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Cultura, espectáculo y justicia: el ejemplo de Johnny Deep y el jurado popular
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Cultura, espectáculo y justicia: el ejemplo de Johnny Deep y el jurado popular

Este juicio convertido en espectáculo deportivo ha sido el escenario perfecto para que los ciudadanos lo adopten como bandera personal de sus más arraigadas convicciones

Foto: Johny Deep durante el juicio que le enfrentó a su ex Amber Heard (EFE EPA SHAWN THEW)
Johny Deep durante el juicio que le enfrentó a su ex Amber Heard (EFE EPA SHAWN THEW)

Hace unos días las redes sociales se incendiaron de proclamas en favor de Johnny Depp tras la victoria en su juicio ante su ex mujer Amber Heard. La situación, lejos de suscitar una celebración porque se hubiera hecho justicia, se convirtió sobre todo en un estandarte de reacción frente al movimiento #MeToo. Mientras que en otros casos mediáticos ha sido el sector feminista quien ha realizado presiones sociales para que se diera un veredicto determinado, en este caso nos hemos encontrado con la situación opuesta. Las redes sociales se llenaron de comentarios en favor de Johnny Depp durante todo el proceso, llegando a reunir millones de comentarios bajo el hasthag #justiceforjohnnydepp. Sin embargo, este juicio convertido en espectáculo deportivo ha sido el escenario perfecto para que los ciudadanos lo adopten como bandera personal de sus más arraigadas convicciones.

Lo primero que llama la atención sobre el veredicto es por qué dos casos tan similares, los juicios que se celebraron en el Reino Unido y en EEUU, han obtenido resoluciones tan diferentes. Es cierto que el caso británico era una demanda dirigida contra el periódico y el estadounidense contra la autora del artículo. No obstante, el objeto de la demanda en ambos casos se basaba en una difamación sobre una conducta violenta de Depp en su relación de pareja con Heard. Mientras que en el Reino Unido un juez dictaminaba que el periódico The Sun no difamó a Johnny Depp cuando publicó un artículo en el se le llamaba abusador de esposas, en EE. UU. el jurado popular no ha creído las palabras que Amber Heard publicó en un artículo del 'Washington Post' en términos similares. De hecho, al inicio de este juicio los expertos jurídicos consideraban que existían menos posibilidades aún para Johnny Depp en EE.UU por la fuerte protección con la que blindan los tribunales norteamericanos la libertad de expresión. Entonces, ¿por qué no ha ganado el juicio Amber Heard?

Responsables

En primer lugar, debemos destacar que se trata de un juicio civil: aquí no existen culpables ni inocentes, sino responsables. El concepto de 'guilty or not guilty' —culpable o no culpable— es sustituido por 'liable' —responsable—. Centrándonos en el fondo de la cuestión, el factor principal para explicar la victoria del actor es que la decisión ha sido tomada por un jurado popular. En el Reino Unido fue un juez quien decidió el veredicto por lo que desde el momento en que se inició el juicio al otro lado del charco, el asunto cambió por completo. Las estrategias legales ya no se tenían que centrar en convencer al juez, sino en convencer a un jurado popular cuyos miembros están autorizados a mantener los móviles encendidos durante todo el proceso judicial. En efecto, no se trataba de un juicio penal donde el jurado popular debe estar aislado, sin contacto alguno con el exterior, ni telefónico ni de ninguna otra naturaleza, sino que era un juicio civil televisado como si de la final de la Superbowl se tratase. Los jurados pudieron conocer todo lo que se comentaba en las redes sociales masivamente posicionadas a favor del actor.

placeholder Amber Heard y Johnny Depp en una imagen de archivo. (Getty)
Amber Heard y Johnny Depp en una imagen de archivo. (Getty)

En consecuencia, queda claro que la celebración de un juicio ante un jurado popular fue un factor clave en la victoria del actor. De hecho, la representación letrada de Johhny Depp adoptó una estrategia que resulta muy efectiva ante un jurado —y no tanto ante un juez— que es conocida como DARVO, acrónimo formado por las iniciales en inglés de "negar, atacar, e intercambiar víctima y ofensor" —'deny, attack, and reverse victim and offender'—. Con esta estrategia, que es muy común en casos de agresión y asalto sexual, lo que persigue el abogado es poner la carga de la prueba sobre la víctima y cambiar el rumbo del interrogatorio, es decir, pasar de preguntarse si el acusado cometió el abuso a discutir si la presunta víctima es alguien a quien se le deba creer lo que dice. En otras palabras, es una estrategia legal que consiste en atacar la credibilidad de la otra parte, en este caso, de Amber Heard, una estrategia que, como es bien sabido, ha dado sus frutos en este juicio.

Parece evidente que el juicio ante un jurado popular no determina directamente que se haya hecho justicia

Volviendo al caso del Reino Unido, cuando la representación letrada del actor intento utilizar esta estrategia el juez anglosajón rechazó muchas de las pruebas propuestas, ya que consideró que no abordaban directamente la pregunta de si Johnny Depp cometió una agresión o no. En ese juicio lo que se dirimió fue si el periódico The Sun decía la verdad, en el cual el juez consideró que las palabras “abusador de esposas” referidas a Johnny Depp eran sustancialmente ciertas. En consecuencia, parece evidente que el juicio ante un jurado popular que ha estado el día del clamor popular que se ha generado durante el proceso, no determina directamente que se haya hecho justicia, sino que evidencia más bien la actuación procesal acertada de los representantes legales de Depp.

En conclusión, en un juicio convertido más en una reacción contraria al MeeToo que en buscar la verdad, no resultan adecuadas las proclamas de la victoria judicial de Johnny Depp como si se hubiera hecho justicia universal. Es más, lo único que evidencia es el carácter polarizado de la sociedad, que prefiriendo confirmar sus teorías ideológicas a través de actores en forma de proclamas y banderas, olvida el mensaje que realmente se debe trasladar: debemos evitar las relaciones tóxicas. Porque si algo ha quedado demostrado es que la relación de pareja entre ambos ha estado protagonizada por la toxicidad, y la idea que los ciudadanos deberían reivindicar de manera unánime es sin duda alguna el de criticar la toxicidad en las relaciones de pareja. Porque ni Johnny Depp ha sido un santo en esa relación, ni Amber Heard ha sido el único demonio. Si queremos que se haga justicia, deberíamos dejar de lado nuestra propia reivindicación personal, porque juicio concreto hay que estudiarlo atendiendo a sus propias circunstancias y no coger la parte que más nos interesa para alimentar nuestro sesgo confirmatorio.

Hace unos días las redes sociales se incendiaron de proclamas en favor de Johnny Depp tras la victoria en su juicio ante su ex mujer Amber Heard. La situación, lejos de suscitar una celebración porque se hubiera hecho justicia, se convirtió sobre todo en un estandarte de reacción frente al movimiento #MeToo. Mientras que en otros casos mediáticos ha sido el sector feminista quien ha realizado presiones sociales para que se diera un veredicto determinado, en este caso nos hemos encontrado con la situación opuesta. Las redes sociales se llenaron de comentarios en favor de Johnny Depp durante todo el proceso, llegando a reunir millones de comentarios bajo el hasthag #justiceforjohnnydepp. Sin embargo, este juicio convertido en espectáculo deportivo ha sido el escenario perfecto para que los ciudadanos lo adopten como bandera personal de sus más arraigadas convicciones.

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