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Los 12 artículos de Cultura de El Confidencial más leídos de 2022
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Los 12 artículos de Cultura de El Confidencial más leídos de 2022

Las piezas que más han gustado a los lectores en un año marcado por la invasión rusa de Ucrania, el Mundial de fútbol y los ataques ecologistas a las obras de arte

Foto: Los chicos de Hidden Valley Road. (La familia Galvin)
Los chicos de Hidden Valley Road. (La familia Galvin)

En el 2022 Rusia invadió Ucrania y puso al mundo al borde de la guerra nuclear, Qatar celebró el Mundial de Fútbol más polémico que se recuerda ganado por Argentina, los activistas climáticos la emprendieron con las obras de arte de los museos, los festivales de música pasaron por dificultades, Annie Ernaux ganó el Nobel de Literatura y nos dejó sorpresivamente el escritor Javier Marías. La actualidad irradió así la sección de Cultura de El Confidencial que batió un año más su récord total de lectores. ¿Cuáles fueron las piezas periodísticas y columnas que más les gustaron? Se las presentamos a continuación.

1. Cómo 'El gran juego de la oca' destruyó a la familia Jiménez

El escritor Daniel Jiménez publica 'El plagio', un libro polémico que es además la carta de amor de un hijo a su padre, es decir, a sus luces y sus sombras

Por Juan Soto Ivars

Entre 1993 y 1995 en Antena 3, y en 1998 en Telecinco, 'El gran juego de la oca' se emitió con un éxito tan colosal que todavía hoy se mantiene como uno de los programas más lucrativos de la historia de la televisión en España. El primer día, Emilio Aragón y Lydia Bosch se descolgaron hasta la fiesta en una tirolina con la que alcanzaron el plató, entre el parque de atracciones y el tablero del juego infantil, con pruebas en cada casilla, zonas trampa y equipos vestidos con los colores típicos de las fichas. Una idea genial.

El público se venía arriba mientras explicaban la mecánica de los dados virtuales que se lanzaban con un mando a distancia, pero nada era tan espectacular para el público como la química entre Aragón y Bosch. Tan intensa era que se los vería más tarde como matrimonio (de ficción) en 'Médico de familia', aunque casi todo el mundo pensaba, al menos en mi barrio, que eran una pareja real. De algún modo rivalizaron en los noventa con Scully y Mulder, los detectives de 'Expediente X'. En aquella época se daba mucho peso al amor. Las comedias románticas y la tensión sexual no resuelta lo petaban porque, un año después de Barcelona 92, continuaban el vino y las rosas, el despilfarro y la alegría. Los locos noventa.

Pero un espectador sintonizó aquel día el programa con el cuerpo tensado por la rabia como un tirachinas. Mientras la gente se reía, su vida se deslizaba al infierno precisamente debido a ese alegre programa. Agarró un cuaderno, pulsó el botón de grabar en vídeo y se dispuso a analizar secuencia a secuencia la frívola distracción televisiva como un forense encargado de desentrañar el cadáver de un apuñalado. Solo que el apuñalado, por la espalda, era él mismo.

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2. El escritor que trabajó codo con codo con el joven Putin: "No era alguien con quien tomarse un vodka"

Leonid Torster Dobrovolski compartió asiento en el Gobierno de San Petersburgo con Putin a principios de los noventa y cuenta a El Confidencial cómo fueron aquellos años con él

Por Paula Corroto

Durante casi tres años, Leonid Torster Dobrovolski trabajó codo con codo con Vladimir Putin. Ambos, que entonces rondaban los cuarenta, eran colegas en el Gobierno de Leningrado-San Petersburgo, el primero como responsable de Industria Alimentaria y el segundo a cargo de las Relaciones Económicas Internacionales, a primeros de los noventa (1990-1992), justo cuando la URSS acababa de desmoronarse. Eran compañeros, tenían que colaborar asiduamente, pero no eran amigos. No había vodkas después del trabajo. No era algo que el propio Putin pusiera fácil. "Era una persona bastante, bastante cerrada. Trabajábamos en proyectos de inversiones extranjeras de desarrollo de la industria alimenticia, es decir, en aquellas cosas donde teníamos que colaborar. Pero luego cada uno tenía sus responsabilidades y nunca tuvimos una relación amistosa", asegura hoy Torster Dobrovolski por teléfono a El Confidencial con el castellano aprendido tras tres décadas en España.

