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Solos contra los tanques rusos: cócteles Molotov y guerra callejera en la semana húngara de 1956
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Solos contra los tanques rusos: cócteles Molotov y guerra callejera en la semana húngara de 1956

La revolución húngara contra la invasión de la URSS fue aplastada ante la inacción de la OTAN y, como Zelenski en Ucrania, su presidente, Imre Nagy, hizo un llamamiento desesperado a Occidente

Foto: Ciudadanos húngaros se suben a uno de los tanques rusos capturados
Ciudadanos húngaros se suben a uno de los tanques rusos capturados

"Hoy al amanecer, las fuerzas soviéticas comenzaron un ataque a nuestra capital, obviamente con el objetivo de derrocar al gobierno húngaro legal y democrático. Nuestras tropas están luchando. El gobierno está en su lugar. Estoy dando a conocer este hecho a nuestro pueblo y al mundo entero". A las 5:20 de la madrugada del 4 de noviembre de 1956, Imre Nagy, presidente de Hungría se dirigía al mundo desde las ondas de Radio Libre Kossuth en Budapest para alertar al mundo de la invasión soviética.

Ahora ha sido Vorodimir Zelenski, presidente de Ucrania, quien en repetidas ocasiones desde que las tropas rusas de Vladimir Putin invadieran Ucrania en la madrugada del pasado miércoles, ha pedido la ayuda militar internacional y la intervención de la OTAN ante la agresión rusa. Entonces, ni la OTAN ni el resto de occidente movió un dedo para ayudar a los húngaros que se rebelaron contra la ocupación soviética y que fueron aplastados.

Estos días tampoco ha llegado todavía ningún contingente militar, pero sí armamento, sanciones económicas contra el agresor y una condena unánime de la invasión. El mundo está en vilo, como lo estuvo en 1956 ante la primera revuelta contra la firme bota rusa ¿No intervino la OTAN en 1956 por la amenaza nuclear igual que se ha esgrimido ahora?

"Estamos decididos a resistir pero no hay duda de que será derrotado si no recibe ayuda"

Tan sólo veinte minutos después del mensaje radiado de Imre Nagy, la legación estadounidense en Budapest era un hervidero. Informaban constantemente a Washington de los primeros disparos y detonaciones dentro del mismo casco urbano, acentuando que ni siquiera sonaban a artillería sino a carros de combate. Como en Kiev hace unos días, la situación había cogido desprevenidos a todos y la guerra había llegado a las calles.

Subyugación y opresión

En ese preciso momento, las 05:20 del 4 de noviembre enviaban un mensaje interno diplomático trasladado a la legación de EEUU por un miembro del gabinete de Imre Nagy, Istvan Bibo: "Aunque el pueblo húngaro está decidido a resistir con desesperación el ataque contra él, no hay duda de que en esta lucha desigual será derrotado si no recibe ayuda. La subyugación de Hungría, sin embargo, no sólo significaría la renovación de la opresión en este país, sino que también detendría la tendencia de liberación que han comenzado con tanta esperanza en los demás países de Europa del Este; también llevaría a la bancarrota a la política de liberación estadounidense de diez años que se persiguió con tanta firmeza y sabiduría". -Archivo Nacional de EEUU, 'Transcript of a Teletype Conversation Between the Legation in Hungary and the Department of State, November 3–4, 1956-.

placeholder La cabeza de Stalin de una estatua derruida en las calles de Budapest.
La cabeza de Stalin de una estatua derruida en las calles de Budapest.

Imre Nagy se aferraba como a un clavo ardiendo a una posible respuesta de los EEUU, de la OTAN, para decidir la suerte de su país frente a la agresión rusa: sin ayuda caerían pronto ante la maquinaria de guerra soviética. Apelaron incluso a la propia política exterior estadounidense: "Este es el momento histórico al que tanto el presidente Eisenhower como el secretario [de] Estado Dulles se refirieron en discursos anteriores cuando dijeron que solo arriesgándose a una guerra mundial se puede encontrar una forma segura de evitar el estallido de una nueva guerra mundial".

