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Ana Morgade tiene razón en lo de 'Sufre mamón'
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Ana Morgade tiene razón en lo de 'Sufre mamón'

Tiene su gracia que haya tantos quejándose de que ya no se puede decir nada mientras se están quejando de lo que les dicen

Foto: Ana Morgade, en 'Pasapalabra'. (Antena 3)
Ana Morgade, en 'Pasapalabra'. (Antena 3)

Es un fenómeno curioso. Cada vez hay más señores indignados porque no se puede decir nada indignándose cuando les dicen algo. Y señoras, señoras seguro que también, no la vayamos a liar por olvidar justo aquí el lenguaje inclusivo que, cuando es para repartir críticas, seguro que estorba menos a quienes tanto suele molestar.

Esta semana ha habido mucho indignado por la que se ha liado en Pasapalabra. Bueno, no en el concurso, sino en las redes que lo comentaron luego. Atención a la controversia. La humorista Ana Morgade acierta la canción de la prueba musical y se pone a cantarla con indisimulado entusiasmo. Cómo no hacerlo si se trata de 'Devuélveme a mi chica', la canción de los Hombres G que cualquiera de cuarenta y pico se sabe de carrerilla, desde el "llorando en mi habitación" hasta "los polvos pica-pica". Esa que toda la vida hemos creído que se titulaba 'Sufre mamón'. Es muy difícil cantarla sin darlo todo, como le pasa a Morgade, que llega a 'capella' al jersey amarillo. Es difícil ver el vídeo sin venirse arriba.

Al terminar la canción, la humorista hace un inciso. Tras aclarar que la canción le parece muy bien, y al cantarla queda claro que le encanta, comenta que hay dos expresiones de ella que no le gustan. Primero, Morgade señala de una manera desenfadada que la canción está muy bien, pero que 'marica' como insulto, pues mira, que eso ya no. Y la otra es la idea misma de un hombre diciéndole a otro eso de 'devuélveme a mi chica', porque, como ironiza la actriz, "las mujeres no somos un bolso, que no hay que devolverlo, ni prestarlo ni robarlo".

Morgade lo dice con gracia. Ni le molesta ni está ofendida por la canción, solo reflexiona sobre cómo hemos cambiado. Tanta obviedad no hubiera sido noticia de no ser porque el autor de la canción, David Summers, de pronto se da por aludido y reacciona en Twitter visiblemente indignado: "Si tanto os ofende, ¿por qué la ponéis en vuestro programa…?".

Summers tiene razón cuando dice que "fue escrita hace 40 años y que no pretende ofender a nadie", pero nadie dijo lo contrario en Pasapalabra. Lo que a Summers no le debió de sentar bien es que tanto Roberto Leal como Ana Morgade, que cantaron y bailaron la canción en plató con el entusiasmo solo acompaña a las canciones que aprendimos en la adolescencia, coincidieran en que la letra no ha envejecido muy bien.

Nadie en Pasapalabra pidió que se censurase esta canción, es más, la cantaron, la bailaron y la alabaron como el temazo que es. Pero tanto le molestó a Summers que la criticaran, que les acabó recriminando que no la censurasen. Y esta es la parte más confusa: ¿quién es el ofendido entonces? ¿Quién fomenta aquí la cancelación? Quien canta y baila un temazo pero crítica con gracia un par de cosas, o quien se ofende porque le digan que su canción mola pero ciertas partes van sonando ya un poco viejunas.

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Afortunadamente, para seguir disfrutando una canción no hay que estar de acuerdo con todo lo que dice. Este episodio en Pasapalabra es prueba de ello. A ver si no se va a poder reflexionar de vez en cuando sobre las obras que nos gustan para evitar que se nos ofendan los autores.

Que sí, que las letras del reggaetón son mucho peor. Pero es que esas no nos las sabemos ni nos recuerdan a los años en que lo dábamos todo en las discotecas cantando sin pensar. Ya se echarán las manos a la cabeza dentro de 20 años los fans de Quevedo y Bizarrap por lo que cantan ahora. O no, vete a saber. Lo interesante de revisar canciones de los 80 y 90 es ponernos frente al espejo de todo aquello que nos parecía normal hace 30 años y que, afortunadamente, ahora chirría. Igual que el sentido del humor de algunos.

Es fácil perderse en esta carrera a ver quién tiene la piel más fina, si el que critica o el criticado. Pero tiene su gracia que haya tantos quejándose al mismo tiempo de que ya no se puede decir nada mientras se están quejando de lo que les dicen. A ver si al final con tanto criticar a la cultura de la cancelación nos estamos haciendo un lío y se termina cancelando cualquier crítica de cómo han cambiado los tiempos. Si tanto te molesta que alguien diga que una canción ha envejecido mal a lo mejor el ofendidito eres tú.

Es un fenómeno curioso. Cada vez hay más señores indignados porque no se puede decir nada indignándose cuando les dicen algo. Y señoras, señoras seguro que también, no la vayamos a liar por olvidar justo aquí el lenguaje inclusivo que, cuando es para repartir críticas, seguro que estorba menos a quienes tanto suele molestar.

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