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Huéspedes del tiempo: cinco lecciones magistrales de la historia de la humanidad
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Huéspedes del tiempo: cinco lecciones magistrales de la historia de la humanidad

El matrimonio Durant probablemente fuera la pareja de historiadores más popular de todos los tiempos y ahora se traduce por primera vez al español sus 'Lecciones de la Historia' (Arpa)

Foto: 'Desembarco de Colón', de Dióscoro Puebla
'Desembarco de Colón', de Dióscoro Puebla

El maestro y la alumna se conocieron en la Ferrer School de Nueva York en la segunda década del siglo XX, una institución libertaria fundada para seguir las enseñanzas del pedagogo anarquista español Francisco Ferrer y Guardia, artífice de la Escuela Moderna y cuya ejecución en Barcelona en 1909, tras los sucesos de la Semana Trágica, levantó una ola de agitación por todo el planeta. Will y Ariel Durant se enamoraron, se casaron e iniciaron una asociación conjunta de nada menos que cincuenta años de trabajo para publicar una legendaria Historia de la civilización en once volúmenes extraordinariamente popular que vendió millones de ejemplares y cosechó numerosos premios, entre ellos el Pulitzer y que nunca ha sido traducida al español.

Lo que sí publica ahora por primera vez en nuestro país el sello Arpa es un librito exquisito que desgrana las conclusiones más esenciales y asombrosas de su magna obra anterior, una "obra maestra de la destilación" historiográfica -en palabras de John Barkham- con el sucinto título de 'Lecciones de la Historia'.

placeholder 'Lecciones de historia' (Arpa)
'Lecciones de historia' (Arpa)

Los propios autores explican su génesis en el prólogo a esta descripción general de las tendencias y lecciones derivadas de cinco mil años de historia mundial y examinadas desde una docena de perspectivas (geografía, biología, raza, carácter, moral, religión, economía, socialismo, gobierno, guerra, crecimiento y decadencia, y progreso): "Tras terminar 'La historia de la civilización' hasta 1789 releímos los diez volúmenes con vistas a publicar una edición revisada que corregiría muchos errores de omisión, de hechos o de imprenta. En este proceso tomamos notas de acontecimientos y comentarios que podrían iluminar asuntos actuales, probabilidades futuras, la naturaleza del hombre y la conducta de los Estados. El siguiente ensayo es el resultado".

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Will y Ariel Durant

De ideas avanzadas, firmes partidarios de los derechos humanos y la reforma social, con una extraordinaria capacidad para dar fe de los hechos históricos con orden, precisión y claridad, los Durant recibieron en 1977 la Medalla Presidencial de la Libertad, la máxima distinción civil en Estados Unidos. En 1981 murió Ariel y, dos semanas después, su marido Will. ¿Cuáles son las lecciones de Historia que atesoraron en toda una vida trabajando juntos?

1. La historia no es una ciencia

"Obviamente, la historiografía no puede ser una ciencia. Solo puede ser una industria, un arte y una filosofía: una industria al sacar a la luz los hechos, un arte al establecer un orden significativo en el caos de materiales, una filosofía al buscar perspectiva y esclarecimiento. (...) Puesto que el hombre es un momento en el tiempo astronómico, un huésped transitorio de la ciencia, una espora de su especie, un esqueje de su raza, un compuesto de cuerpo, carácter y mente, un miembro de una familia y una comunidad, un creyente o un escéptico de una fe, una unidad en una economía, quizá un ciudadano de un Estado o un soldado de un ejército, podemos preguntarnos bajo los epígrafes correspondientes -astronomía, geología, geografía, biología, etnología, psicología, moralidad, religión, economía, política y guerra- qué tiene que decir la historia sobre la naturaleza, la conducta y las perspectivas del hombre".

2. La geografía es la matriz de la historia

"La historia humana es un pequeño punto en el espacio y su primera lección es la modestia. En cualquier momento un cometa podría acercarse demasiado a la tierra y poner patas arriba nuestro pequeño globo o asfixiar a hombres y pulgas con gases y calor; o un fragmento del sonriente sol podría deslizarse de forma tangencial -como algunos piensan que hizo nuestro planeta hace unos momentos astronómicos- y caer sobre nosotros en un abrazo feroz que acabaría con toda pena y dolor. Aceptamos esas posibilidades con calma y respondemos al cosmos con las palabras de Pascal: 'Cuando el universo aplasta al hombre, este seguirá siendo más noble que aquel que lo mata, porque sabrá que está muriendo, mientras que de su victoria el universo no sabrá nada'."

