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No es verdad que Rusia esté cometiendo errores militares en Ucrania
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Guerra en Europa del Este

No es verdad que Rusia esté cometiendo errores militares en Ucrania

El planeamiento del ejército ruso en la guerra de invasión a Ucrania se ha ido cumpliendo con los lógicos impuestos que el azar, la alimentación logística de los combates, el uso de las reservas y el terreno imponen

Foto: Un tanque en la localidad de Volnovakha, en la región de Donetsk. (Reuters/Alexander Ermochenko)
Un tanque en la localidad de Volnovakha, en la región de Donetsk. (Reuters/Alexander Ermochenko)
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En estas cosas de la guerra lo peor que podemos hacer es jugar a engañarnos. Sin duda, elevar la moral y la voluntad de vencer es una de las claves para la victoria. Engañar con mentiras piadosas es un error que en la guerra es inadmisible.

El planeamiento del ejército ruso en la guerra de invasión a Ucrania se ha ido cumpliendo con los lógicos impuestos que el azar, la alimentación logística de los combates, el uso de las reservas y el terreno imponen. Hablar de guerra relámpago militarmente no me parece exacto ni creo que estuviese dentro del planeamiento de Putin. Más bien, el avance estaba previsto en el sentido de ir comprobando las reacciones del contrario, que en este caso no era solo Ucrania, sino toda la comunidad internacional; la de un lado y otro. Y, de acuerdo con esas reacciones, actuar con más o menos presión. Eso es lo que vemos sobre el terreno.

Foto: Civiles entrenan el lanzamiento de cócteles molotov en Zhytomyr, Ucrania. (Reuters/Viacheslav Ratynskyi)
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Así hasta alcanzar la línea clave y estratégica que es el Dnieper, a la vez que las tropas rusas se quedan amenazantes a las puertas de Kiev y Járkov, presionando, mientras la ocupación se materializa por el sur para apoderarse —sí o sí— de la orilla norte del mar Negro. Ucrania se quedará sin salida al mar y Rusia tendrá libre el camino al Mediterráneo. El desembarco en Odesa, en mi opinión, está dentro de sus planes y podría llevarse a cabo en cualquier momento.

En definitiva, asistimos a una guerra de tipo convencional con el ingrediente añadido de la amenaza nuclear. Algo que, por desgracia, ya conocemos cuando al mando está un imprevisible dictador capaz de cualquier cosa.

Hasta dónde llegará Putin

Si lo expuesto hasta ahora es el plan estratégico ruso, conviene analizar cuáles son sus intenciones después de varios días de guerra y hacer algo de prospectiva.

El valor del ejército ucraniano, de su población, su resistencia ante el invasor y el apoyo internacional —sinceramente lo esperaba más sólido— ha sido un valioso imprevisto que nos mantiene en vilo sin saber hasta dónde va a llegar este esfuerzo ante el agresor.

El momento esperado por Putin de alcanzar una línea estratégica y amenazar sobre sus ciudades más importantes ha llegado. A partir de ese momento, su plan era entrar en una negociación que le permitiese la definitiva solidez del poder sobre Crimea, el Dombás y la salida al Mediterráneo, su "thálatta thálatta", recordando la 'Anábasis' de Jenofonte. Abran el zum sobre el mapa. Nada se entiende si no miran por esa ventana de la geografía. Dominar el mar Mediterráneo, y no habrá Troya que se le resista ni por el norte (el Báltico) ni por el sur. Europa atenazada. Es muy sencillo. De primer curso de cabo. Ahora el cabo está al mando. Como antaño.

Putin se ha encontrado con dificultades lógicas y seguro que previstas en su planeamiento estratégico. Por tanto, ¿cuál será el próximo movimiento de piezas?

La lucha del pueblo ucraniano contra el invasor, heroica y ejemplar, podría no ser suficiente

La lucha del pueblo ucraniano contra el invasor, heroica y ejemplar, podría no ser suficiente. Es necesario más. En lo militar, solo la OTAN, los Estados Unidos de América, podrían ser el muro de contención. Pero es mucho el riesgo. Putin está de alguna manera acorralado y, por tanto, su reacción será imprevista. Ahora se encuentra ante un nuevo combate no querido por él. La lucha en las poblaciones, la guerra de guerrillas y las cada vez más graves consecuencias en el interior de su nación de las medidas económicas tomadas por la comunidad internacional.

Nadie sabe lo que va a ocurrir. Tengan en cuenta que un general previsible es un general derrotado. No. No hay previsiones y los profetas en la guerra son apartados al destierro. Se requieren datos y controlar el imposible: el azar. Esto se va pareciendo a la II Guerra Mundial. Hubo un Dunkerque, pero se respondió con Normandía. También un holocausto.

