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Los hombres que se juegan la vida para invisibilizar a las mujeres
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Los hombres que se juegan la vida para invisibilizar a las mujeres

Hay una parodia sobre los departamentos de Estudios de Género en las redes sociales que los departamentos de Estudios de Género se esfuerzan por hacer realidad

Foto: Sesión de fotos para el calendario del cuerpo de Bomberos del Ayuntamiento de Bilbao. (EFE/Alfredo Aldai)
Sesión de fotos para el calendario del cuerpo de Bomberos del Ayuntamiento de Bilbao. (EFE/Alfredo Aldai)

Hay una parodia sobre los departamentos de Estudios de Género en las redes sociales que los departamentos de Estudios de Género se esfuerzan por hacer realidad con su labor. Según el meme, tú entrégales cualquier asunto por asexuado que sea (los agujeros negros, el polvo cósmico, los maremotos, las cuestas sin asfaltar) y lograrás a cambio un estudio de más de 80 páginas que le encuentra sesgo de género y lo sitúa en la órbita machismo estructural.

La última entrega, no de la parodia, sino de su confirmación, estuvo financiada con más de 60.000 euros de la época del Gobierno de Rajoy, ha visto la luz ahora en una revista académica y, dado que nos ha costado un dinerito, me permito comentarla. Viene a demostrarnos el sesgo de género de las catástrofes, porque los hombres aparecen como héroes y las mujeres están invisibilizadas o, peor, se dejan salvar por machos opresores, y encima alguna dará las gracias. Para llegar a esta conclusión, tres investigadoras estudian las noticias del terremoto de Lorca.

La última entrega, no de la parodia, sino de su confirmación, estuvo financiada con más de 60.000 euros de la época del Gobierno de Rajoy

Por 60.000 euros yo estudiaría hasta las noticias de Lorca, Pulpí y Alguazas cuando no hay terremotos, ni incendios, ni asesinatos. Las de una calle mal asfaltada y las de una pista de pádel nueva. Por 60.000 euros te encuentro el sesgo de género hasta en la forma fálica de los botellines de Estrella de Levante.

"Los hombres aparecen como los principales protagonistas de la fase de salvamento", alerta una de las autoras del estudio. "Sus acciones conllevan el uso de la fuerza, la valentía, la rapidez y la toma de decisiones. Buena parte del discurso masculino se centra en la acción del rescate, que es narrada muchas veces de forma épica, explicando los detalles vinculados al riesgo que asumen para salvar vidas".

Primera inferencia de mi sesgo de confirmación: a esta señora nunca la ha salvado un bombero. Una vez nos quedamos atrapados, chicos y chicas, en un ascensor. Se abrió la puerta media hora más tarde y aparecieron arriba cuatro bomberos cachas. Las chicas chillaron de regocijo. Nosotros los odiamos al instante. Preferíamos haber muerto allí, podridos, a esa humillación alfa.

Primera inferencia de mi sesgo de confirmación: a esta señora nunca la ha salvado un bombero

Sigue diciendo una de las tres autoras del estudio: "Si bien parte de las acciones de rescate las llevan a cabo en el ámbito de la familia o en su entorno vecinal más cercano, otras las desarrollan en el espacio público, adquiriendo con ellas gran visibilidad. Y, en numerosas ocasiones, las rescatadas son mujeres, conocidas o desconocidas, lo que ayuda a reproducir el imaginario simbólico del héroe", agrega.

Esto, por descontado, les parece mal, porque refuerza los estereotipos como el de la princesa encantada, el caballero y el dragón. Lo que me lleva a confirmar que nunca la ha salvado un bombero.

Las autoras reivindican las labores propias de las mujeres en las catástrofes. Esto está muy bien. Hay enfermeras y mujeres que coordinan labores de reasentamiento de los afectados. Hay mujeres siempre, en todas partes. En las catástrofes tienen un papel más silencioso pero vital. Quizá no haya recibido toda la atención que merece. Sin embargo, el estudio no está para realzar una cosa, sino para menospreciar otra. El heroísmo les parece un atributo patriarcal. Como si no pudiera ponerse en valor el papel de la mujer sin un reproche, sin una recriminación amarga.

