos practicantes, padres de dos niñas monísimas. Tras la infidelidad, Cuevas optó por el silencio, que es lo que hacen las mujeres educadas en buenas familias. Se refugió en sus amigos, en sus hijas y en sus padres. Como debe ser. Es ideal Paloma. Gente de bien.

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