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¿De qué son fans (exactamente) los fans de Berta Vázquez?
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Mala fama

¿De qué son fans (exactamente) los fans de Berta Vázquez?

Asistimos a una mezcla de hipocresía y de buenismo en relación al aumento de peso de la actriz

Foto: Berta Vázquez, en la ceremonia de los Premios Goya celebrada en Sevilla el pasado sábado. (Europa Press/Eduardo Parra)
Berta Vázquez, en la ceremonia de los Premios Goya celebrada en Sevilla el pasado sábado. (Europa Press/Eduardo Parra)

Diversos titulares me ponen sobre la pista de una información llamativa: alguien ha engordado. Se trata de la actriz Berta Vázquez, de 30 años de edad. Su posado en el photocall de los Goya dio publicidad a un anómalo aumento de peso. Como en las redes sociales se critica a todo el mundo por cualquier cosa, a Berta se la criticó por este abotargamiento. Eso está mal. Pero lo peor vino luego. Mucha gente la defendió.

Este reguero de titulares en defensa de una actriz que engorda participa de cierta extravagancia. El último que he visto decía: “Los fans de Berta Vázquez salen en su defensa tras recibir terribles ataques sobre su físico”. Vamos a pararnos un poco aquí, amigos, en ese sujeto, “los fans”. ¿De qué son fans exactamente los fans de Berta Vázquez?

placeholder La actriz Berta Vázquez, en un 'photocall' hace unos meses.
La actriz Berta Vázquez, en un 'photocall' hace unos meses.

La primera vez que supe de la existencia de esta actriz tuvo que ver con la promoción de película Palmeras en la nieve. También deduzco que influyó su papel simultáneo en la serie Vis a vis. Berta Vázquez atendía de pronto innumerables entrevistas, algunas en televisión, y su imagen empezó a aparecer por todos lados, en ese ascenso típicamente fulgurante hacia la fama. Era guapísima.

Ser guapísimo se nos antoja colateral en casi todos los oficios; ser guapísimo en el cine es esencial. Normalmente, los actores de películas comerciales y series olvidables son guapísimos, los seleccionan por ser guapísimos y, claro, se vuelven famosos porque a la gente le gusta mirar a personas espectacularmente bellas.

Series con mucha gente que está muy buena

El debut de Berta en la industria audiovisual se localiza en la serie musical Dreamland (2014), donde, como en Élite y otras series que nadie va a recordar pasados tres años, se acumula cerca de una tonelada de tías buenas y tíos buenos, y eso es la serie. Bailan o matan o estudian, pero la serie básicamente es mucha gente que está muy buena.

Foto: Ángela Quintas. (Vanitatis)

Así las cosas, los fans de Berta Vázquez son fans de lo agraciado de su figura y de la belleza exótica (para nuestros ojos) de su rostro. Berta tiene padre etíope y madre ucraniana. Para la industria audiovisual, la actriz es una evidencia comercial, el material humano inmediato para atraer al público. Como lo fue Brad Pitt al principio, Nona Sobo ahora en Entrevías, y Sharon Stone y Alicia Silverstone y mil actores y actrices más.

Los 2,4 millones de seguidores de la cuenta de Instagram de Berta Vázquez no siguen sus recetas de cocina, sus partidas de ajedrez o sus poemas. Siguen su belleza. Si no fuera guapísima, no tendría 2,4 millones de seguidores.

Por ello, que varios titulares interpreten que son los fans los que salen en defensa de Berta Vázquez por los ataques que recibe al aumentar de peso quizá sea un tanto arriesgado. Justamente sus fans no lo serían si, desde el primer momento, Berta Vázquez hubiera sido una joven de cuerpo no canónico y rostro mundano. Se hicieron fans, seguidores, espectadores de la actriz porque no estaba gorda.

Berta Vázquez no es una ministra que ha engordado o una ejecutiva que ha engordado. Es una persona que vive de su físico

Si Cristiano Ronaldo falla un penalti, sus fans lo defienden. Si falla todos los penaltis durante un año y no da pie con bola y se cae exhausto después de una carrera corta, sus fans desaparecen. La fama es así, una desaparición programada.

