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NFT, pasaporte covid y un aniversario: ARCO 2022 busca la recuperación económica
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NFT, pasaporte covid y un aniversario: ARCO 2022 busca la recuperación económica

La gran feria de arte contemporáneo celebra su 40 cumpleaños con el objetivo de recuperar la caída de más del 40% de las ventas en estos eventos por la pandemia

Foto: La directora de ARCO, Maribel López. (EFE/Zipi)
La directora de ARCO, Maribel López. (EFE/Zipi)

ARCO quiere volver a ser la feria que era antes de la pandemia. Aquella que se celebró muy pocos días antes de que el país cerrara completamente y que contaba en su haber con más de 200 galerías, más de 100.000 visitantes y todo a lo grande. No con la que se salvaron los muebles el pasado julio y que contó con apenas 130 galerías. Para la edición que comienza este miércoles y durará hasta el domingo en los pabellones 7 y 9 de Ifema en Madrid habrá 185 galerías de 30 países y se espera que los visitantes bordeen los de 2020. “Sí, podemos decir que vuelve la feria que conocimos”, confirma a este periódico su directora Maribel López. Eso sí, habrá algunos restos del pasado más reciente: exigencia de pasaporte covid (o un test PCR o antígenos negativo), mascarilla obligatoria y los pasillos algo más amplios y stands distanciados. El mundo es difícil que vuelva a ser exactamente el mismo.

Pero si en algo se quiere regresar a hace dos años es en la cuestión económica. No se esconde que estos dos años han sido muy duros para las galerías de arte contemporáneo. Ahí están las cifras del informe ‘El mercado español del arte en 2021’, en el que participan CaixaBank y ARCO y que señala que “en términos generales de déficit económico percibido al final del año 2020, el 80,2% de las galerías del consorcio declaraba haber registrado pérdidas respecto a 2019, el 13,95% mantenía un balance similar y solo el 1,16% había registrado ganancias”.

A finales de 2020, el 80,2% de las galerías del consorcio declaraba haber registrado pérdidas respecto a 2019

Con respecto al cerrojazo de la pandemia, el informe del Consorcio de Galerías de Arte Contemporáneo también indicaba que “el 46,6% de galerías tuvieron que reducir su plantilla mediante un ERTE, el 69,7% buscaron estrategias nuevas de comercialización de la obra de arte a través de canales digitales, el 46,5% incrementaron el uso de nuevas tecnologías durante la pandemia, con éxito de ventas o aumento de clientes para el 48,8% de ellas, y el 67,4% vio cancelarse ventas previamente establecidas, sobre todo aquellas generadas durante ARCO y otras ferias”. Las ventas en las ferias de arte contemporáneo han caído en torno al 40%. En definitiva, el zarpazo del covid ha sido notorio.

placeholder Última jornada de la edición de ARCO 2021, celebrada en julio. (EFE)
Última jornada de la edición de ARCO 2021, celebrada en julio. (EFE)

“Han sido dos años muy complicados para las galerías, que han hecho un esfuerzo titánico”, asume López, quien, por otra parte, también cree que este tiempo de lapso material y mental ha servido para la reflexión y avanzar por caminos que hasta la fecha no se tenían demasiado transitados: “Las galerías se han reinventado mucho a nivel digital. Al no poder hacer ferias, lo digital ha sido una posibilidad, se han acercado a sus coleccionistas locales, a los de largo tiempo, y también se ha ahorrado”. Ahora bien, por mucho que se ahonde en otros terrenos lo que se espera es que las cuentas aumenten. “Sí esperamos que los resultados vayan lo mejor posible. Por eso les hemos ofrecido un descuento a las galerías”, ataja.

Los NFT se asoman a ARCO

Estos dos años también han dado lugar a la aparición de los NFT ('non fungibles tokens') con una comercialización mucho más popular. Tanto que el año pasado ya movieron 3.500 millones de dólares a nivel mundial, según el 'Online Art Trade Report 2021', que elabora la empresa aseguradora Hiscox. Y hay empresas como OpenSea, la gran dominadora de este mercado de arte digital, fundada en 2017 y valorada ya en 13.300 millones de dólares.

Efectivamente, los datos de los NFT son mareantes. También la percepción que se tiene de ellos, que van desde la nueva coca-cola del arte a la especulación y la gran estafa piramidal que acabará estallando en el rostro de muchos. De momento, ya sabemos que también se roban, como le ocurrió este domingo a OpenSea mediante el método del 'phishing'. Dice la empresa que perdieron 1,7 millones de dólares. Por otro lado, no es la primera vez que esta empresa se enfrenta a situaciones un tanto extrañas.

placeholder El NFT 'Tree Hass', de Solimán López, se vendió el año pasado por 14.500 euros.
El NFT 'Tree Hass', de Solimán López, se vendió el año pasado por 14.500 euros.

