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Al Cid le hicieron 'mobbing' y otras verdades dolorosas de la Historia de España
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NI JUANA ESTABA LOCA, NI CERVANTES MANCO

Al Cid le hicieron 'mobbing' y otras verdades dolorosas de la Historia de España

Si no somos capaces de ponernos de acuerdo en torno a lo que pasó ayer mismo, ¿por qué damos por buenos los hechos que nos han contado siempre sobre el siglo VIII?

Foto: Las profesoras, divulgadoras y escritoras María y Laura Lara Martínez. (Cedida)
Las profesoras, divulgadoras y escritoras María y Laura Lara Martínez. (Cedida)

A nuestro héroe nacional le acosó laboralmente su jefe, el rey Alfonso VI. Cervantes nunca perdió una mano en Lepanto, pero sí estuvo a punto de perder sus extremidades en un par de ocasiones. La reina Juana no solo no estaba loca, sino que demostró una cordura encomiable al resistir 47 años de encierro. Pepe Botella solo bebía un vino con agua de vez en cuando, y siempre cuidando las cantidades. El hundimiento del acorazado Maine, como la gripe española, fue cosa de los estadounidenses...

Estas y otro centenar de correcciones históricas están presentes en Mentiras de la Historia de España (Espasa), el nuevo libro de las doctoras María Lara y Laura Lara (Guadalajara, 1981). Estas mellizas, que en su día fueron las mejores en su instituto y en la universidad de toda España, se dedican ahora a repasar nuestra historia sin dar ningún dato conocido por bueno. Charlamos con ellas acerca de los bulos históricos que han llegado hasta nuestros días, desde don Pelayo hasta el asesinato de Prim.

Foto: Las profesoras, divulgadoras y escritoras Laura y María Lara Martínez.

PREGUNTA. Llama la atención que en vuestro libro utilizáis el término "mentiras" de la Historia de España, que denota una intencionalidad más allá del error o la mala interpretación. ¿Se ha tratado a lo largo de los siglos de engañar a los españoles?

Laura: Evidentemente a lo largo del tiempo desde el poder se han deformado los hechos para contar la Historia de manera más conveniente para el gobernante. ¿Qué es la verdad? Esta es la primera pregunta que debemos responder para acercarnos a la Historia. En nuestra vida cotidiana, comprobamos a menudo lo vulnerable que es la verdad, cada persona tiene sus razones y ve los hechos desde su perspectiva. Sin embargo, la misma noticia en los medios de comunicación puede parecer diversa, y hasta contradictoria. Y, si pensamos que el periodismo cuenta lo que sucede hoy, pero que lo que sucedió ayer ya debe analizarlo la Historia, podemos llegar a caer en la conjetura de: ¿Es cierto todo lo que nos han contado? Con Mentiras de la Historia de España María y yo nos proponemos desmontar bulos y esclarecer tópicos.

En el siglo XVIII, cuando la Ilustración buscaba desterrar prejuicios pasando la comprensión del mundo por el tamiz de la razón, Diderot era consciente de que 'engullimos de un sorbo la mentira que nos adula, y bebemos gota a gota la verdad que nos amarga'.

Desde el poder, los dirigentes y sus equipos han cocinado falsedades que interesaba propagar para evitar que se conociera cuál había sido la realidad. ¿Por qué se tuvo que echar la culpa de la voladura del Maine en 1898 a España si fue una avería que se produjo de manera fortuita en el buque? La prensa sensacionalista de Pulitzer y Hearst dio pábulo al embuste, España perdió Cuba y los titulares alcanzaron mayor vigencia que los informes técnicos para depurar responsabilidades.

P. Arrancamos en el siglo VIII, con la batalla de Covadonga, en la que los astures de don Pelayo vencieron a las tropas musulmanas. Muchos historiadores fijan en este punto el inicio de la Reconquista, pero vosotras ponéis en duda que lo que nos ha llegado se ajuste a la realidad de la contienda. También señaláis un parecido sospechoso con lo narrado en el Libro de los Jueces de la Biblia.

María: Es cierto que el relato está impregnado del estilo bíblico, recuerda el tono del Éxodo y del libro de los Jueces. La batalla de Covadonga es uno de los acontecimientos más conocidos de la Historia de España. No hay duda sobre su alcance, marcó un antes y un después en la lucha entre cristianos y musulmanes, pero sí existe debate en torno a la identidad de los personajes que intervinieron y acerca del tamaño de las tropas. La nebulosa en torno al acontecimiento procede, en gran medida, de que el relato se construyó con posterioridad.

La primera mención al triunfo de Pelayo se halla en el Testamento de Alfonso II, un acta de donación datada el 16 de noviembre de 812, aunque como veremos la batalla de Covadonga fue abordada en la historiografía asturiana en los años 80 del siglo IX.