El símil futbolístico

El símil futbolístico es casi exacto. Berta Vázquez no es una ministra que ha engordado o una ejecutiva que ha engordado. Es una persona que vive de su físico, y ha engordado. Cuando numerosos periodistas deportivos señalaban el sobrepeso de Isco Alarcón, no lo hacían por gordofobia, sino por criterios de profesionalidad. No es profesional un futbolista en baja forma, no digamos gordito. Simplemente, iba a arruinar su carrera, como así ha sido en efecto.

La carrera como actriz de Berta Vázquez está también en peligro. No porque el cine y las series no acepten personas que no sean guapísimas, sino porque ya hay personas no guapísimas que han conseguido acceder a la industria con mucho trabajo actoral. Digamos que es difícil que un delantero como Isco, al engordar, acabe de portero del Madrid y no en Segunda División.

Que el futuro en el sector audiovisual de Berta Vázquez se presenta complicado lo sabe todo el mundo. Sin embargo, hay como una celebración de que esta mujer, una de las más bellas aparecidas en España en la última década, haya dejado de ser perfecta. Se la apoya como chica que ya no podría protagonizar un anuncio de Lancôme, dando por hecho que su sobrepeso es electivo, identitario, una renuncia a ese estrellato que le estaba reservado. Es bastante improbable que la actriz haya decidido engordar voluntaria y placenteramente.

Los titulares de estos días saludan el nuevo cuerpo de la actriz bajo la premisa de que no existe ningún conflicto detrás del aumento de peso. Validan un cuerpo accidental, y dan a entender que se puede vivir sin dietas rigurosas, sin báscula diaria, sin el plácet masivo del público. Exactamente lo contrario de lo que harán mañana, de lo que hacen todos los días. “Berta Vázquez incendia Instagram con su trasero”, titulaba Women´s Health el 7 de agosto de 2022. Solo hace siete meses.

Foto: Miren Ibarguren, en 'La que se avecina'. (Prime Vídeo)

En siete meses, Berta Vázquez ha pasado de “incendiar”, “deslumbrar” y “salir con” a “cambiar de peso” y ser “víctima de gordofobia. Diríamos, según lo plantea la prensa, que Berta ha engordado por gusto y que la gente es muy mala criticándola. No, la actriz ha engordado muy seguramente por la inmensa presión que siente cada día de su vida por seguir siendo espectacularmente bella y seguir siendo contratada, y la gente la ha criticado porque los medios llevan años destacando de Berta Vázquez únicamente su atractivo físico. Nadie se fijaría en un aumento de peso similar en una premio Nobel.

La coartada de la solidaridad buenista

El titular definitivo lo encontramos en S Moda: “Berta Vázquez y la cansina tradición de juzgar el físico de las actrices”. Les invito a buscar “S Moda portada” en Google Imágenes y considerar pacientemente si la revista ha juzgado el cuerpo de las mujeres que elige cada semana para protagonizar su cubierta, o son todas mujeres cuyo físico no ha sido tenido en cuenta a la hora de dedicarles una portada.

Bajo la coartada de una solidaridad buenista y autoexculpadora, los mismos medios que se alimentan de cuerpos jóvenes y bellos, de físicos espectaculares de usar y tirar, osan situarse moralmente por encima del propio público que ellos han educado para juzgar sin piedad el cuerpo de las mujeres. Habrá que ver cuántos de los que ahora salen en defensa de Berta Vázquez, pasada la polémica y el aprovechable epílogo de conmiseración, la van a contratar para su película o su serie, la van a entrevistar, la van a llamar siquiera por teléfono una tarde para ver cómo se encuentra.

Diversos titulares me ponen sobre la pista de una información llamativa: alguien ha engordado. Se trata de la actriz Berta Vázquez, de 30 años de edad. Su posado en el photocall de los Goya dio publicidad a un anómalo aumento de peso. Como en las redes sociales se critica a todo el mundo por cualquier cosa, a Berta se la criticó por este abotargamiento. Eso está mal. Pero lo peor vino luego. Mucha gente la defendió.

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