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"Te doy 60.000 euros por las cintas": la grabación que revienta la conspiración de Alcàsser
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30 años de un crimen traumático

"Te doy 60.000 euros por las cintas": la grabación que revienta la conspiración de Alcàsser

Los productores de la serie de Netflix sobre el crimen de Alcàsser ofrecieron dinero al criminólogo Juan Ignacio Blanco por la supuesta 'snuff movie' del asesinato. Lo que pasó a continuación te sorprenderá. O no

Foto: Rosa María Mateo, en un telediario cuando el crimen de Alcàsser. (Netflix)
Rosa María Mateo, en un telediario cuando el crimen de Alcàsser. (Netflix)

Una lista con los vídeos más escandalosos de la democracia debería incluir: el de Cristina Cifuentes robando cremas; el de Bárbara Rey y el Rey, y el vídeo snuff de las niñas de Alcàsser. Salvo que uno de esos tres vídeos no existe…

Se cumple el 30 aniversario de la desaparición de Miriam, Toñi y Desirée, las niñas de Alcàsser, cuyos cuerpos aparecieron enterrados dos meses y medio después. Las investigaciones policiales señalaron a dos delincuentes comunes, Antonio Anglés (que huyó y sigue en paradero desconocido) y Miguel Ricart, condenado a 170 años de cárcel por el triple asesinato.

Foto: Imágenes de la serie sobre Alcàsser. (Netflix)

La versión alternativa del caso, quizá la conspiración española más exitosa, difundió que las niñas fueron asesinadas por políticos y empresarios poderosos que grabaron el crimen en una snuff movie.

Jaleado por Fernando García, padre coraje de una de las niñas asesinadas, el criminólogo Juan Ignacio Blanco fue el gran propagandista de la conspiración, difundida en los años noventa en programas de Telecinco (Esta noche cruzamos el Mississipi) y Canal Nou. La conspiración sigue viva en el underground internetero en 2022.

Juan Ignacio Blanco murió el año pasado tras una larga enfermedad. La última vez que pudimos verle fue en una monumental serie documental de Netflix, El caso Alcàsser, donde sostuvo haber visto las supuestas cintas de Alcàsser: "En el primer vídeo aparecen dos de las niñas, Miriam y Desirée, en dos camillas, y vemos pasar delante de ellas a una serie de personas haciendo pequeños cortes con un bisturí. Yo me quedé absolutamente impactado, porque algunas de las personas que se veían en la cinta tenían una relevancia social y económica en nuestro país absolutamente impresionantes".

Blanco aseguró, además, que la cinta se la proporcionó un párroco y que Fernando García también la vio; pero el párroco y García le desmintieron en el documental, producido por Bambú.

Tras escuchar a Juan Ignacio Blanco hablando de la presunta cinta del crimen, el productor Ramón Campos (Velvet, Las chicas del cable, Fariña) le animó a mostrarla. ¿Por qué no hacerlo y acallar así a los enemigos de la teoría de la conspiración?

La llamada

El Confidencial ha escuchado una de las conversaciones telefónicas entre Campos y García durante la preparación del documental de Netflix. Blanco pidió una “remuneración económica”, porque tenía graves problemas de salud, y el productor le ofreció una cantidad elevada de dinero si le enseñaba las cintas de Alcàsser.

He aquí una síntesis de la charla (editada para mejorar su comprensión):

Don Ramón.

—Don Juan. ¿Cómo está usted?

—Bueno, me gustaría estar mejor, pero ahí andamos, aguantando el tirón.

Foto: Las niñas de Alcàsser. (Netflix)

(...)

—Yo no tengo ningún inconveniente [en participar en el documental]... pero [quiero] intentar conseguir remuneración económica. A mí [el dinero] me preocupa por mi mujer, porque yo tengo muy poco tiempo, mi salud está muy jodida, estoy muy mal (...) La mitad de los últimos tres meses la he pasado en el hospital.

—Lo sé y lo siento Juan (...) Yo lo que necesito es… te lo voy a decir muy claramente: ¿Me enseñarías la cinta de las niñas?

—Bien.