Hay estudiosos que opinan que la batalla de Covadonga nunca se produjo, pues las primeras noticias que se tienen de ella son muy posteriores. Don Pelayo aparece derrotando a los "caldeos" (así se denomina a los musulmanes en las fuentes cristianas, pero que como decimos fueron escritas mucho después). A los cristianos los musulmanes los tildan de "asnos salvajes".

placeholder Don Pelayo. Escultura de mármol por José Pagniucci y Zumel, 1856, Madrid, Museo del Prado.
Don Pelayo. Escultura de mármol por José Pagniucci y Zumel, 1856, Madrid, Museo del Prado.

Uno de los personajes más aclamados de la Historia de España es don Pelayo, sin embargo, también hay conjeturas sobre su origen. Se debate si pertenecía a la familia real visigoda, si era el espatario (jefe de la milicia a cargo del monarca) de don Rodrigo, el último monarca godo, o si era un caudillo de la aristocracia local. Triunfó en Covadonga en el año 722, pero también se discute la dimensión de la batalla.

Si fue una escaramuza o un encontronazo militar menor, ¿cómo pudo convertirse en el punto de arranque de la Reconquista? Sobre este particular se argumenta que la batalla fue valorada de modo grandilocuente cuando los reinos cristianos recuperaron el "ideal neogótico", por el que los monarcas de Asturias, de León y de Castilla se proclamaban legítimos descendientes de los soberanos visigodos. De este modo surgió la idea de que, en el año 711, se produjo "la pérdida de España".

La sublevación contra los musulmanes se debió a la negativa de los pueblos del norte a pagar los impuestos exigidos por el gobernador beréber Munuza, que se había instalado en Gijón. Munuza solicitó el refuerzo de otro comandante, Al-Qama. La Cova Donga o Cueva Dominica era un punto de culto mariano y, bajo su abrigo, se parapetaron un puñado de nativos mal armados frente al ejército más poderoso de la época.

"Covadonga fue decisivo, pero su efecto se ha exagerado en los relatos de la Reconquista"

Aunque el cerco de Covadonga fue decisivo, pues se estima como la primera expresión de un sentimiento nacional en la España cristiana, su efecto ha sido exagerado en los relatos sobre la Reconquista. Tanto las crónicas musulmanas como las cristianas describen la batalla desde dos puntos de vista completamente opuestos. Cada una de ellas arroja unos números sobre combatientes, bajas y motivaciones tan dispares que resulta harto difícil medir la veracidad de la información.

Mientras que los musulmanes quitan importancia a la derrota ("la situación llegó a ser penosa…y considerando la dificultad del ascenso, despreciaron a los cristianos encasillados en aquellas asperezas, diciendo: Treinta asnos salvajes, ¿Qué daño pueden hacernos?"), Pelayo dejó de ser un rebelde para convertirse en el espejo en el que los cristianos se miraban con la confianza de que la victoria era posible.

P. Otra cuestión que abordáis, siempre de actualidad, es que la relación entre cristianos y musulmanes no fue tan mala como han querido hacernos ver. De hecho, en la Edad Media se popularizaron los matrimonios mixtos.

María: Así es, resulta recurrente el uso del concepto de mestizaje en la Historia de América, no obstante, hasta hace unos años parecía algo prohibido hablar de "cruce" sanguíneo en la Reconquista. Las crónicas árabes y cristianas nos permiten seguir el rastro de estirpes híbridas como las del infante Sancho Alfónsez, Abderramán III o Abderramán Sanchuelo. Y, también, casos insólitos, como el de la beréber Yamila, desposada con un cristiano y con egregia descendencia en Compostela.

Foto: El busto de Abderramán III, en su emplazamiento original en la localidad zaragozana de Cadrete. (EFE)

No todo fue guerra, hubo mestizaje buscado. Cuando Zaida enviudó del gobernador de Córdoba por la presión almorávide, su suegro al-Mutamid no se lo pensó dos veces: le apalabró el refugio en la corte del Tajo. En 1091 llegó desde Almodóvar del Río (Córdoba) a Toledo con parte del tesoro real y lo más probable es que la relación sentimental comenzara al poco. Zaida tenía 28 años y Alfonso VI, 44. Tras renunciar al Islam, recibió las aguas en Burgos como Isabel y falleció frisando la treintena después de dar a luz al infante Sancho Alfónsez. Este infante de dos sangres, cristiana y musulmana, murió siendo adolescente en la batalla de Uclés contra los almorávides, en 1108.

La belleza de la judía Raquel enamoró a Alfonso VIII en Toledo y, más al sur, en Granada, el rapto trocó en amor fecundo dando lugar al idilio de Muley Hacén con Isabel de Solís. La sultana Aixa, de la estirpe del Profeta, casi explotó de cólera al ver al padre de Boabdil prendado de la cautiva.

