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Hay gente en España que lee 80, 150 o 300 libros al año, y no es tan difícil como suena
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EL CLUB DE LOS SUPERLECTORES

Hay gente en España que lee 80, 150 o 300 libros al año, y no es tan difícil como suena

La media nacional se encuentra en doce volúmenes anuales, pero hay voraces lectores que la elevan por encima del centenar. Ellos mismos nos cuentan cuáles son sus hábitos y trucos para alcanzar estas cifras

Foto: Imagen: L. M.
Imagen: L. M.

Mariano Hortal es ingeniero, tiene 46 años, un trabajo de más de ocho horas diarias, una esposa y un hijo de nueve años. Además, lee más de 200 libros al año. Este, afirma, probablemente supere la barrera de los 300. El año pasado ya había alcanzado la friolera de 285. Cuando la entrevista con El Confidencial tiene lugar, el registro de 2022 iba por 220 volúmenes. Los dos últimos, 'La lista de invitados' de Lucy Foley y 'La última misión de Gwendy' de Stephen King, pero desde entonces habrá añadido unos cuantos a la lista. Su cuenta de Goodreads acumula en total 2.873 volúmenes leídos. "Para mí es como un reto", explica.

Hortal es uno de los ejemplos más radicales de lo que se podría llamar superlector, esos aficionados a la literatura que leen al año la misma cantidad de libros que pueblos enteros. Según la última encuesta de hábitos de lectura y compras de libros de 2021, los mayores de 18 años leen de media 10,2 libros anuales, pero hay un 36% de personas que no leen ni uno. La falta de tiempo es la razón que aducen la mayoría de los encuestados (49,8%) para no leer más, pero si hay algo en lo que coinciden los superlectores es que si uno quiere sacar tiempo, puede hacerlo.

"Me terminé un libro en el metro y me bajé para comprar uno en un quiosco"

"Yo siempre llevo encima un bolso con libros porque no sabes cuándo te vas a encontrar con una cola o un rato de espera. No uno, sino dos, por si acaso, y si son cortos, tres. Uno de los terrores más grandes que he tenido era que se me acabara el libro y no tuviera nada para leer. Una vez me pasó y me bajé del metro para ir a un quiosco donde comprarme otro", recuerda sin alardear de sus logros. Al día, explica, saca unas tres o cuatro horas dedicadas a la lectura, "igual que Stephen King, que él decía que leía cuatro horas y escribía otras cuatro, y eso te da para leer muchos libros". Por ejemplo, Hortal saca una hora y media cada mañana antes de entrar al trabajo. Su truco, establecer una rutina, aunque sea de media hora, y mantener el móvil lejos.

La principal competencia para la lectura es, de hecho, el uso de los dispositivos electrónicos. "El móvil y las tablets te quitan mucho la atención, pero puedes estar viendo Netflix y al mismo tiempo consultando el móvil, en cambio no puedes hacer eso al mismo tiempo que lees un libro", valora Hortal. Su caso es excepcional porque, a diferencia de otros superlectores que son profesores, escritores o periodistas, su trabajo no tiene relación con la lectura. ¿Escapismo? "La sensación que tengo de mi trabajo es que es una forma de ganarse la vida pero no me va la vida en ello. El ocio es más importante en mi vida que el trabajo".

David Cerdá (50 años), profesor, filósofo y escritor. 100-150 libros al año

placeholder El escritor David Cerdá. (Cedida)
El escritor David Cerdá. (Cedida)

Leyendo: 'El señor de los anillos' de J.R.R. Tolkien.

"Todo el mundo encuentra tiempo para lo que quiere hacer", arranca el autor de 'Ética para valientes', que también está casado y tiene tres hijos. Trabaja como autónomo y compagina tres trabajos. Como Hortal, sale siempre de casa acompañado por un libro, aunque sea para bajar a la panadería. En su opinión, lo más importante para alcanzar una media de entre dos y tres libros a la semana es no prestar demasiada atención a la televisión, salvo algún partido ocasional de baloncesto. En su casa, a las diez de la noche todos los miembros de la familia tienen que dejar aparcados sus dispositivos móviles y dedicar ese tiempo a lo que quieran. De todos los libros que lee, entre 100 y 150, el 85% provienen de bibliotecas públicas. La mayoría es novela y ensayo, con algo de poesía y teatro.

"No es una cuestión de tiempo, hay gente que no tiene niños y tampoco tiene tiempo de nada, pero el tiempo se encuentra", razona Cerdá. "A toda esa gente que dice que no tiene tiempo hay que preguntarle qué hace a lo largo del día, porque algunos a lo mejor se pasan tres o cuatro horas viendo series".