—Yo me grabo viendo la cinta y te doy un cheque con el dinero que me pidas. Pero yo quiero ver esa cinta, Juan, porque he entrevistado a Mayor Oreja, a Corcuera y a Pepe Navarro… y todo el mundo me dice que esa cinta no existe (...) Necesito que des un golpe encima de la mesa (...) Tú no hace falta que salgas, pero que yo pueda ver esa cinta y decir a cámara: Es verdad, Juan Ignacio Blanco tiene una snuff movie con Desirée, Miriam y Toñi con gente famosa. Yo necesito eso, o no puedo justificar a Netflix pagarte 50.000 euros. Ni siquiera te pido mostrarla al público. Yo no quiero que el público vea cómo alguien mata a las niñas, quiero que me la enseñes a mí, y poder decirte, Juan, mis respetos, chapó, aquí tienes el dinero. Quiero mirar a cámara y decir: Este señor tiene la cinta y todos los demás mienten.

"Los políticos mienten, eso no lo dudes. Mayor Oreja tiene que mentir por cojones"

—Claro que mienten, eso no lo dudes. Pero es normal, tienen que mentir (...) Mayor Oreja tiene que mentir por cojones y a Corcuera no le he visto en mi vida.

—Juan, es muy sencillo, me enseñas esa cinta y se acabó

—Sí, sí.

—Es tabula rasa. Es empezar la investigación desde cero. Es a las niñas las he visto muertas en una cinta… Ahora, si hasta Pepe Navarro me lo niega…

—¡Qué quieres que te diga! Son cosas que me hacen muchísima gracia, que ahora todo el mundo de marcha atrás…

(...)

Foto: El criminólogo Juan Ignacio Blanco. (Netflix)

—El otro día me dijiste que le ofreciste la cinta a los de Podemos para ponerla en el Parlamento.

—Sí, sí.

—¡Hagámoslo! No solo te ofrezco la plataforma, 190 millones de personas, sino que te pago por hacerlo. Si tú me enseñas la cinta, yo te doy mañana 60.000 euros de mi bolsillo… pero necesito algo.

—Vale, organizo las cosas y te llamo esta semana…

(...)

"El otro día me dijiste que le ofreciste la cinta a los de Podemos para ponerla en el Parlamento. ¡Hagámoslo! Yo te pago por hacerlo"

—Juan, lo que me gustaría es sentarme contigo y que me digas: yo tengo esto, esto y esto otro. Y Juan, te lo digo con toda sinceridad y franqueza, si no tienes la cinta, lo hablamos los dos… pero necesito saber en qué terreno estoy para construir el documental.

—Me parece correcto, pero vamos, cinta hay, eso no lo dudes.

—Pues piensa: cinta, me la enseñas, y en cuanto la vea, te doy el dinero. Eso va a ser así. Y te lo doy yo de mi bolsillo, porque esto Netflix no me lo va a pagar…

—Pues quedamos así entonces…

Quedaron así, pero nunca más se supo.

Foto: La imagen con la que abre 'El caso Alcàsser'. (Netflix)

Pese a la generosa oferta de Campos, y pese a que Juan Ignacio Blanco decía estar necesitado por su enfermedad, el criminólogo nunca enseñó la supuesta cinta.

La postura oficial

Preguntamos a Ramón Campos por las negociaciones con Juan Ignacio Blanco:

“No recuerdo que Juan Ignacio Blanco me pidiera dinero por salir en el documental, pero nunca le pagué por las entrevistas, solo le ofrecí dinero por la cinta”.

“Estaba convencido de que la cinta no existía, así que le podía ofrecer la luna”.

"Estaba convencido de que la cinta no existía, así que le podía ofrecer la luna"

“Cuando fuimos a casa de Juan Ignacio Blanco a entrevistarle, pedí a mi equipo que en el maletero de la furgoneta hubiese un DVD, un VHS, un reproductor de Hi8, un ordenador... para que, si decía que me enseñaba la cinta, no tuviera la excusa de que no había un sistema para reproducirla”, zanja Campos.

La noche más oscura

En enero de 1997, a Juan Ignacio Blanco se le calentó la boca en Esta noche cruzamos el Mississippi. Acompañado de Fernando García, el criminólogo acusó a tres hombres vinculados al PSOE (Alfonso Calvé, ex gobernador civil de Alicante; José Luis Bermúdez de Castro, produc­tor de cine, y Luis Solana, ex pre­sidente de Telefónica) de matar a las niñas de Alcàsser en una snuff movie. Calvé, Solana y Bermúdez de Castro "forman parte del clan de la Moraleja, que no solamente está implicado desgraciadamente en este tipo de asuntos turbios, sino en bastantes más: tanto el señor Calvé como el señor Solana están investigados por la desaparición de dos toneladas de cocaína", espetó Juan Ignacio Blanco…

Y la bola de ponzoña de la snuff movie empezó a rodar despendolada...

