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¿La fórmula del 'bestseller'? El hombre que más libros vende en España cuenta cómo lo hace
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Reportaje

¿La fórmula del 'bestseller'? El hombre que más libros vende en España cuenta cómo lo hace

Juan Gómez-Jurado fue el autor más vendido en 2019, 2020 y 2022 con la saga de la 'Reina roja' y, ahora, el escritor más popular de nuestro país ya ha vendido 60.000 de su última novela

Foto: Ilustración de Marina G. Ortega.
Ilustración de Marina G. Ortega.

La fórmula del bestseller no existe. Es lo que dice cualquier editor, también de libros comerciales. Si la hubiera, habría muchos más escritores superventas y la industria editorial movería más dinero. Es un argumento cierto. Pero también es verdad que hay algunos atajos. El único problema es que hay que conocerlos y esos pocos los dominan. Uno de ellos es Juan Gómez-Jurado (Madrid, 1977), el autor más vendido en España en 2019, 2020 y 2021 con su saga de la Reina roja. Más de 2,5 millones de ejemplares vendidos, según su editorial, Ediciones B. Acaba de lanzar nueva novela, Todo arde, y ya lleva 60.000 ejemplares, lo cual duplica las ventas de lanzamiento de su anterior libro, Rey blanco. Él mismo lo cuenta a El Confidencial: "Es un locurón. Una auténtica salvajada".

Gómez-Jurado afirma haber pasado las dos últimas semanas con miedo. Ese vértigo de las expectativas. Y de ver los 275.000 ejemplares que la editorial había preparado para la primera edición de Todo arde en una nave de Navarra recién impresos. Lo revela en una charla por teléfono mientras viaja en un tren camino de un instituto para dar una charla. Ya ha empezado la gira y sabe que no va a parar en unos cuantos meses. Así es su vida desde que es el gran bestseller español.

placeholder 'Todo arde', de Juan Gómez-Jurado.
'Todo arde', de Juan Gómez-Jurado.

"La inseguridad, las dudas, es normal. Se lo contaba a Arturo Pérez-Reverte, porque él ya lleva 30 años siendo un bestseller, pero yo todavía tengo que procesar, entender muchas cosas", confiesa. Por eso le dio temor aquella nave industrial. "Es que es 85 veces la foto que me hice con los ejemplares de la saga de la Reina roja. Es llenar dos veces y media el Santiago Bernabéu con una fila de libros de dos metros de altura. Son números tan inasumibles que lo mejor que puedes hacer es desaparecer de tu propio universo, abstraerte, porque, cuando ya lo que queda es la espera ante el pistoletazo de salida, entonces, te mueres de miedo", asegura.

¿Fórmula mágica?

Lo que todos nos preguntamos es cómo lo ha hecho, cómo ha llegado hasta aquí este autor que empezó en 2006 con Espía de Dios y que ahora vende cientos de miles de ejemplares, además de llevar pódcast con miles de escuchas como Todopoderosos y Aquí hay dragones y de tener una serie casi en marcha en Amazon Prime.

Lo primero que destaca es que él no ha cambiado desde sus inicios. Sí ha pulido el estilo, ha cambiado algunas cosas, usa nuevas herramientas, pero "sigo siendo la misma persona que empezó: un chaval dominado por el entusiasmo que sabe perfectamente quién es, que sabe que no es un escritor literario, que no le van a dar premios literarios y no le importa. Lo único que quiere contagiar a la gente es su entusiasmo por la lectura".

"Sigo siendo la misma persona que empezó: un chaval dominado por el entusiasmo que sabe que no es un escritor literario"

Y, bien, eso cómo se contagia. Cómo se consigue que, por ejemplo, en esta última novela el lector se quede enganchado a dos personajes tan antagonistas como Aurea y Mari Paz, dos ladronas novatas que van a dar un enorme palo a dueños de casinos y banqueros tras una sucesión de hechos increíbles que transcurren sin respiro y subiendo cada vez más de revoluciones. Hasta el lector más calmado, más en las antípodas de este thriller, entra en el juego.

