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El 'Manifiesto Comunista' cumple 175 años (y sus elogios al capitalismo son lo más vigente)
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HISTORIA

El 'Manifiesto Comunista' cumple 175 años (y sus elogios al capitalismo son lo más vigente)

El panfleto escrito por Marx y Engels es el texto político más leído de la historia, aunque en su primera redacción apenas tuvo repercusión

Foto: Retrato de Karl Marx, autor junto a Engels del 'Manifiesto Comunista'.
Retrato de Karl Marx, autor junto a Engels del 'Manifiesto Comunista'.

“El mercado mundial aceleró prodigiosamente el desarrollo del comercio, de la navegación y de todos los medios de transporte por tierra. Este desarrollo influyó a su vez en el auge de la industria, el comercio, la navegación y los ferrocarriles, se desarrollaba la burguesía, multiplicando sus capitales y relegando a segundo término a todas las clases por legadas por la Edad Media…”.

Escrito en 1848, el indispensable tratado y panfleto comunista de Karl Marx y Friedrich Engels, del que se cumplen ahora 175 años, no dejaba de acentuar con precisión lo que habían sido las revoluciones burguesas de los siglos anteriores.

Foto: Karl Marx

Sí, parece contradictorio, pero se suele obviar el cierto elogio explícito hacia el capitalismo en la obra de Marx y Engels: “La burguesía, con su dominio de clase, que cuenta apenas con un siglo de existencia, ha creado fuerzas productivas más abundantes y más grandiosas que todas las generaciones pasadas juntas”.

Un fantasma recorre Europa...

En efecto, el despegue económico y la globalización, el libre comercio, la división del trabajo habían transformado la sociedad definitivamente y la habían elevado a unas condiciones de vida mejores a las de las épocas anteriores del “oscurantismo”, como inevitablemente daban a entender Marx y Engels. ¿Qué significaba entonces ese fantasma que recorría Europa? La enumeración de una teoría fundamental sobre la lucha de clases: una de ellas, la proletaria, aplastada por la burguesía que había conseguido desarrollar la riqueza. El Manifiesto del Partido Comunista enarbolaba esa teoría de la lucha de clases y sobre todo servía para la llamada a la acción que la derrocara a los burgueses e impusiera la ‘ictadura del proletariado.

Pero 175 años después de que Marx y Engels comenzaran su texto con el célebre “un fantasma recorre Europa”, lo que ha quedado más actual y menos obsoleto fue su análisis del capitalismo, mientras que en los años posteriores a la caída del Muro de Berlín en 1989 se ha interpretado habitualmente a ese “fantasma del comunismo” como algo que casi proféticamente ha quedado exactamente en eso, en una ilusión y en una representación fantasmagórica de lo que fue tras el desplome de la URSS.

placeholder Yolanda Díaz, ministra de Trabajo, ha escrito uno de los múltiples prólogos del 'Manifiesto Comunista'.
Yolanda Díaz, ministra de Trabajo, ha escrito uno de los múltiples prólogos del 'Manifiesto Comunista'.

No en vano, los múltiples prólogos que se escriben en cada una de las nuevas ediciones que elogian la actualidad del Manifiesto Comunista caen casi siempre en la misma repetición, que es precisamente el de la descripción del mundo capitalista. La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, lo hizo en 2020 en el prólogo de una edición coincidiendo con el centenario del Partido Comunista: “El pensamiento de Karl Marx parece escrito, con tinta indeleble, sobre el viento de la Historia. Reaparece siempre, en los contextos de crisis económica y social, con toda su lucidez y su capacidad de estimular la reflexión. Su mirada sobre los mecanismos de la producción capitalista sigue arrojando comprensión y luz sobre los principales problemas de nuestro mundo y de nuestro tiempo” (Yolanda Díaz, Manifiesto Comunista, ed. Galaxia-Gutenberg).

Otra cuestión, que se suele olvidar, es que su verdadero carácter original —que no era otro que servir como panfleto para la unión de la clase proletaria, de hacer que ese fantasma que recorría Europa acabara con la desigualdad creada por la clase burguesa— tenga algún sentido ahora. Como hizo notar Mario Caballero en El salto diario: “El documento no es más que un panfleto de fácil digestión y comprensión, hecho para que los obreros industriales lo leyeran durante sus descansos. El texto fue concebido así debido a las tasas de alfabetización entre la población obrera de la época, siendo el público objetivo la clase obrera industrial, ya que aquella era el grueso de la población. Se publicó por primera vez en 1848, en pleno auge de la Primavera de los Pueblos, siendo un llamamiento a la clase obrera para que se uniera internacionalmente para superar la lucha de clases y lograr la dictadura del proletariado. Ya sabemos cómo ha terminado todo”.

placeholder La portada original del 'Manifiesto Comunista'.
La portada original del 'Manifiesto Comunista'.