Tras escuchar la rajada de blanco, Calvé, Solana y De Castro decidieron callar para no retroalimentar el asunto, pero analizaron entre ellos la situación y llegaron a una conclusión: el fabulador original de la historia era Ángel Sopeña, ex socio de todos ellos en pelotazos inmobiliarios. Sopeña, que estaba resentido por una supuesta estafa en un negocio, contaminó a Blanco con historias truculencias sobre Calvé, Solana y De Castro, según reveló Interviú en los noventa.

Además de gobernador civil de Alicante, Calvé había sido subdirector general de la policía con Felipe González. Fuentes policiales enfrentadas a Calvé —el comisario Alberto Elías, exjefe de los servicios de información de la policía— también contaron atrocidades de Calvé al empresario Moisés Domínguez, que las filtraría años después a Blanco.

Esta dinámica enfermiza de venganzas, sensacionalismo televisivo y fake news cristalizó en la snuff movie de las niñas de Alcàsser.

Foto: Juan Ignacio Blanco. (Netflix)

En resumen: empresarios resentidos y policías maquiavélicos difundieron que Calvé, supuesto psiquiatra de Felipe González, había creado una terapia sexual de choque para altos cargos socialistas estresados por las acusaciones de corrupción. Que se dice pronto.

Juan Ignacio Blanco, tras añadir ingredientes de su propia cosecha a la fábula, soltó la bomba en el programa de Pepe Navarro.

Lo contó Joan Manuel Oleaque en el libro Desde las tinieblas: "El rumor continuaría redefiniéndose con los años… Una supuesta práctica antiestrés para altos cargos socialistas. Según esto, Calvé planificaba orgías de sexo violento con sus amigos del PSOE para aligerar la presión que sufrían. Se llegó a relacionar con estas prácticas nada más y nada menos que a Felipe González. Las agobiantes acusaciones de corrupción y terrorismo de Estado, que habían afectado a González y la cúpula de Interior, facilitaban la vinculación popular de los políticos socialistas con cualquier tipo de actividad delictiva sin que, de entrada, esto se considerara imposible. Así, del mismo modo que se insinuaba que González podría estar detrás del grupo terrorista GAL, también podía estar implicado en el crimen de Alcàsser. Algunas de las mayores acusaciones de corrupción referidas manchaban a Luis Roldán, Rafael Vera y José Luis Corcuera; cargos socialistas que habían estado al frente de la Guardia Civil y de Interior en la época de la desaparición de las tres adolescentes de Alcàsser. El hecho propició que tomara cuerpo la conexión PSOE-Alcàsser, con Calvé como principal nudo de unión".

placeholder Juan Ignacio Blanco, en el documental de Netflix. (Netflix)
Juan Ignacio Blanco, en el documental de Netflix. (Netflix)

'Game Over'

Juan Ignacio Blanco fue demandado luego por escribir un libro que incluía (sin permiso) imágenes de las autopsias de Alcàsser. Aunque un juez ordenó retirar el libro, Blanco siguió vendiendo ejemplares por su cuenta durante años.

Pese a su habilidad para sobreexplotar comercialmente el crimen que conmovió a un país, Blanco dijo no a 60.000 euros por mostrar las cintas de Alcàsser, cuya difusión le hubieran convertido en un criminólogo de leyenda. En lugar de eso, eligió morir como cerebro gris de una conspiración tenebrosa. Siendo precisos, más que elegir, Blanco no tuvo más remedio que renunciar al dinero que le ofreció Campos... porque no había cinta.:

Llegada la hora de la verdad, la snuff movie de Alcàsser nunca se hizo realidad. Juan Ignacio Blanco ya no tenía sueño bajo sus pies. El show no podía continuar. La broma macabra había acabado.

Una lista con los vídeos más escandalosos de la democracia debería incluir: el de Cristina Cifuentes robando cremas; el de Bárbara Rey y el Rey, y el vídeo snuff de las niñas de Alcàsser. Salvo que uno de esos tres vídeos no existe…

Crimen de Alcàsser
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