El gran caballo de batalla para el profesor es lo que denomina "dispositivos distraccionales". "Producen un tipo de satisfacción dopamínica muy inmediata, es como azúcar", explica. "A la gente que está acostumbrada a tomar azúcar le pones un plato que no la tiene y no le sabe a nada. Lo que están consiguiendo estos dispositivos es que nuestra capacidad de atención sea mínima, y nuestro pensamiento es cada vez más corto y los sentimientos, más superficiales".

"Hay gente que sigue catorce series a la vez que luego me pregunta cómo leo tanto"

Para Cerdá, no hay nada como un viaje en avión para darse cuenta de cómo la lectura ha desaparecido de nuestros hábitos cotidianos. "Antes cuando ibas en avión había mucha gente leyendo libros, ahora todo el mundo está con el móvil, incluso cuando no hay conexión", recuerda. "Ha habido varios actores: los dispositivos desatencionales y las series y las plataformas, que han sido como los cangrejos que importan de otros lugares y se comen a la especie local. Hay gente que sigue catorce series que luego me pregunta cómo leo tanto. Es un actividad pasiva, leer es activa y requiere concentración".

Javier Granda (50 años), periodista especializado en salud. 80-100 libros al año

placeholder Javier Granda Revilla. (Damián Comendador)
Javier Granda Revilla. (Damián Comendador)

Último libro leído: 'Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer' de David Foster Wallace.

Si quieres leer, viaja. Es el tiempo muerto que permite al periodista (y padre) "Javi" Granda meterse entre pecho y espalda alrededor de dos libros a la semana. "Me paso casi la mitad del año viajando, pero no me gusta ir con el móvil en el avión o el tren, tengo interiorizado ir con el libro siempre", explica. Los largos desplazamientos que pueden durar de cuatro a seis horas son el momento perfecto para aligerar lecturas pendientes. Granda siempre lleva en la maleta cuatro o cinco libros por viaje.

Y cuando llega a casa, sus minutos se reparten de la siguiente forma: 30 o 40 por la mañana, 20 o 30 después de comer y 20 o 30 por la noche. En total, alrededor de una hora y media. "Yo soy 'freelance', así que me puedo quedar trabajando un día hasta las tres de la mañana y levantarme a las 10 o a las 11, así que si me engancha un libro puedo permitirme quedarme leyéndolo. Una de las razones por las que se reenganchó a la lectura fue la posibilidad de conectar con autores contemporáneos a través de las redes. "Antes se reducía a los encuentros en las ferias, ahora las redes sociales te permiten un contacto estrecho con los autores, con los que puedes comentar el punto de vista del libro, me parece fascinante".

Granda, que acaba de cumplir medio siglo, realizó la siguiente reflexión por motivo de la onomástica: "Calculé que me quedan unos 35 años de vida, es decir, unos 3.000 libros por leer, y no estamos para perder el tiempo. Si un libro no te interesa, hay muchas maravillas esperándote".

Lara Hermoso (35 años), periodista. 80 libros al año

placeholder La periodista Lara Hermoso. (Fundación Telefónica)
La periodista Lara Hermoso. (Fundación Telefónica)

Último libro leído: 'Amor libre' de Tessa Hadley.

En su blog, la colaboradora de 'Jot Down' o Radio 3 lista todo lo que va leyendo. Alrededor de ocho decenas de volúmenes anuales, en los que prevalecen la ficción "y lo que los americanos llaman refinadamente 'memoir', que generalmente no es más que un híbrido de la biografía de siempre". A diferencia de la mayoría de casos, ha sido su afición a la lectura lo que le ha llevado a colaborar en programas como Efecto Doppler, donde tiene una sección de libros. Ha hecho "el camino inverso", desde la afición hasta la profesión.

"No hay ningún secreto ni ningún misterio", explica. "Apenas veo películas y muy pocas series, la mayor parte de mi tiempo de ocio se dedica a la lectura por simple preferencia, lo disfruto más. Tampoco tengo ningún objetivo marcado al comienzo del año, leo lo que me apetece y cuando me apetece. Soy una lectora anárquica. Eso sí, procedo de una familia muy ruidosa y tengo un superpoder, una capacidad de abstracción legendaria, puedo leer en el sofá mientras todos hablan a la vez con la tele de fondo o en medio de cualquier barullo, reyerta, llámalo X".

"Tengo como hora y media diaria de transporte público que también suelo emplear en leer"

Hermoso considera que su situación personal influye en la cantidad de tiempo libre del que dispone para la lectura. Eso, y una vez más, los largos desplazamientos en transporte público. "Supongo que esta es la clave de todo", reflexiona. "Vivo sola y no tengo hijos, eso me permite dedicar la mayor parte de mi tiempo de ocio a la lectura. Y a eso sumamos que tengo como hora y media diaria de transporte público que también suelo emplear en leer. Bueno, y que soy un poco asocial, para qué mentir".