Este antiguo funcionario de la recién creada Federación Rusa llegó a Barcelona en 1993 huyendo de la deriva en la que ya veía caer a su país. A finales de los ochenta, con el inicio de las reformas que había puesto en marcha Mijaíl Gorbachov, pensó que Rusia "tenía todas las características necesarias para formar parte de occidente, del mundo europeo: se crearía un estado de derecho, democrático, mercado libre etc.". Pero aquellos casi tres años en el Gobierno de San Petersburgo —con estatuto de Comunidad dentro de la Federación— de entonces 7,5 millones de habitantes, ya le hicieron ver la dirección que se estaba tomando. "Y solo tenía tres opciones. Una era irme al lado oscuro, la otra luchar, con lo que podía acabar en la cárcel o me podían matar. Y mataron y culparon de cosas a muchas personas por crímenes que no habían cometido. La tercera opción era emigrar". Eso hizo y aterrizó en la Ciudad Condal donde encontró trabajo como directivo —su profesión en realidad era la de ingeniero de construcción y economista— en Chupa-chups. También se dedicó a escribir libros y artículos de sus años en Rusia como '46 años de la vida de un sovok', editado en Múnich en 2011 y 'Artículos y ensayos, antología 1995-2015', editado en Moscú en 2016. También es autor de la traducción de libros al ruso como 'Armenios. El genocidio olvidado', de José Antonio Gurriarán, editado en San Petersburgo en 2010.

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3. El ejemplo de la Guerra de Invierno: cómo una pequeña nación humilló al gigante ruso

En 1939 la URSS atacó a la minúscula Finlandia que, sin embargo, logró pararle los pies al gigante varios meses hasta lograr un armisticio; ¿cómo lo hizo?

Por Daniel Arjona

Aguardaban ocultos en zanjas heladas a que llegara un tanque ruso. Justo entonces, mientras unos atascaban las ruedas con un tronco, otros corrían jugándoselo todo hacia la máquina inutilizada, metían su rifle por el cañón y las mirillas y disparaban a los soldados que iban en su interior. Era eficaz, pero también muy peligroso: el porcentaje de bajas de los equipos antitanque finlandeses superaba el 70 por ciento. Se movían sigilosos con sus esquíes por el bosque, invisibles con sus uniformes blancos, localizaban una columna soviética, subían a un árbol, identificaban a los oficiales enemigos que se calentaban a la luz de una hoguera y los liquidaban. También inventaron algo cuya procedencia muchos creen equivocadamente rusa, un arma popular tan barata como útil contra los tanques: el cóctel Molotov.

En el invierno de 1939-40 una pequeña nación escandinava entonces muy pobre de 3.700.000 habitantes sorprendió al mundo al resistir la invasión de un imperio gigantesco de 170 millones de personas. La contienda desatada entonces entre Finlandia y la URSS -una derivada regional en los primeros compases de la Segunda Guerra Mundial-, mostró como en la ecuación entre el peso bruto de la fuerza del invasor y la motivación del que resiste luchando por su país y por sus propias familias, lo segundo puede compensar durante mucho más de lo que cabría esperar un salvaje desequilibrio de fuerzas. Estos días que muchos se aplican, ante el horror de la guerra entre Rusia y Ucrania, a esa tarea tan ardua y siempre arriesgada de buscar similitudes históricas, probablemente la 'Guerra de Invierno' sea la más interesante.

