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Las majas de Goya lucen en una nueva sala junto a una Venus desnuda de Tiziano
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Las majas de Goya lucen en una nueva sala junto a una Venus desnuda de Tiziano

El Museo del Prado reestructura las salas dedicadas al pintor aragonés con dos nuevos bocetos religiosos y una novedosa contextualización de las famosas majas

Foto: La nueva disposición de las majas junto a la Venus de Tiziano. (Museo del Prado)
La nueva disposición de las majas junto a la Venus de Tiziano. (Museo del Prado)

Las majas de Goya han encontrado un nuevo lugar en el Museo del Prado. En realidad, no muy lejos de donde estaban. Los responsables de la pinacoteca han tirado uno de los muros de las salas en las que se muestran los lienzos de tema sagrado y los retratos del pintor aragonés para que tanto la vestida como la desnuda luzcan aún más esplendorosas. Junto a ellas, además, se ha colocado la ‘Venus recreándose en el Amor y en la Música’, de Tiziano, del siglo XVI. Ahora son tres mujeres, dos de ellas desnudas, las que reciben al visitante “con una sonrisa seductora”, según describe el propio museo.

“Estos cuadros son dos de los más icónicos del Prado. Antes de la pandemia, teníamos tres millones de visitantes. No todos ven todo el museo, pero estos sí son cuadros que ve todo el mundo. Por eso, decidimos tirar ese muro para que se puedan ver mejor y de una forma más contextualizada”, afirmaba esta mañana en rueda de prensa el director de la pinacoteca, Miguel Falomir. La idea de sumar la Venus de Tiziano, pintada en 1555, se debe a “hacer un guiño a Goya y a ese arte con la Venus tumbada”, añadió Falomir. La nueva sala, por otra parte, es más luminosa, puesto que se ha cambiado el color gris de las paredes por otro más cálido y se han abierto los postigos de las ventanas. “Queremos iniciar las intervenciones para abrir el museo al entorno urbano circundante”, ha resaltado el director. El museo, por otra parte, recalca en la cartela de esta Venus que, “si para algunos estudiosos son simples escenas eróticas, otros las consideran alegorías de los sentidos desde un punto de vista neoplatónico”.

"No todos ven todo el museo, pero estos sí son cuadros que ve todo el mundo. Por eso, decidimos tirar ese muro para que se puedan ver mejor"

En el siglo XVI hubo un subgénero pictórico que surgió en Venecia basado en el desnudo femenino recostado que se hizo muy popular y acabó en numerosos gabinetes de reyes. De él formaron parte las famosas ‘Poesías’ de Tiziano. Las majas, que se pintaron hacia 1800 y 1813, suponen, no obstante, una mirada mucho más moderna por parte del pintor, ya que están despojadas de cualquier elemento mitológico y miran directamente al espectador. Y le sonríen. Y, por supuesto, también eran codiciadas. De hecho, estuvieron en el gabinete interior de Manuel Godoy, el favorito de Carlos IV, junto a la 'Venus del Espejo', de Velázquez, antes de que fueran secuestradas por la Inquisición y el propio Goya tuviera que ir a declarar por ellas. No fueron expuestas al público hasta 1900 y no ingresaron al Prado hasta un año más tarde.

placeholder El director del Prado, Miguel Falomir, delante de las majas de Goya. (EFE)
El director del Prado, Miguel Falomir, delante de las majas de Goya. (EFE)

Bocetos religiosos

A esta nueva disposición de las majas se suman dos nuevos bocetos goyescos procedentes de la Fundación Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno. Se trata de los ensayos que el pintor hizo en 1781 para la competición por la obra ‘La predicación de San Bernardino de Siena’, que iba a estar en el altar de la iglesia San Francisco el Grande de Madrid. Aquella fue la mayor competición pictórica del siglo XVIII. Estos dos bocetos se exponen ahora en la sala dedicada a la pintura religiosa junto a 'El Cristo crucificado', el cuadro que le valió a Goya el ingreso en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Y apenas se han visto. Uno se expuso Madrid solamente en 1900 y el otro nunca. Los dos han sido restaurados por los profesionales del Prado y sirven para estudiar el proceso creativo del aragonés. También hay un tercer boceto, realizado por Goya u otro pintor, en el que casi se ve ya la obra definitiva que acabó en San Francisco el Grande.

placeholder Los bocetos que Goya hizo para la competición de San Francisco el Grande. (EFE)
Los bocetos que Goya hizo para la competición de San Francisco el Grande. (EFE)

En el resto de salas se mantienen los retratos que hizo a partir de la década de 1870, cuando se convirtió en el mejor retratista de su época. Por sus pinceles pasaron desde los reyes Carlos IV y María Luisa de Parma a la duquesa de Alba, la condesa de Chinchón, el general Ricardos o el político ilustrado Jovellanos. Y, si se camina por este pasillo, se culmina en la nueva sala de las majas, que miran de frente, sonrientes y sin pudor.

Las majas de Goya han encontrado un nuevo lugar en el Museo del Prado. En realidad, no muy lejos de donde estaban. Los responsables de la pinacoteca han tirado uno de los muros de las salas en las que se muestran los lienzos de tema sagrado y los retratos del pintor aragonés para que tanto la vestida como la desnuda luzcan aún más esplendorosas. Junto a ellas, además, se ha colocado la ‘Venus recreándose en el Amor y en la Música’, de Tiziano, del siglo XVI. Ahora son tres mujeres, dos de ellas desnudas, las que reciben al visitante “con una sonrisa seductora”, según describe el propio museo.

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