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Camilleri sigue escribiendo después de muerto…
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Camilleri sigue escribiendo después de muerto…

La publicación póstuma de la última entrega del comisario Montalbano exhuma una novela escrita en 2005 y confirma la inmortalidad del escritor siciliano (y universal)

Foto: Andrea Camilleri, en 2008. (Getty/Vittorio Zunino Celotto)
Andrea Camilleri, en 2008. (Getty/Vittorio Zunino Celotto)

La grafomanía de Andrea Camilleri le sobrevive después de haber muerto. Tanto escribía —y tan bien— el maestro siciliano que el 'contratiempo' de su fallecimiento en julio de 2019 no contradice la aparición de la última entrega de la serie Montalbano. La novela en cuestión se titula 'Riccardino' (Salamandra), fue concebida… en 2005 y alojaba un temporizador. Andrea Camilleri había dispuesto que se publicara a título póstumo, de tal manera que el comisario Montalbano tendría el privilegio de sobrevivir a su propio autor.

La peculiaridad de 'Riccardino' consiste en que Camilleri rompe la cuarta pared. Él mismo dialoga con su personaje. Se le aparece en la trama del 'noir'. Y desconcierta a los lectores con eventuales intromisiones, hasta el extremo de recordarle al comisario la jerarquía del titiritero respecto al títere. "Yo te informo a ti. No tú a mí. Yo escribo 'Riccardino' mientras tú vives".

Foto: Andrea Camilleri. (EFE/Archivo)

La ambigüedad entre la ficción y la realidad —y viceversa— reanima la vigesimoctava entrega del serial policiaco. Camilleri alumbró a Montalbano en 1994 con 'La forma del agua'. Era un homenaje al Pepe Carvalho de Vázquez Montalbán que suscribía el hedonismo del detective. Y que inauguraba la relación tardía del maestro con el éxito.

Recuerdo haberlo conocido y entrevistado en su residencia de Roma. Y recuerdo aún más la experiencia de su garaje. Porque allí alojaba un Escarabajo de épica. Y porque el lugar estaba repleto de anaqueles y de libros, incluidas las versiones pirata de sus novelas más vendidas.

Le gustaba que existieran. Y que sus compatriotas leyeran fuera como fuera. Camilleri se mostraba distante y hasta escéptico de la fama que había adquirido. La edad y la experiencia le preservaban de toda vanidad.

placeholder 'Riccardino'. (Salamandra)
'Riccardino'. (Salamandra)

Igual no imaginaba entonces que le quedaban 30 años de vida. Ni que el tabaco iba a respetar sus pulmones. Ni que la RAI otorgaría a Montalbano una 'personalidad' audiovisual que lo identificaría universalmente con Luca Zingaretti. 'Universalmente' quiere decir que el actor italiano homologaría las peripecias del comisario en todas las geografías y televisiones. También la española, cuya fidelidad a la serie se justifica en el entusiasmo de los espectadores. Y demuestra la paradoja planetaria de un fenómeno localista.

Es muy siciliana la literatura de Camilleri, pero también es muy grecolatina y muy mediterránea la tierra donde nació el escritor de Porto Empedocle. Muy cerca del valle de los templos de Agrigento. Y depositaria de las grandes cuestiones fundacionales, entre los dioses y los hombres, entre las pasiones y las pulsiones, entre la sangre y el vino, entre el crimen y la justicia.

A todos nos conciernen y competen las historias de Camilleri, con todas ellas encontramos espacios o caminos de identificación

A todos nos conciernen y competen las historias de Camilleri, con todas ellas encontramos espacios o caminos de identificación, aunque la dimensión global del novelista y ensayistamás de 75 millones de ejemplares vendidos— no contradice ni su especificidad ambiental ni su cierto hermetismo.

El gran títere

Sus padres no serían sus padres. Y el equívoco extremo de sus propios orígenes habría precipitado la búsqueda desesperada de la identidad, como si pudiera escuchar de fondo el eco existencial de los personajes mitológicos. "¿Quién soy yo?", se pregunta Empédocles antes de arrojarse al Etna y de mistificarse en el fuego con el corazón del mundo.

Es el filósofo que identifica y localiza el lugar natal de Andrea Camilleri, castigado por la ceguera en su última vejez —tenía 93 años— y expuesto él mismo al vaivén de las identidades, puesto que no está claro si Camilleri creó a Montabano o si Montalbano le dio la vida y la resurrección a Camilleri.

La grafomanía de Andrea Camilleri le sobrevive después de haber muerto. Tanto escribía —y tan bien— el maestro siciliano que el 'contratiempo' de su fallecimiento en julio de 2019 no contradice la aparición de la última entrega de la serie Montalbano. La novela en cuestión se titula 'Riccardino' (Salamandra), fue concebida… en 2005 y alojaba un temporizador. Andrea Camilleri había dispuesto que se publicara a título póstumo, de tal manera que el comisario Montalbano tendría el privilegio de sobrevivir a su propio autor.

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