No ganó batallas después de muerto

P. Avanzamos tres siglos, hasta tiempos del Cid Campeador. Al respecto, confirmáis el carácter de mito de que ganó su última batalla después de muerto, atado a su caballo.

María: Otra mentira relacionada con El Cid es aquella leyenda que aseguraba que ganó su última batalla después de muerto, es decir, que lo vistieron y ataron al caballo para permanecer erguido. El relato lo creó un monje en el siglo XIII para atraer peregrinos al monasterio de San Pedro de Cardeña. Sin embargo, es cierto el heroísmo de su mujer, Jimena, que fue gobernadora de Valencia tras la muerte de don Rodrigo, gestionó el territorio entre 1099 y 1102. Y también es verdad el drama que supuso para la pareja la muerte de su único hijo varón, don Diego, a manos de los almorávides, en la batalla de Consuegra (1097).

P. ¿Y por qué se ha mentido en algo tan azaroso como los nombres de las hijas del Cid?

María: Fue otra ficción del romancero la historia de doña Elvira y doña Sol; las hijas de El Cid y de Jimena se llamaban Cristina y María. Y no tuvieron como parejas a los infantes de Carrión, Fernando y Diego González, pertenecientes a un supuesto linaje del reino de León. Estos dos hermanos no existieron como tales más que en la literatura. Aparecen en el Cantar de Mío Cid, compuesto en torno al año 1200. En el cantar de gesta son dibujados como viles y siniestros. Alfonso VI consiente primero su matrimonio pero, según el "libreto", después de sufrir la afrenta las bodas fueron anuladas, y las casaron con D. Ramiro y D. Sancho, príncipes de Navarra, lo cual también es incierto.

placeholder El Cid, representado durante la toma de Valencia. (Cordon Press)
El Cid, representado durante la toma de Valencia. (Cordon Press)

Los verdaderos yernos de El Cid fueron Ramón Berenguer III (conde de Barcelona y primer templario español), con quien se casó María entre 1095 y 1099, y Ramiro Sánchez de Pamplona (tenente de Monzón), que desposó a Cristina en torno a 1099.

Sin duda fue don Rodrigo el mejor caballero de la Reconquista. Tenía arrojo y capacidad de diálogo, servía a la verdad, podía entenderse con los musulmanes si el corazón que animaba los pactos estaba movido por la voluntad de construir y, por sus proezas, pasó a la inmortalidad. Y, precisamente, por ser auténtico, El Cid sufrió acoso laboral, mobbing, de manos de su rey, Alfonso VI, que en vez de agradecerle sus desvelos, no lo premiaba con títulos sino con destierros. Eso sí que es una realidad lamentablemente presente también hoy en la sociedad tecnológica.

P. Esto me ha llamado la atención: sostenéis que el primer parlamento no fue el británico, sino uno que tuvo lugar en León.

Laura: Generalmente cuando se piensa en el origen del parlamentarismo viene a la cabeza la imagen de las Islas Británicas. Sin embargo, el hito está en España, pues el fenómeno nació en León y no en Londres. En la primavera de 1188 Alfonso IX (padre del futuro Fernando III y abuelo de Alfonso X el Sabio) convocó en León una Curia regia o Consejo real. Conformó el precedente de unas Cortes pues, a la reunión, acudieron representantes de la nobleza y del clero pero, por primera vez, asistieron representantes elegidos por el pueblo.

En ese marco se redactaron los Decreta de León, los cuales son la prueba más antigua de la participación del pueblo en la toma de decisiones políticas junto al rey y a los estamentos privilegiados. En el articulado de los 17 estatutos o decretos se reconocían derechos, garantías y libertades, a la vez que se obligaba al cumplimiento de la ley a todos los estamentos sociales, desde el soberano hasta el último de los súbditos.

"Quizá lo único que sabemos de Colón es que pasó gran parte de su vida leyendo"

En otras naciones de Europa, los ciudadanos no participaron en las decisiones políticas hasta el siglo XIII: en Alemania, la burguesía se sumó a la Dieta en 1232; en Inglaterra, el estamento popular consiguió representación en el Parlamento en 1265; y en Francia, en 1302.

Aunque no se conserva el corpus documental de 1188, en las bibliotecas y en los archivos nacionales hay copias contenidas en documentos diplomáticos medievales. En 2013, la UNESCO declaró la Carta Magna leonesa de 1188 como Memoria del Mundo y, en lo sucesivo, España transmitiría enseñanzas de parlamentarismo, ya que la Constitución de Cádiz de 1812 inspiró los programas legislativos de las repúblicas hispanoamericanas.

