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Gina Lollobrigida, la mujer más guapa del mundo y mucho más
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A LOS 95 AÑOS

Gina Lollobrigida, la mujer más guapa del mundo y mucho más

La actriz italiana triunfó en su país de la mano de Vittorio de Sica para luego dar el salto a Hollywood. Fue fotógrafa de las estrellas, entrevistó a Fidel Castro y se presentó a las elecciones por un partido antisistema

Foto: Gina Lollobrigida en una imagen de 'Salomón y la reina de Saba'.
Gina Lollobrigida en una imagen de 'Salomón y la reina de Saba'.

Fue la primera maggiorata -la palabra que definió a las Sophia Loren y Silvana Mangano de la época de esplendor del cine italiano-, sus compatriotas la bautizaron como Gina Nazionale, el orgullo de Italia, Howard Hughes se la llevó a Estados Unidos y se convirtió en la estrella europea más fulgurante de los años 50 con La mujer más guapa del mundo (1955). Trabajó en el cine durante cincuenta años desde que apareció por primera vez en la pantalla en 1946, en Águila negra, un drama ambientado en la Rusia Zarista basado en la novela homónima de Pushkin, hasta 1997 cuando apareció junto a Gérard Depardieu en la comedia francesa XXL. Gina Lollobrigida ha muerto a los 95 años -95 dicen, porque, como la gran artista que fue, afirmó que había nacido el 4 de julio de 1927, de 1928 y de 1929-.

La Lollo, tuvo apodo, como tienen todos los que son alguien en lo suyo, y trabajó con todos los grandes, desde Humphrey Bogart hasta Sean Connery, pasando por Errol Flynn y Burt Lancaster. También, por supuesto, con Frank Sinatra. Su nombre en el Paseo de la Fama de Hollywood es la prueba de que llegó a lo más alto. "Nací en un momento en el que el cine era verdaderamente poderoso, más de lo que es hoy", contó hace un lustro a la revista Variety. "Las estrellas de aquellos días, incluida yo misma, tuvimos una fama de larga duración que incluso a mí me sorprende". Pero más allá del mito erótico -casi la única manera en la que una mujer podía ser una estrella en los cincuenta-, Lollobrigida fue una aventurera, una inconformista, que incluso llegó a entrevistar a Fidel Castro en 1974 para la revista italiana Gente.

Cuando su fama en el cine se iba apagando ya en los setenta decidió reconvertirse en fotógrafa de Hollywood, lo que la acabó llevando hasta el dirigente cubano. "Cuando tuve la idea de hacerle un reportaje fotográfico a Fidel Castro, me pregunté a mí misma si sería peligroso", confesó en su momento. "Había oído que siempre estaba rodeado de soldados armados, pero la idea me fascinaba. A Castro, en los últimos tiempos, nadie había podido fotografiarlo ni entrevistarlo". Pero ella sí. Pero su interés por la política no se detuvo ahí: en las últimas elecciones italianas de 2022, la actriz retirada se presentó al Senado por la lista Italia Soberana y Popular, de ideología antisistema, comunista y euroescéptica, que con 1,5% de los votos no pudo siquiera entrar en el Parlamento.

placeholder Gina Lollobrigida en una imagen de archivo. (Reuters)
Gina Lollobrigida en una imagen de archivo. (Reuters)

Lo que sabemos seguro es que nació en Subiaco, junto a las montañas romanas del valle del Aniene. Su padre, Giovanni Mercuri Lollobrigida, regentaba una pequeña fábrica de muebles que llegó a tener hasta quince empleados. La madre, Giuseppina Mercuri Lollobrigida, ama de casa. Como cuentan en la biografía Imperial Gina: la biografía estrictamente no autorizada de Gina Lollobrigida, la familia no era ni pobre ni rica: "tenían lo suficiente para sacar adelante a sus cuatro hijas -Giuliana, Luigia (Gina) Maria y Fernanda". Ginetta, como la llamaban cariñosamente en casa, se convirtió ya en la adolescencia en el epítome de la belleza italiana. Lollobrigida ha ayudado a construir el estereotipo de mujer curvilínea, racial, sanguínea y mediterránea que tanto ha exportado Italia al mundo: ya sólo queda viva Sophia Loren, que en 2020 salió puntualmente de su retiro para rodar La vida por delante, dirigida por su hijo Edoardo Ponti.