En 1848, Karl Marx, que había dejado de trabajar para la Gaceta Renana cinco años antes, se estableció en París, donde conoció a Friedrich Engels, hijo de una familia de ricos empresarios de una fábrica textil de Manchester. Engels se había trasladado antes a Inglaterra, en donde estudió a la clase obrera para publicar su obra: La situación de la clase obrera en Inglaterra (1945).

Ambos formaron primero parte de la Liga de los Justos y después de la Liga de los Comunistas, que fue el germen del célebre manifiesto. Lo explicaba así el mismo Engels en el prólogo a la edición alemana de 1872: “La Liga Comunista, una organización obrera internacional, que en las circunstancias de la época —huelga decirlo— solo podía ser secreta, encargó a los abajo firmantes, en el congreso celebrado en Londres en noviembre de 1847, la redacción de un detallado programa teórico y práctico, destinado a la publicidad, que sirviese de programa del partido. Así nació el Manifiesto, que se reproduce a continuación y cuyo original se remitió a Londres para ser impreso pocas semanas antes de estallar la revolución de febrero”.

Sin apenas repercusión al principio

“Un detallado programa teórico y práctico” que en su primera redacción no tuvo apenas repercusión, aunque estuviera destinado posteriormente a ser el texto político quizás más reproducido y traducido de toda la historia. Según Engels: “¡Proletarios de todos los países, uníos!'. Cuando hace cuarenta y dos años lanzamos al mundo estas palabras, en vísperas de la primera revolución de París en que el proletariado levantó ya sus propias reivindicaciones, fueron muy pocas las voces que contestaron”.

Foto: Karl Marx. Opinión
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No sería hasta 1863, cuando se creó la Asociación Obrera Internacional, cuando el Manifiesto Comunista se introdujo con más fuerza en las clases proletarias, poco antes de que Karl Marx culminara la obra esencial de su pensamiento en El Capital (1867). Antes habían fracasado las revoluciones obreras de 1848 en Francia, La Comuna de París y en Alemania, que era el verdadero contexto en el que se ideó el Manifiesto, por lo que quedó relegado durante varias décadas. La supresión de la propiedad privada burguesa y la lucha contra esa clase por medio de la dictadura del proletariado nunca se produjo en Europa realmente hasta la Revolución de Octubre de 1917, en un contexto radicalmente distinto, que incluía la Primera Guerra Mundial.

Según el historiador Eric Hobsbawn: “A lo largo de los siguientes cuarenta años [a partir de la década de 1870] el manifiesto conquistó el mundo, impulsado por el ascenso de los nuevos partidos obreros (socialistas), en los que la influencia marxista creció rápidamente durante la década de 1880. Ninguno de ellos optó por darse a conocer como Partido Comunista hasta que los bolcheviques rusos volvieron al nombre original tras la Revolución de Octubre, pero el título de Manifiesto del Partido Comunista se mantuvo sin cambios”.

A partir de la década de 1870, el 'Manifiesto Comunista' conquistó el mundo, impulsado por el ascenso de los nuevos partidos obreros

Fue el momento de mayor difusión del texto y su circulación creció enormemente a la luz de la URSS, que no lo remitía a una cuestión histórica, sino a una experiencia de la política entonces actual, ya que afirmaba ser el Estado representante de la ideología marxista, de forma que se incluyó en los programas de las universidades. Así, precisamente el estalinismo, el concepto del que todos los teóricos comunistas quieren huir, sirvió para la verdadera gran difusión del texto, según Hobsbawn, a pesar de que el Manifiesto hubiera quedado obsoleto para entonces en muchos de sus aspectos por estar pensado para aquella situación específica de 1848. No solo eso, sino que además estaba vinculado a una etapa temprana del propio pensamiento de Marx, que no publicaría El Capital hasta dos décadas después.

Tanto Marx como Engels así lo reconocieron en algunos de los prólogos de las ediciones al calificarlo documento histórico que convenía no retocar ya. Ahora, por mucho que se recalque la fuerza del breve, pero potente, documento de apenas 20 páginas, dividido en breves párrafos casi bíblicos y repleto de frases lapidarias de indudable persuasión, difícilmente podría unir a una supuesta clase proletaria que ya no existe con esas características, aunque se puedan encontrar similitudes con el régimen capitalista y la actual globalización.

“El mercado mundial aceleró prodigiosamente el desarrollo del comercio, de la navegación y de todos los medios de transporte por tierra. Este desarrollo influyó a su vez en el auge de la industria, el comercio, la navegación y los ferrocarriles, se desarrollaba la burguesía, multiplicando sus capitales y relegando a segundo término a todas las clases por legadas por la Edad Media…”.

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