Chamberí convertido en Manhattan y un señor del PSOE

Si Chamberí fuera Manhattan, a Jaime de los Santos le llamarían 'socialité'. Porque solo un hombre con agenda que presenta su primera novela es capaz de concentrar tantas negritas. Negritas de centro moderado y un poco más hacia la derecha, aclaremos. Muchas señoras y todas muy parecidas, con el mismo tono de rubio en la media melena y la misma hidratación facial. Mujeres estupendas con bolso bueno, tacón y maquillaje leve a las que no les cae bien Pablo Manuel Iglesias Turrión. Fueron todas a arropar al diputado regional y al senador por el PP al Club Monteverdi y se compraron el libro. Pero vamos a por las negritas, que es lo que interesa.

Empecemos por las que atrajeron miradas, apretones de mano, saludos entregados. Mariano Rajoy y Elvira Fernández Balboa, amigos anteriormente conocidos como jefes del autor, sentados en primera fila. Mariano hizo de Mariano y Elvira hizo de Elvira. Una mujer con canas en las raíces, tan ligeras como la montura de las gafas. Es una mujer que parece obsesionada con pasar desapercibida, aunque dice el autor que nos estamos perdiendo a un ser extraordinario. Huyó con su marido en cuanto acabó el asunto.

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Ángeles Caballero

José Luis Martínez-Almeida, Pío García Escudero, Cuca Gamarra, Ana Camins, Paloma Adrados, Cristina Cifuentes, Alfonso Serrano, Javier Maroto, Enrique Ruiz-Escudero y Fátima Báñez. Todas estas personas son del PP. Luego estaba un exministro llamado Juan Costa, que llegó, se sentó en una esquina y se puso a mirar el móvil sin que casi nadie percatara en su presencia. Para que luego digan que la erótica del poder no existe. Y estaba un señor que es del PSOE. Albricias. Ángel Gabilondo, defensor del pueblo. “Esto puede ser la serie 'Euphoria', pero también 'The Walking Dead”, dijeron personas muy amables sentadas cerca de esta periodista.

También había personas conocidas por otras profesiones, como las actrices Cayetana Guillén Cuervo, Ana Milán y Carme Conesa. La psiquiatra Marian Rojas, que es también la del autor. La periodista Marta Robles, apenada por la muerte de Fernando Marías y que lucía un anillo muy semejante a ese que siempre recuerdas en todas las revistas que luce la reina Letizia y que le regalaron sus hijas. La periodista Emilia Landaluce, que cumplía años y que, como la que escribe le tiene cariño infinito, destaca en esta crónica. Y María Zurita, a la que siempre se presenta como sobrina del Rey emérito y así será hasta el fin de sus días.

Comenzó entonces una conversación entre Susanna Griso y Jaime de los Santos, vestido con camisa de tuxedo, pantalones un poco pitillo y sin calcetines. En el escenario, presidido por un piano negro y sus sobrinos, parecía que inmediatamente después de hablar fuera a convertirse en Ryan Gosling en ‘La La Land’.

Ambos hablaron de ‘Si te digo que lo hice’ (Espasa), que en un principio iba a llamarse Oyama, que son actores masculinos que suplantan a las mujeres en el teatro kabuki japonés. Son 422 páginas que hablan de mujeres, de maternidad y de feminismo. De Franco y el maldito corsé de las dictaduras. De oxitocina y cortisol. De lo que supuso hace no tanto ser homosexual. De lo que fue pasar por Ciempozuelos y Tafira. De la belleza, la bondad y la verdad. De la prostitución en los años 40 y ahora. Del abolicionismo militante del autor. De Dalida y Chavela Vargas.

De los Santos repite mucho el verbo 'fascinar' y se reconoce intenso y lorquiano. Disfrutó de lo lindo y tiene pinta de que la literatura le va a dar más satisfacciones que la política. Los ojos le brillaban todo el rato. Que dure.