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Hasta los nazis vendieron armas a la desesperada II República al empezar la Guerra Civil
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Hasta los nazis vendieron armas a la desesperada II República al empezar la Guerra Civil

A diferencia de lo ocurrido en Ucrania, las democracias occidentales, con Francia y Gran Bretaña a la cabeza, se negaron a vender armas a España: pero Hitler y Mussolini se lo saltaron

Foto: Entrega de fusiles del sindicato CNT.
Entrega de fusiles del sindicato CNT.
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A principios de enero de 1937, medio año después de que hubiera estallado la guerra y ya con la Legión Cóndor y todo tipo de armas nazis en manos del bando del general Franco, Hermann Goering, ministro de Aviación del Tercer Reich autorizó el envío de armamento ofensivo -como se diría ahora- nada menos que a los agentes republicanos que trataban de conseguir material bélico por todo el mundo, tras el portazo de las democracias occidentales, Francia y Gran Bretaña, que habían promovido el Comité de No Intervención. Un intento de aprovisionarse como fuera para responder a los nacionales antes de echarse en manos de la URSS con el célebre oro de Moscú.

Como estos días Unidas Podemos respecto a la invasión rusa de Ucrania y su negativa al envío de armas con el Leit Motiv de 'No a la Guerra', la No Intervención proclamada en 1936 por Francia, pero instigada por Gran Bretaña, abocó a la II República Española -que siempre ha reivindicado esa izquierda como indefensa frente a los "fascistas" de Franco- a las más extrañas aventuras, incluyendo los negocios con nazis, contrabandistas y burladores del bloqueo de toda condición, muchos de ellos sin escrúpulos, que hicieron fortuna a costa de la guerra.

Sorprende la negativa de Unidas Podemos ante su propia versión de la Guerra Civil

Todo ello provocó que junto a la impericia de sus responsables para obtener armas en el mercado negro, unido a los múltiples corruptos del bando republicano que surgieron en la Comisión de Armas creada por Largo Caballero, una desigualdad armamentística que se ha considerado siempre desde la historiografía de izquierdas como la principal causa de la derrota republicana en la Guerra Civil. Sorprende, pues, esa negativa de Unidas Podemos ante su propia versión de la Guerra Civil que estalla ahora ante una situación, nada idéntica aunque tenga sus paralelismos.

Negociar con el Tercer Reich

Fueron los propios dirigentes republicanos los que se dirigieron a los nazis inicialmente para conseguir aviones, absolutamente necesarios en la guerra moderna ya en 1936. Les suena la canción porque ahora el presidente de Ucrania, Vlodomir Zelenski, ha pedido también desesperadamente fuerza aérea estos días para la defensa de Kiev ante la invasión rusa. Sólo Polonia pareció estar dispuesta a ofrecerles esta semana cazas y anti bombarderos, fórmula que se ha conseguido al final a través de EEUU.

Tuvo menos apoyo el ministro de Estado de la República Augusto Barcia, quien el 12 de agosto de 1936, menos de un mes después del fracasado golpe de Estado del 18 de julio, solicitó a Hans Sturm, representante alemán en España del Reichsverband der Deutschen Luftfahrtindustrie (Federación del Reich de las Industrias de Aviación). La República quería comprar cazas y bombarderos no demasiado pesados y bombas de aviación de cincuenta y cien kilos. Pagarían como quisieran los nazis, incluso en oro.

Las autoridades republicanas negociaron con los nazis tan sólo 15 días después del golpe

Así lo recoge en su la reciente obra editada por Crítica, 'Armas para la República. Contrabando y corrupción, julio de 1936-mayo de 1937' (Crítica), su autor Miguel Í. Campos con quien ha conversado El Confidencial. Según Campos, que cita a Ángel Viñas en el capítulo y sigue el estudio pormenorizado de los historiadores Heiberg y Velt, "no era tampoco tan extraño que los republicanos acudieran a Alemania -aunque ya fuera nazi- porque tradicionalmente había sido un proveedor de armas para España durante el siglo XX y se tenían lazos comerciales". Sin embargo, ese trato no llegó a buen puerto. Sturm accedió a llevar al teniente coronel Luis Riaño a Berlín en donde el ministro de Exteriores del Reich, Von Neurath "recomendó mantener el suspense a Riaño con la idea de que había un contrato en perspectiva, pues así se crearía confusión en Madrid y se ocultarían las verdaderas intenciones de los nazis".

placeholder Hermann Göring con Adolf Hitler.
Hermann Göring con Adolf Hitler.

