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'Sapo, S.A.': la serie hilarante sobre el ladrón psicópata que robó a Koplowitz
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'Sapo, S.A.': la serie hilarante sobre el ladrón psicópata que robó a Koplowitz

Amazon Prime estrena la historia real sobre el legendario cerebro del golpe al Popular en Yecla, el robo de los cuadros de Esther Koplowitz y de los piratas que secuestraron a los marinos del Alakrán

Foto: 'El sapo'. (Prime)
'El sapo'. (Prime)

"Tu peor enemigo no es un coche de policía, sino la típica maruja de 70 años insomníaca (sic) que lo quiere saber todo. ¿Por qué elegí el día de Nochebuena para el golpe de Yecla? Pues porque tenía que ser un Santa Claus, el nuestro, claro". Las frases que va soltando a la cámara Jon Imanol Saphiela Candela alias el 'Sapo' son un festival del desfase y, además, ¿a quién no le gusta una peli de atracos?

Nos gusta tanto formar parte de una de esas bandas de simpáticos ladrones que ha retratado Hollywood en éxitos como 'Ocean’s Eleven' y sus secuelas o la reciente 'Logan Lucky' que lo último que piensas cuando lo ves es en la buena gente de Yecla, Murcia, a la que en la Nochebuena de 1998, mientras anhelaban los regalos de Navidad y expresaban sus buenos deseos en la misa del gallo de la parroquia, les estaban levantando los ahorros de toda una vida. No se enteró nadie porque la típica maruja ‘imnsoníaca’ de 70 años, como definiría el Sapo, también estaba en esa misa de madrugada, al igual que el resto del pueblo, mientras el Sapo, su socio Casper y los demás, hacían un butrón en la pared de hormigón de la caja del banco para saquearla.

placeholder Cartel oficial de la nueva serie documental. (Amazon Prime Video)
Cartel oficial de la nueva serie documental. (Amazon Prime Video)

Lo bueno de 'Sapo, S.A.' y sus memorias de ladrón es que, mientras se está riendo en nuestra cara, nos tenemos que reír con él aunque solo sea porque las historias son tan increíbles que las ha plagiado después el mismísimo Hollywood. Se ve escuchando al Sapo que los guionistas fueron detrás de la realidad, no al revés, como ocurre casi siempre. Cada nuevo hilo de la trama o detalle resulta tan inesperado, tan de película, que te los crees a pies juntillas porque no pueden ser inventados. Las aventuras estrafalarias que recoge este 'true crime' a la española, una miniserie documental dirigida por el veterano Nacho Medina, van desde el célebre golpe del siglo en el Banco Popular de Yecla, a los cuadros de Esther Koplowitz en el que sería el segundo golpe del siglo o la negociación para liberar a los marineros vascos del ballenero Alakrán que secuestraron los piratas somalíes y que ayudó a liberar el Sapo... y a los que luego robó también, por supuesto, como desgrana en otro de sus capítulos.

Cada nuevo hilo de la trama o detalle resulta tan de película que te los crees a pies juntillas

El Sapo es como tener delante a Francisco Paesa, aunque este último robaba con más glamur, según la película ‘El hombre de las mil caras’ de Alberto Rodríguez, por más que sepamos desde los 90 —gracias a las investigaciones de 'El Mundo'— que, aunque pareciera muy divertido lo del superespía, se estaba llevando los fondos reservados de Interior. Vamos, que no nos robaba Hacienda, sino Paesa, el Sapo o, bajando aún más en la escala, el Dioni. Tampoco llevaba guantes blancos Mario Conde y todos menos el primero han salido en algún momento u otro en la tele.

Lo cierto es que las confidencias funcionan tan bien que en la vida real se nos va la olla como con las películas. Ocurre cuando Nacho Medina, en una de la pocas interrupciones que le hace, pregunta:

—¿Y cómo se anula una alarma de un banco?

—¿Vas a robar un banco?

—No.

—Entonces no te hace falta saberlo y, además, no quiero competencia.

