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Diego Ameixeiras, referente del 'noir' gallego: "Feijóo es un personaje especialmente sinuoso"
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Entrevista

Diego Ameixeiras, referente del 'noir' gallego: "Feijóo es un personaje especialmente sinuoso"

El escritor ha presentado en el Festival Aridane Criminal de La Palma 'El ciervo y la sombra', una historia de perdedores que quieren salir del ambiente marginal que les tocó vivir

Foto: El escritor Diego Ameixeiras en el Aridane Criminal de La Palma (Paula Corroto)
El escritor Diego Ameixeiras en el Aridane Criminal de La Palma (Paula Corroto)

Hace ya casi veinte años que Diego Ameixeiras (Lausana, 1976) empezó a dejar su huella como escritor de novelas negras. Y, poco a poco, con un recorrido de doce títulos, se ha convertido en un referente del noir gallego, junto a otros nombres como el del recientemente fallecido Domingo Villar, Arantza Portabales, Ledicia Costas o Manel Loureiro. Excelente cosecha negra la recogida en los últimos años en tierras gallegas.

Ameixeiras, que escribe en gallego, pero sus novelas están traducidas al castellano, ha pasado de un noir algo más paródico, aquel que practicaba en sus primeros libros, a uno mucho más oscuro, con personajes perdedores que luchan por salir del barro en el que les ha tocado vivir y que suele ambientarse en Santiago de Compostela o en Ourense, tanto cuando llueve como cuando no. Eso es lo que ocurre precisamente en El ciervo y la sombra (Alrevés Editorial), su última novela y que ha presentado este pasado fin de semana en el Festival Aridane Criminal en Los LLanos de Aridane, de la isla de La Palma.

placeholder Ameixeiras durante la entrevista (ANDREW GALLEGO)
Ameixeiras durante la entrevista (ANDREW GALLEGO)

El escritor, que también publica columnas en medios de comunicación y ha trabajado como guionista en películas como María y los demás, dice que su evolución viene marcada, quizá como le ocurrió a su generación y a los que vinieron después, por la bofetada de la crisis de 2008 que se empezó a notar sobre todo hacia 2012 y 2013. “Fue un momento en el que todo se vino abajo. Y fueron unos años en los que publiqué una novela por año y la crisis económica y social me afectó. Creo que nos afectó a todos… La mirada sobre el mundo cambió”, señala en una terraza de Los Llanos mientras tañen las campanas de la cercana iglesia del pueblo que obliga a parar varios minutos la grabadora.

Fue así como empezaron a aparecer esos mundos más oscuros y asfixiantes en sus historias. “Está Orense, una ciudad pequeña, que intento reflejar como una pequeña jungla de asfalto en la que los personajes intentan salir de ella , pero no pueden. Estás metido en una jaula, intentas salir, pero algo te arrastra hacia dentro. Esa es a veces la visión que yo tengo del espacio. El lugar es tu mirada, tu mundo”, retoma cuando terminan las campanas.

"La crisis económica y social de 2008 me afectó. Creo que nos afectó a todos… La mirada sobre el mundo cambió"

Y ahí es donde aparece este Mateo, protagonista de El ciervo y la sombra, un tipo marginal que para intentar mejorar su vida no se le ocurre otra cosa mejor que meterse a camello y rodearse de un ambiente no demasiado saludable. Le pregunto al escritor si no hay algo un poco determinista en esta relación del pequeño narco con el mundo de las drogas en Galicia, pero se ríe. “No, no, Mateo responde a un estereotipo reconocible en cualquier ciudad”. Nada que ver con los grandes capos de Fariña. “No, no este es un hombre que intenta sobrevivir siendo un pequeño distribuidor de cocaína para aliviar el vicio a unas cuantas personas. Pero todos los delincuentes de la novela son de clase baja. No son la aristocracia del crimen y tampoco creo que les apeteciese mucho”, apostilla.