Aquí empiezan esos atajos. "Lo que hago antes de cada libro es plantearme dónde está la historia que quiero contar y modificar la manera que tengo de contar las historias en función de lo que la historia me pide. Si quisiera escribir el mismo libro me sería más fácil, pero no lo hago nunca. Me siento y pienso: ¿esta historia cómo se cuenta? ¿Es un triángulo equilátero como Todo arde que va subiendo de volumen sin pausa? Todo eso tengo leerlo desde un punto de vista emocional. Lo veo así rodeado de papeles y ordenadores donde apunto cosas", sostiene.

placeholder Juan Gómez-Jurado. (EFE)
Juan Gómez-Jurado. (EFE)

Hay escritores que llenan su despacho de pósits, de notas, que clavan datos y fechas en tablones, como resumía hace unas semanas Luz Gabás tras ganar el Premio Planeta para contar cómo crea sus novelas. Gómez-Jurado se confiesa muy visual. Antes de escribir, él tiene que "ver" su novela para que también la pueda "ver" el lector. Y ahí entra también la tecnología, programas como Scrivener de escritura no lineal. "En vez de un word, es un entorno en el que los capítulos se convierten en objetos para que puedas entender qué posición tienen dentro del libro", manifiesta. Todo está medido y calculado para mantener el interés del lector.

Eso se traslada también a la maquetación de la novela. "Cuando la persona con la que trabajo se pone a maquetar el libro vemos juntos dónde acaban las frases, dónde terminan los capítulos, para que el lector mantenga la emoción hasta pasar la página o, si le interesa mucho, acabar algo muy emocionante al final de la hoja y dejar lo otro para la siguiente", revela. Este trabajo puede durar un mes. Ahí aparecen algunos trucos, como ocurre en este Todo arde con la parte del casino: "En esta escena reduje el cuerpo de letra hasta incluir 220 palabras por página para que cada vez que el lector saliera de la página estuviéramos en otro sitio con otro personaje. Es como si las páginas estuvieran hablando entre ellas. Es una técnica parecida al corte cinematográfico", añade.

"Odio escribir. Soy extraordinariamente infeliz mientras estoy escribiendo"

La parte de la planificación de la novela, pensar en los personajes, hallar la musicalidad de cada uno —cómo hablan, qué es lo que cada uno haría— le lleva a este autor el 70% de la creación de la novela. Luego, dice, se pone a escribir 16 horas diarias hasta que la culmina siempre sabiendo dónde está el final. "Soy incapaz de trabajar sin saber a dónde estoy yendo. El final de la historia marca todo lo demás", comenta. Escribe sin descanso, aunque esta es la parte que menos le gusta. Es más, la detesta. "Odio profundamente escribir. Soy extraordinariamente infeliz mientras estoy escribiendo. Es que es lo contrario a lo que debería ser. Tienes que estar muchísimas horas delante del ordenador sufriendo. Odio escribir con todas mis fuerzas, pero no hay nada que me dé mayor alegría cuando lo he terminado y, por otro lado, no hay nada que pueda hacer mejor", asegura.

Después, claro, llega lo mejor. Ese encuentro con los lectores que ya apenas puede controlar. Es lo que ocurre cuando a uno le leen millones de personas, además, tan transversales como son los lectores de Gómez-Jurado, que se ha encontrado con chavales de 15 años, señoras de 85 —"que me pidió que le contara cómo terminaba la saga de Reina roja porque se estaba muriendo y no le iba a dar tiempo a leer el final"—, hasta intensivistas mientras hacen guardia en el hospital. De ahí que no tema decepcionar. "Es imposible gustar a todo el mundo. La única forma de hacer bien tu trabajo es escribir para ti mismo. Eso es lo que te permite tener los pies en el suelo. Entusiasmarte por tu propia historia y escribir para ese niño de 12 años que se metía en la cama con la linterna para leer porque le decían que ya era tarde", zanja.

Los atajos

El éxito de Gómez-Jurado lo consiguen pocos autores. En España, ahora mismo, según los datos de medios como GFK o todostuslibros.com, le acompañan Almudena Grandes con Todo va a mejorar, Arturo Pérez-Reverte con Revolución, Carmen Mola con Las madres, Eva Saénz de Urturi con El libro negro de las horas, Ildefonso Falcones con Esclava de la libertad, La vecina rubia con Contando atardeceres y, el más sorprendente por la temática, Santiago Lorenzo con su Tostonazo. El resto son novelas históricas o negras/thrillers o románticas, o un poco de cada uno de esos géneros. Es lo que más leemos en este país. Y estos autores son los que tienen esas claves para conocer los atajos que les lleven a los lectores.