P. Saltamos de nuevo hasta finales del XV. ¿Hay algo cierto de lo que sabemos de Cristóbal Colón?

Laura: Con los personajes de la Historia sucede como con las personas a las que les llega la fama en vida. Al principio pasaban desapercibidos o tenían que afrontar numerosos problemas, y cuando saltaron a la arena pública, sin embargo, todos los pueblos se adjudican su nacimiento. Con Cristóbal Colón el enigma llega desde su nacimiento hasta su muerte. ¿Es verdad que nació en Génova? Porque también se ha dicho que era gallego, catalán, mallorquín, extremeño, vasco o de Guadalajara.

A la duda contribuyó su hijo, Hernando Colón, que en el libro La historia del almirante dice: "Cuán apta fue su persona y dotada de todo aquello que para tan grande cosa convenía, tanto más quiso que su patria y origen fuesen menos ciertos y conocidos". El paradero de sus restos sigue despertando interés y, después de varias revoluciones, el ADN da la pista, aunque no al 100%, pues la información cualitativa obtenida en los archivos ayuda a interpretar la mente del controvertido almirante.

Quizás una de las cosas que sabemos con seguridad de Colón es que pasó buena parte de la vida leyendo. En su biblioteca, entre las obras más anotadas, sobresalen el Libro de las maravillas de Marco Polo, del siglo XIII, y la Imago Mundi de Pierre d’Ailly, del XIV, tratados de los que sacó una idea desacertada de las dimensiones del planeta. La obra de Marco Polo la tenía en italiano porque la primera edición en castellano se hizo en 1503, en Sevilla. Además, leyó la Historia rerum de Eneas Silvio Picolomini (papa Pío II, fallecido en 1464), así como tuvo en cuenta las observaciones del griego Estrabón y del musulmán Averroes.

placeholder Cristóbal Colón en la Corte de los Reyes Católicos. (Juan Cordero)
Cristóbal Colón en la Corte de los Reyes Católicos. (Juan Cordero)

R. "No me cambiaré de camisa hasta que reconquistemos Granada" es una frase que se atribuye a Isabel la Católica, y de ahí deriva cierta leyenda en torno a su higiene, pero sostenéis que esta frase no aparece en ningún texto.

María: La frase no aparece en ninguna crónica. Se le atribuye a Isabel pero es falso. No resultó descabellado que se le atribuyera la penitencia a Isabel porque la promesa de no cambiarse de ropa en sí misma no es un invento, ya que en la literatura francesa del siglo XII aparece como penitencia de algunos caballeros. Es decir, que se dieron casos de personas que juraron no mudar de atuendo hasta conseguir su meta. No obstante, aunque la toma de Granada por los cristianos fuera anhelada por Roma y por el orbe cristiano, Isabel no hizo ese pacto.

¿De dónde pudo venir la confusión? En primer lugar del carácter devoto y sacrificado de la reina. Fue creíble que ella tomara esa decisión porque tenía capacidad para mortificarse por el reino. Pero Isabel no dijo esas palabras. Le gustaba demasiado la moda como en ocasiones le reprobaban sus confesores. No obstante, Isabel Clara Eugenia, hija de Felipe II, parece que prometió de manera simbólica como gobernadora de los Países Bajos que no renovaría las prendas hasta poner paz en Flandes.

P. Otra cuestión es la de Juana La Loca. Contáis que no solo era una mujer sabia, que ejercía como intérprete, sino que tuvo que sufrir un confinamiento de 47 años. ¿Por qué trascendió el apodo entonces?

María: Precisamente en estos momentos me encuentro escribiendo la biografía de Juana, será mi próximo libro, estoy reconstruyendo su historia a partir de las fuentes primarias, recomponiendo su universo existencial y ahondando en su historia clínica. Me quedo perpleja del sufrimiento que tuvo que soportar y de su enorme capacidad de resistencia.

El demonio del mediodía

P. Felipe II y la Leyenda Negra: las fake news embrionarias. ¿Cuánto hay de propaganda antiespañola y cuánto de imperialista castellana en lo que nos han contado?

Laura: Felipe II, el legítimo hijo y sucesor de Carlos V, fue desde 1556 hasta 1598 la cabeza visible de un imperio ultramarino. Pero su biografía ha quedado empañada por múltiples mentiras que han tratado de manchar tanto su imagen como su legado. Bulos en su historia personal y en su faceta oficial que conviene aclarar para comprender las dimensiones de su dominio y profundizar en su biografía.

Sus rivales lo llamaron El demonio del mediodía, sus adeptos El Rey Prudente. Las fakes news generaron una Leyenda Negra de dimensiones inabarcables. Como muestra, comentaremos que, cuando Felipe II llevaba ocho años en el trono, se enteró de que circulaba el rumor de que él había muerto de un arcabuzazo. La noticia se divulgó en Madrid y en el reino de Castilla. Para evitar que se propagara en Europa, el soberano puso en marcha la maquinaria burocrática intentando que no cundiera un mensaje sin fundamento.