La decisión de Hungría de salir del Pacto de Varsovia dinamitó la brutal invasión

La Revolución Húngara de 1956 significó la primera respuesta popular en las calles contra el dominio soviético de los países que como Hungría formaban parte del Pacto de Varsovia. Después serían Checoslovaquia en 1968 y Polonia entre 1980 y 1981, aunque en los dos últimos fueran revueltas pacíficas, a diferencia de lo ocurrido en Budapest entre el 23 de octubre y el 7 de noviembre de 1956 donde se luchó en las calles.

Guerra callejera

Entonces, una decisión del presidente Imre Nagy, salir del Pacto de Varsovia, similar a la de Ucrania ahora de entrar en la OTAN, dinamitó una represión brutal por parte de las fuerzas soviéticas contra los reformistas húngaros. Durante algo más de una semana esperaron desesperadamente la ayuda de occidente mientras luchaban en las calles como podían armados con cócteles molotov contra los tanques rusos, exactamente igual a como ha pedido ahora Zelenski en Kiev. ¿Cómo había empezado todo?

placeholder Tanques rusos destrozados por los rebeldes húngaros.
Tanques rusos destrozados por los rebeldes húngaros.

Hungría, ocupado en 1945 por el Ejército Rojo tras el terrible sitio de Budapest en enero de ese año, quedó como el resto de países ocupados por la URSS dentro de su esfera política, con gobiernos comunistas títeres y la adhesión al pacto de Varsovia. Sin embargo, su población rechazaba especialmente a los eslavos y llevaba una tradición de medio siglo anticomunista, de hecho participó en la II Guerra Mundial como aliado de la Alemania nazi. A pesar de que se impuso un régimen de tipo comunista, la presión popular para las reformas anti estalinistas, a la muerte del dictador de la URSS fueron muy potentes y alcanzaron a los propios socialistas y comunistas húngaros.

Una manifestación en Budapest exigiendo reformas derivó en una clara revuelta popular

El 26 de octubre de 1956, una manifestación enfrente de la sede del parlamento de Budapest exigiendo medidas derivó en una clara revuelta popular que comenzó a contar entre sus filas incluso con algunos de los dirigentes comunistas destacados com Imre Nagy. La evidente rebelión nacionalista húngara en contra de la URSS se tornó en una clara revuelta en la que se tomaron edificios públicos sin que las autoridades húngaras pudieran reprimirla.

Gobierno sin comunistas

En ese momento, el propio Nagy, erigido como nuevo primer ministro, anunció entre algunas de las medidas para la reforma, la salida del Pacto de Varsovia y la conformación de un gobierno de concentración nacional en el que por primera vez desde 1945 entrarían no comunistas. Era una toda una declaración de principios para salirse de la esfera de influencia soviética directamente, la gota que colmó la paciencia de Moscú. Kruschev decidió entonces invadir el país y aplastar a sangre y fuego la rebelión enviando a los temidos tanques.

En es momento se había desatado la crisis del Canal de Suez entre Francia, Gran Bretaña y Egipto

Mientras, la OTAN reaccionó con mucha tibieza: no querían romper el equilibrio de la Guerra Fría y por supuesto, menos aún dinamitar una crisis bélica con la URSS debido al arsenal nuclear, exactamente igual a lo que ocurre ahora con Rusia. Además, en ese mismo momento se había desatado la crisis del Canal de Suez entre Francia, Gran Bretaña y Egipto y la situación internacional era sumamente inestable. En ese contexto, apenas se articuló una respuesta que consistió en pedir a la URSS que retirase de inmediato sus tropas de Hungría garantizando su libre determinación a cambio del compromiso de que la OTAN no consideraría aliado al país, ni haría nada por integrarlo dentro de sus esfera -'NATO and the Hungarian Revolution and Freedom Fight of 1956'-.

placeholder Imre Nagy anuncia la salida de Hungría del Pacto de Varsovia en 1956.
Imre Nagy anuncia la salida de Hungría del Pacto de Varsovia en 1956.