"La novela histórica 'mainstream' funciona muy bien porque es una mezcla de géneros y porque, además, siempre tratan del presente"

"La novela histórica mainstream funciona muy bien porque es una mezcla de géneros y porque, además, siempre tratan del presente creando un juego de espejos que le sirva al lector de hoy. Y, luego, si se identifican con los personajes, si empatizan, se crea ese juego que funciona muchísimo", explica el periodista David Yagüe, especializado en novela histórica. Es el caso, por ejemplo, de lo que ocurre con las novelas de Santiago Posteguillo, como la última, Roma soy yo, que trata de Julio César, pero en realidad es un thriller judicial en el que Julio César es un abogado que intenta destapar (y encausar) a un entramado político criminal. Como sucede con las de John Grisham.

La identificación también se produce en los thrillers. Ahí están los problemas familiares de la trilogía del Baztán de Dolores Redondo. Quizá no son los mismos problemas, pero todos tenemos problemas familiares. Ese es el espejo. En la última novela de Gómez-Jurado, tenemos varias mujeres protagonistas con las que más de una lectora va a empatizar aunque no se vivan las mismas escenas de acción: los bolsos, los pintalabios, la tarea de acostar a unas niñas, llevarlas al cole, el miedo a dejarlas solas en casa. Un cierto costumbrismo que enlaza con otro factor que señala Yagüe: no olvidemos que las que más leen en España son mujeres.

placeholder El escritor Santiago Posteguillo ante la Rotonda de Galerio, del siglo IV d. C., en Tesalónica (Grecia). (Asis Ayerbe)
El escritor Santiago Posteguillo ante la Rotonda de Galerio, del siglo IV d. C., en Tesalónica (Grecia). (Asis Ayerbe)

Y socialmente es un momento de reivindicación del papel femenino en el pasado, presente y futuro. Todo cuadra. Eso lo sabe también el editor Alberto Marcos, de Plaza & Janés, un sello de Penguin Random House con vocación comercial que publica a Julia Navarro, Isabel Allende o Ken Follett, entre otros muchos. Hay una preponderancia de los personajes femeninos, pero también de diversidad sexual en las historias. "Yo ahora estoy tratando temas en un sello con vocación de llegar al gran público que hace 15 años no hubiera podido plantear en un comité editorial porque me hubieran dicho que es un tema demasiado de nicho", manifiesta. En Todo arde incluso una de las protagonistas es lesbiana.

Son novelas que, principalmente, juegan con la mezcla de géneros. Son difíciles de etiquetar. "¿Un detective que investiga un crimen en la II República es novela negra o histórica? De todas formas, el lector al final lo que quiere es una buena historia y entretenerse", resalta Marcos, que sí que insiste en que lo que se busca es algo original. "Si te llega el enésimo libro sobre el asesino en serie igual ya no se publica. Buscamos algo como Blanco inmaculado, de Noelia Lorenzo Pino, con dos mujeres policías en vez de la típica pareja hombre-mujer. Libros que apelen a una nueva sensibilidad".

Ahora bien, que a nadie se le olvide: no es fácil llegar a una gran masa de lectores, no todo el mundo puede y, aunque alguna vez se haya dado con la tecla, no significa que se vaya a repetir. Hay atajos, sí —que te distribuyan bien y estar en muchas baldas de las librerías también ayuda, como hacen los grandes grupos—, pero, para conseguir lo que ha logrado Juan Gómez-Jurado, hay que ir más allá de fórmulas. Mucho trabajo y algo que ya es indescifrable.

La fórmula del bestseller no existe. Es lo que dice cualquier editor, también de libros comerciales. Si la hubiera, habría muchos más escritores superventas y la industria editorial movería más dinero. Es un argumento cierto. Pero también es verdad que hay algunos atajos. El único problema es que hay que conocerlos y esos pocos los dominan. Uno de ellos es Juan Gómez-Jurado (Madrid, 1977), el autor más vendido en España en 2019, 2020 y 2021 con su saga de la Reina roja. Más de 2,5 millones de ejemplares vendidos, según su editorial, Ediciones B. Acaba de lanzar nueva novela, Todo arde, y ya lleva 60.000 ejemplares, lo cual duplica las ventas de lanzamiento de su anterior libro, Rey blanco. Él mismo lo cuenta a El Confidencial: "Es un locurón. Una auténtica salvajada".

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