En 1945, un año después de que los alemanes abandonasen el país, la familia se trasladó por fin a Roma, donde Gina estudió en la Escuela de Arte, ya que desde pequeña había demostrado su habilidad con el dibujo. Podría haber sido pintora -como seguramente habrá demostrado en la intimidad-, pero cuenta la leyenda que un día de abril de 1946 paseaba por la Via Veneto con una amiga cuando un desconocido la paró y preguntó si quería "trabajar en las películas". El hombre era Stefano Canzio, director de cine medianamente conocido en la época al que Lollobrigida ignoró. Pero ese mismo año, durante una fiesta, Lollobrigida conoció a un productor que le presentó a otro cineasta, Riccardo Freda, que en seguida le ofreció un papel de extra en Águila negra (1946).

placeholder Lollobrigida en un fotograma de 'Pan, amor y fantasía' (1953).
Lollobrigida en un fotograma de 'Pan, amor y fantasía' (1953).

Después llegó la saga Pan, amor y..., comedias en las que compartió pantalla con Vittorio de Sica en 1953 y 1954; en la tercera entrega la sustituyó Sophia Loren y en la cuarta, Pan, amor y Andalucía (1958), lo hizo, atención, Carmen Sevilla. El bombazo fue tal que Howard Hughes quiso llevársela directamente a Hollywood y convertirla en chica RKO. "Hughes quería desesperadamente casarse conmigo sin ni siquiera conocerme", contó en su momento. Pero el hecho de que tuviese un marido esperando en Roma frustró los comienzos, además de un contrato que la impedía trabajar en suelo estadounidense fuera de la RKO. Pero en 1953 rodó su primera película en inglés, rodada en la Costa Amalfitana -sí le permitían rodar fuera del estudio en Europa- y fue La burla del diablo, a las órdenes de John Huston y con Humphrey Bogart de protagonista. Entrada triunfal por la puerta grande. Con La mujer más guapa del mundo, de vuelta en Italia y compartiendo escenario con otro Vittorio, esta vez Gassman, Lollobrigida se convirtió en 1955 en la estrella del momento.

Lollobrigida pudo sumarse a la ola del péplum y las producciones ambientadas en los imperios de la antigüedad, un género que permitía acentos diversos y físicos exóticos más allá del fenotipo anglosajón. Uno de sus trabajos más conocidos fue Salomón y la reina de Saba (1959), dirigida por King Vidor, que fue la última película de Tyrone Power, que murió en medio del rodaje y al que tuvo que sustituir Yul Brynner. Durante los años cincuenta y sesenta Lollobrigida fue la gran actriz italiana con la que rivalizaba Sophia Loren -junto a Claudia Cardinale, también- y participó en superproducciones como Trapecio (1956), un triángulo amoroso junto a Burt Lancaster y Tony Curtis, o Notre-Dame de París (1956), con Anthony Quinn en el papel de Quasimodo.

placeholder Lollobrigida con Tony Curtis en 'Trapecio' (1956).
Lollobrigida con Tony Curtis en 'Trapecio' (1956).

Durante casi veinte años surfeó la cresta de la ola y cuando a mediados de los setenta ya no le llegaban más que proyectos mediocres se reinventó como fotógrafa de famosos y entrevistadora. Fue el poeta ruso Yevgenniy Yevtushenko, al que fotografió en una sesión en Moscú, quien le abrió camino hasta la famosa entrevista con Castro. "Mi amigo y yo estábamos tomando el sol semidesnudos en el jardín de la residencia cuando un apareció el hombre y anunció la presencia de Fidel. Él me sonrió, fingiendo no notar lo escaso de mi ropa. Me dio la mano y la bienvenida a Cuba", escribió en 1974. Durante los ochenta volvió a Estados Unidos respondiendo a la llamada de la televisión y participó en series como la populachera Falcon Crest en una época que trabajar para la pequeña pantalla suponía una forma de fracaso. En sus últimos años bailó con el escándalo y el papel couché -como aquel extraño matrimonio con el empresario barcelonés Javier Rigau que copó los programas del corazón al principio de la década pasada o las disputas económicas con sus familiares o su intento de entrar en el Senado-, un final que no debe desmerecer la carrera de una pionera que no quiso limitarse a ser La mujer más guapa del mundo.

Fue la primera maggiorata -la palabra que definió a las Sophia Loren y Silvana Mangano de la época de esplendor del cine italiano-, sus compatriotas la bautizaron como Gina Nazionale, el orgullo de Italia, Howard Hughes se la llevó a Estados Unidos y se convirtió en la estrella europea más fulgurante de los años 50 con La mujer más guapa del mundo (1955). Trabajó en el cine durante cincuenta años desde que apareció por primera vez en la pantalla en 1946, en Águila negra, un drama ambientado en la Rusia Zarista basado en la novela homónima de Pushkin, hasta 1997 cuando apareció junto a Gérard Depardieu en la comedia francesa XXL. Gina Lollobrigida ha muerto a los 95 años -95 dicen, porque, como la gran artista que fue, afirmó que había nacido el 4 de julio de 1927, de 1928 y de 1929-.

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