Por suerte el dramatismo que se cierne sobre la novela se ve en ocasiones iluminado por algunos rayos de sol. Son otros personajes, como el de un cura que es casi el psicólogo de Mateo, una maestra jubilada y unas chicas okupas, los que invitan a creer en el futuro y a tener cierta esperanza. “Quieren desembarazarse del cinismo y volver a creer en las cosas. Y eso es lo que quiere Mateo, que se pregunta muchas veces: querría creer en algo. Y a veces parece que sucede y otras no”, comenta el escritor.

En Galicia pasan cosas

Las novelas de Ameixeiras demuestran que Galicia no es esa punta occidental de España en la que nunca pasa nada, allí donde ni siquiera se mueve la política, donde las cosas pueden ser o no ser y ya está. Hay también una sociedad que bulle, que protesta, que quiere cambiar ciertas cosas. “Esa visión de Galicia como sitio en el que nada se mueve creo que tiene que ver más con una visión que no acaba de profundizar en el terreno”, puntualiza el escritor, que mantiene que el presente cada vez tiene menos que ver con el caciquismo y “esa manera de hacer política como forma de extender tu red clientelar. Sí que es verdad que la sociedad sigue teniendo vicios heredados del pasado, pero hay una sociedad civil muy activa. La gente no tiene una visión sobre sí misma como un país que no protesta y que está perdido en la niebla”, señala.

placeholder Ameixeiras en Los Llanos de Aridane (P.C.)
Ameixeiras en Los Llanos de Aridane (P.C.)

Como periodista también observa los últimos movimientos y el viaje de Alberto Núñez Feijóo a Madrid después de trece años al frente de la Xunta. Y aunque allí hace tiempo que le conocen manifiesta que “es difícil decir quién es Feijóo”. Esa parece una respuesta muy gallega, le insisto. “En serio, es que a mí me desconcierta mucho. En ciertos momentos parece querer vender una imagen de cierta moderación, pero después alguien le aprieta y vuelve a aparecer un personaje de la derecha más ortodoxa. Es complicado conocerlo. Me parece un personaje especialmente sinuoso”, se explaya un poco más. Lo que no sabría decir es hasta dónde llegará su camino. “En su partido también hay otros que son muy ambiciosas”, contesta entre risas. No, no hay un error de concordancia en la frase.

"La derecha de Galicia está impregnada desde hace años de galleguismo y una forma de hacer política que no tiene nada que ver con la de Madrid"

Lo que sí ha conseguido Galicia es que allí no entren las posiciones más ultramontanas de la derecha. Vox no tiene espacio. “A veces se le atribuye al PP el mérito, pero yo creo que el mérito es de los gallegos”, manifiesta. En parte, dice, sí ha ocurrido que “la derecha del PP en Galicia está impregnada desde hace años de galleguismo, de ver la sociedad y el territorio de una forma que nada tiene que ver con el PP de Madrid. Todo lo que representa Vox no tiene mucho que ver con Galicia en general”, asegura. Quizá sea ese aire, esa luz que se cuela a través de la niebla, esa cosa de lugar en el que, como él mismo insiste, “no se tensa mucho la cuerda, ni hacia un lado ni hacia el otro. La gente vive la política con menos tensión que quizá en otros lugares. Creo que ese nivel de crispación no es tan habitual”.

La tensión, la oscuridad se queda para las novelas negras y allí desde hace tiempo lo están haciendo muy bien.

Hace ya casi veinte años que Diego Ameixeiras (Lausana, 1976) empezó a dejar su huella como escritor de novelas negras. Y, poco a poco, con un recorrido de doce títulos, se ha convertido en un referente del noir gallego, junto a otros nombres como el del recientemente fallecido Domingo Villar, Arantza Portabales, Ledicia Costas o Manel Loureiro. Excelente cosecha negra la recogida en los últimos años en tierras gallegas.

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