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4. Enseñar filosofía a los adolescentes no tiene ninguna lógica

Quien no tiene plena conciencia de la muerte o no ha sufrido las frustraciones del amor, el sexo y la amistad no puede ni remotamente comprender esta disciplina

Por Ramón González Férriz

La semana pasada, el Gobierno aprobó un nuevo currículo escolar para la Educación Secundaria que, aunque no eliminaba la asignatura de Filosofía, sí modificaba su presencia en el plan de estudios (aquí mi colega Héctor García Barnés explicó exactamente cómo). Desde entonces, cosa extraña, hemos discutido con insistencia sobre el valor de la filosofía y la necesidad de enseñarla a los adolescentes. Y me ha sorprendido encontrarme a la defensiva: pese a ser lector de filosofía y estar convencido del inmenso valor que tienen las humanidades para intentar entender el mundo y llevar una buena vida, no tengo nada clara la importancia de que a los 14 o 15 años reciban clases sobre Platón o el imperativo categórico.

Uno de los principales argumentos en favor de enseñar filosofía a los jóvenes es que esta nos ayuda a ser “ciudadanos críticos”. Conocer la historia del pensamiento nos daría herramientas para criticar ideas ampliamente compartidas, nos permitiría escoger con libertad lo que pensamos y cómo lo pensamos y nos convertiría en seres autónomos. Son cosas que suenan muy bien, pero es dudoso que una asignatura de Filosofía sirva para eso.

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5. ¿El español va a desbancar al inglés? En realidad está de retirada en todos estos países

El español está desapareciendo en algunos países y la comunidad latina de EEUU no es garantía de nada. Nuestra mejor baza es convertirnos en una lengua que complemente al inglés

Por Ángel Villarino

David Fernández Vítores es lingüista, investigador, profesor de la Universidad de Alcalá y coautor de los informes del Instituto Cervantes sobre la situación del español en el mundo. Su último libro ('Las afueras del español') es un ensayo académico que nos acerca a los rincones más recónditos de la hispanidad, además de la crónica de un viaje por tres continentes. Hay datos sorprendentes: la penetración del español en Marruecos ha caído del 20% a menos del 5% en quince años; solo el 13% de los hispanos registrados para votar en Estados Unidos se considera "hispanohablante" y cada vez más creen que manejar el idioma de sus padres no es un requisito importante para mantener su identidad.

PREGUNTA. Cuando hablamos del español en el mundo solemos usar enfoques muy optimistas. Tu libro arranca con el planteamiento opuesto.

RESPUESTA. Es un viaje por los rincones más descuidados del universo hispánico. En algunos, el español ha desaparecido del habla y ya ni siquiera hay nativos, aunque todavía quede algo de la herencia cultural y pueda seguir siendo un valor para el hispanismo. Indican una presencia, aunque ya es muy leve. Se trataba también de identificar los frentes prioritarios de actuación para una futura estrategia a diseñar, por ejemplo con el Instituto Cervantes o la Real Academia. Sobre todo ahora que se está metiendo mucho dinero en la promoción del español.

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6. El hombre que más sabe de los festivales de música en España no tiene buenas noticias

El ensayo 'Aquí vivía yo', de Joan Vich, que cuenta 25 años del Festival Internacional de Benicàssim (FIB), es también una muestra de cómo hemos cambiado en un cuarto de siglo

Por Paula Corroto

El Festival Internacional de Benicàssim, el FIB, tuvo 25 años de borrachera con alguna resaca (sobre todo la de 2013 que sufrió todo el país). De ser un festival pequeñito que había empezado en 1995 de la mano de José y Miguel Morán, Joako Ezpeleta y Luis Calvo con un presupuesto de 70 millones de pesetas (unos 420.000 euros) a alcanzar los doce millones de euros en 2009 —según publicó 'El Periódico del Mediterráneo' ese año— cuando sus fundadores se lo vendieron al empresario británico Vince Power (que casi lo mata). De contar con 7.000 asistentes en su primera edición a sobrepasar los 45.000 diarios en las últimas ediciones antes de la pandemia. De ser solo la idea de unos amantes de la música indie noventera —nada que ver con lo indie de ahora—, aquella que sonaba totalmente anglosajona, a que por este pueblo de Castellón pasaran Blur, Oasis, Morrisey, Sonic Youth, Jesus and Mary Chain, PJ Harvey, Spiritualized, Björk, Teenage Funclub, Mogway, pero también Lou Reed, Brian Wilson y Kraftwerk, entre otros muchos. Y, por supuesto, hasta el presidente del Gobierno Pedro Sánchez en 2018 y la reina Letizia en 2013. En retrospectiva, la afirmación no suena exagerada: el FIB es la historia de un país.