Foto: El profesor Marcelo Gullo Omedeo, autor de 'Madre Patria', (Espasa).

P. ¿Es verdad que el sol no se ponía en nuestro imperio, como aseguran Los Nikis? ¿Fue Felipe II el monarca terrible que pintaron ingleses y holandeses? ¿Resultó tan aplastante la derrota de la Gran Armada en aguas del Canal de la Mancha?

María: Felipe II no fue culpable de la muerte de su hijo, el príncipe don Carlos, que resultó ser un sádico del que les tocó pelear a su abuelo y a Francisco de Borja. Don Carlos volcaba nieve en la cama para calmar sus calenturas, asaba liebres vivas y cegaba a los caballos. El príncipe de Asturias había nacido en el primer matrimonio de Felipe II, con María Manuela de Portugal. Vino al mundo en Valladolid el 8 de julio de 1545 y murió con 23 años. A los 4 días de nacer se quedó sin madre. Se crio con sus tías y, según los cronistas, estaba mimado. Después pasó a la universidad de Alcalá para estudiar con su primo hermano Alejandro Farnesio y con su tío, don Juan de Austria.

placeholder Felipe II por Sofonisba Anguissola, 1565. (Museo del Prado)
Felipe II por Sofonisba Anguissola, 1565. (Museo del Prado)

P. No cabe duda pues: la Leyenda Negra existió y cumplió con su cometido.

Laura: El protagonista de la Leyenda Negra fue sin duda Felipe II. Esta injuriosa réplica a las crónicas españolas fue ideada inicialmente por ingleses y holandeses y se difundió con saña en pasquines por Europa en el Siglo de Oro. Pasados los años, en la Edad de Plata, fue recopilada con tal denominación en la historiografía por Julián Juderías (intelectual que falleció a raíz de la gripe de 1918, mal llamada española).

Esta categoría engloba las supuestas manipulaciones, exageraciones o falsificaciones de los procesos históricos que han acabado adjudicando, individual y colectivamente, a España, más que a otras naciones, atributos de crueldad, intolerancia, codicia, tiranía o afición por los espectáculos bárbaros.

Desde fuera de nuestras fronteras uno de los estudiosos que más se interesó por la Leyenda Negra fue el historiador sueco Sverker Arnoldsson (1908-1959), realizó su Tesis doctoral en la universidad de Gotemburgo con su investigación acerca de las relaciones sueco-alemanas en 1634-1636, durante la Guerra de los Treinta Años, y a continuación se centró en explorar las fuentes sobre la imagen del imperio español ante sus adversarios. Durante el proceso de escritura del libro hemos estado María y yo como Profesoras Erasmus Plus en las Universidades de Gotemburgo y de Cagliari investigando las raíces de la Leyenda Negra en los países nórdicos y en el Mediterráneo.

"Esta injuriosa réplica a las crónicas españolas fue ideada inicialmente por ingleses y holandeses y se difundió con saña en pasquines"

La originalidad de Arnoldsson es que situaba el inicio de las críticas antiespañolas no en los Países Bajos en el siglo XVI, sino a mediados del XIV en las ciudades italianas que veían con estupor el auge de los catalanes, aragoneses y valencianos en el Mediterráneo. Sin ser el fanático que han dibujado sus enemigos, la profunda religiosidad y la visión mesiánica de sí mismo que ostentaba Felipe II costaron al Imperio varias derrotas ya que, como en la empresa inglesa, el soberano dejaba muchos factores a la suerte, convencido de recibir la asistencia divina.

P. Decís que el manco de Lepanto no era manco, pero que sus brazos estuvieron siempre excepcionalmente amenazados.

María: Cervantes estuvo a punto de perder primero la mano derecha en Madrid y luego el brazo izquierdo en Lepanto, pero la fortuna quiso que conservara los dos brazos. Aunque lamentablemente se quedó sin la movilidad de la mano izquierda.

El año 1569 marcaría un antes y un después en la vida de Cervantes. El 15 de septiembre de ese año, el Consejo Real dictó una orden de busca y captura en su contra, por participar en una reyerta armada en Madrid y herir a un hombre llamado Antonio de Sigura. La sentencia condenaba al escritor a perder la mano derecha y a diez años de destierro, ante lo cual, aconsejado por sus padres, decidió fugarse a Italia. En Madrid dejaba a sus familiares y, lo más importante para Miguel en aquellos momentos: sus estudios en la academia de López de Hoyos.

El Cervantes maduro recordaría este episodio en su novela ejemplar El licenciado Vidriera, en la que el protagonista, Tomás Rodaja, descrito como un aventajado estudiante en Salamanca, ante la perspectiva de irse a Italia con un capitán de los tercios viejos, albergaba la esperanza de poder reanudar sus estudios: "A lo más largo, podía gastar tres o cuatro años, que añadidos a los pocos que él tenía, no serían tantos que impidiesen volver a sus estudios".

