Pietro Aretino, el poderoso escritor renacentista que alabó a santos y a prostitutas

En 1525, Pietro Aretino tuvo que huir de Roma. Fue el año en el que un sicario lo apuñaló en una esquina de la ciudad, por orden de uno de los muchos enemigos que se había labrado con sus escritos. Apenas recuperado de sus heridas, este escritor, crítico de arte, pornógrafo, amigo de papas y reyes, escapó de la ciudad. Quien ordenó el apuñalamiento del explosivo Aretino fue el clérigo Gian Matteo Giberti, que había quedado escandalizado tras la publicación de una de sus obras más célebres, por las que hoy se le recuerda como uno de las figuras más controvertidas y ambivalentes del Renacimiento italiano: los 'Sonetos lujuriosos'.

Ambivalente, porque en la Europa del siglo XVI sus escritos religiosos alcanzaron tanta fama como su producción erótico-pornográfica, la que le llevó a sufrir el intento de asesinato y a ganarse la etiqueta de "maestro del amor occidental". Así lo califica Guillaume Appolinaire en 'Los diablos enamorados' (El Paseo, 2022), una edición que traduce por primera vez varios de sus prólogos a las obras más importantes de la literatura erótica de todos los tiempos. Según relata Appolinaire en su introducción, los 'Sonetos lujuriosos' de Aretino se publicaron ese mismo año en Roma, basados en una serie de cuadros de Giulio Romano. Aquel pintor era el principal discípulo de Rafael. "Harto de pintar varones santos y emblemas de la Casa de Médicis, batallas o virtudes cristianas, comenzó una serie que representaba a parejas haciendo el amor en dieciséis posturas", relata Luis Antonio de Villena en el prólogo de los 'Sonetos' publicado por Visor. Aquí, los primeros versos de la obra de Aretino: "Jodamos, alma mía, jodamos enseguida / pues todos para joder hemos nacido; / que la polla te gusta y amo el chocho / y el mundo sin eso ni una figa valdría".

Pietro Aretino quedó impresionado cuando vio las imágenes de esta especie de 'kamasutra' renacentista. Entonces, vivía una de las épocas más desenfrenadas de su vida bajo la protección del papa Clemente VII. A través de su influencia, este escritor fabricó una red de cortesanas, amantes, artistas y nobles, siendo admirado por unos, temido y odiado por otros. Hasta tal punto era ácida su pluma, que él mismo se proclamó "Azote de Príncipes". Aretino decidió escribir un soneto por cada una de las escenas eróticas de Romano, ilustrados por un grabado de su amigo Marcantonio Raimondi. Fue entonces cuando los versos explícitos de Aretino y las imágenes sexuales enfurecieron al clérigo Giberti, su enemigo acérrimo, que ordenó la destrucción de las pinturas, los grabados y la encarcelación de su autor. Aretino logró la liberación de Raimondi por mediación del Papa, pero sufrió a cambio un apuñalamiento que lo obligó a huir de la Ciudad Eterna, como también lo hicieron el pintor y el grabador.

En aquel momento, Aretino tenía 33 años. Pero, ¿quién era este escritor, que Appolinaire ensalzó como "el hombre más libre del mundo"? "Este Jano bifronte ha desconcertado a la mayoría de sus biógrafos y comentaristas", aseguraba el vanguardista francés, experto en literatura erótica, en sus textos de 'Los diablos enamorados'. Pietro Aretino nació en 1492, en Arezzo. Al poco tiempo, marchó a Peruggia para estudiar pintura. "Fue precoz, leía todo lo que caía en sus manos, devorando sobre todo y con pasión novelas de caballería", contaba Appolinaire.

Con 25 años, Aretino se mudó a Roma, una de las ciudades más libertinas y apasionantes del momento, donde pronto se dio a conocer por las sátiras y los ataques virulentos -aunque anónimos- contra la elección del cardenal Adriano Dedal como Pontífice. Trabajó para el papa León X y el cardenal Giulio de Médici, quien después se convertiría en el papa Clemente VII. Y en su corte, donde Aretino contaba con una influencia sostenida a base de intereses e intrigas, este escritor terminó huyendo de Roma tras el escándalo causado por sus sonetos eróticos.