Este año habrá NFT a la venta en ARCO. Si bien en 2021 se vendió un NFT de Solimán López, por 14.500 euros—, esta vez el experimento se amplía y concretamente son cuatro galerías las que han decidido apostar por ellos. “Desde ARCO, lo que hacemos es abrazar los proyectos de las galerías. Cuatro lo han presentado, pero esos artistas se presentaron a un comité que lo ha aprobado”, manifiesta López que insiste en que a esta feria “le interesa mucho la experimentación en el mundo de arte, ARCO es un contenedor del mundo”.

La directora de ARCO: "Yo no lo llamaría arte, sino protocolo. Ahora mismo es una tecnología y nos estamos precipitando en juzgarlo"

Ahora bien, para la directora de la feria internacional de arte contemporáneo señalar que los NFT son una pieza estrictamente artística todavía es algo prematuro. “Yo no lo llamaría arte, sino protocolo. Ahora mismo es una tecnología y nos estamos precipitando en juzgarlo. Yo no puedo juzgarlo como arte. Sirve para explicar la unicidad de una creación, pero creo que nos estamos precipitando en aceptarlo o rechazarlo. Se tiene que experimentar y a mí no me interesa esa prisa. Y no habrá una sección todavía en ARCO porque no es arte”, sostiene. Preguntada sobre si será un mercado que crecerá en 2023 no se atreve a confirmarlo. Ella prefiere seguir alentando a que se compre arte contemporáneo, “pero desde un lugar que no es el de estar de moda”.

Las polémicas, en recesión

Otro aspecto que ha cambiado estos años es que las grandes controversias, como aquel Franco en una nevera, de Eugenio Merino, o los ‘Presos políticos’, de Santiago Sierra, están en recesión. Apenas hay ya obras que levanten mucha polvareda mediática. Para la directora esto se debe a que, en definitiva, no sale a cuenta. “Cuando se produce una polémica, para las galerías esa experiencia no suele ser tan satisfactoria. Lo que hace falta para que una feria funcione es que se detenga la gente y cuando algo es tan rápido se puede perder esta atención y se crea una distorsión”, asegura quien tuvo que lidiar con algunos de estos momentos críticos. “Las galerías se han dado cuenta de que en ARCO queremos hablar de todo, pero nos gusta hablar de 2000 artistas y no queremos que esta atención se disperse”, añade.

placeholder La famosa obra 'Presos políticos en la España contemporánea', de Santiago Sierra, que fue retirada de la feria internacional de arte ARCO en 2018. (EFE)
La famosa obra 'Presos políticos en la España contemporánea', de Santiago Sierra, que fue retirada de la feria internacional de arte ARCO en 2018. (EFE)

Por eso es muy probable, dice, que este año no haya mucho sobre los conflictos bélicos que nos atenazan. Tampoco sobre la pandemia. “El arte no es tan literal en su respuesta al presente. Podría ocurrir, pero si en julio no lo vimos fue porque la pandemia ofreció tiempo y cuando no se crea con prisa no se replica. No creo que veamos una cosa tan literal”, sostiene.

40 años de la idea de Juana de Aizpuru

Lo que sí se va a poder ver es cómo ha cambiado esta feria en 40 años con la celebración de un aniversario que debería haber tenido lugar el año pasado y que se pospuso por la pandemia. La primera edición de esta idea que la galerista Juana de Aizpuru tuvo hacia 1979 fue en 1982. Contaba con 35 galerías; hoy casi llega a las 200.

placeholder La galerista Juana de Aizpuru. (EFE)
La galerista Juana de Aizpuru. (EFE)

“Lo que más ha cambiado es que el arte contemporáneo ha explotado. Cuando empezó era un pequeño proyecto, muy nacional y con muchos esfuerzos. Pero entonces ya se sentaron las bases de la feria nacional internacional que es hoy”, comenta López.

Es probable, no obstante, que todavía muchas obras e instalaciones de ARCO sigan resultando llamativas. ¿Eso no parece un radiador? ¿Es arte un animal disecado? La directora lo asume, pero, por eso, revela cómo hay que acercarse a esta feria. “Hay que venir a ARCO sin complejo y sin vergüenza. Y si algo no se entiende se pregunta, porque cada artista y cada galería estarán muy contentos de explicarlo”, zanja.

ARCO quiere volver a ser la feria que era antes de la pandemia. Aquella que se celebró muy pocos días antes de que el país cerrara completamente y que contaba en su haber con más de 200 galerías, más de 100.000 visitantes y todo a lo grande. No con la que se salvaron los muebles el pasado julio y que contó con apenas 130 galerías. Para la edición que comienza este miércoles y durará hasta el domingo en los pabellones 7 y 9 de Ifema en Madrid habrá 185 galerías de 30 países y se espera que los visitantes bordeen los de 2020. “Sí, podemos decir que vuelve la feria que conocimos”, confirma a este periódico su directora Maribel López. Eso sí, habrá algunos restos del pasado más reciente: exigencia de pasaporte covid (o un test PCR o antígenos negativo), mascarilla obligatoria y los pasillos algo más amplios y stands distanciados. El mundo es difícil que vuelva a ser exactamente el mismo.

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