"Éramos y seguimos siendo todos unos chavales que no sabemos muy bien qué estamos haciendo. El festival creció y alrededor creció toda una cultura y una escena musical. Ha sido un reflejo de cómo ha evolucionado el país y también ha influido en esa evolución del país", cuenta por teléfono a este periódico Joan Vich, que conoce muy bien las entrañas de este festival. Empezó a trabajar a los 23 años de camarero en la última barra del festival en 1995 y acabó en 2019, con casi 50, como codirector .

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7. Dejadnos soñar con ser nosotros también ministros

La meritocracia sufre un ataque coordinado de gente que, casualmente, no tiene ningún mérito

Por Alberto Olmos

La madre de uno de ellos había sido ministra en un Gobierno del PSOE. El padre de otro había sido presidente de la Asamblea de Madrid. El padre de otro era vicerrector. Había también, entre sus padres, alto funcionariado, subdirectores de Hacienda, dueños de 'emporios farmacéuticos', un antiguo secretario general de AP (PP). Alguno había heredado de su abuelo un millón de euros y 15 inmuebles. Después de haber pasado por el Liceo Italiano, el Liceo Francés o el Colegio Estudio, y de completar posgrados en Berkeley, un día se juntaron y crearon el partido de la gente: Podemos.

El partido de la gente fue bien. No les gustaba Telepizza, pero iba bien. Lograron cinco eurodiputados, y cada eurodiputado nombró asesores entre sus amigos y amigas. Luego consiguieron entrar en el Congreso y cada cual fue nombrando asesores entre sus amigos y amigas. Como eran jóvenes, y muy sexis, había mucho rock and roll y se cambiaba a menudo de pareja. Cuando se cambiaba de pareja, cambiaba España. La exnovia del líder pasó de primera fila en el Congreso a ocupar un escaño detrás de una columna. Como eran jóvenes, y volátiles, las amistades también cambiaban. Y cuando cambiaban de amigos, nuevamente, cambiaba España. El portavoz de Podemos, hasta entonces mejor amigo del líder, perdió su puesto, que fue a parar a la nueva novia del líder.

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8. Doce hijos, seis con esquizofrenia: una historia de amor y oscuridad en Hidden Valley Road

El drama de la familia Galvin, y sus implicaciones en el avance de la ciencia, del estadounidense Robert Kolker, es una de las mejores crónicas periodísticas de los últimos tiempos

Por Daniel Arjona

Todo el mundo conocía y apreciaba a los Galvin en Hidden Valley Road (Colorado Springs), a donde se habían mudado en otoño de 1963. Cómo no. Nada menos que 12 hijos 10 de ellos varones—, un padre capitán de las Fuerzas Aéreas, una madre tan sociable como autoritaria y una curiosa afición a la cetrería que hizo famosos a los halcones de la familia que sobrevolaban diariamente el barrio. Don casi nunca estaba en casa debido a sus viajes de trabajo y era su mujer Mimi quien gobernaba con mano de hierro un hogar donde el exceso de testosterona juvenil estallaba en forma de peleas constantes. Lo normal. Una noche, a los 16 años, el primogénito y deportista modelo Donald hizo añicos 10 platos en la cocina. Sus padres lo pasaron por alto. Aquel era un muchacho taciturno y un mediocre estudiante, pero poco más, a otros chicos les iba mucho peor. Sin embargo, Donald sabía que, desde hacía ya algún tiempo, algo no iba bien en su cabeza.

Tres años después, en 1966, después de torturar a varios gatos, arrojarse a una hoguera y dos intentos de suicidio, sus padres fueron a buscar a Donald a la universidad, donde lo encontraron lavándose el pelo con cerveza. Cuando lo llevaron a casa, les aseguró que la CIA le andaba buscando y se tiró de pronto al suelo: "¡Nos disparan!". Aquello fue solo el principio. En los años que siguieron, uno detrás de otro, seis de los vástagos de los Galvin fueron despeñándose en el pozo negro de la locura. Una aterradora historia de amor y oscuridad se cerró sobre una arquetípica familia americana que, sin embargo, permitió también unos avances tan rápidos como sorprendentes en la investigación de las enfermedades mentales y que ahora rescata un libro espectacular del periodista Robert Kolker: 'Los chicos de Hidden Valley Road. En la mente de una familia americana' (Sexto Piso, 2022).