Como recordatorio es importante señalar que en ese mismo momento, según Ricardo de la Cierva, Salas Larrázabal y otros, lo que sí estaban llegando eran cazas y bombarderos Junkers a Franco junto a la Legión Cóndor y según las mismas fuentes de la historiografía franquista, que hubo una gran cantidad de aviones que llegaron a la República nada menos que franceses. Es quizás uno de los aspectos más sobresalientes del magnifico libro de Campos que refuta con nuevos documentos el volumen de esos envíos de aviones franceses a las autoridades republicanas. Pero antes de profundizar en eso ¿Si Von Neurath estaba timando a los republicanos con intenciones aviesas cómo llegaron las armas nazis a los republicanos aprobadas por el mismo Göring?

Göring vio en el Tesoro republicano una jugosa fuente de divisas para su programa de rearme

Campos explica que aunque la petición oficial para adquirir armas al Tercer Reich fracasó, "Göring vio en el Tesoro republicano una jugosa fuente de divisas con la quedar un impulso a su programa de rearme. Valiéndose de comerciantes y traficantes de confianza, que hicieron de intermediarios con la República y Grecia, autorizó la venta de armamento a los republicanos. Les llegó a través de dos vías: 1) directamente en barcos enviados desde Alemania, y 2) indirectamente con armas fabricadas en Grecia con maquinaria, acero y técnicas alemanes".

Armas nazis

Entre enero y mayo se produjeron 18 envíos en los barcos griegos. De los cuales algunos acabaron en manos de los sublevados. Según la hipótesis de Howson habría sido Wilhem Canaris junto a Mario Roatta jefe de la inteligencia de la Italia fascista, quien habría urdido parte del plan con el objetivo de obtener oro y que realmente no perjudicara a los sublevados.

PREGUNTA. ¿Por qué tenían que recurrir entonces a tales aventuras los enviados de la República? La Francia de León Blum hizo gestiones para enviar apoyo...

RESPUESTA. En un primer momento. Como me has dicho. Francia si quiere ayudar a la República es un gobierno homónimo. Lógicamente hay matices importantes. Pero b ueno, eran un gobierno homónimo y el mundo y una parte importante de su misión decidieron dar el OK. Qué pasó? Como muestra en el libro, León Blum tuvo que ir a Londres para revisar unos acuerdos de tocarlo que habían sido vulnerados. Y allí le dijeron las autoridades prácticamente que si quería ayudar a la República enviando armas o facilitando que pudiera comprar armas, lo que implicaba un enfrentamiento con la Alemania nazi, Gran Bretaña no iba a intervenir, con lo cual siempre queda absolutamente solo y Francia tenía mucho miedo, un miedo a Alemania y a una revancha que se remontaba a 1870, esa de derrota traumática de Sedán entonces. Además al parecer todo apunta a que el propio embajador británico en París, por su cuenta y riesgo, convenció o hizo ver a Delbos la importancia que tenía quedarse fuera de la intervención española para garantizar la paz europea por lo menos durante el momento. Y Francia, lógicamente, por eso se ve en esas semanas cruciales hasta el día 8 de agosto , que bascula hasta esa No Intervención porque teme un enfrentamiento y quedarse solo ante Alemania”.

placeholder 'Armas para la República. Contrabando y corrupción, julio de 1936-mayo de 1937'.
'Armas para la República. Contrabando y corrupción, julio de 1936-mayo de 1937'.

Para Campos fue precisamente el apaciguamiento con la Alemania nazi el principal escollo para ayudar a la República, el detonante que forzó a la No intervención, sujeto en parte al complejo contexto internacional de entreguerras. No deja de ser revelador, sin embargo, en un momento que precisamente una parte de la izquierda, que deberían identificarse con el gobierno del Frente Popular, ha esgrimido ahora una suerte de apaciguamiento, "diplomacia de precisión" con Vladimir Putin como argumento para el 'no a la Guerra' y la negativa a enviar a armas a Ucrania... "Te refieres a Unidas Podemos" -contesta Campos- "que es una izquierda trasnochada y cautiva en un laberinto del imperialismo y de la OTAN que no tiene justificación ahora como tampoco lo tuvo el comité de No Intervención. A Ucrania hay que ayudarla con armas aunque sólo signifique una cuestión de tiempo ya que las operaciones militares la ganará Rusia".

La No Intervención

La otra gran cuestión de la No Intervención apenas abordada en el libro fue la batalla de la comunicación que tradicionalmente se ha identificado como uno de los grandes fallos de la II República. Campos desmiente que sea así, de hecho, considera que la mayor parte de las simpatías y de la comunidad internacional estaban claramente con la II República como demostró la gran cantidad de brigadistas internacionales -exactamente igual que está pasando ahora en Ucrania- que vinieron para dar su vida contra el fascismo.