Cervantes estuvo a punto de perder la mano en Madrid y el brazo en Lepanto, pero se libró

La amenaza creciente del turco hacia la cristiandad propiciaría que el fervor de cruzada se extendería pronto por el Mediterráneo y, como un joven más de la España imperial, Miguel se alistaría como soldado. Así, participaría con 24 años de edad, en la batalla de Lepanto, uno de los episodios bélicos más famosos de la Historia, del que el escritor dijo que se trató de: 'La más alta ocasión que vieron los siglos pasados, los presentes, ni esperan ver los venideros' (prólogo al lector de la segunda parte de El Quijote).

A poco estuvo Cervantes de no intervenir en la batalla pues estaba enfermo con fiebre. Sin embargo, el joven no quiso renunciar a su bautismo de fuego e insistió en que lo colocaran en primera línea. El enfrentamiento, librado el 7 de octubre de 1571, se saldó con la victoria de la Santa Liga y, aunque el escritor quedaría imposibilitado de por vida de la mano izquierda, por lo que es conocido con el sobrenombre del manco de Lepanto, siempre estuvo contento de haber luchado en tal batalla. Y mantuvo los dos brazos, no fue mutilado.

El genocidio americano

P. Una cuestión siempre relevante: sostenéis que la conquista de las Indias no fue un genocidio, como ahora reclaman desde América. ¿Se trata de una afirmación por comparación con otros imperios, incluso más actuales, o se podría asegurar que no se trató de un genocidio utilizando la definición moderna?

María: En el Diccionario de la Real Academia Española se define 'genocidio' como 'exterminio o eliminación sistemática de un grupo humano por motivo de raza, etnia, religión, política o nacionalidad'. España no buscó aniquilar a los indios. Es más, en el siglo XVIII se popularizaron los cuadros sobre la mezcla étnica en las Indias.

No podemos justificar los métodos de la conquista, que llevaron consigo guerra y muerte. Pero tenemos que afirmar que España quiso convertir América en el Edén. Desde la Casa de Contratación, ubicada en Sevilla desde 1503, se controlaba a los pasajeros de Indias, se buscaba que fueran personas seguidoras del dogma. Se estableció como justificación de la conquista la evangelización. Los misioneros aprendieron las lenguas nativas de los indios y redactaron catecismos. España fundó ciudades, con planta ortogonal para que contaran con un trazado racional, levantó iglesias, palacios y ayuntamientos, distribuyó la imprenta y creó colegios y universidades. Sin embargo, no obligó a hablar en castellano, pues puso la evangelización como meta. Al terminar el siglo XVIII solo tres millones de hispanoamericanos hablaban español, es decir, uno de cada tres habitantes porque los religiosos habían aprendido las lenguas precolombinas. El español se difundiría con la independencia de las repúblicas hispanoamericanas en el primer tercio del XIX.

placeholder La llegada de los españoles al Caribe, en 1492. (Dióscoro Puebla)
La llegada de los españoles al Caribe, en 1492. (Dióscoro Puebla)

P. Tengo aquí apuntado: "Pepe Botella apenas bebía". ¿De dónde viene entonces el apodo?

Laura: Una de las primeras medidas de José I al subir al trono fue autorizar la libertad de horario de las botillerías y suprimir el impuesto sobre alcoholes.

El pueblo hizo correr las mofas a modo de dichos:

Pepe Botella, / baja al despacho. / —No puedo ahora, / que estoy borracho. / No quiere Pepe / ninguna bella. / Quiere acostarse / con la botella. / Ya se va por las Ventas / el Rey Pepino. / con un par de botellas / para el camino.

La alusión al "Rey Pepino" aparece tanto de forma escrita como en caricaturas, con el monarca vilipendiado cabalgando sobre esa hortaliza con una bandeja de barman llena de botellas y vestido con naipes y vasos de vino. Otra confusión que pudo ganarle el apelativo de borracho, sin serlo, es que en julio de 1808 José se hospedó en la finca de un noble en Calahorra, adicto a caldos y con una nutrida biblioteca. Al día siguiente, los libros estaban intactos aunque había desaparecido todo el vino, botellas que pudo requisar el ejército napoleónico.

Foto: 'Defensa del Parque de Artilleria de Monteleón' de Joaquín Sorolla (1884).

Parece que el hermano de Napoleón solo bebía ocasionalmente vino de Borgoña, rebajado con agua. Lo cierto es que no está probado que José Bonaparte fuera un gran bebedor ni tampoco un ludópata, como también se le atribuía. Entre las coplas madrileñas, se decía del soberano: "Cada cual tiene su suerte, la tuya es de borracho hasta la muerte".

La verdad es que José I era abstemio y no solía comer de forma copiosa.