Nos jugamos la libertad

No profeticemos. Se trata de acabar con esta guerra. Lo que está en revisión es muy grave: evaluar si la solución es a cualquier precio, porque nos jugamos la libertad. Esa es la clave. Hay que medir los riesgos y acordar hasta dónde queremos y debemos ceder. Porque la voluntad de Putin está en Ucrania, también su prestigio y su futuro. Quizá su vida. No cederá fácilmente. China tiene que descubrir sus cartas. ¿Lo hará? Debería preocuparnos su actitud en Taiwán.

Probablemente, mientras siguen las negociaciones y las interminables reuniones, asistamos a una lucha desigual contra el invasor en las grandes ciudades. Una lucha poblacional que se prolongue en el tiempo, una guerra de guerrillas que durará lo que la voluntad de un pueblo esté dispuesta a pagar por su libertad. Será muy duro, sobre todo si la comunidad internacional sigue con su meliflua actitud y el miedo —o egoísmo— en sus carnes. El honor, el valor y la honra se ejercitan sin mentarlos y se reconocen por las obras y no por los enunciados. Hay ocasiones en las que un gesto puede cambiar una situación.

Será muy duro, sobre todo si la comunidad internacional sigue con su meliflua actitud

"La manera segura de perder una guerra es dejar la iniciativa al enemigo. Y la manera más segura de no cargar con una iniciativa equivocada es no tomar ninguna y enjuiciar desde retaguardia las que el otro toma en el frente" (Cardenal Suhard. Del libro 'Los curas comunistas', de José Luis Martín Vigil).

Nadie puede dar lecciones y es fácil torear desde un despacho viendo cómo revientan los cuerpos calcinados por las bombas. Es el momento de los grandes hombres, esos que ven más allá y saben ir a favor o contra corriente, pero saben tomar una decisión que salve al mundo en guerra. ¿Dónde están? Esta guerra no es como alguno pretende mostrarnos una lucha de Oriente contra Occidente. Es por la libertad.

¿Dónde está Alejandro Magno? En su gravedad de muerte dice: "En la situación en la que me encuentro, nada valen los remedios lentos ni los médicos indecisos. Me es preferible morir con arrojo a tardar en curarme. Así pues, si los médicos tienen algún recurso o alguna destreza, han de saber que, más que un remedio a la muerte, lo que busco es un remedio a la guerra" [...]. "Cuando llegó a oídos de Darío la noticia de la enfermedad de Alejandro, avanzó hacia el Éufrates con toda la rapidez que le permitía la magnitud de su ejército".

Es el momento de los grandes hombres, esos que ven más allá y saben ir a favor o contra corriente pero saben tomar una decisión

No. No es Putin algo parecido a Darío, pero sí es una fiera acorralada. Hay que buscar un remedio a la guerra.

Cuidado con el azar y lo imprevisible. La guerra es algo que nadie controla por muchos planeamientos y prospectivas que hagan los Estados Mayores.

Una chispa cualquiera y ¡bum!

Solo hay algo que me da esperanza. La misma libertad de la que carece el pueblo ruso y que pueda ser un estallido mayor que el nuclear. Imparable.

Otra posibilidad

¡Cómo no! Hay otra posible línea a tener en cuenta. Podría ser que el ejército ruso vaya sintiendo como su voluntad de vencer decae ante la fortaleza moral de los ucranianos.

Parménides y Platón hablaron de filosofía y de guerra: "La guerra es el arte de destruir a los hombres, la política es el arte de engañarlos". Entre una y otra nos encontramos y así no hay quién sepa lo más elemental de esta guerra de invasión.

Lo primero que se enseña a un recluta es que debe analizar la situación antes de tomar una decisión en el combate. Para ello debe responderse a estos sencillos interrogantes: ¿A dónde? ¿Por dónde? ¿Cómo? ¿Cuándo? Si algún analista, estratego, político o militar sabe la respuesta a esta cruel guerra de invasión, sería bueno que nos informase. Esto acaba de empezar y no sabemos lo que nos queda por ver.

* Rafael Dávila Álvarez es General de División en la reserva y autor de 'La Guerra Civil en el Norte. El general Fidel Dávila, Franco y las campañas que decidieron el conflicto' (La Esfera)

En estas cosas de la guerra lo peor que podemos hacer es jugar a engañarnos. Sin duda, elevar la moral y la voluntad de vencer es una de las claves para la victoria. Engañar con mentiras piadosas es un error que en la guerra es inadmisible.

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