Los desmanes de la República en la retaguardia provocó que Gran Bretaña tuviera sus preferencias

Sin embargo reconoce que la imagen revolucionaria y hasta sangrienta que dio la República fue determinante para que Gran Bretaña, desde antes incluso del 18 de julio de 1936 tuviera sus preferencias. "El caso británico es diferente por un lado el propio embajador británico en Madrid, Sir Henry Chilton un hombre bastante conservador, durante toda esa primavera trágica [ña de 1936, tras la victoria del Frente Popular] con todos esos acontecimientos terribles manda informes de que puede haber una vía revolucionaria, por otra parte la trama civil que cristalizará en el 18 de julio y que cuenta entre sus filas con destacados diplomáticos como el duque de Alba lanzan una campaña de desinformación potente sobre que el gobierno frentepopulista es del tipo Kerenski [el provisional de la revolución de octubre en Rusia] muy débil y que va a derivar en auténtico proceso revolucionario del terror como el de los bolcheviques y tampoco hay que olvidar, sinceramente, que todos los sucesos que se desencadenan a partir del 18 de julio en la zona republicana como señalas no hicieron si no acentuar esa percepción en el establishment británico. En cualquier caso ante la disyuntiva de una gobierno marxista o uno fascista los ingleses preferían siempre el primero, lo que resultaría clave para la No Intervención y el aislamiento de la República".

Contrabando y corrupción

Es cierto que todo ello supuso el bloqueo de armas desde vías accesibles y menos intrincadas que las del contrabando y el mercado negro, en donde la República se perdió como en una laberinto, sin contar con los múltiples casos de corrupción -supuestos según Campos, a pesar de que reconoce las grandes evidencias que existen- y que pueblan una gran parte del libro,. Uno de los efectos que tuvo en eses aspecto la No Intervención y la creación de la Comisión de Armas de Largo Caballero sin una vigilancia gubernamental clara, fue que los propios agentes republicanos, pujando en diferentes lugares y con los traficantes de armas no hicieran más que incrementar el precio, cuando no embolsarse copiosas comisiones como la de Ángel Galán y los 20 millones de pesetas que se llevó, que lastraron aún más la consecución de los objetivos.

No quedó más remedio que echarse en brazos de la Unión Soviética, el controvertido Oro de Moscú

Tal y como explica Campos en libro, la desunión de los republicanos, también en la gestión de la compra de armas, dio lugar a un descontrol durante le gobierno de Francisco Largo Caballero al que Indalecio Prieto consiguió poner freno a finales de 1937. Sin embargo, en conjunto era muy tarde y las operaciones en Checoslovaquia, Francia, Grecia, Bélgica et eran desastrosas.

El Oro de Moscú

Está, además, la clásica demanda de la historiografía franquista respecto a que Francia también burló el embargo de la No Intervención en los primeros meses enviando aviones y que Campos reclama haber desterrado para siempre:

"Hemos encontrado un documento en los archivos militares franceses que entierra, creemos de forma definitiva, el mito franquista de la ayuda francesa a la República respecto a los aviones enviados antes de agosto y las exageradas cifras que arrojaron hasta, por lo menos, finales de 1936. en agosto se enviaron catorce cazas y ocho bombarderos, en septiembre se enviaron otros cinco cazas y en octubre otros siete bombarderos y otro caza. En total, de acuerdo a la documentación oficial francesa, en los tres primeros meses se suministraron veinte cazas y quince bombarderos. En comparación con los envíos nazi-fascistas, una fruslería".

No quedó más remedio pues que echarse en brazos de la Unión Soviética, el controvertido Oro de Moscú, la famosa incautación de las reservas de oro y divisas del Banco de España que se depositó en el Banco Nacional Ruso como garantía para operar las compras de material. Comoras que los soviéticos, únicos suministradores de la República de forma oficial, sabedores de ello, hincharon con el cambio del oro, las comisiones por las operaciones, el de las divisas y hasta cicateramente, entregando material escaso y en ocasiones defectuoso. ¿Fue la razón de que la II República perdiera la guerra?. "Fue la razón necesaria, aunque no suficiente", responde Campos.

A principios de enero de 1937, medio año después de que hubiera estallado la guerra y ya con la Legión Cóndor y todo tipo de armas nazis en manos del bando del general Franco, Hermann Goering, ministro de Aviación del Tercer Reich autorizó el envío de armamento ofensivo -como se diría ahora- nada menos que a los agentes republicanos que trataban de conseguir material bélico por todo el mundo, tras el portazo de las democracias occidentales, Francia y Gran Bretaña, que habían promovido el Comité de No Intervención. Un intento de aprovisionarse como fuera para responder a los nacionales antes de echarse en manos de la URSS con el célebre oro de Moscú.