La periodista no tiene ningún consejo para quien quiera leer más, porque considera que "no hay nada peor que leer por obligación". "Para mí la lectura es un vicio, una afición, una forma de disfrutar, una forma de conversación", responde. "Si otra persona encuentra placer o divertimento en otra actividad, bien por ella. No creo que leer más nos haga mejores o más especiales. ¿Qué es eso de buscar el ensayo más sesudo del universo para sentirte más inteligente y en realidad sufrir sudores fríos cada vez que te sientas a leer? Si un libro es malo o te aburre, abandónalo sin mirar atrás".

Javier Doforno (56 años), químico. 80 libros al año

Última lectura: 'American Smoke' de Iain Sinclair.

Una hora al día, no se necesita mucho más. "Si echamos cuentas, dedicar apenas una hora cada día a leer, supongamos unas 50 o 60 páginas, suma al cabo del año unos 40 o 50 libros de 500 páginas. No es para tanto", responde el gallego Javier Doforno, que considera la lectura su ocio solitario, "no social", junto a la música. "En televisión solo veo atletismo y los partidos del Atleti. Ya no me dopo con Netflix y mejunjes similares". Doforno es químico, como Kafka, así que supone "que de acuerdo con algunos estereotipos no debería leer tanta literatura".

"Si alguien no encuentra una hora al día, quizá no le guste tanto leer"

El gallego es otro viajero promiscuo que dedica gran parte de su jornada al trabajo, pero por su situación personal, añade, puede dedicar cierto tiempo a la lectura. Pero no hay fórmulas mágicas ni milagros. Es una simple cuestión de matemáticas: "Insisto: ¿dedicar una hora diaria a leer trastorna de manera irreversible cualquier agenda? Si alguien no encuentra una hora al día, quizá no le guste tanto leer".

Beatriz Lara (30 años), periodista. Entre 60 y 70 libros al año

Último libro leído: 'Nos veíamos mejor en la oscuridad' de Monika Zgustova.

No solo hace falta tiempo, sino también espacio: en los sesenta metros cuadrados que mide su casa, Lara tiene alrededor de 1.200 libros. Su historia recuerda que la lectura también requiere de paz mental. Una gran lectora desde niña, cuando sacaba novelas de la biblioteca de cinco en cinco, vio como su afición se extinguía hace unos años mientras trabajaba en una editorial. "Tenía mucha ansiedad, no me concentraba, no me apetecía ni leer ni ver películas ni jugar a videojuegos", recuerda. La sequía duró hasta hace un año, cuando ha vuelto a recuperar un ritmo que probablemente le lleve a leer unos 80 libros a lo largo de estos doce meses.

placeholder Un truco para ahorrar dinero y espacio: las bibliotecas existen. (EFE/Fernando Alvarado)
Un truco para ahorrar dinero y espacio: las bibliotecas existen. (EFE/Fernando Alvarado)

Entrar en un club de lectura también le ayudó a recuperar el ritmo, ya que le obligaba a leer al menos un libro al mes. Aunque ahora teletrabaja, lo que le ha hecho perder todo el tiempo que destinaba en desplazamientos, la compra de un libro electrónico le ha ayudado a recuperar el ritmo. "Muchos días después de trabajar leo un ratito, le suelo dedicar una hora al día porque leo muy rápido", desarrolla. "Ahora leo también en la cama, todo eso me ha ayudado".

No hay nada como vivir rodeado de personas que leen mucho para hacerlo también, ya sea la pareja o la familia. Su madre, una gran lectora, fue su referencia durante la infancia. Pero también tiene claro que no cualquier persona puede leer una cantidad semejante de libros: "Si tienes un horario que empiezas a las nueve de la mañana y terminas a las diez, qué tiempo vas a tener para leer". Un truco final: empezar por libros cortos, porque no hay camino más corto para desesperarse que enfrentarse con un frustrante volumen de 900 páginas. "Si con algo tienes que quedarte, es que no hay que hacer de los 'hobbies' algo productivo".

Mariano Hortal es ingeniero, tiene 46 años, un trabajo de más de ocho horas diarias, una esposa y un hijo de nueve años. Además, lee más de 200 libros al año. Este, afirma, probablemente supere la barrera de los 300. El año pasado ya había alcanzado la friolera de 285. Cuando la entrevista con El Confidencial tiene lugar, el registro de 2022 iba por 220 volúmenes. Los dos últimos, 'La lista de invitados' de Lucy Foley y 'La última misión de Gwendy' de Stephen King, pero desde entonces habrá añadido unos cuantos a la lista. Su cuenta de Goodreads acumula en total 2.873 volúmenes leídos. "Para mí es como un reto", explica.

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