P. Vamos con un par de misterios. Estamos en el XIX, ¿tenéis alguna pista de quién mató a Prim?

Laura: Ocurrió un día de nevada, el 27 de diciembre de 1870. Se tiene detalle de todos los movimientos del presidente del gobierno durante aquella jornada. Su carruaje, una berlina tirada por dos caballos, mantiene los orificios de bala realizados por dos grupos de hombres armados con trabucos. Se conserva en el Museo del Ejército, como el coche donde fue asesinado Eduardo Dato el 8 de marzo de 1921 cuando iba a su domicilio desde el Senado.

La Policía, la Guardia Civil y los tribunales investigaron el asesinato de Prim pero sigue siendo un misterio y es desconcertante porque del homicidio de Cánovas del Castillo se sabe todo: sucedió en el balneario de Santa Águeda (Guipúzcoa) el 8 de agosto de 1897, cuando leía los periódicos, y el pistolero fue el anarquista Angiolillo. También se conocen los autores del asesinato de José Canalejas, que fue asesinado por el anarquista Manuel Pardiñas cuando miraba el escaparate de la Librería San Martín en la Puerta del Sol de Madrid. Del ocaso de Dato conocemos que los responsables del magnicidio fueron los anarquistas Casanellas, Nicolau y Mateu. No obstante, en torno a Prim sigue reinando la duda.

Foto: La momia de Juan Prim.

La versión oficial de los hechos descubrió que el fallecimiento tuvo lugar por una septicemia. Pero también se ha dicho que el asesinato fue por estrangulación a lazo. Nebulosa que se extiende igualmente sobre la autoría de los hechos: un magnicidio sin nombre ni rostro de los conspiradores que técnicamente se dice que “inspiró” el de Kennedy.

Había políticos a quienes la llegada de Amadeo de Saboya como rey no les encajaba en sus planes, pero una cosa es la antipatía y otra que apretaran el gatillo. El líder de los republicanos, Francisco Pi y Margall, el día del atentado pronunció un duro discurso contra el monarca. ¿Quién fue el responsable de la conspiración? Entre los ideólogos del asesinato, el que más papeletas tiene es Antonio María de Orleans, duque de Montpensier, padre de María de las Mercedes y futuro suegro del rey Alfonso XII. Parece que fue el principal sospechoso de instigar el homicidio, aunque a Prim le sobraban los enemigos.

"En 1898 España sufrió una derrota, no un desastre. Lo que vino después fue peor"

P. ¿Y el Maine? ¿Lo hundieron los españoles?

Laura: El acorazado Maine se hundió en el puerto de La Habana el 15 de febrero de 1898, a consecuencia de una explosión de origen indeterminado. Un total de 266 marineros estadounidenses perdieron la vida en el accidente. El Maine había llegado en Cuba para proteger las vidas y los bienes de los ciudadanos norteamericanos que vivían en la isla, con ocasión de la guerra colonial que libraban las tropas españolas y los revolucionarios.

Estados Unidos necesitaba una excusa para atacar a España y la encontró en el Maine, una detonación que se ha demostrado que fue de dentro del buque para afuera y no al revés. De inmediato se echó la culpa a España, la prensa amarilla se cebó. Hubo una crisis diplomática y, aunque se trató de un accidente en el que nada tuvo que ver nuestro país, todavía sigue resonando la frase: 'Más se perdió en Cuba'. Expresión adyacente a la de los últimos de Filipinas pues, en el mismo año, en el 98, dejaron de ser españolas estas islas.

La pérdida de las colonias españolas en el cono sur a principios del siglo XX no causó una conmoción de este nivel, aunque las pérdidas económicas fueran mayores. En 1898 España sufrió una derrota, no un desastre. Pero se puso fin al imperio, aquel en el que no se ponía el sol, y empezó la Edad de Plata de la cultura española, con las generaciones del 98, del 14 y del 27, buscando respuesta a la crisis mediante la filosofía, la novela o los poemas.

placeholder El hundimiento del acorazado Maine, en 1898. (Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos)
El hundimiento del acorazado Maine, en 1898. (Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos)

P. Y la gripe española, tampoco fue española. O no solo.

Laura: A principios de 1918 el mundo 'se constipó'. Miles de personas empezaron a sentir dolencias estomacales, confusión, fiebre y dificultades para respirar. Los casos se sucedían en Estados Unidos, Francia, Rusia, Irán, Nueva Zelanda, Argelia, China, Alaska y Gambia. El primer paciente se registró en el campamento de Funston (en Kansas) el 5 marzo de 1918. El cocinero Albert Gitchell (a veces se lo llama Gilbert Mitchell) acudió temprano a la enfermería y, al mediodía, el espacio se quedó minúsculo ante el número de pacientes. Se especula si su inicio estuvo en Shanxi (China) en 1917, o en el puerto francés de Brest.