Cuando regresó de su exilio, en 1527, asistió al saco de Roma por parte de las tropas alemanas y españolas. Tras la muerte del papa Clemente VII y viéndose sin protección donde había prendido varios fuegos de enemistad, Aretino escapó de nuevo del incendio. Se estableció en la República de Venecia, en 1527, y es entonces cuando comenzó a sacar rédito de las alianzas que había cultivado en Roma. Fijó su residencia en un palacete junto al Canal Grande de Venecia, y allí se entregó a las imágenes que hacen de este escritor una de las figuras más contradictorias de su siglo.

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Tan solo en el transcurso de una década (1530-1540), Pietro Aretino publicó 'Los siete salmos penitenciales de David', 'La humanidad de Cristo', y hagiografías como 'La vida de la Virgen María', 'La vida de santa Caterina' o la del santo Tomás de Aquino. Pero también publicó 'Il Ragionamiento della Nanna e della Antonia', un diálogo ficticio sobre las actividades de las prostitutas de la época. O el similar 'Dialogo nel quale la Nanna insegna a la Pippa', de contenido erótico explícito, que pasó a formar parte del Índice de libros prohibidos por la Santa Inquisición tras la muerte del escritor.

Del 'Ragionamiento', dijo Appolinaire que "no se espere encontrar en ellos una rehabilitación de la cortesana, sino más bien su exaltación. Las putas son presentadas aquí como piezas de cuidado, instintivas, caprichosas, sin escrúpulos, supersticiosas y no obstante encantadoras, incluso con sífilis y en la miseria final. En suma, Aretino, como siempre hizo, las alaba más que culparlas, y se divierte muchísimo a su lado. Las muestra tal y como las conoció: ignorantes y pedantes a la vez".

Según Appolinaire, Aretino vivía en Venecia "pasando una y otra vez del partido de Francisco I al de Carlos V, respetado por el rey y por el emperador. [...] Se le teme, se le adula, tiene numerosos enemigos de los que se siente protegido y sus amigos son aún más numerosos". En su palacio, el escritor daba grandes fiestas a las que invitaba tanto a nobles, artistas, como al pueblo. Allí conoció a Tiziano, que se convirtió en su amigo. E incluso llegó a relacionarse con Miguel Ángel, que llegó a escribir sobre él: "El rey y el emperador encontraban gran placer en ser nombrados por la pluma de Aretino".

"El rey y el emperador encontraban gran placer en ser nombrados por la pluma de Aretino"

Se dio a sí mismo los sobrenombres de "el Divino", "el Verídico" o el "Azote de Príncipes", consciente de su poder. Pietro Aretino murió en 1556. La maliciosa leyenda cuenta, según recoge Luis Alberto de Cuenca en otro prólogo a los 'Sonetos', en un ataque de risa "por las hazañas prostibularias de sus hermanas". Appolinaire recoge en 'Los demonios enamorados' el testimonio del sacerdote que dio sepultura al polémico escritor: "Afirma que el Divino murió de muerte súbita al caerse de una silla, y que el Jueves Santo antes de terminar sus últimos días, se confesó y comulgó llorando sin parar".

Además de sus textos erótico-pornográficos y los religiosos, Pietro Aretino dejó una obra importante. Escribió cinco comedias en prosa, al gusto de la época y de la tradición popular italiana, con obras de enredo y "detalles cómicos de primer orden", según Appolinaire. Su gusto por la pintura, además de rodearlo de los artistas más relevantes del Renacimiento italiano, lo impulsó a escribir varios textos sobre historia del arte. El escritor francés aventura, incluso, que su comedia 'L'ipocrita' sería un prototipo del 'Tartufo' de Molière. La tragedia 'Orazia', según este mismo texto, "es la tragedia italiana más importante del siglo XVI (y quizá de todo el teatro italiano)". Appolinaire defendió entonces que las herencias literarias de Aretino no se reconocieron por el desprecio que cayó sobre su nombre con los años.

Antes de huir de Roma tras el escándalo de sus 'Sonetos lujuriosos', Pietro Aretino confesó en su correspondencia el sentido de los poemas: "Su mensaje indecente (el de los sonetos) lo dedico a todos los hipócritas, porque ya estoy harto de su vil censura o de esa villana costumbre de cerrar los ojos ante lo que se complacerían en ver. ¿Qué daño puede haber en contemplar un hombre poseyendo a una mujer? ¿O hay animales con más libertad que nosotros?".