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9. Dejad de humillaros, españoles: ¿qué ha hecho por nosotros Isabel II al lado de Juan Carlos?

Parece que España se ha vuelto monárquica de golpe, o quizás siempre lo fue sólo que estaba de resaca y no podía salir de la cama

Por A.J. Ussía

Me pinchan y no sangro. Parece que España se ha vuelto monárquica de golpe, o quizás siempre lo fue sólo que estaba de resaca y no podía salir de la cama. Me levanto inundado de imágenes, textos, videos y corazones rotos por la terrible pérdida de nuestra Reina, Isabel II; ah no, disculpen el tropiezo, era la Reina de Inglaterra; la misma que en setenta años de reinado, vino una sola vez a España para recordarnos que todavía nos enfrentaba Gibraltar: la última colonia en Europa del decadente Imperio, y que aún funciona como paraíso fiscal en su ecuánime ejemplo. Cuántos huérfanos ha dejado en nuestras calles. Como en la muerte de Diana, me temo que pasaré los próximos días abrazando almas rotas y leyendo abrumadoras columnas escritas desde la pérdida y el sufrimiento. Leerán burbujas, homenajes a un tiempo mejor, a la memoria de los niños, los cuentos de hadas y los zapatos que encajan en los pies de todas las niñas bien, que es lo que parecen algunos escritores a quienes leo en otros medios.

Es bien cierto que a la Nuestra, por eso va en mayúsculas, le ha sobrado entre medias, dos repúblicas, dos dictaduras, una guerra civil y dos exilios reales, y quizás todo eso haya contribuido a que seamos más Isabelinos que Juan Carlistas, pero si declaramos tres días de luto oficial en la Comunidad de Madrid, por la muerte de una reina ajena, ¿qué haremos cuando se muera a cinco mil kilómetros de distancia el Nuestro? O formularé mejor la pregunta, ¿qué hace a cinco mil kilómetros de distancia viviendo exiliado el Nuestro?

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10. Una millonaria estadounidense financia a las vándalas de 'Los girasoles' de Van Gogh

Las activistas que rociaron con sopa de tomate el lienzo pertenecen a JustStopOil, una organización contra el cambio climático cuyos fondos proceden del Fondo de Emergencia Climática fundado por ricos de EEUU

Por Paula Corroto

A las once del viernes se armó un enorme revuelo en la sala 43 de la National Gallery de Londres. Un par de activistas acababa de rociar el cuadro de Vincent Van Gogh, 'Los girasoles' con algo parecido a una sopa de tomate. Desconcierto, reivindicaciones y la policía. Las dos mujeres, pertenecientes a la organización JustStopOil, que defiende que el Gobierno británico deje de producir combustibles fósiles como el petróleo y el gas, eran detenidas. Poco después, el museo anunciaba que el marco había sido "levemente dañado", pero que, por suerte, el lienzo del pintor holandés había resultado intacto.

Para muchos, la primera pregunta era quiénes eran estos activistas de JustStopOil. Como se puede leer en su web, es una organización multinacional que comenzó a actuar el pasado mes de febrero siguiendo la senda de otro grupo como Extinction Rebellion. En los últimos meses, han llevado a cabo protestas llamativas como el corte de carreteras, pero también han puesto el ojo en los museos, ya que otros cuadros —aunque los daños suelen hacerse únicamente a los marcos— y parte del patrimonio han sido objeto de sus "acciones".

