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Conde Duque John Elliott, el maestro de los hispanistas ingleses que desterró la leyenda negra
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Conde Duque John Elliott, el maestro de los hispanistas ingleses que desterró la leyenda negra

Ha fallecido a los 91 años el historiador imprescindible de la época moderna en España, que desde su cátedra en Cambridge creó una gran escuela de expertos en nuestra Historia

Foto: El historiador británico John H. Elliott. (EFE)
El historiador británico John H. Elliott. (EFE)

Conde Duque de Olivares, un valido inútil del rey Felipe IV, ejemplo de la corrupción y decadencia del imperio español. Si ustedes nacieron en los 70 o antes es así como estudiaron a Gaspar de Guzmán en el colegio, figura clave del reinado de los Austrias. Hasta que llegó Elliott y publicó 'Memoriales y cartas del conde Duque de Olivares' y 'Olivares y Richelieu', obras que reescribieron en parte la Historia de España al evaluar al valido como un hombre de estado con logros notables, a la altura del cardenal Richelieu, maltratado como un villano también por la pluma de Alejandro Dumas.

Hoy ha fallecido a los 91 años John H. Elliott, historiador imprescindible de la época moderna de España que, desde su cátedra en Cambridge creó una escuela de hispanistas que arrojaron luz sobre un periodo marcado por la Leyenda Negra, que él ayudó a desterrar.

Lo explica a El Confidencial Henry Kamen, también hispanista del mismo periodo: "Hay libros que cambian la orientación sobre la historia de un país. Elliott lo hizo con su obra sobre el Conde Duque de Olivares, pero porque va más allá también del mero estudio político de la historia de España, ya que se adentra también en la problemática social y aspectos que no estaban recogidos en la historiografía".

H. Kamen: "Hay libros que cambian la historia de un país. Elliott lo hizo con el Conde Duque de Olivares"

El legado de Elliott comienza en la universidad de Cambridge en donde logra obtener fondos para un estudio exhaustivo de ese periodo, contribuyendo de forma esencial a crear una escuela académica que profundiza en los pliegues de nuestra historia. Según Paul Preston que recibe de El Confidencial la noticia de su muerte con pesar, el legado de Elliott es inmenso:

"Nos hicimos grandes amigos cuando consiguió la cátedra más importante del país, ya había estado en EEUU, en Princeton, en donde forjó la idea de dotar de grandes medios al estudio de la historia de España, un gran proyecto que cristalizó primero en la investigación sobre la historia de Cataluña en la época imperial. Hay que tener en cuenta que la mayoría de los hispanistas que se conocen en España son de Contemporánea, pero Elliott fue un pionero y creó escuela, yo mantuve siempre correspondencia con él porque es uno de los grandes historiadores, de los que dejan huella, por su método y por haber fomentado con recursos públicos la investigación".

Leyenda Negra

Kamen incide en que Elliott profundizó en un periodo de la historia de España marcado en parte por la Leyenda Negra y también por el pesimismo del 98 con un método científico que proporcionó una valiosa crónica del pasado alejada de los clichés. "Investigó la cuestión de Cataluña y despejó muchos mitos que se venían arrastrando con anterioridad, no recuerdo ni un sólo libro de Elliott del Imperio Español a Olivares en el que mencione siquiera el invento de la leyenda negra". Destaca además el estudio de la política centralizadora que llevó a cabo el Conde Duque de Olivares y que mostró especialmente bien Elliott, una aportación muy relevante en la historia de España que adquirió relieve cuando comenzó la amenaza independentista del llamado procés. No tuvo dudas en criticar el congreso histórico 'España contra Cataluña', organizado por la Generalitat y dirigido por Josep Fontana.

Stanley G. Payne: "Elliott ha sido el más destacado de los hispanistas anglosajones"

Stanley G. Payne por su parte, explica también a El Confidencial que se trataba del "más célebre y destacado de los hispanistas anglosajones en el campo de la historia" y respecto al tema de Cataluña que "su estudio sobre la revuelta de los catalanes de 1640 demostró una gran maestría de los archivos y una gran capacidad analítica en el examen de la historia catalana y la crisis española del siglo XVII, pero lo que cimentó el status destacado de Elliott fue '1640: La Monarquía Hispánica en crisis', sobre la época clave del imperio y la mejor obra individual de síntesis e interpretación en un sólo tomo publicado en muchos años, una referencia absoluta en la historiografía en inglés y un hito máximo del ensayo histórico sobre España".

Historia comparada

Tuvo además una influencia importante más allá de sus propias investigaciones como secretario del departamento de Historia Moderna de Cambridge y ahondó en temas que siguen siendo objeto de intensos debates, como su obra de 2006 'Imperios del mundo atlántico: España y Gran Bretaña en América, 1492-1830', en donde revisaba el relato sobre la rivalidad de España y Gran Bretaña y la perspectiva de lo que fueron ambos imperios y su legado.

Payne, lo resume así: "Se dedicaba plenamente a la época moderna, pero no se limitaba a la España peninsular, sino que abarcaba la historia de España en Europa y, de un modo notable, a la de España en el hemisferio occidental. Su obra 'Empires of the Atlantic World: Britain and Spain in America, 1492-1830', es otro estudio clásico, sin duda la mejor historia comparada de los dos grandes imperios en América". Mucho antes de que se pusiera de moda la reivindicación del imperio español, Elliott sentó las bases de una historiografía moderna, alejada de mitos, de leyendas y de lugares comunes.

Conde Duque de Olivares, un valido inútil del rey Felipe IV, ejemplo de la corrupción y decadencia del imperio español. Si ustedes nacieron en los 70 o antes es así como estudiaron a Gaspar de Guzmán en el colegio, figura clave del reinado de los Austrias. Hasta que llegó Elliott y publicó 'Memoriales y cartas del conde Duque de Olivares' y 'Olivares y Richelieu', obras que reescribieron en parte la Historia de España al evaluar al valido como un hombre de estado con logros notables, a la altura del cardenal Richelieu, maltratado como un villano también por la pluma de Alejandro Dumas.

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