En la ONU, el país más agresivo a favor de la intervención en socorro de los rebeldes húngaros fue la España de Franco. No existía legación española en el país desde que el héroe Ángel Sanz Briz tuviera que abandonarla en noviembre de 1945, precisamente cuando se cernía el cerco soviético sobre Budapest y después de haber salvado a unos 2.500 judíos de la barbarie de los nazis y los nazis húngaros. España que había entrado hace poco en la ONU exhibía su músculo anticomunista y pedió en la asamblea y a EEUU la intervención ofreciendo incluso aportación militar.

El abandono de EEUU

Pero EEUU no sólo no estaba dispuesto a una intervención, sino que ni siquiera se fiaba de la revuelta y Foster Dulles declaró que "no consideraba aliado al país”, por lo que las esperanzas de una posible intervención se desvanecieron. En esas circunstancias los rusos ofrecieron una negociación similar a la que ha accedido ahora Zelenski que entonces tuvo el peor resultado posible: la delegación que envió Imre Nagy fue detenida nada más llegar:

"El equipo negociador húngaro, que incluía al recién designado Ministro de Defensa y exjefe de las fuerzas revolucionarias, General Pál Meléter; el Jefe del Estado Mayor General, General István Kovács; y el coronel Miklós Szücs, fue arrestado repentinamente a medianoche por el general Serov mientras participaba en conversaciones en el cuartel general militar soviético en Tököl" -Mensaje de la Legación de EEUU en Budapest al Departamento de Estado, Archivos Nacionales de EEUU-.

Entonces el equipo negociador húngaro fue arrestado por los soviéticos nada más llegar

Así mientras las tropas rusas por tierra y aire aplastaban la represión y hacían prisioneros a los propios miembros del gobierno provisional húngaro, la OTAN seguía sin articular ninguna otra respuesta apelando únicamente a que la URSS respetara las decisiones del pueblo húngaro. Al mismo tiempo los soviéticos contraatacaban diplomáticamente a EEUU y la OTAN exigiendo la inmediata retirada de las tropas de Gran Bretaña y Francia del Canal de Suez que agredían a Egipto según un mensaje del Mariscal Zhukov: "La Unión Soviética exige a las Naciones Unidas una resolución para detener la agresión armada de Gran Bretaña, Francia e Israel contra Egipto y la de garantizar su apoyo al pueblo árabe en defensa de su libertad e idependencia".

Devolvían la pelota mientras hacían oídos sordos a la resolución de la ONU exigiendo la retirada de las tropas soviéticas de Budapest. Sin ayuda, los rebeldes húngaros que lucharon calle por calle y usando los cócteles molotov para destrozar a los tanques rusos acabaron siendo aplastado. Imre Nagy el que acabara siendo líder de la revuelta fue detenido, encarcelado, torturado durante dos años, hasta 1958 y ejecutado. Su cadáver no sería enterrado con honores de estado en Budapest hasta 1989 cuando cayó el muro. El equilibrio de la Guerra Fría se mantuvo y el ejemplo de la insurgencia húngara contra la URSS fue barrido.

* JULIO MARTÍN ALARCÓN es autor de 'El Ángel de Budapest. La lista de Sanz Briz, el Oskar Schidler español' (Ediciones B), sobre el Holocasuto en Hungría.

"Hoy al amanecer, las fuerzas soviéticas comenzaron un ataque a nuestra capital, obviamente con el objetivo de derrocar al gobierno húngaro legal y democrático. Nuestras tropas están luchando. El gobierno está en su lugar. Estoy dando a conocer este hecho a nuestro pueblo y al mundo entero". A las 5:20 de la madrugada del 4 de noviembre de 1956, Imre Nagy, presidente de Hungría se dirigía al mundo desde las ondas de Radio Libre Kossuth en Budapest para alertar al mundo de la invasión soviética.

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