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Busco más estudios, me deja el de estas tres señoras con ganas de más. Y encuentro otro, este de Protección Civil, con otro sesgo de género del que podríamos hablar: es el de las muertes en catástrofes naturales. En 2020, murieron en España por estas circunstancias 38 hombres y 14 mujeres, lo que es una consecuencia directa con el hecho de que los hombres asuman posiciones de riesgo extremo, no solo como bomberos, militares, etcétera, sino como voluntarios.

No sé si es intolerable esta diferencia también para las investigadoras, porque no la tienen en cuenta. ¿Sería preferible que murieran las mismas mujeres que hombres? ¿Ayudaría eso a luchar contra un estereotipo? No son preguntas adecuadas para el ambiente universitario, donde ciertas provocaciones intelectuales se toman a la tremenda. En los estudios de género primero tienes la conclusión (tal cosa está podrida de machismo) y luego cobras 60.000 euros para demostrarlo.

Cualquier pregunta que ponga en riesgo la conclusión lábil y victimista es tomada como una afrenta, y debe ser purgada de la universidad. Esto lo digo por lo que le ha pasado, de forma simultánea a la publicación del estudio de la Universidad de Oviedo, a un profesor de la Universidad de Valencia. Agarraos.

Cualquier pregunta que ponga en riesgo la conclusión lábil es tomada como una afrenta

Ferran Suay, especializado en Psicobiología y director de Política Lingüística en ese centro, ha sido destituido del cargo, sin que la rectora de la 'universitat' se haya dignado a llamarlo por teléfono, por lo que ella misma ha calificado en sus comentarios a la prensa de "tuits machistas". Lo de los "tuits machistas" lo pone 'El País' sin comillas, como si lo fueran con base en un estudio académico sufragado con 60.000 euros.

Lo que dijo Ferran en su cuenta de Twitter fue, textualmente, esto: "Habría que empezar por reivindicar la presencia de mujeres en el frente de batalla. ¿No sería eso más feminista? Igualdad sería eso, ¿no?, ¿o solo estar en consejos de administración o donde no haya riesgo de morir?". Como veis, va en la línea con lo que dice el estudio de la Universidad de Oviedo. En la línea de flotación, digo.

Son dos caras de la misma moneda. De una parte, estudios obscenamente regados de dinero público y vendidos, como grandes descubrimientos científicos, entre titulares ensalzadores y precocinados que nos anuncian, por ejemplo, la buena nueva de que el hombre está sobrerrepresentado en el tratamiento de las catástrofes pese a que ocupa el primer puesto en riesgo de muerte.

El hombre está sobrerrepresentado en el tratamiento de las catástrofes pese a que ocupa el primer puesto en riesgo de muerte

De otra, un profesor destituido de forma unilateral por incomodar con una pregunta perfectamente lógica, relacionada con el tema, en lo que parece —me permitiréis la sospecha— un caso de falsa bandera de manual, donde se lo han quitado de en medio con una argucia, vaya usted a saber por qué. Suerte tiene de que no lo hayan acusado de algo peor que "tuits machistas".

Propongo un estudio —para la próxima convocatoria de subvenciones públicas— que trate el horrendo sesgo de género que he detectado en el asfaltado de carreteras. Es intolerable que no se represente a las mujeres en esa labor ni una sola vez. Carreteras como esas, construidas sobre el cimiento patriarcal más extremo, jamás nos llevarán a esa arcadia en la que deje de molestarle a alguien el sexo de un bombero.

Hay una parodia sobre los departamentos de Estudios de Género en las redes sociales que los departamentos de Estudios de Género se esfuerzan por hacer realidad con su labor. Según el meme, tú entrégales cualquier asunto por asexuado que sea (los agujeros negros, el polvo cósmico, los maremotos, las cuestas sin asfaltar) y lograrás a cambio un estudio de más de 80 páginas que le encuentra sesgo de género y lo sitúa en la órbita machismo estructural.

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