Cuando el universo aplasta al hombre, este seguirá siendo más noble que aquel que lo mata, porque sabrá que está muriendo

"La geografía es la matriz de la historia, su madre nutricia y su severo hogar. Sus ríos, lagos, oasis y océanos atraen a los colonos a sus costas porque el agua es la vida de organismos y ciudades y ofrece caminos baratos para el transporte y el comercio. Egipto era el regalo del Nilo, y Mesopotamia construyó sucesivas civilizaciones entre los ríos y a lo largo de sus afluentes; India fue la hija del Indo, del Brahmaputra y del Ganges; China debía su vida y sus pesares a los grandes ríos que a menudo se salían de sus cauces y fertilizaban la vecindad con sus desbordamientos. Italia ornamentó los valles del Tíber, del Arno y del Po. Austria creció a lo largo del Danubio, Alemania del Elba y el Rin, Francia del Ródano, el Loira y el Sena. Petra y Palmira se nutrían de oasis en el desierto".

3. La historia es un fragmento de la biología

La historia es un fragmento de la biología: la vida del hombre es una parte de las vicisitudes de los organismos de la tierra y del mar. A veces, paseando a solas por el bosque en un día de verano, escuchamos o vemos el movimiento de un centenar de especies de seres que vuelan, saltan, se arrastran o escarban. Los animales se escabullen asustados ante nuestra llegada; las aves echan a volar; los peces se dispersan en el arroyo.

De pronto percibimos a qué peligrosa minoría pertenecemos en este planeta imparcial, y durante un momento sentimos como claramente lo sienten estos diversos moradores, que somos unos intrusos en su hábitat natural. Entonces todas las crónicas y logros del hombre encajan humildemente en la historia y perspectivas de la vida polimórfica; toda nuestra competición económica nuestra lucha por aparearnos, nuestro ansia y nuestro amor y nuestro pesar y nuestra guerra, son similares a la búsqueda, el apareamiento, la lucha y el sufrimiento que se esconden bajo estos árboles caídos o en las aguas o entre las hojas.

4. Las guerras no han disminuido ni van a hacerlo

"La guerra es una de las constantes de la historia y no ha disminuido con la civilización y la democracia. En los últimos tres mil cuatrocientos veintiún años de historia registrada sólo doscientos sesenta y ocho no han visto ninguna guerra. Hemos reconocido que la guerra es actualmente la principal forma de competición y selección natural en la especie humana. 'Polemos pater pantón', dijo Heráclito; la guerra, o la competición, el origen de todas las cosas como la potente fuente de ideas, invenciones, instituciones y estados. La paz es un equilibrio inestable que solo puede ser preservado por la supremacía reconocida o la igualdad de poder. Las causas de la guerra son las mismas que las causas de la competición entre individuos: codicia, belicosidad y orgullo; el deseo de alimento, tierra, materiales, combustibles, dominio. El estado posee nuestros instintos sin nuestros frenos".

"Algunos conflictos son demasiado fundamentales para ser resueltos mediante negociación; y durante las prolongadas negociaciones, la subversión no cesa. Un orden mundial no llegará por medio de acuerdos entre caballeros, sino a través de una victoria tan decisiva de uno de los grandes poderes que le permita dictar e imponer el derecho internacional como hizo Roma de Augusto Aurelio".

5. El progreso no está garantizado

"Puesto que no hemos admitido ningún cambio sustancial en la naturaleza humana durante los tiempos de la historia, habrá que descartar todos los avances tecnológicos como meros medios nuevos para conseguir viejos fines: la adquisición de bienes, la persecución de un sexo por el otro, la superación de la competición, la lucha de las guerras. Uno de los desalentadores descubrimientos de nuestro desilusionante siglo es que la ciencia es neutral: matará por nosotros tan fácilmente como sanará, y destruirá por nosotros más fácilmente de lo que pueda construir. Qué inadecuado parece ahora el orgulloso lema de Francis bacon: '¡El conocimiento es poder!'"

"Para quienes estudiamos la historia no solamente como un recordatorio y advertencia de las locuras y crímenes del hombre, sino también como un recuerdo alentador de las almas generadoras, el pasado deja de ser una deprimente cámara de los horrores; se convierte en una ciudad celestial, un espacioso país de la mente en el que un millón de santos, estadistas inventores, científicos poetas artistas, músicos, amantes y filósofos aun viven y hablan, enseñan y tallan y cantan. El historiador no solo se lamentará por no haber ningún significado en la existencia humana, excepto el que el hombre pone en ella; que sea nuestro orgullo que nosotros mismos podamos dar sentido a nuestras vidas y a veces darles un significado que trascienda la muerte".

El maestro y la alumna se conocieron en la Ferrer School de Nueva York en la segunda década del siglo XX, una institución libertaria fundada para seguir las enseñanzas del pedagogo anarquista español Francisco Ferrer y Guardia, artífice de la Escuela Moderna y cuya ejecución en Barcelona en 1909, tras los sucesos de la Semana Trágica, levantó una ola de agitación por todo el planeta. Will y Ariel Durant se enamoraron, se casaron e iniciaron una asociación conjunta de nada menos que cincuenta años de trabajo para publicar una legendaria Historia de la civilización en once volúmenes extraordinariamente popular que vendió millones de ejemplares y cosechó numerosos premios, entre ellos el Pulitzer y que nunca ha sido traducida al español.

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