Lo que sí se sabe con toda seguridad es que no surgió en la Península Ibérica pues, antes de llegar el virus en mayo a Madrid, hubo enfermos en Reino Unido, en Francia, en Alemania, en Italia…, en el puerto ruso de Odesa y hasta en Bombay. De hecho, en la ciudad india, un funcionario encargado de la Sanidad, manifestó que ese mal era 'un ladrón en la noche', porque de un día para otro habían proliferado los contagios.

Foto: Enfermos atendidos en masa en plena epidemia de la llamada gripe española.

La transparencia informativa de nuestro país (neutral en la Primera Guerra Mundial) hizo que España se cargara con el sambenito de la gripe. En mayo de 1918 en las portadas de los periódicos españoles se decía que venía una gripe, pero que sería leve, error de calibre que lamentablemente se volvió a producir al inicio de la pandemia de 2020. Especialmente, desde el 22 de mayo de 1918 la prensa española dio cuenta detallada de la enfermedad.

En 1918 ya hubo 'reclusión' en los domicilios como medida preventiva. El #Quédatencasa está inventado desde tiempos ancestrales, aunque no existieran redes sociales tecnológicas, para combatir las pandemias. También las mascarillas estuvieron presentes en la que fue la mayor pandemia del siglo XX; se conservan incluso imágenes donde las familias hacían una mascarilla para su gato.

Se sabe con toda seguridad es que no surgió en la Península Ibérica, antes hubo enfermos en Reino Unido, en Francia, en Alemania, en Italia…

Las calles estaban vacías, los empleados no iban al trabajo y la gente no salía de su domicilio. Sin un sistema desarrollado de atención médica, cuando se vivían los últimos estertores de la Gran Guerra, la muerte púrpura se llevaba a niños, mujeres y ancianos, causando aún más bajas que en la primera línea de fuego. Cuando en 2020 se inició la pandemia de coronavirus a María y a mí nos parecía habernos introducido en un túnel de la gripe de 1918. La Historia se repetía.

P. Uno de los últimos capítulos del libro se titula: "Guadalajara pudo ser Guernica".

Laura: La batalla de Guadalajara, librada entre el 8 y el 23 de marzo de 1937, supuso la primera derrota internacional del fascismo. Esta fase de la Guerra Civil fue reflejo de la competitividad por la innovación en lo relativo al armamento aéreo, carrera aeroespacial en la que paralelamente participaron las potencias enfrentadas durante la Segunda Guerra Mundial.

Guadalajara habría sido el escenario del fatídico bombardeo fascista de no haber sido por la meteorología, que impidió el despegue y el aterrizaje de la Legión Cóndor. Un mes después de la disputa entre republicanos y nacionales por la Alcarria, el 26 de abril de 1937 Guernica era pasto de las bombas incendiarias. En la villa antológica del vasquismo, las descargas vinieron de tres Savoia SA-79, de tres Heinkel He-111 de la Aviación Legionaria italiana y de dieciocho Junker Ju-52 de la Legión Cóndor. Como cualquier lunes, día de mercado en la localidad vizcaína, las calles estaban repletas de vecinos… Sin embargo, a partir de las 4 de la tarde todo era fuego.

"Guadalajara habría sido escenario del fatídico bombardeo fascista de no ser por la meteorología"

La gente lloraba y gritaba en el monte próximo a la ría buscando a sus familiares y sin poder volver al pueblo. Junto al roble de las libertades, murieron 300 personas (de un censo de 5.000), 271 edificios fueron destruidos y sucesivas expediciones de niños salieron hacia Bélgica y Rusia.

Compungido por las noticias del bombardeo, en un mes Pablo Picasso realizó el Guernica, obra presentada en la Exposición Internacional de París de 1937. En lo sucesivo el cuadro viajaría por Europa y Estados Unidos pero no por España pues el pintor malagueño había puesto la cláusula de que la estampa únicamente llegaría a España si había democracia.

Desde el MoMA de Nueva York, el 10 de septiembre de 1981 el Guernica aterrizó en Madrid a bordo de un avión de Iberia que lucía el nombre de 'Lope de Vega'. Unos policías con gabardina se hicieron cargo de la misión especial. Cuando aterrizó en Barajas el ministro de Cultura, Íñigo Cavero, declaraba a la prensa "hoy regresa el último exiliado".

A nuestro héroe nacional le acosó laboralmente su jefe, el rey Alfonso VI. Cervantes nunca perdió una mano en Lepanto, pero sí estuvo a punto de perder sus extremidades en un par de ocasiones. La reina Juana no solo no estaba loca, sino que demostró una cordura encomiable al resistir 47 años de encierro. Pepe Botella solo bebía un vino con agua de vez en cuando, y siempre cuidando las cantidades. El hundimiento del acorazado Maine, como la gripe española, fue cosa de los estadounidenses...

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