Foto: Jon Imanol Sapieha Candela, alias Sapo. (Amazon Prime Video)

Lo que pasa es que el Sapo es un criminal peligroso y un psicópata, como acaba confesando él mismo. Por supuesto, lo de la alarma lo cuenta inmediatamente después, pero lo hace respetando esa especie de código de ladrones que todos han copiado en cambio del Sorsesse de ‘Uno de los nuestros’.

—Lo único que hacemos para anular la seguridad es que, cuando la policía pregunta: '¿Alarmita, estás bien?', lo que nosotros hacemos es hacer que responda: '¡Estoy muy bien!'.

No se confundan, en el Sapo podemos verlo todo más o menos con detalle, incluyendo la clásica recreación en una maqueta a escala, como si estuviéramos en una de esas escenas de la preparación de un golpe en la gran pantalla. Aspectos que van de lo técnico y lo minucioso a lo cómico. Por ejemplo, en Yecla esperaban encontrar unas decenas de millones y que al final había en realidad más de 1.000 —se supone que mucho de él no declarado—, luego se lió todo porque uno de los miembros de la banda se prestó a asesinar al abogado Emilio Rodríguez Menéndez, engatusado por la ex esposa del propio Menéndez, que le ofreció algo de dinero y un buen polvo a cambio.

Ferraris al contado

Se explica cómo fubncionaba la perforadora elegida en el golpe de Yecla, cómo se cambia el bombín de las llaves y demás preparatorias hasta llegar a las cajas de seguridad donde los ladrones encontraron joyas, cocaína, comida… “hasta un bocadillo fosilizado”, vete a saber tú qué significaba o que valor tenía para alguien. 'Sapo S. A.' oscila entre 'Ocean’s Eleven' y 'Uno de los nuestros' pasando por 'Torrente'. Algunos de los que trabajaron para él o para su socio y amigo Casper se lo pusieron fácil a la pasma cuando pagaron Ferraris al contado con billetes manchados de barro, detalle que conocía la Policía por el barrizal de agua y cemento que dejó la perforadora en la sala de las cajas de seguridad del banco. Es imposible no acordarse del golpe de la Lufthansa Airlines de 'Uno de los nuestros'.

Hay grandes ausencias también como la del célebre butronero Casper, ya que la réplica habría sido un bombazo. En general, se echa de menos un antagonista y que la estructura de los capítulos sea cerrada y no una trama que prosiga con sus cliff hangers al final. Obviando el defecto, lo que queda en cambio es la acumulación de víctimas de una mente claramente psicópata. Las fanfarronadas e inlcuso las bromas a costa de los ricos, como robar a una multimillonaria como Esther Koplowitz se van diluyendo. Los planes geniales y los chascarrillos con acento francés dejan víctimas en cada golpe de forma cruel.

Sapo S. A. destruye en realidad la falsa imagen de los simpáticos gángsteres de las películas

Lo mejor de 'Sapo S. A.' es que en realidad, por muy divertidos e ingeniosos que parezcan sus andanzas, lo que destruye el metraje es precisamente esa apariencia irresistible de las películas de simpáticos gángsteres y elaboradas artimañas. El resultado de todo es además frustrante: ¿Qué por qué operó en España este ex oficial de la armada francesa entrenado en el Mossad, genio del disfraz, el engaño y la planificación? Porque en España, -lo dice él mismo- era el mejor sitio del mundo para hacerlo, ya que las penas de cárcel salían muy baratas frente al botín. Es inevitable no acordarse del personaje que interpretaba Andy García, en Ocean's Eleven: un honrado empresario del juego de Las Vegas a quien desvalijan unos graciosos sin oficio ni beneficio.

"Tu peor enemigo no es un coche de policía, sino la típica maruja de 70 años insomníaca (sic) que lo quiere saber todo. ¿Por qué elegí el día de Nochebuena para el golpe de Yecla? Pues porque tenía que ser un Santa Claus, el nuestro, claro". Las frases que va soltando a la cámara Jon Imanol Saphiela Candela alias el 'Sapo' son un festival del desfase y, además, ¿a quién no le gusta una peli de atracos?

Amazon Prime Video Francisco Paesa
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