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11. Luis Enrique vendió su Ferrari: por qué el seleccionador se ha enganchado al estoicismo

La filosofía de Marco Aurelio y Séneca vive un auténtico resurgir desde la pandemia, o al menos una versión moderna de la misma. Incluso la Selección española de fútbol sigue ya esta corriente

Por Guillermo Cid

Hacia el año 170 después de Cristo, el emperador romano Marco Aurelio decidió que era un buen momento para empezar a escribir un diario. Inmerso en las campañas bélicas que asediaban su imperio, y viendo cada vez más cerca la hora de su muerte, fue poco a poco recopilando todos sus pensamientos en una serie de libros en los que se enfrentaba a su propia vida. Nunca vio su obra como algo divulgativo, pues eran asuntos puramente personales, pero casi 2.000 años después de su muerte, esas mismas reflexiones guían ahora la vida de miles de personas. O al menos una versión de las mismas.

El estoicismo, la corriente filosófica que marca las Meditaciones de Marco Aurelio, las cartas de Séneca o los discursos de Epicteto, se ha vuelto a poner de moda. Desde hace algunos años (y usando la pandemia como trampolín), las librerías se han ido llenando de textos con la palabra "estoico" en el título y TikTok está plagado de influencers que divulgan sus preceptos. Las meditaciones que el emperador romano fue dejando en su cuaderno desde sus batallas en el Danubio, ahora las toma hasta el seleccionador de fútbol español, Luis Enrique, para preparar a sus huestes durante el Mundial de Qatar.

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12. El infierno era Marruecos: el servicio militar que odiaron cuatro generaciones de españoles

Por Julio Martín

Desde principios de siglo XX hasta que se canceló la 'mili', el peor destino era la cercanía con el vecino marroquí, con el que nos jugamos los octavos en el Mundial de Qatar

En 1999, cuando José María Aznar suspendió el servicio militar obligatorio cumpliendo su promesa electoral de tres años antes, a la quinta del 77, que habíamos hecho ya dos prorrogas por estudios universitarios, nos sobró uno de los cuatro para no tener que ir a filas. Curiosamente, si aún así querías hacer la mili de forma voluntaria, el único destino que quedaba libre era Melilla, el peor de todos, aunque solo fuera por quedar muy lejos y por la huella que había dejado en cuatro generaciones de españoles. Luego, además, estaban las drogas, los moros, el ambiente decadente y de trapicheo. Algunos narran que fue estupendo, no lo fue para el juez y escritor Ricardo Moyano García, que la hizo en 1980, y cuyo padre era, de hecho, de Melilla. Lo contaba así:

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"Cuando a mí me destinaron a la ciudad, Melilla era un lugar apartado de la historia, de escasa población y edificios sucios, más conocido por su whisky barato, la electrónica japonesa, o, ya puestos a lo malo, por estar en la ruta del kifi de Ketama. Algunos se "bajaban al moro", desde la Península, pero también desde la propia Melilla. La frontera era porosa, la alambrada estaba oxidada y caída en muchas partes, sin que nadie se ocupara de ella, y bereberes y cristianos de la trapa cruzaban sin problema. Total, España estaba fuera del mercado común y no hacía falta entonces sirgas o concertinas, ni existía la presión del continente negro llamando a las puertas de atrás de Europa. Sin embargo, aún en ese momento valle de la historia, Melilla tampoco era desde luego un lugar grato para un quinto. Una prisión atenazada entre la pobreza del Rif y el mar, militarizada, enclaustrada en doce kilómetros cuadrados. Nadie quería ir (...). "No lleven mucho" decía chusquero el sargento Heras, "somos como El Corte Inglés, allí tenemos todo lo que les va a hacer falta, pero aprovechen ahora para decirle adiós al mundo y ¡Bienvenidos al Sol de España en África!".(Melilla pólvora y sueño, 2016).

En el 2022 Rusia invadió Ucrania y puso al mundo al borde de la guerra nuclear, Qatar celebró el Mundial de Fútbol más polémico que se recuerda ganado por Argentina, los activistas climáticos la emprendieron con las obras de arte de los museos, los festivales de música pasaron por dificultades, Annie Ernaux ganó el Nobel de Literatura y nos dejó sorpresivamente el escritor Javier Marías. La actualidad irradió así la sección de Cultura de El Confidencial que batió un año más su récord total de lectores. ¿Cuáles fueron las piezas periodísticas y columnas que más les gustaron? Se las presentamos a continuación.

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